PROYECTOS

 

Educación de las mujeres vs desarrollo humano

 

 

Nilda Flores S

 

 

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El nivel de instrucción es el componente básico del desarrollo humano que tiene efectos multiplicadores en la equidad y la competitividad del país. Estudios recientes sobre los tactores determinantes del crecimiento han demostrado empíricamente que el desarrollo y la inversión en el capital humano aceleran el proceso del crecimiento económico, si la inversión se la realiza especialmente en la educación del capital humano femenino, esta aceleración será mucho más rápida.

Elevar la calidad y los niveles de educación y adecuarlos a las diversas necesidades de la sociedad y de la economía nacional debería constituir la estrategia más importante para Bolivia a fin de lograr el salto cualitativo que requiere dar en el mundo, tanto para fomentar la competitividad y el crecimiento de la productividad en el mediano y el largo plazo, como para incrementar el efecto de reducción de la pobreza y mejorar el crecimiento económico.

Las mujeres ya se hallan en la primera línea de los esfuerzos del hogar y la comunidad para salir de la pobreza y hacer frente a sus efectos. Pero con mucha frecuencia no tienen voz en la adopción de decisiones ya sea en el hogar, la comunidad, o el escenario nacional e internacional¹.

Desde esta percepción podemos plantear que poner énfasis en la educación de las mujeres, en poner fin a la discriminación contra las niñas en todos los aspectos de educación, en potenciar a las mujeres garantizando su igualdad de derechos de educación, en general en actividades que fortalezcan las capacidades que requieren para desempeñarse como ciudadanas modernas es lo que permitirá acelerar el proceso de crecimiento económico, incrementar el índice de desarrollo humano y reducir el índice de pobreza.

La educación juega un papel central aunque no exclusivo en explicar las diferencias en las diferentes dimensiones de la desigualdad de los ingresos laborales, la inserción en el mercado laboral informal y formal de las mujeres y el grado de fecundidad.

Un análisis exhaustivo sobre las grandes desigualdades del ingreso muestra que este se debe no solamente a la forma como está distribuida la educación sino también a la manera como el mercado laboral remunera la educación. Un análisis sobre las diferencias de ingreso entre el trabajador educado y el no educado que consigue su primer empleo, muestra que las diferencias tienden además a ampliarse con la edad. El capital humano adquirido con la educación formal puede enriquecerse con la experiencia, y esto ocurre a diferentes ritmos entre quienes tienen más y menos educación.

Al referirnos a las mujeres debemos resaltar que al margen de las diferencias en edad y en educación entre hombres y mujeres, éstas reciben remuneraciones por hora de trabajo que son significativamente menores a las de los hombres. La brecha supera el 30 % en nuestro país. Estas diferencias podrían interpretarse como el máximo efecto de la discriminación en contra de la mujer, dadas sus características y las ocupaciones que tienen. La menor remuneración que reciben las mujeres se debe en parte al hecho de que las mujeres acumulan menos experiencia laboral que los hombres porque su participación es menos continuada debido a las exigencias de la maternidad y el trabajo doméstico, que la sociedad tradicionalmente les ha asignado. La discriminación puede además inducir a muchas mujeres a abandonar prematuramente los estudios o a no participar laboralmente.

Se debe hacer hincapié en la educación de la mujer puesto que una mejor educación (así sea solo básica) es necesaria para mejorar las condiciones de salud de la población, para "reducir" la natalidad y para mejorar la convivencia ciudadana, entre muchas otras razones sociales porque de ella dependen además otros beneficios.

Bolivia presenta una educación profundamente estratificada que está reproduciendo, en lugar de corregir, las desigualdades de ingreso. Desde el punto de vista de la inserción de la mujer en el mercado laboral, es importante puntualizar lo siguiente:

Un buen rendimiento de las mujeres en la fuerza laboral contribuye a una elevada participación, menor número de hijos, y un mayor nivel de instrucción de esos hijos, este es un circulo virtuoso (ver gráfico N°1)

Es importante destacar el papel crítico desempeñado por la educación de las mujeres, junto con el costo de oportunidad en su participación en el mercado laboral.

Si bien la educación y la edad de la mujer no se pueden explicar plenamente los diversos grados de desigualdad que se observan en el país, es importante tomar en cuenta que son estos factores los que podrán ayudar a reducir las desigualdades rápidamente.

La experiencia internacional, sugiere que en última instancia el progreso educacional contribuye a disminuir la desigualdad y esta disminución es más rápida si se pone énfasis en la educación de las mujeres.

Las mujeres han dejado de ser receptores pasivos de la ayuda destinada a mejorar su bienestar y son vistas, tanto por los hombres como por ellas mismas, como agentes activos de cambio: como promotores dinámicos de transformaciones sociales que pueden alterar tanto la vida de las mujeres como la de los hombres³.

 

NOTAS

³PNUD; INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 1997, EDICIONES MUNDI PRENSA 1997

³DESARROLLO Y LIBERTAD, Amartya Sen,, Editorial Planeta S.A. 1999