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    Journal de Comunicación Social

    versión impresa ISSN 2412-5733

    J. Com. Soc. v.5 n.5 La Paz dic. 2017

     

    ARTÍCULO ORIGINAL

     

    El sentido de ser hincha de la selección boliviana
    Una perspectiva para comprender a la nación

     

    The sense of being a fan of the national soccer team of Bolivia
    A perspective to understand the nation

     

     

    Lic. Marcelo Andrés Duarte Loza 1

    Dirección electrónica: chelo.duarte13@gmail.com

    Universidad Católica Boliviana "San Pablo" (La Paz - Bolivia)

    Fecha de recepción: 17/05/17
    Fecha de aprobación: 20/10/17

     

     


    Resumen:

    A lo largo de su historia, Bolivia no pudo consolidar un proyecto nacional por la diversidad que cuenta en su población. Este artículo pretende abordar una nueva perspectiva del concepto de nación vista desde el fútbol y así entender cómo el sentido de ser hincha de la selección construye una identidad nacional que enfatiza el "ser nación" en una comunidad imaginada que comparte un sentido de pertenencia al país y no busca una homogeneización cultural o política. Cuando el hincha se pone la camiseta de la selección se genera un proceso de identificación con la nación boliviana.

    Palabras clave: Identidad, nación, fútbol, sentido, Bolivia, hincha


    Abstract:

    Bolivia could not consolidate a national project in all of its history because the diversity in its population. This article aims to explain a new perspective of the concept of nation from the football and understand how the sense of being a "hincha" of the soccer's selection constructs a national identity that emphasizes the "being nation" in an imagined community which shares a sense of belonging to the country and doesn't look for a cultural or political homogenization. When the "hincha" wears the shirt of the selection, start a process of identification with the Bolivian nation.

    Key words: Identity, nation, football, sense, Bolivia, hincha


     

     

    I. Introducción

    Hasta mediados del siglo XX, el deporte no fue considerado como un objeto de estudio para las Ciencias Sociales. Sin embargo, con el paso del tiempo, sociólogos y antropólogos comenzaron a interesarse en este tema como un fenómeno de investigación (Fábregas, 2001). Entre todos los deportes, el fútbol sobresale mundialmente por la difusión que tiene en los medios de comunicación y también porque genera movimiento social y económico en la sociedad. Es un fenómeno de masas en el cual intervienen diferentes actores y actualmente pasó de ser una actividad lúdica a una industria de entretenimiento (García, 2007).

    El fútbol es una actividad en la cual las personas pueden liberar sus sentimientos y alejarse de la realidad por un momento. Norbert Elias (1992) analizó el deporte y el proceso de civilización; menciona que con la civilización de las sociedades, los espacios donde la gente podía expresar sus emociones con libertad redujeron. Actualmente, la sociedad encuentra en el fútbol ese espacio en el cual puede desenvolver sus emociones:

    En estas sociedades, mientras, por un lado, las rutinas de la vida, sea pública o privada, exigen que la gente sepa contener con fineza sus estados de ánimo y sus pulsiones, afectos y emociones, por el otro, las ocupaciones durante el ocio permiten por regla general que éstos fluyan con más libertad en un espacio imaginario especialmente creado por estas actividades, el cual en cierto modo trae a la memoria aspectos de la realidad no recreativa (Elias y Dunning, 1992, 57).

    Para el sociólogo Pablo Alabarces (1998), las ciencias sociales en América Latina no prestaron atención al fenómeno del deporte como objeto de estudio; sin embargo, con el paso de los años, el fútbol obtuvo relevancia por la construcción de identidades en la conformación de colectivos. Pasó de ser una actividad lúdica a un espacio donde se puede apreciar la consolidación de identidades locales, regionales o nacionales (Ramírez, 2003).

    Jorge Alberto Meneses (2008), en su ensayo "El fútbol nos une: socialización, ritual e identidad en torno al futbol", señala que los estudios sobre fútbol en América Latina se enfocaron en comprender la relación que existe entre el fútbol y la identidad, el fútbol como creador de imaginarios y el fútbol como ritual (pp. 103).

    El fútbol es un hecho social porque afecta al colectivo y genera movimiento social y económico. Además que es capaz de concentrar un gran número de personasen un estadio y millones frente a un televisor. Es una fiesta que moviliza a masas en el mundo entero y si se ve a este deporte como un fenómeno que puede lograr identidad social es por su poder de convocatoria (Ruffino, 1999).

    En Bolivia y muchos países del mundo, el fútbol es uno de los principales temas en los medios de comunicación. A diario se ven noticias de toda índole sobre este deporte, las cuales están por encima de otros hechos.

    Santiago Flores (2013), en su ensayo "Fútbol y manipulación social", menciona que "la información deportiva, en ocasiones, tiene mayor relevancia mediática que la política... y esto refleja el mayor interés de la sociedad por el fútbol que por otras noticias" (pp. 4); argumento parecido al de Umberto Eco (mencionado en Antezana, 2003), quien indica que los deportes son actividades que desvían la atención de la gente.

    En las Ciencias Sociales, los estudios socioculturales sobre fútbol se enfocaron en conocer "cómo este deporte espectáculo actúa como arena pública en el proceso de construcción de identidades sociales y culturales" (Villena, 2003). Es decir, la relación entre el espectáculo futbolístico y la formación de identidades locales, regionales y nacionales, o las identidades de rol como los hinchas y jugadores. En este caso, el fenómeno que se estudió fue la construcción de la identidad nacional a partir del sentido de ser hincha de la selección boliviana de fútbol.

    Federico Medina (2009) señala que a través del fútbol, los individuos "experimentan la unidad afectiva de la nación, reafirman su fervor patriótico y el valor de la tradición" (p.1). Todo esto pasa en una comunidad imaginaria creada por el fútbol, en la cual existen individuos que comparten los mismos símbolos y la misma pasión. Al mencionar símbolos se hace referencia a las banderas, himnos, camisetas, gorros, cánticos, etcétera.

    Esta idea se la puede asociar con el concepto de nación que plantea Benedict Anderson en su libro "Comunidades imaginadas". Anderson (1993) menciona que una nación es una "comunidad política imaginada como inherente limitada y soberana" (p.23), en la cual sus miembros sentirán la pertenencia a su nación a pesar que no se conozcan.

    Actualmente existe un interés por investigar la construcción de identidades desde distintas prácticas culturales como la música, el fútbol, el cine, los conciertos, entre otras; prácticas que generalmente son consumidas por clases populares (Ramírez, 2003). En este caso, el fútbol es un deporte que se realiza tanto en el área rural como urbana, lo que permite que tenga la participación de distintas clases sociales.

    Se observó que el fútbol en Bolivia tiene una gran importancia a pesar de los malos resultados de los equipos bolivianos y la selección nacional. Cada domingo distintos sectores de la sociedad se dirigen al estadio para ver a su equipo y cuando juega la selección boliviana pasa lo mismo. A su vez, los sectores deportivos en la televisión se enfocan más en cubrir noticias sobre este deporte.

    Existe una relación entre la identidad nacional y el fútbol porque como se mencionó antes, este deporte es capaz de construir identidades regionales o nacionales. En América Latina, según Sergio Villena (2003), la relación entre nacionalismo y fútbol es un fenómeno cultural al que recientemente se le prestó atención. En Bolivia, el sociólogo Mario Murillo (2005) analizó "la construcción de elementos nacionalizadores en Bolivia... a través de la clasificación nacional al Mundial de 1994" (p.2).

