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Revista Patrimonio y Arqueología
versión impresa ISSN 2959-2410
Rev. Patrim. Arqueol. v.1 n.1 La Paz Ene. 2023
ENSAYOS ACADÉMICOS
ÁREAS DE ENCUENTRO RITUAL Y CONVIVENCIA PACIFICA, EN TORNO A LA DEIDAD DE LA MONTAÑA SAJAMA DURANTE EL PERIODO INTERMEDIO TARDÍO (1000 - 1450 dC)
Ramón Torrez Cruz1
1 Estudiante de Magister en Antropología - Universidad de Tarapacá, Arica, Chile. E-mail: torrez.ramon@gmail.com
Resumen
La fijación del ser humano por las montañas, viene desde tiempos inmemoriales, a veces son vistas como seres vivientes o deidades. En Bolivia la montaña Sajama, ubicada en el departamento de Oru-ro, posee este elemento simbólico. Una forma de comprobar esta mitificación fue registrando los sitios arqueológicos a lo largo de su geografía, analizando su función, visibilidad, materialidad arqueológica y arquitectónica.
Como resultado de la prospección arqueológica se identificaron 40 sitios: 28 en baja montaña, 11 en media montaña y 1 en alta montaña, de los cuales el 90% son de función ritual, lo que comprueba su importancia y mitificación. Una forma de registrar las áreas arqueológicas en el Sajama, fue dividiendo altitudinalmente la montaña en tres espacios (baja, media y alta montaña) para posteriormente comparar entre sí, los sitios que corresponden al Periodo Intermedio Tardío (1000 - 1450 d.C), en cuanto a sus diferencias de visibilidad, materialidad arqueológica y arquitectónica. Se identificaron inicialmente dos áreas como las más importantes (Pucará Comisario e Inca Marka), Pucará Comisario con características de encuentros rituales confrontacionales, en contraposición del sitio denominado Inca Marka, que es más bien un sitio de encuentro ritual convivencial. Una forma de entender esta variabilidad, es en base a la aplicación de conceptos andinos como el Tinku, (sitios de encuentro confrontacional) y el Taypi (como lugares de convivencia).
Palabras clave: Conflicto, complementariedad, Sajama, rito, Tinku, Taypi
Abstract
The f ixation of the human being by the mountains, comes from time immemorial, sometimes they are seen as living beings or deities. In Bolivia, the Sajama mountain, located in the department of Oruro, hasthissymbolicelement.One waytoverifythis myth was by recor-ding the archaeological sites throughout their geography, analyzing theirfunction, visibility, archaeological and architectural materiality.
As a result of the archaeological survey, 40 sites were identified: 28 in the low mountain, 11 in the middle mountain, and 1 in the high mountain, of which 90% are of ritual function, which proves their im-portance and mythification. One way of recording the archaeological áreas in the Sajama, was dividing the mountain altitudinally into three spaces (low, médium and high mountain) to later compare with each other, the sites that correspond to the Late Intermedíate Period (1000 -1450 AD), insofar as to their differences in visibility, archaeological and architectural materiality. Initially, two áreas were identified as the most important (Pucará Comisario and Inca Mar-ka), Pucará Comisario with characteristics of confrontational ritual encounters, asopposedtothesitecalled Inca Marka, which ismore of a convivial ritual meeting site. One way of understanding this va-riability is based on the application of Andean concepts such as the Tinku, (confrontational meeting places) and the Taypi (as places of coexistence).
Key words: Conflict, complementarity, Sajama, ritual, Tinku, Taypi
Introducción
Los grupos culturales de la región del altiplano central han realizado ritos y celebrado festividades desde tiempos pre-hispánicos. Durante el proceso de colonización (iniciado en el siglo XV) esos ritos y festividades fueron renombrados, llamándolos: confrontaciones, conflictos y fiestas paganas. Este cambio en la nominación llevaba consigo una carga negativa, que buscaba eliminarlos. A pesar de ello subsistieron, creando un lazo entre lo antiguo y lo nuevo, una especie de híbrido cultural expresado en los sitios arqueológicos.
Uno de los lugares con gran riqueza arqueológica fue y es, la montaña Sajama, ubicada en la cadena montañosa occidental del departamento de Oruro, en los Andes Centro Sur de Bolivia (Figura 1).
En esta montaña, considerada sagrada para las comunidades de la región, se registran varios sitios arqueológicos, cada uno con sus particularidades, por ejemplo: chullpares, líneas (caminos) o callejones, santuarios de altura, pucaras defensivas, sitios habitaciona-les y rituales, todos ellos distribuidos de manera tal, que muestran su importancia arquitectónica, visual, material y cultural (Lima, 2003; Michel, 1996; 2000; Villa-nueva, 2012).
Otra característica particular de los sitios arqueológicos ubicados en la montaña Sajama, aparte de sus características físicas y materiales, es su ubicación en los diferentes niveles altitudinales a lo largo de su geografía. Sitios como Pucará Comisario e Inca Marka fueron descritos en baja y alta montaña, junto a una red de caminos o líneas que unen los sitios, creando un espacio social-cultural y paisajístico en torno a la montaña; el mismo que perduraría durante los distintos periodos temporales comprendidos entre el Intermedio Tardío, Horizonte Tardío, las épocas Colonial y Republicana (Michel, 2000).
A nivel de filiación cultural, el registro de los sitios en el Sajama, muestra a los Carangas como grupo dominante, cuya presencia va desde el rio Mauri, en el Norte del departamento de Oruro, llegando hasta el Oeste de los valles costeños de Chile; sin embargo, existen pocas referencias sobre la presencia Carangas en el Sur. Es importante resaltar que los sitios descritos, son mayoritariamente domésticos y rituales; los domésticos presentan arquitectura circular con corrales asociados, en tanto que los sitios rituales se encuentran en montañas o lomas de montaña, aprovechando pequeñas planicies volcánicas y fuentes de agua (Michel, 2000; Muñoz y Chacama, 2006).
Un aporte importante a la investigación de montañas, se encuentra en las aproximaciones que se dieron a partir de datos antropológicos, que muestran a las montañas, como entes independientes del paisaje o deidades humanizadas. Algunos escritos, como "La Montaña del Cóndor" (Bastien, 1996) y las "Voces de los Wak'a" (Astvaldsson, 1997), describen a las montañas como seres vivientes, a los que las comunidades prehispá-nicas les rendían culto en los diferentes niveles altitudinales, ya sea en la parte baja, considerada los pies de la montaña, la parte media o cuerpo de la deidad y finalmente la parte más alta, donde se considera se encuentra la cabeza de la montaña.
Figura 1:
Imagen tridimensional de la cordillera occidental, montana Sajama
Para efectos de investigación y haciendo una abstracción de estos tres espacios, se dividió la montaña en tres niveles altitudinales diferenciados ecológica y geográficamente en: baja (4.200 - 4.400 msnm), media (4.400 - 4.800 msnm) y alta montaña (4.800 - 6.542 msnm). Cada uno de los niveles, posee características ecológicas de paisaje, flora y fauna particulares. Por ejemplo en baja montaña, tenemos la presencia de planicies volcánicas, asociadas con gramíneas y cojines punzantes, predominando la vizcacha, vicuñas y ratones; en tanto que en media montaña, el paisaje cambia a formaciones y cortes abruptos, conformados por coladas de lava, con flora de matorrales, tólares y una fauna similar al de baja montaña, con la inclusión de especies de aves; finalmente, en alta montaña el paisaje es gélido, regularmente compuesto por glaciares y nevados (Mihotek, 1996).
