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    Journal de Comunicación Social

    versión impresa ISSN 2412-5733

    J. Com. Soc. v.4 n.4 La Paz mayo 2017

     

    ARTÍCULO ORIGINAL

     

    El placer del lenguaje
    Debates sobre el análisis del discurso y el análisis crítico del discurso

     

    The language's pleasure
    Discussions on Discourse Analysis and Critical Discourse Analysis

     

     

    Mgr. Anika Quiñones1 / Mgr. Julián Moreno Parra2

    Correo electrónico: anika_qu@yahoo.es / vokaista@gmail.com

    Universidad Cooperativa de Colombia / Enlace Clave Consultor en Ciencias Sociales, (Bogotá-Colombia)

    Fecha de recepción: 12/11/16
    Fecha de aprobación: 25/02/17

     

     


    Resumen

    Este artículo explica cómo desarrollar una investigación desde la propuesta de Norman Fairclough sobre el Análisis Crítico del Discurso (ACD). Para ello, se presenta una contextualización respecto a los estudios del lenguaje y luego se describen los fundamentos conceptuales y metodológicos del ACD, utilizando como ejemplo la investigación "Familias de mundo: el discurso sobre el exterior en la voz de tres familias transnacionales", desarrollada entre 2010 y 2011 por la coautora del artículo.

    Palabras Clave: Discurso, Análisis Crítico del Discurso, Familia Trasnacional, Migración


    Abstract

    This article explains how to develop a research based on Norman Fairclough's Critical Discourse Analysis proposal. At that respect, the article explores language's contextualization studies and theoretical and methodological approaches.

    Key words: Discourse, Critical Discourse Analysis, Transnational Family, Emigration


     

     

    I. Introducción: Sobre el discurso

    El descubrimiento teórico respecto a identificar las palabras como algo más que simples términos se origina al reconocer las huellas que dejan los textos, impregnados de las realidades propias del momento histórico y cultural en el que fueron creados. Los textos se construyen por palabras, pero se sostienen a través de imperativos de gestión simbólica, que logran fortalecer el proceso de homogeneización. Asimismo, son el reflejo de subjetividades e intersubjetividades afectadas por el peso ideológico que circula en torno a su difusión.

    El interés por los estudios discursivos, además de despertar una fascinación por el lenguaje, invita a la indagar por la estructuración subjetiva, lejos del determinismo biológico, y con un enfoque que exige centrar la atención en aquellas subjetividades construidas a partir de su reconocimiento como sujetos históricos.

    Los estudios discursivos han dejado de ser un asunto exclusivo de los análisis lingüísticos y se han convertido en protagonistas de las ciencias sociales y humanas. Este transcurrir interdisciplinar plantea que no existe un sistema autónomo de hablantes, sino que cada uno de ellos comparte el uso de recursos léxicos, respaldados por principios estructurales de la lengua, sin que puedan ser reducidas solo al vocabulario o la gramática.

    Nelson (1988) profundiza en esta afirmación al plantear que ciertas comprensiones que la persona tiene de sí misma, y del mundo, son las que le permiten desenvolverse en una comunidad más amplia que requiere de un significado. Precisamente, es en estos procesos de significación en los que funcionan el sistema subjetivo del significado, el sistema compartido del significado (social) y el sistema de significado depositado al sujeto (cultural).

    De acuerdo con este argumento, Pierre Bourdieu (2001) considera que existe una idea del sujeto en el que "su hacer en el mundo" trae consigo la incorporación del orden social impuesto (habitus). Y aunque cuenta con la autonomía para participar en el proceso de redefinición y revisión de las estructuras sociales determinantes de lo que hace (Ibid. p. 96-101), genera una correspondencia entre estructuras sociales y mentales, que no se limitan a influir en la percepción de las personas, sino que trascienden a cumplir funciones de dominación e imposición aparentemente objetivas (Bourdieu, 2005).

    De estos planteamientos y generalidades en las que los discursos cobran protagonismo, se perfilan intereses de estudio de acuerdo con lo que cada equipo de teóricos considera como discurso. A continuación, se revisan algunas perspectivas sin pretensión de clasificarlas, sino de caracterizarlas según sus aportes a los estudios discursivos.

    Desde una tendencia lingüística, Michael Halliday (1994, 1978, 1985) enfoca la comprensión del discurso con base en los aportes de la lingüística y la semiótica; enfatiza el análisis en los códigos que porta el discurso y en lo que denomina como funciones "ideacional", "interpersonal" y "textual" del discurso. A partir de ello, se plantean interrogantes sobre la multifuncionalidad del lenguaje.

    En el marco de esta perspectiva, el texto hace simultáneamente un uso lingüístico constitutivo, que se puede sostener de manera convencional y socialmente reproductiva al generarse en el interior de relaciones de poder -relativamente estables y rígidas- o de manera creativa y socialmente transformadora -en los casos en que el poder permite que las relaciones sean relativamente flexibles y abiertas-.

    Una u otra modalidad depende de las circunstancias sociales de cada caso particular. Para Halliday (1994, 1978,1985), aunque el uso lingüístico está configurado socialmente, la construcción del discurso no es monolítica ni mecánica. En este proceso, intervienen las sociedades y las instituciones, así como los dominios particulares dentro de ellas, que sostienen una variedad de prácticas discursivas que coexisten, contrastan, y a menudo, compiten entre sí.