    Que el fútbol coadyuve a la construcción de una identidad nacional a partir del sentido de ser hincha de un club o país ya es un fenómeno social que quiebra con la realidad. Esto porque generalmente la identidad nacional surge desde el Estado o como plantea Anderson (mencionado en Murillo, 2005) a partir de tres pilares: "un estado originario mítico, una élite con producciones culturales determinadas y victorias o resistencias heroicas en el pasado" (p.4); pero no desde una actividad como el fútbol.

    En América Latina, los gobiernos difunden un sentimiento de nación que busque unificar políticamente al país, pero los espectáculos deportivos "revitalizan el amor por lo propio" porque generan lazos de solidaridad y vínculos de identidad social (Da Matta, 1989). En los partidos de la selección, los bolivianos afirman sus sentimientos de pertenencia al país y su orgullo nacional.

    Cuando juega la selección boliviana hay una vivencia de unidad que comprende a distintos sectores de la sociedad. El fútbol es un acontecimiento festivo y "la fiesta crea momentáneamente la ilusión de comunidad, de una sociedad homogénea" (Medina, 2009, p.3). Tanto bolivaristas como stronguistas, dos identidades antagónicas, se fusionan y se ponen la camiseta boliviana, convirtiéndose ambos en hinchas de la selección.

    Uno de los factores importantes de esta investigación fue entender cuál es el sentido de ser hincha de la selección boliviana. El sentido se entiende "como las significaciones socioculturales en permanente reconstrucción y tensión", a partir de las cuales, los individuos construyen su visión del mundo para ser en sociedad (Peres, 2013, p.137); este término será desarrollado en los próximos acápites.

    En este caso, entender el sentido de ser hincha ayudó a comprender cómo las distintas prácticas socioculturales que se realizan en los partidos de la selección boliviana construyen una afinidad nacional, lo que Benedict Anderson menciona como el "ser nación". A partir de esto surgió la siguiente pregunta de investigación: ¿cómo el sentido de ser hincha de la selección boliviana construye una identidad nacional?

    Con la pregunta de investigación ya definida, se procedió con la construcción de la proposición general, el cuadro de los propósitos investigativos y las estrategias que se utilizaron, los cuales detallados a continuación:

    Para desarrollar los propósitos investigativos se escogió dos estrategias que guiarán el proceso investigativo: la estrategia abductiva y la inductiva. Se vio pertinente utilizar la inducción en el segundo propósito porque se buscó entender ciertos patrones y características que son parte de la construcción de identidad nacional y la nación como tal. Se escogió la abducción para desarrollar el primer y tercer propósito porque con la investigación se buscó generar conocimiento a partir del lenguaje y el comportamiento de los actores, es decir, de las significaciones compartidas por los hinchas. Como lo plantea Blaikie (mencionado en Peres, 2013), "el método abductivo permite generar explicaciones sociales científicas desde explicaciones cotidianas" (p. 143). Fue pertinente trabajar con esta estrategia porque toma en cuenta el significado, motivo y las interpretaciones que los individuos usa en su vida diaria, lo cual también está relacionado al espacio de mediación con el que trabaja el paradigma hermenéutico.

    Para poder responder la pregunta de investigación fue importante que exista una relación entre el investigador y el fenómeno a ser estudiado, pero no desde afuera, sino siendo parte de éste. Es necesario que el investigador forme parte del fenómeno social para que lo pueda interpretar, por eso se decidió usar la hermenéutica contemporánea como el paradigma que dirija la investigación.

    La tarea de este paradigma es interpretativa, pero no se queda en un plano reflexivo, pretende una construcción de conocimiento. Para poder realizar una interpretación, la hermenéutica trabaja como un "un espacio de mediación entre las partes y el todo" (Peres, 2013, p. 138), en el cual el intérprete está al medio, lo que permitirá que éste comprenda las tensiones que existen entre el todo y las partes.

    Esta interpretación surgió del lenguaje y del accionar de los sujetos y permitió captar el sentido de los textos en los diferentes contextos. Para entender estos significados que las personas comparten socialmente en los partidos de la selección boliviana, se decidió trabajar con teorías del interaccionismo simbólico por su perspectiva interpretativa. Para Paul Ricoeur (2003), la interpretación de los mundos simbólicos donde actúan los individuos es importante porque así se puede comprender los sentidos que construyen "el ser en el mundo".

    Se decidió trabajar con el interaccionismo simbólico por tener una metodología cualitativa. A través de esta corriente teórica se puede apreciar que la realidad tiene una naturaleza simbólica en la cual los individuos crean significados y como investigadores hay que interpretar. Con la utilización de estas teorías se identificó e interpretó el significado que los individuos, en este caso los hinchas, le asignan a símbolos verbales como no verbales.

    En resumen, se vio pertinente trabajar con la hermenéutica por ser un espacio de mediación entre sujeto y objeto en el cual se interpretan los significados que se comparten entre actores a través del interaccionismo simbólico. Se utilizó el análisis sociocultural, propuesto por Rosana Reguillo (1988), como metodología para entender las significaciones a partir de un proceso de observación, descripción e interpretación guiadas también por la etnografía. Así se pudo ver las acciones e interacciones de los individuos en "sus marcos o escenarios naturales de desarrollo" (Rizo, 2012, p.3). En todo este proceso, el intérprete fue parte del fenómeno social y con los datos que se obtuvo, se pudo entender cómo el sentido de ser hincha construye una identidad nacional en los bolivianos.

     

    II. El sentido de ser hincha de la selección boliviana de fútbol

    Para entender el sentido de ser hincha, el intérprete fue parte del fenómeno social para así observar las interacciones simbólicas de los actores sociales; en este caso, los hinchas. Antes de entrar a los resultados, se debe definir qué se entiende por sentido. Según Guadalupe Peres (2013), a través del sentido podemos entender nuestra forma de ver y estar en el mundo, además de la construcción social de la realidad (pp. 136-137).

    Para poder comprender esto es importante el lenguaje y las significaciones que comparten los actores sociales (Berger y Luckmann, 2003, p.53), porque así se manifiesten de manera objetiva tienen una intención subjetiva:

    La realidad de la vida cotidiana no solo está llena de objetivaciones, sino que es, posible únicamente por ellas. Estoy rodeado todo el tiempo de objetos que "proclaman" las intenciones subjetivas de mis semejantes, aunque a veces resulta difícil saber con seguridad qué "proclama" tal o cual objeto en particular, especialmente si lo han producido hombres que no he podido llegar a conocer bien o del todo, en situaciones "cara a cara" (Berger y Luckmann, 2003, p.53).

    El semiólogo Eric Landowski, en su investigación "La mirada implicada" (1999), define al sentido como "la dimensión experimentada de nuestro ser en el mundo" y menciona que comprenderlo implica entender aquello que hace entendamos las cosas de una manera. Como lo plantea Peres (2013), "comprender cómo construimos nuestra visión de mundo" (p.137).