En cada uno de estos niveles altitudinales se desarrollaron actividades rituales y sociales, descritas, etnológica, histórica y arqueológicamente. En cuanto a las actividades rituales y sociales, han sido investigadas desde el ámbito de la arqueología del conflicto; autores como Ceruti (1997; 1999), describen relaciones de dominación y resistencia en torno a espacios arqueológicos en localidades de altura en Argentina, donde las élites sacerdotales Incas ocupan espacios de privilegio, en desmedro de grupos minoritarios. En el caso del Sajama, los espacios están cubiertos por grupos locales Carangas, que tienen una amplia participación en las actividades rituales, lo que confirmaría el pacto entre Incas y Carangas (Michel, 1996).
Otras investigaciones en el Altiplano Norte, dentro del Periodo del Intermedio Tardío, evidencia la existencia de sitios arqueológicos denominados Puca-ras, asociadas con la guerra y el conflicto por recursos naturales y espacios sagrados (Arkush, 2009). Los sitios arqueológicos (Pucaras) se encuentran diseminados en gran parte del Altiplano, como un signo de conflictos internos entre los señoríos Aymarás, definición que cambiaría sustancialmente si entendemos el conflicto desde el ámbito andino, convirtiéndose en lugares de encuentro ritual y no de guerra, como en el caso del Sajama.
Si bien el concepto de conflicto es una definición continuamente utilizada, para describir los sitios arqueológicos de altura rituales y defensivos, también es claro, que existen otras percepciones que vienen de conceptos andinos, como la complementariedad, dualidad, el encuentro (Tinku y Taypi) y otros, que pueden explicar de diferente forma la presencia de los sitios en la montaña Sajama.
Los términos andinos, fueron introducidos en la década de 1960, junto a un naciente pensamiento andino contemporáneo afincado en investigaciones históricas y etnológicas, que describen un sistema de organización basado en el Ayllu, Ayni, Mita, Tinku y Taypi, como elementos concertadores y rituales, inmersos en las sociedades andinas donde el común denominador es la complementariedad (Bouysse-Cassagne, 1988; Bouysse-Cassagne, Harris y Platt, 2006; Gisbert, 1994; Platt, 2010).
La complementariedad se desprende de una serie de conceptos, que hacen al modelo andino de sociedad, en las que también están la reciprocidad, dualidad y otros. Todos estos conceptos son parte del Ayllu, que, a su vez está constituido por la noción de un antepasado común o Wak'a (Dios Tutelar), el relacionamiento consanguíneo, el Ayni, la dualidad andina y fundamentalmente los encuentros rituales (Bouysse-Cassagne, 1988; Gisbert, 1994; Platt, 2010; Riviere, 1986).
En resumen, tenemos posturas ambivalentes que describen los sitios de altura, como eminentemente conflic-tivos (Ceruti, 1999) y otros que los ven, como lugares de encuentro (Huidobro, 1989).
En la actual investigación, a raíz de la información recopilada, se consideran las conceptualizaciones, relacionadas con los sitios de encuentro ritual y complementariedad pacifica (arriba-abajo; izquierda-derecha; confrontaciones-convivencia) desde la óptica del pensamiento andino contemporáneo (Bouysse-Cassagne, 1987; Gisbert, 1994; Medina, 1992). Cabe mencionar que la implementación del pensamiento andino, dentro de modelos endógenos en la arqueología boliviana, no es nuevo, autores como Albarracin-Jordán (1990, 2007), Cruz (2009), Janusek (2002), Lima (2003) y Michel (2000) incorporaron interpretaciones de sitios arqueológicos, en base a conceptos andinos como Ayllu y dualidad andina Urco/Uma.
Metodología
Para efectos metodológicos, el área de estudio se dividió en tres segmentos, cada segmento fue seleccionado en base en sus características geográficas de accesibilidad, ecológicas y altitudina-les, combinadas con conceptos antropológicos, que visibilizan a la montaña como un ente compuesto por tres partes (pies, estómago y cabeza), dando como resultado la división en tres segmentos:
Primer segmento baja montaña (4.200 a 4.400 msnm)
Segundo segmento media montaña (4.400 a 4.800 msnm)
Tercer segmento alta montaña (4.800 a 6.542 msnm)
La segmentación, permitió una mayor exploración de las áreas abiertas en el primer segmento (baja montaña-pies), utilizando la técnica de prospección de cobertura total sobre una franja de 57 km. de largo por 50 m. de ancho, para posteriormente realizar la prospección estratificada del segundo segmento (media montaña-estomago), siguiendo los rasgos arqueológicos como caminos, senderos y estructuras, haciendo una distancia total de 21 km. por 15 m. de ancho (Watson, LeBlanc y Redman, 1974); finalmente, en el tercer segmento (alta montaña-cabeza) se continuó utilizando la técnica de prospección estratificada siguiendo una extensión de 11 km. por 10m.de ancho, la que se vio reducida de manera considerable, por la presencia de barrancos, áreas de despeñaderos y glaciares por encima de los 6000 msnm.
Prospección arqueológica
En cuanto a la prospección de cobertura total relacionada al primer segmento en baja montaña (4.200 a 4.400 m.s.n.m.) la misma que se siguió sobre una franja de 50 metros de ancho, mediante un transecto lineal predefinido de 57 km, haciendo un área de 2.87 km2. El recorrido en este primer segmento, permitió el registro de rasgos en superficie, que llevaron a la identificación de caminos y senderos, que, al poseer continuidad permitió el registro de áreas de descanso y sitios de altura, asociados a estos.
El reconocimiento realizado en el segundo segmento (4.400 a 4.800 m.s.n.m.), permitió extender la prospección, en baja y media montaña, siguiendo caminos y sendas previamente identificados, cubriendo 21 km. de largo por 15 m. de ancho, abarcando un área de 0,315 km2. En el caso del tercer segmento (4.800 a 6.542 m.s.n.m.) la distancia recorrida fue de 11 km. por 10 m. de ancho, siguiendo una línea recta, cubriendo un área de 0,11 km2. La suma de las tres áreas prospectadas cubre una extensión total de 3,295 km2, que significa el 8,5% del área definida, lo cual implica una muestra importante, para este tipo de investigaciones.
Análisis de Visibilidad
En cuanto al análisis de visibilidad, su aplicación es un factor importante para definir los asentamientos en los diferentes niveles altitudinales, ya que, resalta las características visuales de los sitios sobre el entorno. Este tipo de investigaciones ha sido ampliamente usado en Europa y América, para definir los asentamientos, en base en los indicadores de control y dominio territorial (Ajata López, 2015; Fabrega, 2004; Grau, 2002).
En el caso del Sajama su aplicación muestra elementos que diferencian los sitios, unos entre otros, registrando variaciones en base a la altitud, por ejemplo: los de baja montaña están asociados con el control de paisaje, en tanto que los de alta montaña se concentran en un solo punto, la cima de la montaña.
Para el análisis, se utilizaron intervalos de distancia de 0,5 km para el entorno más cercano o productivo inmediato, 2 km para el entorno medio o de interacción visual con otros asentamientos y finalmente 30 km para el entorno lejano o visibilidad de formaciones montañosas.