    Es importante enfatizar que el discurso tiene más de un formato, tal y como lo referencian Casiglimas y Tusón (1999). Para estos autores, el discurso sostiene las interacciones intersubjetivas en cualquiera de los formatos en que se presenta (escrito, oral visual u otros), en razón a la funcionalidad que tiene para los sujetos.

    En la nueva interpretación sobre el discurso, quizás la perspectiva más difundida es la enseñada por Teun Van Dijk (2001), quien identifica al discurso como un fenómeno práctico, social y cultural, desde una orientación pragmática. Lo primordial para este autor es el funcionamiento de la lengua a través de una utilización individual, donde el enunciado refleja lo que el sujeto quiere hacer al expresarlo.

    Van Dijk (2003) plantea tres aspectos característicos de un discurso. El primero, atañe al uso del lenguaje, su estructura y la manera en la cual se relacionan los elementos que lo componen. Parte desde un micro nivel, en el que se priorizan las relaciones de sentido y coherencia que le otorgan una funcionalidad al discurso, hasta un macro nivel, donde se buscan los tópicos o sentidos globales que le dan una coherencia general al discurso, sin tener que remitirse a una sola oración. El segundo, es el discurso como cognición social, ya que todo discurso se comparte y entra a formar parte de estructuras sociales. Y finalmente, como tercer aspecto, está la función del discurso como interacción social, haciendo referencia a la manera en que las personas se ubican dentro de situaciones sociales, mediante la generación de un discurso y las posiciones que éste da a unos respecto de otros.

    Inscrito inicialmente en la anterior perspectiva, Fairclough (2003) propone entender los discursos desde una dimensión dinámica y no estática, centrando su interésen la manera en la cual discursos se trasforman según las posibilidades. Esta propuesta invita a realizar estudios discursivos que no se limiten a develar o descifrar lo que está en los discursos, sino a comprender las relaciones que se establecen con otros discursos, los obstáculos que impiden su cambio, los elementos que los sostienen, sus puntos de quiebre, y de manera principal, en sus posibilidades de transformación de la práctica social.

    Cada una de estas perspectivas orienta su interés analítico de manera particular; sin embargo, comparten el propósito de indagar en los aspectos lingüísticos del discurso en función de la utilización que le dan los sujetos. De esta manera, contribuyen a la consolidación del giro pragmático de la lingüística; al desarrollo del estudio sistemático de la variabilidad y adaptabilidad de los signos y significados en su uso; y al debate sobre el determinismo lingüístico y la interacción entre los hablantes.

    En síntesis, los discursos se pueden entender como acciones que desarrollan los sujetos en diferentes situaciones sociales. Son actos sociales dinámicos, no constituidos, ni estáticos que se cristalizan en el lenguaje, formando diferentes textos en los que se reflejan elementos del discurso. Los discursos nacen y se reproducen en contextos determinados y definitivos para la inclusión, distinción, indefinición o exclusión de sujetos, eventos, conocimientos, momentos, fuerzas, circunstancias y significados, entre otros, que al compenetrarse, distinguirse y escogerse, construyen los discursos.

     

    II. La importancia de las prácticas sociales

    Las posibilidades que tiene un sujeto en la construcción discursiva y racional, implican el desear. En aquellas situaciones en las cuales el deseo es la fuerza que da paso al movimiento, pero también su razón de actuar, la práctica social refleja los discursos que la construyen y sostienen, toda vez que hacer algo implica que alguna otra cosa acontezca.

    Resulta entonces sorprendente la manera en la cual los discursos cobran autonomía, se materializan y representan en "el dicho" y en el "no decir". Una dicotomía que permite el surgimiento de una codificación narrativa, que demanda un análisis estructural propio de la explicación, sin la cual no sería posible la comprensión de lo relatado. De esta manera, el texto que aparece en los discursos se convierte en un sistema de signos lingüísticos, producto de las significaciones de aquellos sujetos que participan en su uso, exigiendo, para su interpretación, la comprensión de los significados de aquellos que lo han usado.

    Delimitar el discurso como práctica social en relación al uso lingüístico variado y contextualizado, oral o escrito (Calsamiglia y Tusón, 1999), puede asumirse como una postura integradora de otras realidades. Pero, al mismo tiempo, se asume como un gran campo de estudio, abierto al análisis discursivo. Es posible identificar dos categorías generales para comprender lo que hacemos las personas, en la vida social, como parte de nuestras interacciones cotidianas.

    Para Harré y cols., (1989), somos sujetos de práctica y de expresión. Así logramos asegurar la materialidad para sobrevivir y la dignidad para convivir con otros; sin embargo, dadas las condiciones inherentes a nuestra naturaleza humana, estamos condicionados a dividirnos entre un automatismo, que impide dar cuenta de lo que hacemos, y un autonomismo, que nos edifica como actores y transformadores de nuestra realidad.