    La "puesta en escena" de los actores sociales se analizó con la siguiente matriz realizada con base en el análisis sociocultural que propone Rosana Reguillo (1988). El trabajo estuvo dividido en tres momentos, la observación del objeto, contemplación del sujeto y la interpretación de los resultados. Cabe recordar que para un trabajo más preciso la investigación estuvo dirigida por las categorías de análisis identificadas. A continuación se muestra la matriz que se utilizó para el análisis:

    a) Análisis social y simbólico

    El fútbol se convierte en un espacio donde las personas pueden liberar sus emociones y salir de sus rutinas diarias. Este deporte crea un escenario ficticio y produce en la gente "una excitación que imita de algún modo la producida por situaciones de la vida real" (Elias y Dunning, 1992, 57). Es en este espacio donde se crean y se comparten distintos símbolos, los cuales permiten a los individuos identificarse con el colectivo, construir un sentido de pertenencia y ser identificados por los demás.

    Para poder abordar la interacción social de los hinchas, se observó los cuatro elementos planteados por los autores Edmond Marc y Dominique Picard (1992): el marco, la escena, los rituales y el contexto. El marco hace referencia al lugar y tiempo; la escena, a los actores; los rituales; a las prácticas reiterativas; y el contexto; a las condiciones sociales (Peres, 2013, pp. 146-147).

    El 8 de octubre de 2015, Bolivia inició su participación en la eliminatoria hacia el mundial de Rusia 2018 jugando contra la selección de Uruguay en el estadio Hernando Siles. Como todo inicio de eliminatoria, la expectativa de la gente era alta; Julio César Baldivieso debutaba como director técnico en un partido oficial y los medios de comunicación hablaban de una renovación en el equipo.

    La asistencia al partido contra Uruguay fue masiva, alrededor de 35 mil personas acudieron a este compromiso. A diferencia de los últimos partidos que había jugado Bolivia, la gente llenó el estadio. ¿Por qué?, porque existen factores sociales y culturales que hacen que un lugar y un tiempo sean como son. En este caso, la ilusión de la gente de clasificar por segunda vez a un mundial hizo que los hinchas vayan al estadio.

    Norbert Elias (1992) menciona que el fútbol genera emociones que son parecidas a las de la vida real. Cuando un equipo triunfa, su afición también se siente ganadora, a pesar de no haber ganado nada en sí. Si Bolivia ganaba el partido contra Uruguay, toda la nación boliviana hubiera sentido que esa victoria era suya; en este caso, sintió la derrota. Empero, a pesar del resultado, la gente no dejó de alentar.

    Los hinchas que van al fútbol tienen afición por un determinado equipo o país y a través de este sentimiento buscan diferenciarse de los demás. Los hinchas bolivianos construyen una identidad que pueden argumentarla "remarcando lo que no se es" (Rivera, 2006); es decir, ser boliviano es no ser uruguayo, por ejemplo. Las personas al momento del partido tienen una identidad común y forman parte de un "nosotros".

    El contexto es un factor importante para la construcción del sentido. Cada partido se desarrolla en un ambiente diferente, las condiciones sociales determinan cómo se construirá el escenario. El partido contra Uruguay fue diferente al que se jugó contra Ecuador, por ejemplo. El intérprete identificó tres elementos que hacen que el escenario sea como es: la historia entre ambos equipos, quién es el rival y el resultado del partido anterior.

    Se podría mencionar que estos elementos son vacíos y no tienen relevancia, pero no es así porque son parte de la explicación del todo. El rival con el que se jugará influye en la asistencia de público y esto deriva en el apoyo al equipo. Si el estadio no está lleno, el sentido de ser hincha se lo vive de otra manera.

    Se realizó cinco aproximaciones al escenario estudiado porque el sentido "es móvil y dinámico; y para comprenderlo hay que protagonizar el cambio" (Peres, 2013, p.148). El performance de los hinchas cambia de un partido a otro así como el contexto en el que se desarrolla el partido. Ante eso, se vio pertinente realizar la observación desde todos los sectores del estadio para ampliar la visión del intérprete sobre el fenómeno estudiado.

    Cuando el hincha apoya a la selección, se pone la camiseta verde y grita el ¡Viva Bolivia!, se identifica como boliviano así no lo sea de nacimiento. Estos procesos de identificación están asociados al psicoanálisis y entre los autores que trabajaron este tema está el psicólogo Sigmund Freud. Para Freud (2013), la identificación se puede definir "como la manifestación más temprana de un enlace afectivo a otra persona" (p.19).

    En esta situación, los actores sienten un enlace afectivo con la selección boliviana, pero este afecto no es solamente de los nacidos en el país. En el partido de Bolivia contra Uruguay así como contra Colombia y Perú, grupos de extranjeros asistieron al estadio y un aspecto interesante fue ver cómo se ponían la camiseta de Bolivia, se pintaban la cara con los colores de la bandera y gritaban a la par de todos; se apropiaban el ser boliviano.

    El psicoanalista francés Jacques Lacan (1946) también hace referencia a la identificación y menciona que "el yo se constituye por alienación, es decir por la identificación a una imagen que no es el yo sino otro" (Lacan, 1946, s.p.). El sujeto encuentra un lazo afectivo con el equipo y al sentirse identificado con éste, también lo hace con el grupo de hinchas, forma parte del colectivo.

    Los hinchas en el estadio se sienten uno solo, comparten el mismo sentimiento: todos son Bolivia. Sin embargo, la identificación no llega a ser total, sino parcial y limitada. Freud (2013) menciona que esto pasa porque un individuo solo puede tomar un rasgo de la persona u objeto con el cual se identifica. Por ejemplo, un sujeto puede identificarse con Bolivia solo en los partidos de la selección de fútbol, pero no en otras situaciones como la Demanda Marítima o la participación de bolivianos en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

    El hecho que Bolivia sea representada de buena manera eleva el orgullo nacional del boliviano, la ilusión de ganar no solo está presente en el fútbol. El hincha, como el boliviano en general, tiene el deseo de ver a Bolivia triunfar sin importar en qué y el fútbol es una oportunidad para hacerlo.

    B) Construcción de sentido

    Al momento del partido, la única distinción que se observa es la de bolivianos y el equipo contrario. Los hinchas se sienten representados por los jugadores de la selección. En su mayoría, llevan la polera de Bolivia u otros símbolos que los identifican como bolivianos. Cada elemento tiene un significado para los actores sociales; por ejemplo, hay hinchas que visten la polera de la selección de 1993. La experiencia del hincha (la cual se abordará con mayor énfasis en el análisis del sujeto) atribuye a esta camiseta un valor de triunfo porque le recuerda la clasificación al mundial de 1994. Herbert Blumer (1968) menciona que los individuos actúan en relación a una cosa según el significado que ésta tiene para ellos.

    La realidad social tiene una naturaleza simbólica, la cual, como investigadores hay que interpretar. Para eso, como se mencionó anteriormente, se utilizó el Interaccionismo Simbólico. Blumer, en su libro El Interaccionismo Simbólico: Perspectiva y método resume esta teoría en tres premisas:

    a) Los humanos actúan respecto de las cosas sobre la base de las significaciones que estas cosas tienen para ellos, o lo que es lo mismo, la gente actúa sobre la base del significado que atribuye a los objetos y situaciones que le rodean.

    b) La significación de estas cosas deriva, o surge, de la interacción social que un individuo tiene con los demás actores.

    c) Estas significaciones se utilizan como un proceso de interpretación efectuado por la persona en su relación con las cosas que encuentra, y se modifican a través de dicho proceso. (Blumer, 1968, p.2).