Una vez concluida la recopilación de información se procedió a realizar el análisis mediante SIG, partiendo de los puntos de visualización previamente definidos cada 20 m. Los resultados más representativos de la visualización, son analizados en base a la cantidad de terreno visible y no visible en baja, media y alta montaña, cada intervalo de distancia fue definido desde los cuatro kilómetros.
Con ello se identificaron los santuarios de altura con mayor acceso visual, los sitios que se interrelacionan visualmente entre sí y las diferencias que existen, entre los sitios ubicados en baja, media y alta montaña, incluyendo la relación que tienen con el entorno paisajístico.
Recolección y análisis de materiales cerámicos
En los trabajos de prospección, se realizaron recolecciones sistemáticas de acuerdo al tamaño y complejidad de los sitios, en el caso de sitios abiertos, se usó la técnica de recolección conocida como "dog on a leash" o correa de perro, colocando el primer círculo en la estructura con mayor concentración cerámica. Posteriormente, se colocaron los restantes círculos cada 5 m. (Binford, 1964).
También se realizaron recolecciones de material diagnóstico, en las diferentes estructuras de los sitios Pucará Comisario e Inca Marka, tomando cada estructura como un estrato, lo que permitió definir el tamaño de los sitios y la relevancia cultural de ellos, identificando áreas con alta densidad de material de huaqueo o disturbación por remoción de suelos. Posteriormente se realizaron los análisis de atributos de los restos cerámicos recolectados, prestando especial énfasis en lo tecnológico y estilístico.
Para el análisis los materiales arqueológicos cerámicos se ordenaron en tres categorías: las vasijas enteras como entidades culturales, la sectorización de los fragmentos para secuenciación y el estudio de la tecnología. Estos estudios han brindado información de los orígenes del material, para el análisis estadístico y otros (Shepard, 1956).
Sitios de encuentro ritual y convivencia pacífica, durante el Intermedio Tardío en la montaña Sajama
Se entiende como sitios de encuentro ritual y convivencia pacífica, todo aquel espacio en el que se desarrollan actividades sociales como: encuentros de tipo confrontacional ritual y convivencia pacífica, expresadas en festividades y ceremonias en honor a las deidades. Muchas de estas expresiones culturales fueron desarrolladas en montañas, por sus características geográficas, concebidas por algunos autores como sagradas y humanizadas, ya que contarían con un cuerpo, cabeza y pies (Astvalds-son, 1997; Bastien, 1996).
Una de estas montañas fue Sajama, durante el Periodo Intermedio Tardío fue objeto de rituales en sus diferentes niveles altitudinales, en espacios considerados sagrados asociados a fuentes de agua, formas geográficas y paisajes sagrados, dentro los que destacan Pucará Comisario y el sitio de altura Inca Marka. Una forma de interpretar la funcionalidad de estos, fue, visibili-zarlos como sitios de encuentro ritual confrontativo (Tinku) y como sitios de encuentro convivencial (Taypi).
Ambos espacios destacan y se contraponen entre sí, a través de las diferencias registradas en cuanto a su visibilidad, arquitectura y restos materiales arqueológicos, mostrando sus particularidades, dependiendo del nivel altitudi-nal en el que se encuentran.
Área de estudio
Los sitios de encuentro arqueológico registrados (confrontacionales y de convivencia pacífica), se encuentran dispersos sobre un diámetro de 258 km2, que comprende la totalidad de la montaña Sajama en sus tres niveles altitudinales (baja, media y alta montaña). Cabe resaltar que el Sajama es parte de la Cordillera Occidental, colinda con la frontera de Chile hacia el Oeste; con las provincias de San Pedro de Totora y Carangas hacia el Este, en tanto que hacia el Sur con las provincias Litoral y Atahuallpa.
En la prospección realizada a lo largo de la montaña Sajama, se registraron 40 sitios arqueológicos, de los cuales 28 se encuentran en el primer nivel altitudinal (baja montaña), registro realizado siguiendo una franja de 50 m, a una altura de 4.200 a 4.400 msnm que corresponden a los Periodos Formativo, Intermedio Tardío, Horizonte Tardío y Colonial Temprano.
Con base en el registro de sitios realizado en baja montaña, se procedió a la prospección estratificada en media montaña 4.400 a 4.800 msnm, siguiendo los rasgos arqueológicos previamente reconocidos, en este caso 13 caminos prehispánicos y 11 altares, que pertenecen al periodo Horizonte Tardío y Colonial Temprano, ubicados en la parte Norte, Oeste y Sur de la montaña Sajama (Figura 2).
Finalmente, en el tercer nivel altitudinal de 4.800 a 6.542 msnm (alta montaña), se tiene como resultado el registro de tres tipos de infraestructuras: logística, caminera y ritual, orientada a ceremonias en altura. Dentro de esta categoría, se encuentra el sitio Inca Marka ubicado a 4840 msnm, cabe mencionar que el sitio presenta características particulares a las descritas para el Norte chileno, el Sur peruano y el Noroeste argentino, en montañas como: el Nevado Cachi, Chullaillaco, el Plomo y otros que están relacionados a rituales en altura, presumiblemente Incas. En tanto que el Sajama presenta sitios asociados al Periodo Intermedio Tardío y algunos materiales del Horizonte Tardío.
En resumen, de los tres niveles altitudinales prospectados, se registraron un total de 40 sitios, pertenecientes a distintos periodos culturales, de los cuales se tomaron 7 sitios: cuatro refugios temporales, un sitio doméstico, una Pucará (Comisario) y un sitio ritual (Inka Marca), correspondientes al Periodo Intermedio Tardío. A continuación se presenta los análisis de visibilidad, arquitectura y de materiales arqueológicos.
Análisis de visibilidad
Si bien las investigaciones sobre visibilidad2 han aportado y aportan a los estudios arqueológicos, en cuanto a la relación del sentido de la vista con su entorno. En Bolivia aún son pocos los trabajos en esta materia, por ello se busca complementar las investigaciones arquitectónicas y de análisis de materiales, incorporando los estudios de visibilidad para hipotetizar sobre la relación que tiene cada uno con su entorno paisajístico. Inicial mente el análisis de visibilidad permitió identificar cuatro tipos de variaciones y orientaciones relacionadas a las Pascanas, la estructura doméstica, la
Figura 2:
Mapa general de sitios arqueológicos en la montana Sajama en sus diferentes niveles altitudinales.
Pucará Comisario y el sitio Inca Marka. El análisis fue procesado en SIG, a partir de puntos de observación, obteniendo áreas visibles y no visibles, con lo que se obtuvo la orientación, indistintamente de su nivel altitudinal ya sea en baja, media o alta montaña.
Cada una de las cuatro categorías descritas más adelante, poseen diferencias arquitectónicas y de materiales arqueológicos. La primera tiene que ver con la infraestructura de refugios temporales o alineamientos de piedras en forma de U (Pascanas); la segunda, con estructuras domésticas o alineamientos de piedras circulares unidas con argamasa; la tercera, que presenta estructuras de tipo defensivo y es conocida como Pucará; finalmente como cuarta categoría, se encuentra el sitio Inca Marka, que es un conjunto de estructuras rectangulares y circulares con diferentes usos.
Análisis de visibilidad en refugios temporales (Pascanas) en baja montaña
En el caso de las cuatro estructuras circulares en forma de "U" o Pascanas, el análisis visual fue realizado a una altura promedio de 4310 msnm, cabe mencionar que las estructuras no se encuentran ubicadas sobre desniveles de suelo o plataformas elevadas, simplemente se encuentran construidas sobre la planicie aluvial circundante al Sajama.