    Esta necesaria distinción, entre la dimensión individual y social de la acción, fue parte de los importantes aportes de Weber en la construcción de su teoría sociológica (Soldano, 2002). A diferencia de la acción individual, entendida como toda conducta humana en la que asignamos significados subjetivos, independientemente de si la hacemos o no manifiesta, la acción social es aquella conducta significativa que orientamos hacia lo que otro(s) hace(n).

    Esta acción -que según Weber es social, en tanto sea significada y dirigida a otro(s)- no niega la vinculación de la acción individual con lo colectivo e institucional. Entonces, se reproduce un individualismo metodológico en el que cualquier fenómeno de la estructura social puede entenderse al reducirlo a la forma más elemental de acción individual con la que se relaciona, favoreciendo la comprensión del significado de los fenómenos a estudiar, a través de la exploración de sentidos subjetivos (motivos, actos, medios y fines) de los sujetos involucrados.3

    Sin embargo, tal como lo explica Maturana (2002), la "indefinición de ciertas significaciones" de la acción humana no se resuelve explorando en los significados producidos por las instituciones sociales, también requiere la indagación sobre la "confabulación" entre el proceso de organización discursiva y la biología humana del conocer, o, en otras palabras, de la "complicidad" en la que participamos como seres humanos junto con los discursos. En tal proceso aceptamos su imposición de ordenamiento científico, social y cultural; en consecuencia, valoramos o consideramos que lo que se "dice" sobre algo es lo único "dicho", posible "de decir" o "por decir".

     

    III. La importancia de los enunciados en los discursos

    Como ya se ha señalado, los enunciados tienen una importancia relevante al ser un reflejo de elementos subjetivos y, por consiguiente, de discursos, significaciones y sentidos.

    A partir de la formulación del concepto de polifonía (Bajtin,1982 y Ducrot 1990), la propuesta teórica relevante para el estudio de los enunciados se orienta a ver a estos más allá de su carácter meramente lingüístico y considerarlos extra lingüísticos.

    Así, al trascender los aspectos verbales y escritos, el análisis enunciativo se concentra en la valoración de sobreentendidos, los que finalmente posibilitan la existencia de un mínimo o un máximo de comprensión en la comunicación y que, tal como su nombre lo indica, no necesitan explicarse porque se asume que su comprensión está dada. En ese sentido, cuando se enuncia el sobreentendido se hace imposible aclararlo en el mismo acto enunciativo, obligando a crear otro espacio para reflexionar sobre lo no dicho. Es en este espacio de ausencia enunciativa, los discursos se estructuran, convirtiéndose en la morada para acoger lo no dicho, eso que no es necesario decir porque se sobreentiende.

    Asimismo, en el desarrollo de estos estudios discursivos, que toman como unidad de análisis la enunciación, lo que se conoce como frase es una entidad teórica construida por el lingüista y compuesta por un conjunto de instrucciones que permiten -mediante su significación- comprender el sentido de los enunciados; mientras, el enunciado se mantiene y permanece como realidad empírica y observable (Ducrot, 1990). Este valor semántico del enunciado, que posiciona a la significación como otro fenómeno discursivo de interés para el análisis, expresa los mecanismos para identificar el sentido y significado de los enunciados y, en consecuencia, la oportunidad analítica para acceder a órdenes de lo que sucede entre los seres humanos y sus construcciones de realidad.

    Para Fairclough (2003), el significado de un enunciado está sujeto a la textura del texto. Dicha textura es otorgada por el significado de las relaciones del agente social que debe abordarlo. Gracias al significado, las relaciones existentes previas al texto se transforman en una nueva relación de equivalencias que a la vez permiten abordar el texto. Estas relaciones previas que anteceden el encuentro entre el sujeto y el texto, son estructuras sociales que representan entidades abstractas e independientes, bien sea económicas, de clase, parentesco o de lenguaje. Son un conjunto de posibilidades sociales que enmarcan el encuentro, determinando la relación entre lo que es estructuralmente posible y lo que no lo es. En estas entidades, los elementos extralingüísticos pueden construir la estructura social abstracta, determinando las significaciones emergentes de las relaciones con los textos que los reconoce o los veta.

    Esta relación entre enunciados, procesos de significación y entidades organizativas de especificación lingüística -que definen un orden del discurso-(Fairclough, 2003), caracterizan el tipo de estudio discursivo que se ejemplarizará a continuación.

     

    IV. Los estudios discursivos como perspectiva metodológica

    Con el fin de ejemplificar la estructura metodológica de análisis crítico del discurso, se utilizará la investigación "Familias de mundo: el discurso sobre el exterior en la voz de tres familias transnacionales", presentada en 2011.

    Para iniciar un proceso investigativo desde la perspectiva de análisis crítico del discurso, es necesario que el investigador tenga la capacidad de reflexionar profundamente sobre sus posibilidades de agenciamiento, asumiendo que ningún investigador elige un tema de investigación al azar. Los investigadores se interesan particularmente por una problemática en relación a un interés personal, del cual, en un proceso de investigación mediado por la tecnocracia, se utilizan la construcción de los antecedentes y el planteamiento de problema para tomar distancia y ubicarse en un lugar presuntamente objetivo, con el fin de evidenciar la pertinencia de la investigación que se desea emprender, enfatizando en los aportes para el crecimiento teórico o práctico del campo de estudio en cuestión. Sin embargo, el interés personal va a seguir ahí, por lo tanto es preferible identificarlo, conocerlo y estar constantemente monitoreándolo.