    Las cosas tienen un significado diferente para cada individuo. Por ejemplo, para una persona, ir al estadio a apoyar a la selección nacional puede valer más que para otra y las acciones que realice serán diferentes comparadas a las que los demás hagan.

    El fútbol tiene un significado que va más allá de ser una actividad deportiva, se convierte en un espacio en el que intervienen una serie de emociones. Cuando el hincha asiste a un partido es parte de una batalla simbólica entre dos equipos.

    La pregunta es: ¿por qué el fútbol llega a ser importante para el hincha? Norbert Elias (1992) menciona que este deporte crea tensiones en los individuos y genera imaginarios de peligro, placer, miedo, tristeza o alegría (p. 57-58). Es decir, el hincha llega al partido con la ilusión de sentirse ganador, pero a la vez hay la posibilidad que pierda; es por eso que el individuo entra en un estado de liberación emocional cuando ve a su equipo.

    El comportamiento que tiene el hincha en los partidos de la selección dependerá de la situación del encuentro. Cuando el equipo está perdiendo, el performance, lenguaje y la forma de comunicarse de los actores es diferente al momento que Bolivia gana. El uso de la primera personal plural para referirse al colectivo es común entre los hinchas en victoria o derrota: "Nosotros ganamos" o "nosotros perdemos".

    Si bien el sentido puede cambiar según el contexto del partido, la pertenencia al país está presente tanto en victorias como derrotas. Esta es la característica principal del ser hincha de la selección. Indicar que el sentido cambie, no significa que lo interpretado esté mal. Esta categoría es compleja y como argumenta Landowski (mencionado en Peres, 2013), el sentido no está para ser hallado sino construido.

    Estos cambios fueron determinantes para la construcción del sentido, es por eso que se indica que esta categoría es móvil, porque sufre alteraciones. Eso genera que en algunas ocasiones el intérprete entre en contradicción de un partido a otro porque como se mencionó anteriormente, el performance, los símbolos que usan y la relación entre sujeto-objeto cambia. Sin embargo, en todos los partidos el sentido de pertenencia al país es un elemento que está presente en el hincha de la selección.

    Los bolivianos buscan en el fútbol una oportunidad para sentirse ganadores. Tras el trabajo hermenéutico que realizó el intérprete, se pudo evidenciar que las victorias y derrotas pueden ser más sentidas por el hincha que el mismo jugador. ¿Por qué pasa esto?, porque el ser hincha de la selección se apropia el ser boliviano y aumenta su sentido de pertenencia a la nación.

    El sentido de ser hincha de la selección se refleja en la identificación con el equipo y todo el país, en sentirse parte del colectivo boliviano. Este sentido se integra a dimensiones sociales y culturales del contexto actual; el ser hincha hace crecer el sentimiento nacional porque en los partidos de la selección no solo juega el equipo, sino una representación del país. Se forma una comunidad imaginada en la cual, por un tiempo determinado, se vive un momento de integración e identificación con Bolivia.

     

    III. La construcción de la nación boliviana

    Los conceptos de nación y nacionalismo han sido trabajados por varios autores, entre ellos, Anthony Smith. Este autor organizó los estudios sobre el nacionalismo en teorías modernistas, perennialistas y primordialistas, las cuales están desarrolladas en su libro "Los orígenes étnicos de la nación" (1986).

    Existen posturas que indican que la nación surge en una comunidad culturalmente homogénea en la que los individuos tienen un origen étnico similar. Estas perspectivas plantean que el Estado construye una nación basada en una cultura común que integre a todos los grupos étnicos de un territorio.

    En Bolivia, lograr que exista una comunidad homogénea es complicado por la sociedad heterogénea que tiene. Definir la categoría de nación es complejo por la diversidad de su población. La Constitución Política del Estado (2009) reconoce a Bolivia como un estado fundado en la pluralidad; es decir, un país con varias naciones.

    Para la socióloga boliviana Moira Zuazo (mencionada en Moreno, Vargas y Osorio, 2014), desde la creación de república, la cuestión de nación ha sido uno de los temas más desafiantes para la sociedad boliviana. Esta idea se asocia a lo que plantea Xavier Albó (2009, p. 67) cuando indica que "el proceso de Bolivia para adquirir su propia identidad como tal, a partir de la anterior como Charcas o Alto Perú, ha sido muy lento y no siempre exitoso".

    La actual Constitución Política del Estado (2009) indica que Bolivia es un Estado Plurinacional fundado "en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico" (p.3). En su artículo 3, indica que la nación boliviana se conforma por bolivianos, bolivianas, naciones, pueblos indígena originario campesinos y comunidades afrobolivianas e interculturales. Según Albó (2009, p. 67), esto no es actual porque desde antes de la colonia, lo que hoy es Bolivia estaba conformado por conjuntos de naciones:

    Lo que hoy es nuestro país en tiempos precoloniales estaba ya conformado por un conjunto de pueblos y naciones, en el sentido amplio que ahora volvemos a dar a ese último término. Los andinos, de habla quechua, aymara, uru y pukina, eran numerosas naciones cuyos nombres persisten en muchas de nuestras provincias -paka jaqi, karanka, killaka, etc.- y son bien recordadas por CONAMAQ. (p. 67)

    El autor de la presente investigación argumenta que el carácter heterogéneo de la sociedad boliviana fue una debilidad en la historia del país para lograr consolidar un proyecto de nación. A su vez, generó distintos conflictos entre bolivianos porque la visión de nación se construía a partir de la visión de las élites del país:

    Esto genera exclusión o inclusión forzada de los grupos que no son similares a este ideal de sujeto nacional, lo que afecta principalmente a colectividades indígenas, aunque también a otras comunidades alejadas de los centros políticos y económicos principales, que resulten sistemáticamente marginadas de la dinámica nacional (Moreno et al, 2014, p.25).

    Si bien hasta el momento no se ha podido consolidar un proyecto nacional estable, no implica que los bolivianos no tengan un sentimiento de pertenencia hacia el país. Los distintos proyectos de nación buscaron principalmente una identificación con el país. El sociólogo Mario Murillo menciona que si se entiende a la nación como una forma de mantener al Estado, a lo largo de la historia de Bolivia hubo dos momentos en los que se manifestó más el sentimiento nacionalista: la Revolución del 52 y el Estado Plurinacional (M. Murillo, comunicación personal, 1 de diciembre de 2016). ¿Por qué pasa esto?, porque son dos momentos en los que el Estado llega con fuerza después de una crisis política.

    La construcción de la identidad nacional estaba determinada por los gobernantes ya sea a través de los medios de comunicación, la lengua o la educación, por ejemplo. Se puede aseverar que el Estado era el encargado de construir a la nación porque a partir de éste se persuadía una lealtad hacia el país con símbolos y creencias. Un Estado fuerte tiende a movilizar sentimientos nacionalistas a través de los cuales buscará legitimidad de parte de los habitantes (M. Murillo, comunicación personal, 1 de diciembre de 2016).

    El Estado, mediante el poder que tiene, difunde un sentimiento nacionalista que está ligado a la lealtad a éste; sin embargo, no es lo mismo que la lealtad a la nación. La primera está más dirigida al plano político y la segunda, a los sentimientos de comunidad. Anderson (1993) estudió los sentimientos de afinidad nacional para identificar cómo surge el "ser nación" y argumenta que la nación es "una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana". Esto quiere decir que al ser comunidad comprende a un grupo de personas; es imaginada porque en la mente de todos sus integrantes estará la imagen de su nación así éstos no se conozcan personalmente; se imagina como limitada porque tiene fronteras (no necesariamente territoriales) con las que se denota lo que separa a un grupo de otro ("nosotros" y "ellos"); y es soberana porque surgió en la época de la Ilustración, en la cual las naciones aspiraban ser libres y dejar atrás los reinados absolutistas (pp. 22-25).