En este sentido, el análisis de las cuatro estructuras, tomó como parámetro la altitud natural del sitio, incorporando el punto de observación en la parte central de la estructura. A partir de este análisis, se pudo comprobar la existencia de un patrón visual repetitivo en las estructuras, teniendo, tres de ellas accesos visuales orientados a la planicie volcánica especialmente a los bofedales.
De las tres estructuras mencionadas, la primera se encuentra ubicada en el sector Oeste (Figura 3), la segunda en el sector Norte (Figura 4) y la tercera en el sector Noreste (Figura 5), presentan mayor visibilidad hacia las áreas de pastoreo, en tanto que la estructura ubicada al Noreste, tiene mayor visibilidad al Sajama (Figura 6). En ninguno de los cuatro casos el acceso visual es nulo en otras direcciones, simplemente que la
Figura 3:
Mapa de visibilidad del refugio temporal ubicado al Oeste del Sajama.
Figura 4:
Mapa de visibilidad del refugio temporal ubicado al Norte del Sajama
Figura 5:
Mapa de visibilidad del refugio temporal ubicado al Noreste (1) del Sajama
relevancia visual, se ubica en un punto específico, ya sea en la planicie y/o la montaña.
Estructuras domesticas en baja montaña
El análisis visual del conjunto de estructuras domesticas registradas en la parte baja de la montaña, se realizó a una altitud de 4184 msnm, a lo que hay que añadir 1.60 m, del punto de observación. El lugar seleccionado para el análisis, fue la parte central (patio) del conjunto de estructuras.
Una vez realizado el análisis se tuvo como resultado, que, el acceso visual de las estructuras es predominantemente al Este, patrón típico de las casas de uso doméstico construidas en el Altiplano Central, que preferencia su ubicación a la salida del sol, en contraste con la mínima visibilidad que poseen hacia la montaña Sajama, ubicada al Oeste (Figura 7).
Sitio Pucará Comisario, análisis de visibilidad en baja montaña
Las estructuras ubicadas en serranías bajas, denominadas Pucaras, han sido
Figura 6:
Mapa de visibilidad del refugio temporal ubicado al Noreste (2) del Sajama
Figura 7:
Mapa de visibilidad de la estructura domestica en baja montana
identificadas como sitios de encuentro ritual de tipo conf rontacional. Estos sitios regularmente están ubicados en baja montaña, aprovechando lomas existentes, con el objetivo de construir en la cima infraestructura de observación, aprovechando el control visual que se tiene de las planicies altiplánicas, bofe-dales y valles volcánicos.
El análisis visual realizado en Pucará Comisario, confirma el control del paisaje que se tiene, desde el punto de observación definido, el que se encuentra en la parte central de las estructuras de Pucará Comisario. Se llega a esta conclusión a partir de los datos proporcionados, una vez concluidos los análisis de visibilidad mediante SIG de este punto de observación especifico. Cabe señalar que Pucará Comisario se encuentra ubicada, hacia el Sur de la montaña Sajama, en una loma natural a una altitud de 4360 msnm, sumándose 1.60 m de altitud promedio de la persona que realiza la observación (Figura 8).
Figura 8:
Mapa de visibilidad, sitio de encuentro ritual (Tinku) en baja montana
Sitio Inca Marka, análisis de visibilidad en alta montaña
Las estructuras ubicadas en alta montaña identificadas como santuarios de altura, presentan varios obstáculos para su emplazamiento, su acceso es limitado por la distancia y el ascenso que requieren; se encuentran rodeados de cañadones y están emplazados a gran altitud, regularmente se llega a ellas a través de un camino de herradura o sendero, en el caso del Inca Marka se encuentra a 4840 msnm.
De manera preliminar se puede observar que el sitio Inca Marka se encuentra emplazado en un pequeño valle glaciar con vista al Sajama, un apunte importante, es que, a pesar de su altitud el control visual que tiene es limitado, centrándose solamente en la montaña.
Con estos datos iniciales se procedió con el análisis visual, ubicando un punto de observación en medio de las estructuras del Inca Marka, sumando 1.60 m como altura promedio del observador, una vez procesados los datos en ArcGIS, los resultados muestran dos elementos importantes: el primero, que el acceso visual identificado en verde, posee una orientación casi total hacia el Sajama, en tanto que la parte no visible en color plomo, se extiende muchos kilómetros sin mostrar visibilidad, confirmando con ello los datos preliminares (Figura 9).
Discusión
Hasta ahora, las investigaciones sobre el uso y significado de las estructuras arqueológicas en montañas, fueron ho-mogenizadas en torno a conceptos que las identifican, como conflictivas (Pu-caras), utilitarias (áreas de descanso), logísticas (caminos) y a veces rituales (santuarios de altura), siempre relacionadas como parte de espacios grandes y complejos (Ceruti, 1997; Schobinger, 1995). En el aspecto interpretativo, son mayormente relacionadas con el conflicto y el manejo del poder, entendidas como la confrontación que busca la eliminación del contrario.
Figura 9:
Mapa de visibilidad, sitio de encuentro ritual (Taypi) en alta montana
En tanto que las interpretaciones "locales" o de pensamiento "aymara contemporáneo", identifican los lugares como de rituales, donde se desarrollan encuentros festivos de confrontación y de celebración con las deidades. Las de confrontación denominadas Tinku, tienen relación con el conflicto, regularmente ubicadas en áreas abiertas como Pucará Comisario, en tanto que el sitio de convivencia pacífica Inca Marka, se encuentra emplazado en espacios más pequeños en altas montañas denominados como sitio Taypi.
En este aspecto, el análisis de visibilidad coincide con estos fundamentos, ya que, los sitios de alta y baja montaña, presentan orientaciones diferentes, que tienen que ver con su emplazamiento, resaltando un mayor acceso visual a la planicie altiplánica y bofedales, como en el caso del Pucará Comisario (Tinku), en contraste con los sitios de celebración o encuentro ritual (Taypi) que se encuentran en valles volcánicos en alta montaña, encontrándose que se prio-riza su visibilidad a la montaña. No menos importante son las diferencias que
Figura 10:
Mapa de ubicación de estructuras circulares y Pucará, del Periodo IntermedioTardio
arrojan las áreas de pastoreo versus las construcciones domésticas, la primera preferencia el control de espacios de pastoreo, en tanto que la segunda busca un mayor aprovechamiento en torno a la salida del sol.
Características arquitectónicas
Dentro del reconocimiento de superficie desarrollado a partir del año 2006 en la montaña Sajama, se establecieron relaciones directas, entre la arquitectura de los sitios arqueológicos, con los distintos niveles altitudinales de la montaña Sajama, a través de caminos e infraestructura logística baja, media y alta montaña.
Para establecer estas relaciones arquitectónicas, se tomaron en cuenta las técnicas constructivas, los patrones de asentamiento, así como la organización y transformación del paisaje en los distintos niveles altitudinales, logrando registrar siete sitios, agrupados en cuatro grupos: refugios temporales, domésticos, defensivos y rituales (Figura 10).