    En gran parte, es por esta condición de agencia que el texto de investigación, producto de este tipo de investigaciones, puede encontrarse escrito en primera persona. El enfoque permite romper con la presunta objetividad que se supone se logra al tomar distancia y escribir en tercera persona, no es indebido escribir en tercera persona, pero en este tipo de investigaciones cada cual se hace responsable de su palabra, eso implica reconocer y hacerse responsable de aquello que de usted como investigador habla mediante la escritura de ese texto.

    Se inicia el proceso de investigación, siguiendo la estructura procedimental del Análisis Crítico del Discurso (ACD) desde la perspectiva de Fairclough (2003) quien considera que la totalidad del análisis debería ser la siguiente:

    1. Centrarse en un problema social que tenga un aspecto semiótico

    2. Identificar los elementos que obstaculizan con el fin de abordarlos mediante el análisis de:

    a. la red de las prácticas en la que están localizados

    b. la relación de semiosis que mantiene con otros elementos de la particular práctica (o prácticas) de que se trate.

    c. El discurso (es decir, la propia semiosis)

    •   Análisis estructural: el orden del discurso

    •   Análisis interaccionar

    •   Análisis discursivo

    •   Análisis lingüístico y semiótico

    3. considerar si el orden social (la red de prácticas) necesita en cierto sentido el problema o no.

    4. Identificar las posibles formas de superar los obstáculos

    5. Reflexionar críticamente sobre el análisis (p.1-4).

     

    V. Fase I: Centrarse en un problema social que tenga un aspecto emiótico

    A diferencia de procesos de investigación estructurados en marcos lógicos, la construcción de un planteamiento del problema lleno de datos estadísticos que reflejen la relevancia de la problemática, si bien puede ser útil, no es lo relevante, así como tampoco lo es buscar un gran acerbo de investigaciones sobre temas similares o quizás el mismo tema de interés para investigar. La discrepancia al respecto, es por qué tanto la construcción de datos estadísticos o las construcciones teóricas (investigaciones) que se han hecho son en sí mismo discursos construidos que son sostenidos y sostienen discursos imperantes sobre el tema de interés. Se abordan pero no para evidenciar la pertinencia de la investigación que usted quiere empezar, sino para saber que discursos se han venido sosteniendo respecto a su tema de interés. Para generar el planeamiento del problema, lo más importante es resaltar lo problemático del tema, es identificar el aspecto semiótico de aquello que desea investigar.

    Es así como se realiza un recorrido en los diferentes niveles de análisis respecto a la problemática que quiere abordar, que se pueden encontrar en el tema. En el caso de la investigación sobre familias trasnacionales, donde se aplicó este modelo, se partió de tres certezas iniciales: (1) Se trabajaría con enunciados; (2) Se trabajaría con familias que tengan alguno de sus miembros viviendo fuera del país;(3) El interés sería el exterior. Desde allí se empezó la búsqueda semiótica problemática, pero sobre todo había algo aún más significativo el lenguaje en sí mismo.

    La razón de ser de la investigación no son las estadísticas, ni la relevancia o impacto social que podría tener la investigación. El interés por los aspectos semióticos se pueden resumir en lo que se pregunta Magariños de Morentin (1996) al considerar que dar cuenta de esos aspectos es responder al siguiente interrogante ¿por qué y cómo en una sociedad algo -una imagen, un conjunto de palabras, un gesto, un objeto, un comportamiento, etc.- significa?, quedémonos con lo central: por qué y cómo en una sociedad algo significa, es allí de donde emerge la relevancia semiótica, por lo tanto a partir de esta pregunta, identificar por lo menos un aspecto semiótico que sea problemático en el tema de interés investigativo es el punto de partida.

    En el caso de la investigación sobre familias trasnacionales, se inició una búsqueda por conocer la importancia de los enunciados, para lo cual se retoma el concepto de polifonía de Mijaíl Bajtin y Oswald Ducrot (1990). Al respecto, se describe que este surgió de diferenciar dos maneras de hacer la literatura. Una, la literatura dogmática, en la cual se expresa una sola voz y otra, la literatura popular, polifónica o carnavalesca. Se sostiene que la relevancia de la polifonía se genera porque aquel que aborde el texto, podrá descubrir cuál es el personaje que está hablando, a través de las características de su enunciación, lo cual le da el sentido al enunciado. De tal manera que el sentido de la enunciación es el resultado de las diferentes voces que se presentan y logran recrear un "carnaval" de distintas voces y conceptos que son juzgados, descritos o explicados y que esperan ser comprendidas siempre. Todo esto mientras no exista una intención por negarlas, ocultarlas o indefinirlas de tal manera que sean segregadas.