    Anderson (1993) indica que el proceso de construcción de una nación "parte de la creación de una comunidad imaginada en la que los ciudadanos sienten que comparten lazos de solidaridad e igualdad". En esta investigación se trabajará bajo el concepto que propone este autor.

    a) La comunidad imaginada boliviana

    El ser parte de la comunidad política le da al individuo un sentido de pertenencia que se puede reflejar en la ciudadanía -por ejemplo- y para acceder a sus beneficios el sujeto debe sentirse parte de esta comunidad. Esto se asocia a lo que menciona el autor Ernst Gellner (1988), que una nación puede hacerse realidad si y cuando sus miembros se reconocen mutua y firmemente ciertos deberes y derechos en virtud de su común calidad de miembros" (p. 20).

    Cuando el boliviano adquiere su ciudadanía afirma su pertenencia a la comunidad política nacional que está representada por el Estado y este sentido de pertenecer le otorga al ciudadano "una idea de destino común, una suerte de complementariedad que radica en la aceptación de la soberanía del Estado, pero también en el reconocimiento del efecto de las acciones de unos sobre otros" (Moreno et al, 2014, p. 24). De esta manera, se define una nación en términos políticos, pero que no se reduce a eso, sino también a un lado cultural. Se debe entender este concepto como una articulación entre una comunidad cultural y una comunidad política; como indica Anderson (1993), no se debe alinear la creación de la nación con ideologías políticas, sino con sistemas culturales (p. 30).

    En Bolivia existe una diversidad de culturas, las cuales fueron reconocidas oficialmente. Hoy en día, el boliviano puede identificarse como parte de una de las 36 naciones que habitan en su territorio; sin embargo, los regionalismos siguen presentes. Se puede mencionar que en situaciones la identidad departamental es mayor a la identidad nacional y esto porque cada ciudad tiene costumbres que son compartidas por sus miembros.

    Cuando un individuo se identifica con un objeto lo hace porque encuentra lazos afectivos con éste. Un boliviano que se reconoce como paceño, por ejemplo, lo puede hacer porque vive en ese territorio o también por un plano emocional. Lo mismo pasa cuando un sujeto se identifica como boliviano, existe una serie de factores para que suceda esto como la pertenencia.

    Los individuos, no solamente los hinchas, actúan según el significado que le otorgan a las cosas. La segunda premisa de Blumer (1968) indica que este significado también puede ser adquirido en las interacciones sociales. Es decir, el significado de ser boliviano para una persona surgirá por las relaciones con su entorno. Un ejemplo, ver a un hincha inculcar a sus hijos el apoyar a la selección nacional; el significado de esta acción, para el hijo, habrá surgido de su relación con su padre y el grupo social.

    El hincha le asigna un valor al país en el que también es parte el orgullo nacional. Ser boliviano, para el hincha de la selección, significa respetar el territorio representarlo de buena manera, muy aparte de apoyar al equipo. Los encargados de esto son los mismos bolivianos; sin embargo, para que suceda esto es necesario que se sientan parte del país, no solo físicamente sino también en un plano emocional.

    El individuo, en este caso, el hincha, al ser parte del colectivo de bolivianos se identifica con éste y le concede un significado. La identificación que tenga puede ser con el total o solo con un aspecto particular. En diálogo con los hinchas, se identificó que una mayoría tiene una identificación particular, por ejemplo: bolivarista, stronguista o paceño. Como se mencionó en párrafos anteriores, la identificación departamental prevalece y una de las razones es la diversidad cultural de Bolivia.

    A pesar de las identificaciones particulares encontradas, para los hinchas entrevistados la nación es Bolivia con sus nueve departamentos y el conjunto de todos los bolivianos. El conocer qué significa ser boliviano para los individuos está ligado también al qué es nación para ellos. Su perspectiva de nación implica a un colectivo en el que no hay etiquetas, por eso se argumentó que independientemente de ser paceño, por ejemplo, el hincha se reconoce primero como boliviano.

    Al indicar que la nación comprende a toda Bolivia, el hincha reconoce las diferencias que existen en el país. Pueden existir comunidades culturales particulares en el territorio, pero forman parte de un colectivo nacional más grande. La nación boliviana está caracterizada por una diversidad cultural y se "busca consolidar la dimensión política de la nación, reconociendo las particularidades de las distintas colectividades culturales existentes en el país" (Moreno et al, 2014, p. 25). Hay distintas formas de abordar la construcción de nación y el fútbol nos permite entenderla de una manera diferente la cual será explicada en el siguiente capítulo.

     

    IV. El ser hincha de la selección y la construcción de la identidad nacional

    Anderson (1993) mencionaba que la nación es una comunidad imaginada en la que sus miembros comparten ciertos lazos de compañerismo y unidad. Actualmente, son varias las actividades que logran esto en la gente, como la música o el fútbol. Por ejemplo, en tiempo de carnaval, los bolivianos suelen defender, a través de los medios radiales, televisivos o redes sociales, el origen de las danzas típicas ante la copia de otros países. Lo mismo pasa con el fútbol, cuando juega la selección boliviana una mayor parte de la población se ve representada por el equipo nacional. ¿Por qué pasa esto?, porque estas actividades generan sentimientos de apego en la gente.

    Actualmente hay varias actividades que unen a las personas, como el fútbol. Tras el trabajo de interpretación de los datos se identificó que cuando juega Bolivia, los hinchas de la selección comparten un vínculo social que está determinado por el sentido de pertenencia al país, una conciencia colectiva con símbolos comunes y un plano emocional. Cada uno de estos es un factor importante para la construcción del ser nación.

    a) El sentido de pertenencia

    Cuando juega la selección, bolivianos de distintos lugares de la ciudad llegan al estadio para ver jugar al equipo. Un aspecto interesante que se observó en cada uno de los partidos fue la presencia de hinchas que llegan desde la ciudad de El Alto; hinchas que, por lo general, van al partido con toda su familia. El sentimiento que genera el fútbol no excluye, sino comprende a todos los sectores de la sociedad. En los partidos de la selección, la identidad nacional que se construye está caracterizada por la cohesión social de bolivianos.

    El autor Carlos Barba (2011) indica que si bien hablar de cohesión social tiene relación con la integración social, no son sinónimos. La integración social se enfoca en la relación individuo-sociedad y trabaja en "los mecanismos para mantener los vínculos sociales". Por su parte, la cohesión social se refiere a la naturaleza de estos lazos, los cuales permiten a los sujetos "experimentar un sentido de pertenencia social, confiar en los demás, reconocer la legitimidad de la sociedad y confiar en sus instituciones" (Barba, 2011, pp. 70-71).

    El concepto de cohesión social fue trabajado por Emile Durkheim en "La división del trabajo social" (1987). Este autor entiende la cohesión social como "los vínculos que unían a los hombres y permitían la formación de agregados sociales" (Barba, 2011, p. 71). Uno de estos vínculos es la conciencia colectiva a la que define como "el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de los miembros de una sociedad" (Durkheim, 1987, p.29). Además, identifica dos tipos de solidaridad como factores para su construcción, la solidaridad mecánica y la orgánica.