De las siete estructuras, seis se encuentran en baja montaña, cuatro de ellas corresponden a alineamientos de piedras circulares a manera de refugios temporales (Jaranas), la quinta es un grupo de estructuras circulares con doble muro y argamasa, claramente doméstico, así mismo se observa como sexto sitio, un conjunto de estructuras con muros defensivos, el mismo que aprovecha la geografía de una loma de montaña para emplazar sus construcciones(Pucará). En cuanto al séptimo sitio, este se encuentra en alta montaña, algunas características arquitectónicas muestran estructuras circulares variadas, utilizadas como depósitos, corrales y espacios rituales.
Una forma de asociar las características arquitectónicas del Sajama con grupos Carangas, fue en base a clasificaciones previas realizadas por diversos investigadores en torno al Periodo Intermedio Tardío, realizadas en el parque Sajama, en la región de Parinacota y en el Noroeste de Potosí (Michel, 1996; Muñoz y Chacama, 2006; Nielsen , 2004).
Refugios temporales o Jaranas
Las estructuras circulares son alineamientos de piedras que no presentan cimientos en la base, utilizan guijarros de mediano tamaño como muros, los que llegan a tener una altura de 45 cm. Sus dimensiones son de 1 x 1.5 metros (Figura 11). Su función está relacionada con actividades de refugio temporal para el pastoreo de camélidos, son conocidos también como Jaranas o Pascanas, su construcción es precaria y regularmente son usados por Harneros (Nielsen , 2004; 2011).
Estructuras domésticas
En el caso de las estructuras domésticas, son alineamientos de piedras en forma circular con cimientos de guijarros grandes, unidas con argamasa de
Figura 11:
Foto y croquis de la Pascana o refugio temporal
piedras pequeñas, barro y algo de paja; para el soporte del techo utilizan troncos entrelazados haciendo una bóveda de madera de Keñuas, complementados con pajas bravas (Figura 12).
Figura 12:
Imagen de la estructura circular, con detalles constructivos
Los tamaños de las estructuras domésticas varían de acuerdo a la zona, regularmente se componen de dos estructuras circulares una de 1.5 x 1.0 y la otra más grande de 2.5 x 2.0 m. Complementa el conjunto arquitectónico, un muro perimetral frontal elaborado con guijarros grandes enterrados a unos 20 cm de la superficie (Figura 13).
Figura 13:
Planos de ubicación de las estructuras domesticas y fotografía referenclal
Pucará Comisario
La definición de sitios defensivos o Pu-caras, fue ampliamente utilizada para describir estructuras circulares y muros perimetrales que aprovechan las depresiones geográficas, regularmente ubicadas en serranías bajas (Arkush, 2009).
En la región del Sajama se presenta este mismo tipo de arquitectura, específicamente en el sitio denominado Pucará Comisario, el que está emplazado en una depresión geográfica o loma de montaña, ubicada en la planicie Sur del actual pueblo de Sajama.
Las estructuras que conforman el Pucará Comisario se encuentran en la parte elevada de la loma, están conformados por dos muros perimetrales, el primero, de 57 m de largo, se halla ubicado en el sector Este. El segundo se encuentra ubicado en el sector Oeste y tiene una longitud de 59 m, en la parte central existen tres muros en forma de "U" orientados hacia el sector Oeste, aprovechando el desnivel del suelo, en tanto que existen otros cuatro muros con formas irregulares en el interior, los que delimitan la parte central del sitio (Figura 14).
Los muros están construidos de manera precaria, forman dos hileras de piedras como base y siguen conjuntos de piedras en una hilera sin argamasa, adosados a rocas grandes o afloramientos rocosos, incorporándolos como parte de los muros.
Los muros más extensos se encuentran en la parte superior de la cima bordeando el área más plana, seguidos por alineamientos de piedras en forma de "U" a manera de parapetos, seguidamente de ellos se encuentran los muros perimetrales, en una sola hilera precaria. La altura de los muros varía entre 50 y 70 cm (Figura 15).
Sitio ritual Inca Marka
La arquitectura de los sitios rituales de alta montaña, ha sido ampliamente descrita en regiones sureñas del Altiplano central en el departamento de Potosí (Cruz, 2009; Nielsen , 2004). La misma está ligada con ritos en honor a las apachetas y montañas sagradas, regularmente asociada con estructuras de piedras circulares y rectangulares. En otras regiones como el Noroeste argentino y el Norte chileno, su presencia estuvo influenciada por la cultura Inca, en sitios como el Lluillallaco y el nevado Chañi, presentan arquitectura netamente rectangular (Ceruti, 1997; 1999), en la
Figura 14:
Plano topogrfico con la ubicación de estructuras Pucará Comisarlo
región del Sajama los estudios realizados por Michel (1996) y Erikson (2011) describen estructuras circulares y rectangulares relacionadas a la cultura Carangas dentro del Periodo Intermedio Tardío.
Como parte del registro se elaboraron planos individuales de las estructuras, complementado con un plano general de las 14 que componen el santuario de altura. Es importante mencionar que de las 14 estructuras que conforman el sitio de encuentro ritual, 11 corresponden a estructuras circulares dobles de 9.7 x 2.0 y simples de 3 x 3.5, dentro las que destaca una estructura de corral de 10.11 x 12.00 m asociada con la arqui-
Figura15:
Vista del sector Norte del sitio Pucará Comisarlo con dirección al Sajama
tectura típica de la cultura Carangas, en cuanto a las tres estructuras rectangulares, presentes en el sitio, corresponden al Periodo Inca (Figura 16).
Las 11 estructuras circulares pertenecientes al Periodo Intermedio Tardío, fueron agrupadas en base a sus características arquitectónicas, en cuatro grupos básicos que denominaremos de tipo A, B, C y D, que van desde construcciones circulares simples con ingreso de 1 m con dirección Este, clasificado como A, también están sitios clasificados como de tipo B, que pertenecen a estructuras circulares dobles con dos ingresos, el primero orientado hacia el sector Este, en tanto que el segundo acceso interno con orientación Sur, las estructuras tienen un ancho promedio de 6.50 x 5.50 m de largo, en el caso de los sitios clasificados como C, son estructuras en forma de 8 orientadas al sector Sur, son más pequeñas y su ingreso se mantiene en el sector Este (Figura 17).
Finalmente, las estructuras que denominaremos de tipo D, son estructuras de corrales que presentan dos ingresos, el primero ubicado hacia el Este
Figura 16:
Plano general del sitio Inca Marka con 14 estructuras (11 circulares y 3 rectangulares)
Figura 17:
Clasificación de estructuras circulares según su forma y construcción.
y el segundo ingreso hacia el Oeste, internamente presenta 5 estructuras de diferentes dimensiones, con accesos individuales para cada una de las estructuras, teniendo un tamaño promedio de 3.5 m. Por las dimensiones y la forma de la estructura 10.11 x 12.00 se puede inferir que servía como corrales, para los camélidos que realizaban el ascenso al sitio ritual (Figura 18).
Figura 18:
Plano de estructuras circulares de tipo logistico (corrales)
Los muros de las estructuras presentan lajas grandes a manera de cimientos, son de muros simples de 1 m de alto, las piedras que conforman el muro, no presentan desgastes ni cortes, por lo que habrían aprovechado las formas naturales de las piedras para la construcción de las estructuras (Figura 19).
Discusión
A nivel arquitectónico, se pudieron definir variaciones constructivas existentes en los diferentes niveles aititudinaies en baja, media y alta montaña, la clasificación realizada coincide con las hechas por Michel (1996), Muñoz y Chacama (2006), que describen sitios domésticos, caminos e infraestructura ritual de diverso tipo.