    Esta posibilidad polifónica de los enunciados giró la mirada de búsqueda semiótica hacia Ducrot (1986) y Bajtin (1982), quienes se interesan más en la enunciación que el enunciado. La existencia de las valoraciones sobreentendidas es descrita por Bajtin (1982). Sostiene que la apertura extra verbal del enunciado permite hacer una aclaración en la enunciación: por una parte, la realización verbal o escrita y, por la otra, la valoración de sobreentendidos, viabilizando que sean estos los participantes de un discurso y posibilitando la existencia de un mínimo o un máximo de comprensión en la comunicación. Por lo tanto, afirma que lo sobreentendido, como su nombre lo indica, no necesita enunciarse, y si llegara a ser enunciado, se prestaría para errores de sentido y generaría dudas sobre lo dicho.

    A este punto, ya se identifica el primer elemento para ubicar el aspecto semiótico del problema relevante. Al explicar el sobreentendido, Bajtin (1982) considera que es la misma enunciación la que abre las puertas de la confusión, evidenciando los términos para la segregación y la inclusión. Por ello, es imposible aclararlos en el mismo acto de enunciar, obligándonos a crear otro espacio para reflexionar sobre lo no dicho.

    En el proceso de reflexión previo a la investigación respecto al agenciamiento, se recordó que en los diálogos respecto a experiencias migratorias colombianas, cuando algún migrante habla sobre su experiencia de estudio, trabajo, turismo o anhelo por un lugar fuera de su país de origen, utiliza dos palabras que aparentemente tienen una claridad: Allá y Acá. Estas dos palabras a priori cuentan con una aparente claridad y se convierten por uso lingüísticos en el allá y el acá. A raíz de esto se planteó lo problemático del tema de interés, permitiendo que se signifiquen estos dos deícticos de espacio:

    El deíctico Allá podría ser problemático, específicamente por los atributos de sentidos y significados, de tal manera que se lograra argumentar por qué dos deícticos de espacio pueden ser relevantes. Por lo mismo, se generó un apartado de debate teórico sobre las diferentes aristas del sentido y el significado.

    No fue fácil iniciar el rastreo, puesto que la tentación de cortar el camino y asumir comprensiones teóricas preestablecidas respecto a sentido y significado, que provienen de otras experiencias disciplinares (la psicología y la criminología) fue inevitable. Pero la manera de neutralizar esta tentación fue recorrer de nuevo los caminos conceptuales ya transitados con el fin de reconocerlos y tomar la distancia suficiente que permitieran encontrar la noción más acertada en este trabajo investigativo cuya apuesta se hace desde la comunicación, por lo que se privilegió la perspectiva que emerge de este campo de conocimiento.

    Se incluyeron entonces recorridos teóricos sobre sentido y significado en la psicolingüística y la psicología (Vygotski, Luria, Bruner),4 el socioconstruccionismo (Gergen, 1996), la etogenia (Harré, 1989), perspectivas como las de la logoterapia (Frankl, 1999) o intervencionistas (Watzlawick, 1995), e incluso De Zubiría (1992), el pensamiento nocional y aquellas ideas en vía de convertirse en conceptuales pertenecerían a la "esfera" del significado para luego -en la medida en que aspiran a establecerse conceptual o categorialmente- englobarían una segunda "esfera": la del sentido.

    Sentido y significado en la filosofía del lenguaje, teorías que siguiendo paradigmas positivistas y neopositivistas explican el significado desde las teorías de la referencia, que pueden dividirse en dos grandes grupos: teorías de la referencia directa o teorías causales de la referencia, de Kripke y Putnam, y teorías descriptivas de la referencia de la cual sus representantes más destacados son Frege y Wittgenstein (Rodríguez, 2002).

    En las teorías de la referencia directa, se defiende la posibilidad de la referencia como una relación entre el signo y el objeto, que no está mediada por ningún tipo de contenido descriptivo. El conocimiento del hablante no es suficiente ni necesario para explicar la referencia. La expresión lingüística consigue denotar el objeto de la realidad "extralenguágicas"5 directamente. Esta relación directa, entre el lenguaje y el mundo, está posibilitada por las conexiones causales de los hablantes entre sí y con el mundo natural.

    Con los aportes de Austin y Strawson (Austin, J., 1991) en la teoría de actos del habla, se encontró que se dimensiona el lenguaje en su actividad locutiva al agrupar expresiones mediante oraciones que tienen cierto sentido. La elocutiva identifica la fuerza convencional que acompaña la composición de expresiones locutivas y la perlocutiva; sentido y significado desde la sociosemiótica y la comunicación, como menciona Eliseo Verón (1987) al referirse a los procesos de significación involucrados en la producción, circulación y reconocimiento de los discursos.

    Una vez abordada la problematización respecto a sentido y significado que me apoyaba la importancia de los enunciados, se lograba identificar los aspectos semióticos del interés investigativo. Posteriormente, había que centrarse específicamente en el discurso de interés, que en este caso es sobre el exterior.

     

    VI. Fase II: Identificar los elementos que obstaculizan la modificación del discurso

    El discurso no está solo, se refleja en diferentes aspectos de la vida cotidiana. Por ende, es necesario ubicarlo en la red de las prácticas en la que están localizados. Así, identificar la relación de semiosis que mantiene con otros elementos de la(s) práctica(s) particular(es) social(es).