    En la solidaridad mecánica la vinculación entre los individuos y la sociedad es trazada como directa, todos adquieren los mismos hábitos, las mismas actitudes, creencias y valores. En el de la orgánica, el vínculo es descrito como indirecto, pues los individuos sólo están ligados a la sociedad a través de instituciones específicas, diferenciadas, especializadas y rigurosamente coordinadas entre sí, aquí la integración es garantizada por el sistema social. (Alpert, 1986: 217-221 mencionado en Barba, 2011, p.72).

    La cohesión social que surge en los partidos de la selección boliviana está caracterizada por un sentido de pertenencia compartido en el que se aprecia los mismos valores, creencias, sentimientos y en cierta medida, comportamientos. En este caso, lo que genera la cohesión entre bolivianos es la solidaridad mecánica que menciona Durkheim. El sentido de ser hincha construye un imaginario social que dota al colectivo de bolivianos una identidad propia y se convierte en un factor importante para la comunidad imaginada.

    El trabajo de campo fue realizado en cinco partidos y en cada uno de estos se observó el comportamiento del hincha. Tras este trabajo se interpretó que el ser hincha de la selección boliviana construye imaginarios nacionales que une, como se mencionó anteriormente, a distintos sectores de la sociedad por un tiempo determinado y fortalece sus sentimientos de pertenencia al país. ¿Por qué se menciona esto?, porque se apreció cómo el hincha se apropia el ser boliviano cada vez que se pone la camiseta (es decir, apoya al equipo).

    b) Conciencia colectiva y símbolos compartidos

    En el acercamiento que realizó el intérprete para entender el sentido, los hinchas mencionaron que se sienten bolivianos cuando apoyan a la selección. Para esto, un factor importante son las prácticas y símbolos que se comparten. Por ejemplo, el himno nacional tiene una carga simbólica fuerte que refleja unidad el momento que se lo canta. El significado de este ritual es compartido y se convierte en universal.

    George Mead (1968) indica que un símbolo será universal si provoca lo mismo en los demás. Se apreció que el hincha tiene la intención de mostrar que es boliviano cuando entona el himno y el momento que los otros actores entienden esto comparten la misma intención. Este ritual exalta la idea de nación, Anderson (1993) menciona que "en esta canción hay una experiencia de simultaneidad" en la cual personas que posiblemente no se conocen pronunciarán los mismos verbos del himno (p. 24).

    Con el fútbol surge un entusiasmo nacionalista que "se caracteriza por el uso de la primera persona plural y su carácter necesariamente apolítico" (Medina, 2009, p.13). Cuando el boliviano asiste a un partido de la selección deja por un momento su historia individual para formar parte de un colectivo, lo que el psicólogo Gustavo Le Bon define como "alma colectiva".

    El más singular de los fenómenos presentados por una masa psicológica es el siguiente: cualesquiera que sean los individuos que la componen y por diversos o semejantes que puedan ser su género de vida, sus ocupaciones, su carácter o su inteligencia, el simple hecho de hallarse transformados en una multitud le dota de una especie de alma colectiva. Este alma les hace sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta de como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente. (Le Bon mencionado en Freud, 2013, p.2).

    En esta masa psicológica que surge en los partidos, los hinchas bolivianos comparten símbolos, prácticas y una forma de ver y estar en el mundo (esto se explicó en el primer capítulo de la investigación). El vestir polera de la selección, gritar el "Viva Bolivia", el uso de la bandera como estandarte de identificación colectiva y el lenguaje que utilizan son algunas de las características comunes en los hinchas. Freud (2013) argumenta que para que los individuos de un colectivo formen una unidad tiene que existir algo que los enlace. En este caso, lo que une a los hinchas de la selección es el sentido de pertenencia al país y los símbolos compartidos, además de ver al otro como su semejante.

    Cuando somos parte del grupo (utilizo la primera persona en plural porque hago referencia al trabajo realizado como intérprete dentro del fenómeno estudiado) las diferencias no importan a pesar de ser, en algunos casos, notorias. Cabe mencionar que esto es complejo y efímero, no significa que el fútbol elimina totalmente las diferencias sociales. En los partidos observados se apreció que las distinciones más evidentes, posiblemente por el contexto, son de bolivianos y selección contraria, bolivaristas y stronguistas, o identificaciones regionales (paceño, camba, chapaco). Si bien para los hinchas entrevistados la nación es el país entero, tienen sus identificaciones particulares como la regional o de equipo.

    Le Bon, en su libro "Psicología de las multitudes" (1903), argumenta que en los colectivos se eliminan las adquisiciones individuales y "lo heterogéneo se funde en lo homogéneo". Cuando el boliviano ingresa al estadio y se pone la camiseta deja simbólicamente su procedencia para formar parte de un colectivo que representa a Bolivia sin importar las diferencias.

    El fútbol, al ser un deporte popular, convoca a bolivianos de distintas clases sociales para ver jugar a Bolivia; cumple un papel de mecanismo de integración nacional como regional. En cada partido de la selección se apreció una vivencia de unidad en la que se proclama una identidad colectiva, la boliviana. Para Federico Medina (2009), el fútbol es una actividad en la que los sectores subalternos de la sociedad, además de participar, pueden construir su identidad.

    c) Plano emocional

    El hincha boliviano adquiere mayor fuerza en el colectivo, se siente más boliviano al apoyar a su equipo. Como indica Le Bon (1903), "el individuo integrado en una multitud, adquiere, por el simple hecho del número, un sentimiento de potencia invencible" (p.16). Este acápite se encargará del plano emocional identificado en el trabajo de campo que principalmente está relacionado al comportamiento y sentimiento de los sujetos.

    En el partido jugado contra la selección de Perú, el 1 de septiembre de 2016, se observó que la presencia de hinchas peruanos era igual a la de bolivianos. Ante esto, se vivió una confrontación simbólica entre ambos colectivos en la que aparecieron distintos símbolos como las camisetas, banderas, colores nacionales e himnos. Unos buscaban mostrar que eran locales y los otros, hacer sentir su presencia. Se apreció un frenesí emocional en todos los hinchas al ver que por un instante el equipo contrario tenía más público que Bolivia.

    El sociólogo Mario Murillo (2005) indica que el fútbol "moviliza rápidamente sentimientos de pertenencia de manera emocional y simbólica" (p.7). Cuando juega Bolivia se reafirma el fervor patriótico y el amor por lo propio. La vivencia del partido trasciende su carácter de espectáculo para ser un ritual; hay un respaldo de parte de la población a la selección boliviana. Este respaldo se lo aprecia en el aguante de los hinchas al equipo reflejado en los cánticos y el "Viva Bolivia", por ejemplo. No solo está cuando se gana, sino también en los momentos que el equipo está empatando o perdiendo. El resultado no importa, los hinchas apoyan al equipo porque ven a Bolivia reflejada en la selección, a continuación se puede apreciar una fotografía que refleja el aguante de los bolivianos:

    Un aspecto importante que se determinó es que el boliviano siente más su identificación nacional cuando está fuera del país o el equipo juega de visitante. Esta afirmación se la evidenció en los relatos de los hinchas en los que recordaban cuando Bolivia clasificó al mundial de 1994, el momento que Bolívar fue subcampeón de la Copa Sudamericana 2004 o el día que The Strongest venció a la Liga de Quito en Ecuador el año 2005.