En el caso del Sajama, el resultado del relevamiento arquitectónico fue la creación de cuatro diferentes categorías en base a tipos de estructuras, el primero: (1) domésticas o corrales, (2) de observación y control de camélidos (Pascanas), (3) defensivas o Pucaras y (4) estructuras rituales. Los primeros tres tipos fueron registrados en baja montaña, en tanto que el cuarto, se encuentra en alta montaña.
Los sitios rituales en alta montaña, presentan arquitectura más compleja, se pueden apreciar diferentes tipos constructivos, tanto del Periodo Intermedio Tardío, así como de estructuras Incas que incorporan sus diseños arquitectónicos rectangulares, mostrando una dinámica cultural constante y de continuos asentamientos de tipo ritual (Figura 20).
Un patrón distintivo entre la arquitectura de alta montaña y sitios en baja montaña, viene a ser la cantidad y variabilidad de estructuras presentes en cada una de ellas, las que van relacionadas con el tipo de función que desarrollan. En tal sentido, las estructuras ubicadas en baja montaña, presentan una planta circular construida regularmente en planicies volcánicas, con accesos orientados al Este.
En tanto que la arquitectura en las Pucaras es más utilitaria, ya que aprovecha las depresiones geográficas para la construcción de alineamientos de piedras a manera de muros perime-trales, presenta además algunas es-
Figura 19:
Vista Norte del sitio Inca Marka, detalles constructivos de los muros en estructuras de tipo D (corrales)
tructuras circulares aisladas, las que Arkush y Stanish (2005) asocian con sitios defensivos, siguiendo los relatos etnohistóricos.
Si bien el registro arquitectónico, muestra una clara diferenciación entre los sitios de baja y alta montaña, estos, al igual que el análisis de visibilidad, evidencian relaciones de encuentro ritual de complementariedad y conflicto en los sitios más representativos (Pucará Comisario e Inca Marka). El Pucará Comisario con arquitectura eminentemente defensiva, en tanto que el Inka Maka más bien de tipo logístico y ritual.
Análisis cerámico en los sitios rituales del Sajama
La muestra está compuesta por 511 piezas, identificándose dos áreas de concentración alta de cerámica, ubicadas en los sitios Pucará Comisario (baja montaña) e Inca Marka (alta montaña). La clasificación y definición de la cerámica Carangas3 se realizó en base a las formas, atributos y filiación descritas por Michel (1996) los que sirvieron para identificar los fragmentos cerámicos de tradición Carangas en Pucará Comisario e Inca Marka.
En la actualidad no existe mucha variación en relación a las pnmeras clasificaciones, excepto, por la inclusión de algunas formas aribaloides de tradición Carangas - Inca en sitios rituales.
El análisis se basó en datos cualitativos, prestando un especial énfasis en la tecnología, producción y los engobes, junto al análisis de iconografía, forma y filiación (Shepard, 1956). Para ello se utilizaron sistemas estadísticos como el SPSS, clasificando los restos, según las características funcionales, culturales y de elaboración, lo que brindó los siguientes resultados.
Figura 20:
Plano de estructuras rectangulares Incas y circulares que corresponden al PIT
Cerámica del sitio Pucará Comisario
Sobre una muestra cerámica de 43 piezas recolectadas sistemáticamente, en el sitio denominado Pucará Comisario (Figura 21), se registraron tiestos con formas de tazones, cuencos (Figura 22) y ollas (Figura 23), los que tienen atributos cerámicos y estilísticos típicos del estilo Carangas. Lo que lleva a concluir que en el sitio denominado "Pucará Comisario" se utilizaba cerámica mayoritariamente Carangas, con algunas inclusiones de formas aribaloides, que por la cantidad podrían ser foráneas (Figura 24).
Es importante mencionar que los datos del análisis cerámico coinciden, en cierta forma con las clasificaciones arquitectónicas realizadas previamente, en cuanto a la funcionalidad de los sitios de baja y alta montaña, siendo que en las Pucaras existen fragmentos relacionados con actividades cotidianas como: ollas, cuencos, jarrones tazones y otros.
En cuanto a la filiación, predominan las formas, atributos e iconografía Carangas, con un total de 33 piezas de distintas formas, le siguen 3 tiestos de filiación Carangas - Inca y finalmente 7 piezas de las que no se pudo identificar el estilo.
Presentan un acabado de superficie pulido, en la parte externa y estriada en la interna. En algunas piezas grandes, como aribalos y ollas, el acabado es de tipo bruñido, los antiplásticos son variables y proporcionales al tamaño; por ejemplo, en piezas grandes, predominan las inclusiones de cuarzo, biotita y mica, en tanto que en las piezas pequeñas como cuencos, platos y tazones las inclusiones son de arena fina y mica.
Cerámica sitio Inca Marka
A lo largo de las investigaciones en la región de Oruro en Bolivia se han identificado varios sitios, dentro los que destacan los Chullpares, Pucaras, Santuarios de Altura, tambos y otros, por la presencia de una gran cantidad de materiales arqueológicos cerámicos4, líticos y restos óseos de distintas filiaciones. En ellos resaltan piezas cerámicas elaboradas con atributos tecnológicos Incas, pero con formas estilísticas locales Pacajes y Carangas. En el Sitio Inca Marka, existe la misma presencia y concentración de materiales de distintas filiaciones, lo que demuestra la importancia del sitio como lugar de encuentro ritual y convivencia pacífica, para los distintos grupos culturales que ocuparon el área.
Figura 21:
Formas Carangas en el sitio Pucará Comisario, sobre una muestra de 43 tiestos cermicos
Sobre una muestra cerámica de 82 piezas (Figura 25) recolectadas sistemáticamente, utilizando la técnica denominada "correa de perro" y recolección diagnostica, se registraron formas como: cuencos, jarras y ollas de tradición Carangas (Figura 26), aríbalos Carangas-Inca (Figuras 27 y 28), cuencos de tradición Pacajes-Inca y Carangas-Inca (Figura 29), las que tienen atributos estilísticos Carangas-Inca, Pacajes-Inca. Lo que lleva a concluir, que en el sitio denominado "Inca Marka" se utilizaba cerámica de distinta filiación, incluso con algunas inclusiones de cerámica Inca Cusqueña perteneciente al Periodo Inca (Figura 30) y Kerus Tiwanakotas pertenecientes al Horizonte Medio (Figura 31), que por la cantidad podría ser foránea.
Las recolecciones realizadas, tomaron en cuenta las clasificaciones arquitectónicas previamente definidas, por lo que el material recolectado se encuentra asociado a las estructuras. En el caso de tiestos Carangas relacionado con arquitectura circular, semicircular y de corrales, en el caso de piezas Pacajes-Inca, Inca Cuzqueño y algunas piezas Carangas-Inca, a estructuras rectangulares de tipo Ushnu Inca.
Es importante mencionar que también existen estructuras circulares, relacionadas con piezas Carangas-Inca, estas, mayoritariamente con formas ari-baloides, fragmentadas como efecto de saqueos.
En cuanto a la filiación, predominan las formas, atributos e iconografía denominada Carangas-Inca con un total de 37 piezas; le siguen los Carangas con 18 piezas, Pacajes-Inca con 10 piezas, Indeterminados con 7, Inca Cuzqueño con 5, Inca local con 4 y una de las piezas más importantes, 1 pieza de Tiwanaku IV (Figura 32).