    En razón a que los discursos son interdependientes, se considera que el discurso sobre el exterior que construyen tres familias trasnacionales, se ubica en una particular red de prácticas que giran en torno a la práctica -social- migratoria. Por lo tanto, en este caso se exploran los discursos respecto la emigración y la inmigración, que permitan identificar la práctica migratoria. Para ello, se identificaron los diferentes discursos que existían respecto a la migración.

    Este proceso permitió que se visibilizaran los escenarios que circundan a la práctica social migratoria, lo cual facilitó su caracterización, aspecto de relevancia, toda vez que circula y se ubica el discurso de interés, a saber el discurso el exterior.

    La manera como se accedió a conocer los discursos circundantes a la práctica social, fue la revisión de producciones investigativas en que se reflejaran experiencias migratorias, con el fin de contextualizar las características de la red de prácticas que impregnan y a la vez están impregnadas por el discurso de interés.

     

    VII. Fase III: La semiosis misma del discurso

    Son varias las posibilidades para acceder a la semiosis misma del discurso. El investigador puede optar por un análisis estructural basado en el orden del discurso, o centrarse en los análisis que pueden surgir de las interacciones que en el existan, o también optar por realizar un análisis lingüístico y semiótico -como se hizo en esta ocasión-, enfatizando en los diferentes niveles de análisis discursivo que surgieron en la voz de los viajeros y sus familias.

    El diálogo con las familias trasnacionales se realizó utilizando la propuesta de entrevista focalizada de Valles (1999, p. 185) que permitía una interacción libre con los entrevistados, gracias a sus características:

    1.  No dirección (tratar que la mayoría de las respuestas sean espontáneas o libres, en vez de forzadas o inducidas)

    2.  Especificidad (animar al entrevistado a dar respuestas concretas, no difusas o genéricas)

    3.  Amplitud (indagar en la gama de evocaciones experimentadas por el sujeto)

    4.  Profundidad y contexto personal (la entrevista debería sacar las implicaciones afectivas y con carga valorativa de las respuestas de los sujetos, para determinar si la experiencia tuvo significación central o periférica. Debería obtener el contexto personal relevante, las asociaciones idiosincráticas, las creencias y las ideas).

    Este autor considera que la entrevista focalizada, si bien es amplia, debe contar con una línea estructural alrededor de la cual se desarrolla la entrevista y el diálogo, como tal. En la investigación ejemplificada, los participantes de la entrevista podían contar lo que ellos quisieran respecto a la experiencia migratoria.

    Los primeros en ser entrevistados fueron los viajeros. Sus enunciaciones se transcribieron y, posteriormente, se les realizó un análisis categorial. Es importante resaltar que, a diferencia de otros tipos de análisis discursivos, las categorías que se priorizan en el ACD son las categorías emergentes y no las preestablecidas. Las categorías emergentes son aquellas que el discurso mismo identifica como pertenecientes a la problemática de interés, y que precisamente empiezan a hacer su aparición en razón de la investigación; mientras que las preestablecidas son aquellas que se identifican a priori como focos de interés, derivadas de la pregunta de investigación.

    Las transcripciones se realizaron sin utilizar signos de puntuación, simplemente se hacían marcas cuando se identificaba una pausa en el relato del enunciante.

    Del texto se sacan los enunciados resaltados (ver imagen 2), ubicándolos en tablas, sobre los cuales se identificaron los agentes, los determinantes, los sustantivos y los tipos de verbos (ver imagen 3), pues si bien la perspectiva es crítico-discursiva, no se está obligado a dejar de lado el análisis de contenido. Lo que hace crítico a este análisis no es sólo la aplicación de la técnica, sino la manera como se proyecta la globalidad de la investigación.

     

    Este dispendioso trabajo aportó aspectos relevantes para la interpretación de los enunciados, en los resultados. Respecto a los agentes, en aquellos enunciados de los viajeros que tenían aspectos de "deber ser" y conllevaban a una obligatoriedad, las voces tenían agentes indeterminados, sin un origen claro. Respecto a los modos, en la valoración positiva de sus experiencias, la prevalencia se hacía en modo indicativo, de tal manera que no daba lugar a los cuestionamientos.

    Luego de este análisis, se retornó a la transcripción con el fin de interpretar los enunciados acerca del discurso de la práctica migratoria y del discurso sobre el exterior en los migrantes.

    Se identificó que los enunciados tenían dos tendencias, unos que hacían referencia a la migración y otros que hacían referencia al exterior. Por lo tanto, los resultados del análisis se colocaron en tablas separadas (ver imagen 4 y 5), pues era necesario organizar las interpretaciones en matrices de análisis según las repeticiones y, después, por semejanza.

     

    Luego de realizar el trabajo con los viajeros, se entrevistó a las familias, bajo la misma propuesta de entrevista focalizada de Valles (1999) y manteniendo la línea estructural de experiencia migratoria. En general, el manejo de los datos fue similar a la descrita con los viajeros. Sin embargo, en el análisis respecto a los agentes, los determinantes, los sustantivos y los tipos de verbos se utilizó la intuición lingüística, pues así también es posible identificar las estratificaciones que se hacen del mundo. Luego, se realizaron tablas de categorías emergentes de repeticiones y de semejanza.