    Cuando clasificamos al mundial salimos a festejar con mi papá a las calles, la gente cantaba Viva mi patria Bolivia como si fuera nuestro himno, por mi casa todos se ponían la polera de la selección. Recuerdo que cuando terminó el partido mi papá hizo reventar cohetes en mi patio como si fuera año nuevo, realmente fue algo que unió a todos, fue como haber ganado algo muy grande. Imagina si ahora pasa lo mismo, la gente se olvidaría de todos los problemas y festejaría, eso es lo lindo del fútbol. Yo todavía tengo mi polera del 93, con esa voy al estadio. (Hincha de Bolívar, 50 años)

    Las respuestas de los hinchas cumplen un papel importante en la investigación. Su experiencia respecto al fenómeno estudiado formó parte de una de las tensiones que permitió interpretar el sentido de ser hincha. Así como el intérprete fue parte del fenómeno como observador y participante, las experiencias de los actores también fueron relevantes al momento de la interpretación. Conocer cuál es el mejor recuerdo que tienen los bolivianos de la selección, por ejemplo, está dirigido al plano emocional y saber que uno de los principales fue la clasificación al mundial implica un significado compartido.

    d) La construcción de la identidad nacional

    El concepto de identidad es un debate constante en las ciencias sociales, tanto sociólogos como antropólogos, psicólogos e historiadores se enfocaron en estudiarlo. Para Stuart Hall (mencionado en Hall y du Gay, 1996), la identidad se forma y se transforma continuamente de acuerdo "a los modos en que somos representados o llamados en los sistemas culturales que nos rodean". Es una construcción simbólica que no acaba, se desenvuelve en relación con los demás y se reconstruye en los intercambios sociales. Para Giddens (2002), la identidad es "un intento del individuo de construir una narrativa personal" (p.99), la cual le permitirá comprenderse a sí mismo. Por su parte, Anthony Smith (1996) indica que existen tres tipos de identidad: la identidad de género, la identidad regional o nacional y la identidad colectiva que se asocia con la clase social (pp. 3-4).

    La identidad asigna una especie de marca de distinción al individuo o al colectivo diferenciándolos de los demás. El hincha se identifica con su selección porque representa simbólicamente al Estado boliviano; no importa si es el Estado Plurinacional o la República de Bolivia, se construye una visión común de país. El fenómeno del fútbol permite entender a la nación boliviana de otra manera porque el sentimiento que se comparte rebasa las diferencias de costumbres, religión, idioma o etnicidad. Si bien no lo hace del todo, sino se estaría hablando de un problema nacional ya solucionado, genera una experiencia de unidad en la que se ven lazos de solidaridad lo que Benedict Anderson (1993) define como el ser nación.

    El fútbol, como indica Sergio Villena (2003), puede generar una experiencia de communitas en la cual los individuos comparten el "ser nación":

    Para el antropólogo Víctor Turner, la communitas es "un escenario ritual que hace posible obviar las diferencias estructurales entre los individuos y que propicia su inmersión en un espacio de comunión entre quienes usualmente se encuentran separados estructuralmente por diferencias de rol y estatus" (Turner mencionado en Villena, 2003, 29).

    Este concepto de communitas se puede asociar a lo que menciona Anderson cuando indica que la nación se imagina como una comunidad. Anderson (1993) argumenta esto "porque independientemente de la desigualdad... la nación se concibe siempre como un compañerismo profundo, horizontal" (p. 25). Es decir que importa más las similitudes de sus miembros antes que sus diferencias, esto se apreció en el comportamiento de los hinchas en los partidos. Cuando el hincha apoya a Bolivia ve al otro como su semejante, en el transcurso del partido no influye si la persona de lado es de diferente clase social, lo principal es la identificación como boliviano.

    La apropiación del ser boliviano de parte de los hinchas es uno de los factores más importantes para la construcción de una identidad nacional cuando juega la selección o los clubes bolivianos participan de torneos internacionales. Tras el trabajo de campo en el que se interpretó el sentido de ser hincha, se apreció que en el estadio se genera una comunidad imaginada o como indica el antropólogo Víctor Turner, una experiencia de communitas en la cual los bolivianos viven un momento de unidad y por un instante dejan de lado las diferencias de procedencia social, nivel económico o identificación con algún pueblo indígena, por ejemplo.

    Anderson en "Comunidades imaginadas" indica también que otro de los factores que contribuyen al surgimiento del ser nación es el capitalismo de imprenta; en el caso que menciona Murillo, la clasificación al mundial, no solamente la prensa escrita coadyuvó, sino también la radio y televisión.

    A través de los medios de comunicación se difunde un sentimiento nacional, situación que no pasa solamente con el fútbol sino con otras actividades más, principalmente con fechas cívicas. Cuando se celebra el 6 de agosto en los distintos medios se recuerda la historia de Bolivia, se habla de un orgullo nacional y se muestran los símbolos patrios. Se asevera que este sentir tiene un carácter político diferente al que se genera en los partidos de la selección. Cuando juega Bolivia, estos símbolos dejan de ser elementos aislados, el hincha se los apropia y crea un significado compartido con el colectivo.

    La identidad nacional que se construye en los partidos de la selección tiene un carácter apolítico. Se consolida una comunidad imaginada que está determinada por el sentido de ser hincha y la fidelidad al país como a la selección. Es por eso que la gente va al estadio a pesar de los malos resultados y todavía compra abonos cada inicio de eliminatoria, porque muy aparte de su amor al fútbol, son fieles al "equipo de todos". Este ser nacional es diferente al nacionalismo, entendido como una ideología del Estado. Con el fútbol se puede entender la construcción de símbolos y discursos de identidad nacional en los que no afecta la diversidad social y cultural (Medina, 2009).

    Cuando juega la selección, el hincha boliviano revive sentimientos patrióticos que no solo están ligados con el fútbol. Por ejemplo, en los partidos entre Bolivia y Chile también interviene la historia de ambos países y el conflicto marítimo. En los encuentros internacionales, el espectáculo futbolístico permite trasponer ritualmente los conflictos políticos entre estados y revivir los sentimientos patrióticos (Medina, 2009). La rivalidad política que existe entre ambos países se convierte en una disputa simbólica, en la cual, el boliviano busca salir ganador.

    En un país en el que se cada día se presentan conflictos, los resultados positivos de la selección dan alegría a la gente y reavivan su entusiasmo nacionalista. Esto no solo pasa en los hinchas, sino también en los jugadores. Todos estos sentimientos de los hinchas y futbolistas se ven reflejados en la identificación que tienen ellos con Bolivia.

    El ser hincha de la selección construye una identidad nacional boliviana que no está ligada políticamente al Estado sino a un sentido de pertenencia en una comunidad imaginada que comparte símbolos y significaciones. En esta comunidad se reafirma el ser boliviano y se construye una nación que no busca homogeneizar a los distintos sectores sociales que asisten al estadio; al contrario, genera lazos de compañerismo entre bolivianos, reconoce la diversidad y une a los distintos sectores en un espacio de encuentro (el estadio).

    Bolivia es un país heterogéneo en el que a lo largo de su historia ha tenido problemas entre clases sociales o regiones. Que el sentido de ser hincha de la selección construya una identidad nacional que enfatiza el ser nación como una comunidad y no así la búsqueda de homogeneización cultural o política hace que sea un fenómeno social que quiebra con la realidad.

