SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número1Un recorrido por la Historia de las marchas indígenasHACIA EL FORTALECIMIENTO DEL ANTROPOLÓGICAS ARQUEOLÓGICAS: A diez años de creación del IIAA los desafíos índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Artigo

Indicadores

    Links relacionados

    • Não possue artigos citadosCitado por SciELO
    • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

    Bookmark

    Revista Expresiones de Sociales

    versão impressa ISSN 2304-8878

    Expresiones de Sociales  n.1 La Paz  2012

     

    ARTICULO

     

    SER O NO SER INDÍGENA. HE AHÍ EL DILEMA!!!

     

     

    Claudia Vincenty Zoto, Directora IIAA

     

     


     

    En el mundo que conocemos, nos hemos acostumbrado a establecer un sistema de categorizaciones dicotómicas en el que sentimos y actuamos en base a pares de opciones totalmente antagónicas, reduciendo la pluralidad y la infinita diversidad a diferencias simplistas basadas en nociones contrapuestas estigmatizantes y estereotipadas. Este es el caso de las miradas que hacemos del/la otro/a, y que en el caso boliviano se ha restringido, cuando se trata de marcar límites étnicos, al mundo indígena frente al mundo no indígena (q'ara).

    Empero, los acontecimientos vividos durante los últimos meses con respecto a la problemática del T.I.P.N.I.S, ponen en cuestiona-miento esta posición esencialista, ya que el abanico identitario "indígena" es mucho más variado y rico que el de la reducción a "lo ayma-ra", "lo quechua" (tierras altas) y "lo guaraní" (tierras bajas).

    En este juego de opuestos donde nos (des o re) conocemos entre bolivianos/as, lo que se ha podido develar es la construcción de un discurso peligroso y perverso, el cual parece ser maleable y manejable de acuerdo a la situación y a la coyuntura política que vive el país.

    Es altamente paradójico que en un gobierno que declara su compromiso con los sectores tradicional-mente excluidos y sobre todo con los indígena originario campesinos, se desconozca con tanta facilidad los derechos elementales y las demandas de aquellos grupos que supuestamente pretende abanderar.

    De pronto, autodeterminación, autonomía, reconocimiento de la diversidad, respeto, pluralidad...y otros conceptos han desaparecido o se han diluido completamente. Resultan ser palabras vacías de contenido en los labios de los unos y hasta subversivas y terroristas en boca de los otros.

    Y uno de los aspectos más incongruentes de ello es que esta actitud de desprestigio y desvalorización a los originarios de tierras bajas provenga de un denominado "indígena" que se encuentra en la presidencia de un Estado Plurinacional.

    De allí surgen una serie de lógicas preguntas: ¿se trata realmente de un indígena o sólo se ha generado una imagen de la persona de Evo Morales como tal? ¿Quién se puede denominar indígena y quién no? ¿Quién nos reconoce o no como tal? Y todo ello se enlaza con una cuestión mucho menos teórica y más práctica que encarna dilemas específicos con los que tropezamos en nuestra cotidianeidad: ¿Cuáles son los requisitos válidos para gozar del estatus de ciudadanía plena y con derechos? ¿Cuándo es válido ser indígena y cuándo no?

    Este espacio no es el adecuado para reflexionar sobre estas problemáticas de manera profunda y amplia, sin embargo intentaré esbozar unas pocas consideraciones sobre el tema, para podernos abrir a futuro al debate y al análisis fundamentado, que se plantea como urgente en tanto que bolivianos/as y ciudadanos/as.

    Considero que para abordar el tema de identidad hay que partir por establecer algunas cualidades mínimas de la misma y, en este caso concreto, utilizaré los conceptos propuestos por Erwin Goffman (1986) quien señala que la identidad se configura mediante un lenguaje de relaciones compartido por los miembros de una sociedad. Dentro de estas relaciones, la identidad es un conjunto de información mediada por signos y símbolos corporizados en la persona (actitudes, carácter, conductas, apariencia, etc.). La interacción presupone en los individuos, expectativas normativas respecto a la identidad de los interactuantes. De allí surge la necesidad de plantear la existencia de una identidad virtual y de una identidad real social. La identidad virtual hace referencia al cómo deben ser los individuos con quienes interactuamos, por lo tanto, son estereotipias acerca de las personas.

    Por otro lado, el autor reconoce otros tipos de identidades como, identidad personal e identidad social. Esta última es lo mismo que la identidad de roles. La identidad personal, en cambio, hace referencia a la unicidad que tiene por base ciertas marcas positivas de reconocimiento consideradas en su conjunción única. La biografía expresa esta identidad como una totalización de la experiencia vital e histórica del individuo, en cuanto a experiencia única. Esta unicidad presenta un marcado contraste con la multiplicidad de " yoes", producto de los diferentes roles sociales del individuo. Además de estas dos formas de identidad, Goffman introduce una tercera forma denominada "identidad del yo", que se encuentra estrechamente relacionada con las anteriores. Esta es la identidad sentida o experimentada por el individuo. Por lo tanto se trata de una identidad subjetiva y reflexiva.

    Por lo tanto, la construcción de la identidad no nos atañe únicamente a nosotros/as como individuos/as, a cómo nos sentimos, qué rasgos fenotí-picos tenemos, o qué lengua hablamos, eso nos es suficiente para identificarnos. Cuenta también la mirada del otro/a. No debemos olvidar, por otra parte, que la identidad de un individuo se constituye a partir de múltiples facetas.

    Así, de pronto, una persona puede entrar en contradicciones, que podrían convertirse en extremas cuando se trata de su autodefinición. Y también, como puede ser el caso particular que tratamos, ella podría utilizar algunas estereotipias sociales para configurar una imagen que en realidad no siente como propia ni es parte suya, pero le sirve como palanca política, a partir de la que gana simpatías y adherencias significativas, pero que en el momento del posicionamiento real ante lo indígena originario campesino se desmorona fácilmente, pues con este mundo no siente ningún grado de empatia y mucho menos de autoreconocimiento.

    Pareciera que este es el caso de Evo Morales, a partir de sus propias declaraciones en las que asevera: ...entendí que era el primer presidente que venía de la lucha sindical. Ese denominativo de primer presidente indígena viene del pueblo (y de) comentarios de analistas. Yo nunca me consideré como primer presidente indígena pero sí como primer presidente sindicalista. {Página Siete. 25/09/2011).

    Por lo tanto hemos vivido, propios y extraños, un espejismo alimentado por la impostura de conveniencia que podría cambiar de acuerdo a las circunstancias del momento. Ello también explicaría, de la única manera coherente, el grado de violencia física, psicológica, simbólica, estatal que vivieron los/as componentes de la VIII Marcha Indígena, la obstinada sordera a las demandas planteadas y la obtusa tozudez frente a lo evidente.

    El conflicto del T.I.P.N.I.S seguirá generando reacciones y posibles confrontaciones, pero ha tenido la gran virtud de desvelar falacias muy bien escondidas bajo fachadas "indígenas".