    Estas categorías fueron interpretadas en diferentes niveles de abstracción respecto a la experiencia migratoria -por ejemplo, cuando no se adjudicaba este proceso a ningún lugar en particular- hasta un nivel más concreto, donde se hacía referencia directa a una ciudad o país. De esta manera, las enunciaciones del orden concreto se las tenía presente para encontrar los discursos sobre la migración y las abstractas para encontrar los discursos sobre el exterior.

    Al tener analizadas cada una de las entrevistas a los viajeros y sus familias, en sus respectivos cuadros de análisis (ver imagen 6), se generó un tercer cuadro analítico entre las categorías emergentes de los viajeros y aquéllas de las familias. Se diferenció las de contenido concreto para identificar los discursos sobre la migración y las de orden más abstracto para identificar aquellos sobre el exterior.

    Al tener las categorías emergentes establecidas, se inició el proceso de interpretación y relacionamiento entre ellas. Así, se fue gestando el discurso de manera diferenciada entre la migración y el exterior.

    Con relación a la migración, se encontró una serie de similitudes pero también elementos de diferenciación, entre las familias entrevistadas. A partir de esta observación, se identificaron y analizaron los diferentes discursos sobre la migración, por separado.

    Se podría pensar que el discurso sobre la migración no era el interés inicial en la investigación y que, en consecuencia, no se lo contemplaría. Sin embargo, el discurso no es uno solo, ni existe por sí solo, así que es necesario desarrollar los aspectos encontrados sobre otros discursos que emerjan, aunque no sea el principal.

    Respecto al discurso sobre el exterior, las similitudes entre familias fueron numerosas. Así, se logró identificar un discurso sobre el exterior (ver imagen 7).

    VIII. Fase IV: Maneras en las que el discurso se reproduce y garantiza su permanencia

    Se había obtenido el discurso sobre el exterior y la investigación podría haber concluido en este punto. No obstante, en la lógica del análisis crítico del discurso, este se construye y es construido por otros discursos. No basta sólo con identificar el discurso de interés, sino analizarlo para visibilizar su funcionalidad respecto a la red de prácticas que lo necesitan.

    Es así como se necesita analizar el discurso encontrado. Comprender las estrategias para su reproducción, que a su vez obstaculizan el cambio en el mismo y que aseguran su permanencia y una tendencia a la hegemonía discursiva.

    Al analizar el discurso sobre el exterior se encontraron tres discursos que lo sostienen: (1) El viajero como triunfador; (2) La superioridad de ciertas culturas; (3) La organización social debida es la favorecida por el consumo y la admisión del capital.

    A continuación se presenta la manera en que el discurso se desintegra para lograr el análisis:

    La relación entre estos tres discursos sostiene los discursos sobre el exterior, dirigiendo la manera en la cual nos relacionamos con el mundo y asegurando su propia permanencia. Cada discurso identificado aporta al sostenimiento del discurso sobre el exterior (ver imagen 9).

    Las características de cada uno de los discursos que sostiene el discurso de interés, se escriben a manera de narración, pero su funcionamiento se puede reflejar gráficamente y sin palabras, los colores expresan las relaciones.

     

    IX. Fase V: Identificar las posibles formas de superar los obstáculos

    Una vez identificado el discurso, así como los elementos funcionales que alimentan a otros discursos, es necesario proponer caminos alternativos que logren restringir o por lo menos atenuar la posibilidad de que el discurso de interés logre convertirse en hegemónico. En el ejemplo citado en este artículo, el discurso es sobre el exterior.

    Es importante enfatizar que en esta fase, el investigador debe tener claro que aspirar a que todos funcionemos de la misma manera puede conducir a la perpetuación de la homogeneidad y, en consecuencia, se tiene el riesgo de cambiar una hegemonía por otra.

    En todo caso, aunque no se pretende marcar soluciones, el ACD considera que es muy importante desarrollar este proceso porque la labor del investigador social no se limita a exponer una realidad, sino que debe proponer aristas que maticen la polaridad que se encuentra en el discurso de interés.

    En el ACS es necesario que el investigador identifique la manera cómo el discurso funciona y los obstáculos que tiene para modificarse o extinguirse para luego proponer estrategias de resistencia a ese discurso hegemónico y sus diferentes matices y aristas.

     

    X. Fase VI: Reflexionar críticamente sobre el análisis

    La construcción de este apartado es el preludio del final y pide algo que pareciera ser utópico: lograr que el investigador se responsabilice de los hallazgos, lo cual implica reflexionar de manera crítica todo el recorrido investigativo, identificando los aspectos personales que pudieron haber afectado los análisis realizados en cada uno de los apartados. Esto implica deconstruir, analizar cada una de las fases y buscar la crítica al propio trabajo, con el fin de reflexionar acerca de las contribuciones de la investigación.

    Por lo tanto, se debe tener la capacidad de identificar si aporta o no a la construcción de conocimiento, y en caso de que no sea así, tener el compromiso de retractarse de lo allí dicho, o de eliminar lo dicho.