Presentan un acabado de superficie pulido en el sector externo y estriado, al interior de las piezas Carangas, en las piezas Carangas-Inca como aribalos y ollas tienen un acabado de tipo bruñido tosco, los antiplásticos que predominan en las piezas grandes son inclusiones de cuarzo, biotita y mica, en tanto que, en las piezas pequeñas, como cuencos, platos y tazones las inclusiones son de arena fina y mica. Similares inclusiones presentan en la cerámica de filiación Pacajes-Inca, en tanto que las piezas Inca Cuzqueño e Inca local presentan inclusiones de arena fina y mica.
Una vez realizado el análisis del material recolectado, se pudo elaborar
Figura 22:
Bordes de tazones y cuencos cer mica Carangas, sitio Pucará Comisario
Figura 23:
Cuerpos y asas de ollas, cer mica Carangas, sitio Pucará Comisario
Figura 24:
Cuerpos de aribalos cer mica Carangas_ I nca_ sitio Pucará Comisario
una clasificación morfológica de la cultura Carangas, para la región del Sajama, la misma contempla dos grupos importantes: el primero compuesto por simbología externa, frecuentemente registrada en jarras, ollas (1) y tazones (2), con figuras de espirales, entramados, líneas verticales dobles y onduladas, además de círculos con líneas gruesas. En el segundo grupo se encuentran piezas con simbología interna, mayoritariamen-te platos (3) y cuencos (4), los iconos registrados son variados, teniendo espirales dobles, líneas verticales con forma de B continuas, asteriscos, círculos con líneas gruesas, líneas horizontales cerca al borde, una variación de estas líneas cerca al borde externo, son las líneas en Zigzag y otras con líneas delgadas continuas (Figura 33).
Conclusiones
Las investigaciones en sitios Carangas en el altiplano central y particularmente en la zona del Sajama, describen una variedad de sitios, entre ellos: caminos, Pucaras, Chullpares y áreas rituales en distintas poblaciones del municipio de Sajama, dentro de las que podemos mencionar, las poblaciones de Tomarapi, Sajama, Huaylilla, Condoramaya, Maca-ya, Sacabaya y Julo (Michel, 2000; Lima, Maldonado y Castellón, 2004; Villanueva, 2012).
Los sitios en la región del Sajama, fueron clasificados, en base a construc-tos teóricos de índole etnohistórico y postprocesual, basados principalmente en documentos históricos e investigaciones antropológicas (Arellano, 1992; Bou-ysse-Cassagne, 1987; Erickson, 2011; Michel, 1996; Villanueva, 2012).
En la presente investigación, el estudio se centra, en la profundización de las teorías endógenas, en torno a los sitios existentes en la montaña Sajama,
Figura 25:
Formas variadas sitio Inca Marka, sobre una muestra de 82 tiestos cermicos
estableciendo sus características, para posteriormente determinar sus variaciones y coincidencias, dándole al uso del espacio, un nuevo significado, a partir de estudios etnográficos locales.
Un nuevo significado, tiene que ver con la confirmación de la existencia de encuentros rituales de tipo confrontacio-nal durante el Periodo Intermedio Tardío con una atenuante, el concepto de con-flictividad está relacionado a la confrontación ritual (Tinku) en contraposición del concepto de conflicto occidental que busca la eliminación del contrario por todos los medios. En el caso de la com-plementariedad, esta se encuentra presente, con mayor fuerza y frecuencia en los sitios rituales, donde los contrarios o confrontados se encuentran para una convivencia pacífica (Taypi), realizando ceremonias y festividades.
Las actividades de encuentro ritual (Tinku) y complementariedad (Taypi), se materializan en los sitios más representativos (Pucará Comisario e Inca Marka) registrados en los diferentes niveles alti-tudinales, en baja, media y alta montaña, las que presentan diferencias marcadas en cuanto a su emplazamiento, restos arqueológicos y análisis espacial. Por ejemplo, el sitio defensivo, denominado Pucará Comisario se encuentran en baja montaña, presenta características particulares en cuanto a su filiación, acceso visual, materiales arqueológicos y su construcción arquitectónica, siendo la mayoría de ellos de filiación Carangas. Otros sitios como Inca Marka y caminos prehispánicos han sido registrados en media y alta montaña.
Comparando Pucará Comisario e Inca Marka, se observa, que ambos presentan características, arquitectónicas diferentes. Pucará Comisario, presenta una arquitectura funcional simple, no existen estructuras consolidadas, en la mayoría de los casos, son muros dobles en hileras, emplazados sobre una planicie, en la cima de montaña, aprovechando las variaciones geográficas del área. En cambio, Inca Marka presenta estructuras más complejas a nivel arquitectóni-
Figura26:
Bordes y asas cer mica Carangas, sitio Inca Marka
Figura 27:
Cuellos y cuerpos de cer mica Carangas, sitio Inca Marka
Figura 28:
Aribalo - cerámica Inca, sitio Inca Marka
Figura 29:
Bordes y bases Inca y Carangas Inca, sitio Inca Marka
Figura 30:
Cuerpo cerámico Tlwanakota, sitio Inca Marka
co, ya que existen estructuras circulares y rectangulares, asociadas con anexos de hileras de media luna y semicirculares, los muros son dobles, unidos con argamasa de paja y tierra, algunos de los sitios tienen características de corrales, estructuras rituales, domésticas y refugios temporales.
A partir del análisis de visibilidad realizado en Pucará Comisario, ubicado en la parte baja de montaña, este tiene acceso paisajístico, a todo el valle volcánico. En el caso de Inca Marka, se encuentra en la parte alta, frecuentemente con neblina, siendo el único referente visual, la cima del Sajama, junto con las montañas más altas ubicadas al Oeste.
En relación a los materiales arqueológicos, existen variaciones de un sitio a otro. Pucará Comisario presenta cerámica mayoritariamente del estilo Carangas, seguida de cerámica Carangas - Inca y otros no identificados en menor medida. En Inca Marka la correlación varía, siendo la muestra mayoritariamente de filiación Carangas - Inca, seguida de fragmentos Carangas, Inca y en menor proporción, fragmentos del estilo Ti-wanaku (Horizonte Medio), Inca e Inca Cuzqueño.
Existiendo la posibilidad, de una mayor variación en la filiación cerámica en Inca Marka, a diferencia de Pucará Comisario. Este es uno de los principales factores que llevaron aVillanueva (2012)
Figura 31:
Cuerpos de arlbalos cerámica Inca Cuzqueoo, sitio Inca Marka
a proponer estilos cerámicos unificados como el estilo Pacajes - Carangas, el mismo que en base a sus estudios de pastas, señala, que no encuentra diferencias que discriminen los complejos Carangas de Pacajes, en la región del altiplano central. Cabe realizar una aclaración en este sentido, los estudios realizados por Villanueva (2012) se realizaron en sitios rituales (Chullpares), por lo que la presencia de diversas filiaciones culturales, Pacajes, Carangas e Incas, es una constante. Similar a lo registrado, en el sitio Inca Marka en el Sajama. Esto no implica, que no existan los grupos Carangas y Pacajes, por el contrario, reafirma su existencia y territorialidad, mucho más, si los análisis comparativos son realizados en sitios como Pucaras o sitios domésticos versus Chullpares o sitios rituales, tal como es el caso del presente artículo.