    El ser de hincha de la selección construye una imagen de nación con un alto sentido de pertenencia al país. No importa si uno se identifica como quechua, aymara, chiquitano o guaraní; en los partidos de la selección el hincha se apropia el ser boliviano antes que otra identificación particular, como menciona Medina (2009), "es una vivencia colectiva que permite expresar más allá de las diferencias de clase un entusiasmo común" (p.13).

    El boliviano no se queda con el concepto de nación sino lo siente y lo comparte. Las significaciones que surgen entre los actores sociales generan procesos de identificación con el país y aumentan el sentido de pertenencia. Cuando los hinchas se ponen la camiseta de la selección, viven un momento de unidad e integración que está determinado por las significaciones compartidas.

    El sentimiento del fútbol genera aspectos particulares en la sociedad, deja de lado su carácter lúdico para convertirse en un hecho social. Se cree que es pertinente estudiar y entender estos fenómenos en el deporte, música o arte para que de esa manera logremos entender mejor nuestra realidad social (utilizo la primera persona porque como individuo me siento parte de la sociedad).

     

    V. Conclusiones

    En una sociedad que está llena de problemas y con una situación política actual que no es de las mejores, el sentirse boliviano puede parecer difícil. Sin embargo, el ciudadano encuentra un sentido de pertenencia al país en diferentes actividades que no necesariamente están ligadas al concepto político de Estado-nación. El deporte, la música y el arte son actividades que movilizan a colectivos y generan en ellos una serie de sentimientos y comportamientos para con el país.

    En este caso, el fútbol deja su carácter lúdico para convertirse en un fenómeno de articulación social. Este deporte, en todo el mundo, convoca a multitud de personas de todas las clases sociales en los estadios o frente a un televisor. Si bien los actores principales de esta actividad son los jugadores, los hinchas también cumplen un rol importante. ¿Por qué?, porque son ellos quienes sienten las emociones del partido y se identifican simbólicamente con un equipo.

    Cuando el hincha se pone la camiseta de la selección se da un proceso de identificación con la nación boliviana. El hincha se siente familiarizado con su entorno porque también comparte símbolos y significados. La selección representa simbólicamente al país y genera una condición de pertenencia. Como lo indicaron varios de los actores sociales, en los partidos el equipo es un reflejo de Bolivia y si gana lo hacen también todos los bolivianos. Pasa lo mismo cuando pierde, el hincha se siente derrotado así no haya sido él quien perdió el partido; empero, si bien el hincha sale del estadio con enojo no significa que ya no se sienta boliviano. La preocupación de los individuos al terminar el partido refleja también el amor que tienen por la nación.

    Identificar que el sentido de ser hincha de la selección logre aumentar el sentimiento nacional fue un elemento clave para continuar con la investigación. Este sentimiento es parte importante para la construcción de nación y una identidad nacional. El fútbol como tal permite entender a la nación de otra manera.

    Como se desarrolló en tercer acápite, el concepto de nación ha sido trabajado por varios autores y son diversas las perspectivas sobre este término. En Bolivia, la formación de nación tuvo sus dificultades, principalmente por las diferencias étnicas y también, pero en menor magnitud, regionales. Pensar en nación se puede asociar con cultura homogénea, pero en países diversos, como Bolivia, la construcción de nación es más compleja.

    El propósito principal de la investigación fue entender la relación entre el sentido de ser hincha y la construcción de una identidad nacional boliviana, y esto también está vinculado a la formación de la nación. Se interpretó que en los partidos de la selección se forma una comunidad imaginada en la que las similitudes de los miembros son más importantes que las diferencias. Esta comunidad está relacionada a lo que plantea Benedict Anderson como concepto de nación.

    Los significados compartidos son la similitud principal que comparten los hinchas, lo que hace que el colectivo que está en el estadio se aprecie como un todo y no como partes independientes. Como indica Gustavo Le Bon, se forma un alma colectiva que puede estar compuesta por individuos semejantes o diferentes.

    Esta comunidad imaginada que se construye está formada por paceños, cambas, cochalas, alteños, entre otros; pero identificados principalmente como bolivianos. En el estadio se puede apreciar ciertas diferencias sociales, pero no afectan al sentimiento nacional colectivo. Estas identidades particulares no se anulan, sino se unen para formar un todo y lo que se manifiesta en el estadio es el ser boliviano.

    Esto también se puede apreciar en los jugadores de la selección. El futbolista que en su equipo puede ser catalogado como "el jugador camba", en la selección pasa a ser identificado solamente como boliviano. Jugadores paceños, cruceños, yungueños, tarijeños, entre otros se unen para representar y defender a un todo, Bolivia.

    Identificar que el ser hincha de la selección construya un sentido de pertenencia a la nación no significa que la problemática de la identidad nacional boliviana esté resuelta. La identidad nacional como tal es un tema que implica varios factores. Sin embargo, el sentido de pertenencia se puede manifestar de muchas maneras que no necesariamente están ligadas a la lealtad al Estado, sino a un sentimiento nacional.

    La selección nacional permite entender a Bolivia como una sola nación y no como plurinacional. Lo aymara, quechua, mojeño, guaraní o chiquitano que en otras circunstancias pueden estar plenamente identificados se cohesionan por un mismo sentir. El hincha boliviano puede estar identificado particularmente, pero primará el haber nacido en Bolivia. Para la construcción de este "ser nación" hay mecanismos que influyen como los símbolos compartidos, el significado del fútbol mundialmente y la cobertura y difusión de los medios de comunicación.

    Este deporte genera momentos puntuales de identificación colectiva y tiene la capacidad de movilizar un sentimiento nacional. La imagen de un país se puede representar a través del fútbol así como de otras actividades. Cuando la selección participa de un evento internacional lo hace con el nombre de Bolivia y se construye una imagen del país a partir del fútbol.

    El hincha es parte de una comunidad imaginada con una identificación común en la que sus miembros comparten significaciones y un sentido de pertenencia a la nación, la cual cohesiona a distintos sectores de la sociedad a partir de una integración simbólica. Es una comunidad imaginada que no está ligada a un plano político, sino a uno emocional.

    La nación se puede apreciar en cómo se sienten las personas. En el estadio existe una carga simbólica en cada elemento, palabra o conducta de los hinchas. El boliviano se comunica con su entorno a través de estos significados compartidos. Si bien cada individuo puede tener una visión distinta de lo que es Bolivia, cuando juega el equipo, Bolivia es la selección nacional.

    El fútbol genera identificaciones y los hinchas no se dan cuenta que inconscientemente conforman una comunidad imaginada. La identidad nacional a partir del sentido de ser hincha se construye con los significados compartidos entre actores sociales, que si bien no se conocen, saben que el otro también se identifica como boliviano. No importa si el otro es de La Paz, Cochabamba o Santa Cruz, basta con sentirse parte de Bolivia. Esto indica que el "ser nación" boliviana no es exclusivo de alguien nacido en el país, como se mencionó anteriormente, el fútbol permite entender a la nación de una manera particular.

     

    Notas

    1 Licenciado en Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana "San Pablo", cursa la Maestría en Comunicación Inteligente (UCB) y es ex integrante de la Sociedad Científica Estudiantil de Comunicación Social.

     

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