    El proceso de crítica de la investigación que ha servido como ejemplo para mostrar el proceso del ACD, requirió de un proceso de autoreflexibilidad respecto a la incidencia de la investigadora como migrante retornada y, al mismo tiempo, como investigadora. No se pretende tener una postura de investigación neutra, esto no se logra. Pero una manera de contrarrestar esta afectación, -y que no se termine haciendo una apología personal disfrazada de investigación- será siempre reflexionar críticamente acerca de la propia producción discursiva.

    Luego, se sugiere escribir un texto con la elucubraciones producto del proceso reflexivo. Así, reconocer los niveles de afectación de los discursos del investigador e identificar las modificaciones que esto implica para los resultados.

    Una vez terminado este texto, se revisa cada uno de los apartados. Se identifica si alguno de esos aspectos que habrían emergido del ejercicio auto reflexivo refleja logra opacar las voces de los sujetos participantes. De ser así, se marca una alerta que implicaba revisar la totalidad del apartado y decidir si se mantiene, se ajusta o incluso si se debe deconstruir.

     

    XI. Sobre las conclusiones en este tipo de trabajos investigativos

    Al finalizar los seis momentos investigativos, se termina la propuesta de ACD de Fairclough (2003); sin embargo, una parte muy importante en todo proceso de investigación son las conclusiones. En el proceso de investigación descrito, surgieron diferentes tipos de conclusiones, ideas que expresan la producción de conocimiento, después de realizar una retrospección del proceso investigativo.

    Surgieron tres bloques de conclusiones. Las primeras son las conclusiones temáticas, aquellas que enfatizan en qué es, cómo funciona, cómo se mantiene el discurso dentro de la investigación:

    Otras conclusiones son las proyectivas, las cuales engloban la totalidad del análisis, no solo del discurso de interés, sino que permite visibilizar las conclusiones respecto a cada uno de los discursos sobre los que se sostiene y es sostenido el discurso de interés:

    Finalmente están las conclusiones propositivas, las cuales recogen otras problemáticas que orbitan al discurso de interés:

    A partir de este tipo de investigaciones se puede concluir que:

    - En su dimensión dinámica, desprovista de una concepción estática y constitutiva, los discursos son actos sociales realizados por sujetos en diferentes situaciones. Estos cobran forma de texto en circunstancias determinadas y su inclusión, distinción, indefinición o exclusión se hacen indispensables para su comprensión. Portal razón, para su estudio, cobra relevancia el análisis de los sujetos, eventos, conocimientos, momentos, fuerzas, circunstancias y significados que al compenetrarse, distinguirse y escogerse, construyen los discursos.

    - La importancia de las prácticas sociales y los enunciados en los estudios del discurso se relaciona con una postura integradora de otras realidades y como un gran campo de estudio y análisis discursivo. En la práctica social se reflejan los discursos que la construyen, producto de significaciones y de la "complicidad" entre sujetos y discursos que llevan a aceptar la imposición del ordenamiento científico, social y cultural. Por otra parte, los enunciados, reflejan elementos subjetivos, a partir de significaciones y sentidos construidos durante la enunciación, proceso en el que enunciados, procesos de significación y entidades organizativas de especificación lingüística, hacen del discurso un campo de indagación y análisis desde la propuesta de Fairclough.

    - La descripción del camino recorrido en el análisis de la investigación sobre "Familias de mundo: el discurso sobre el exterior en la voz de tres familias transnacionales", permite explicar la manera como desde la perspectiva metodológica de Fairclough, los estudios discursivos orientan el análisis de los procesos de significación, enunciación y subjetivación, mediados por el uso lingüístico y la producción de discursos. Esta propuesta asegura la posibilidad de centrar la atención en dichos procesos y de hacerlos comprensibles por métodos conducentes a resolver indagaciones importantes para las ciencias sociales y humanas.

     

    Notas

    1 Anika Quiñones es Magister en Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá-Colombia. Master en Criminología y ejecución penal Universidad Autónoma de Barcelona Barcelona-España. Psicóloga de la Universidad Santo Tomás Bogotá-Colombia. Docente investigadora.

    2 Julián Moreno Parra es Magister en Investigación Social Interdisciplinaria (Universidad Francisco José de Caldas), Psicólogo (Universidad Santo Tomás de Aquino). Asesor, consultor e investigador en políticas sociales y poblacionales.

    3 No sobra recordar que para Weber, la acción más significativa es la teleológica o racional con arreglo a fines, y la menos significativa es la acción afectiva o emocional por componer un cierto curso automático e impulsivo. El criterio para distinguir entre una acción significativa y otra carente de significado en referencia a la racionalidad, lo encontramos en Soldano. D (2002) La Subjetividad a Escena. El aporte de Alfred Schütz a las ciencias sociales. En Filosofía y métodos de las ciencias sociales de Schuster F (compilador) Buenos Aires: Manantial, p. 62

    4 Revisar en Montealegre R. (2004) La Comprensión del Texto: Sentido y Significado. Revista Latinoamericana de Psicología Vol. 36. Nº 2, P.p. 243-255.

    5 Es una posición personal que se asume respecto a modificar extralingüístico por extralenguagico, porque la reflexión apunta no a las estructuras sobre las cuales funciona el lenguaje, es decir, lo que está regido por la organización lingüística sino al lenguaje en sí mismo independiente de sus técnicas o norma.

     

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