Tanto los sitios de baja, media como de alta montaña, se encuentran integrados por caminos de acceso y múltiples sitios logísticos, lo que nos hace presumir que estuvieron conectados en el pasado.
Ya en el proceso de colonización, dentro del periodo denominado como Colonial Temprano, las estructuras mentales y físicas de los sitios cambian dia-metralmente, provocando un cambio en la ritualidad, sentido y utilidad de los sitios hasta la actualidad.
En la presente investigación, se planteó el estudio de la montaña Sajama, desde una percepción antropológica, estudiando la montaña, como una entidad social y ritual (Astvaldsson, 1997; Bastien, 1996). Mostrando la importancia y diferenciaciones de los sitios en baja-pies, media-estómago y alta montaña-cabeza.
Una forma de interpretar las variaciones arquitectónicas, de materiales arqueológicos y de análisis de visibilidad, en los diferentes niveles altitudinales, es confirmando la existencia de estos espacios en la montaña Sajama.
Confirmada la existencia de sitios arqueológicos en los diferentes niveles altitudinales, se puede concluir que la montaña Sajama, fue y es, un sitio importante para las comunidades locales -considerado como una deidad-. En ella, se desarrollan diferentes tipos de ritual, en los tres niveles altitudinales (baja, media y alta montaña), con las siguientes consideraciones.
Figura 32:
Formas según filiación, sitio Inca Marka, sobre una muestra de 82 tiestos cerámicos
Figura 33:
Morfología de la cerámica Carangas (Formas, descripción y referencias gráficas)
Los rituales desarrollados en baja montaña, específicamente en Pucará Comisario, son similares a los descritos en documentos etnohistóricos denominados Tinku, en ellos son comunes los enfrentamientos entre dos o más facciones denominados (awqa), estas pugnas buscan la igualación de fuerzas, mediante el derramamiento de sangre (Platt, 1987; 2010).
En arqueología los sitios de confrontación como Pucará Comisario, presentan patrones de asentamiento en lomas de montañas, con acceso visual amplio, fragmentos cerámicos con baja variabilidad, predominando el componente local Carangas, existe además una fuerte presencia de boleadoras líti-cas y una arquitectura simple, sin estructuras, compuesta por hileras de piedras sin argamasa.
Estas actividades, relacionados con la conflictividad, se expresan en las constantes confrontaciones descritas en la etnohistoria, entre parcialidades del mismo Ayllu: Majasaya y Alasaya de
Carangas, así como la confrontación entre Ayllus colindantes como los Pacaxes.
Los documentos y tradiciones culturales citan que, después de las actividades confrontacionales de igualación de fuerzas, se requiere la convivencia pacífica en el sitio denominado como Taypi. En este lugar se rinde culto a las deidades de manera conjunta, ahí los opuestos se unen en festividades, en el caso del Sajama uno de los lugares más sagrados es la Montaña, ahí a 4840 msnm se encuentra el Inca Marka un sitio sagrado con estructuras circulares, rectangulares y corrales, adaptado para recibir cierta cantidad de personas. Para Ceruti (1997; 1999) los espacios estarían destinados a una élite sacerdotal, los que ocupan la parte interna, mientras que la población, observa desde fuera de las estructuras.
Un marcador importante a nivel arqueológico, en el sitio Inca Marka, es la presencia de una gran variación cerámica, predominando los fragmentos Carangas -Inca, Carangas, Pacajes - Inca, Tiwanaku, Inca Cuzqueño y arquitectura compuesta por estructuras circulares y rectangulares, destaca el usnu como estructura ritual importante, que le da estatus al sitio arqueológico. Visualmente tienen acceso a la cima de la montaña Sajama.
En futuras investigaciones se pretende ampliar el área de estudio, incorporando montañas aledañas como el Parinacota y el Pomerape, con lo que se podrá comparar la aplicabilidad del modelo en otros contextos, de la misma forma se pretende determinar, si los sitios corresponden a espacios de confrontación, rituales u otro tipo de funciones; completando las mismas, con trabajos de excavación.
Sera importante también, incluir investigaciones generales en ríos, sitios de cultivo, caminos, torres funerarias, bofe-dales y otros, con el objetivo de confirmar que estos sitios fueron utilizados como lugares rituales con diferentes connotaciones, sean estos de encuentro confron-tacional o de complementariedad.
Notas
Un aporte importante a la investigación de montañas, se encuentra en las aproximaciones que se dieron a partir de datos antropológicos, que muestran a las montañas, como entes independientes del paisaje o deidades humanizadas
Si bien el concepto de conflicto es una definición continuamente utilizada, para describir los sitios arqueológicos de altura rituales y defensivos, también es claro, que existen otras percepciones que vienen de conceptos andinos, como la complementa-riedad, dualidad, el encuentro (Tinku y Taypi) y otros, que pueden explicar de diferente forma la presencia de los sitios en la montaña Sajama.
En cuanto al análisis de visibilidad, su aplicación es un factor importante para definir los asentamientos en los diferentes niveles altitudinales, ya que, resalta las características visuales de los sitios sobre el entorno.
Se entiende como sitios de encuentro ritual y convivencia pacífica, todo aquel espacio en el que se desarrollan actividades sociales como: encuentros de tipo confrontacional ritual y convivencia pacífica, expresadas en festividades y ceremonias en honor a las deidades.
Los sitios de encuentro arqueológico registrados (confrontacionales y de convivencia pacífica), se encuentran dispersos sobre un diámetro de 258 km2. que comprende la totalidad de la montaña Sajama en sus tres niveles altitudinales (baja, media y alta montaña).
2 Los resultados de visibilidad, se obtienen del análisis en áreas abiertas de imágenes ráster mediante un SIG, en el caso del altiplano, el paisaje es el adecuado por no existir vegetación de más de 50 cm de alto, pudiendo el SIG conectar una línea recta imaginaria, con el punto de observación, sin que existan elementos que bloqueen la línea. En este caso, el valor que devuelve el programa es un numero binario entre 1 y 0, donde 1 (verdadero) y 0 (falso), que corresponde a (1) como superficie visible y (0) como superficie no visible.
3 La tradición cerámica Carangas en la región del Sajama tuvo como predecesores a Pos-nasky (1924) y Arellano (1992) quienes realizaron las primeras descripciones de la cerámica en la región de Oruro, clasificándola inicialmente como cerámica Anantoko perteneciente a grupos aymarás de la región del altiplano central; posteriormente Michel, en el año 1996, realiza una descripción más completa, que incluye formas e iconografía similar a la descrita por Arellano, con espirales, líneas onduladas, puntos, líneas rectangulares con formas de B y otros, a la que denomina Carangas, incluyendo la denominación de cerámica de tradición negro sobre rojo, con formas de cuencos con base plana, ollas, tazones, platos y jarras.
4 La presencia de los Incas en el Altiplano boliviano se da a partir de 1450 d.C, según las crónicas habrían incursionado por el sector Oeste, realizando una serie de pactos con Lupa-cas y Carangas para combatir a los Qollas (Michel 1996), logrando cubrir posteriormente con la tradición cerámica Inca grandes porciones de territorio boliviano, sus particularidades se centran en cerámica policroma, con símbolos geométricos predominando los rombos, círculos, líneas en zigzag, bandas y triángulos, de formas variadas (Kerus, Aribalos, Cantaros, ollas con asas laterales, platos con una asa y otros).
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