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    Revista de Análisis del Banco Central de Bolivia

    versión impresa ISSN 2304-8875

    Revista de Análisis v.32 n.1 La Paz jun. 2020

     

    ARTÍCULO

     

    Evaluación de la inversión pública en Bolivia: Un análisis
    mediante
    fronteras de eficiencia

     

    Evaluation of public investment in Bolivia: An analysis
    through efficiency
    frontiers

     

     

    Pablo Cachaga Herrera*, José Martín Romero Cuevas*, Joel Acho Mamani*
    * El contenido del presente documento es de responsabilidad de los autores y no compromete
    la opinión del Banco Central de Bolivia. Comentarios son bienvenidos
    a: pcachaga@umsa.bo, jromero@bcb.gob.bo y jacho@bcb.gob.bo.

     

     


    Resumen

    La inversión pública en Bolivia se incrementó de manera sustancial en la última década, siendo uno de los componentes más importantes del gasto fiscal y, a su vez, de la demanda interna. No obstante, las investigaciones realizadas a la fecha no han profundizado sobre aspectos relativos a la eficiencia de dicha inversión. El presente trabajo evalúa la eficiencia relativa de la inversión pública del gobierno general de Bolivia en los sectores de educación, salud, infraestructura caminera y servicios para el periodo 2000-2015 mediante el cálculo de fronteras de eficiencia, a través de la metodología Data Envelopment Analysis, la misma que permite establecer, a través del relacionamiento de variables inputy output, mejoras en la eficiencia de la inversión pública en Bolivia en comparación, tanto con los países de Latinoamérica como con los de ingresos medios bajos. No obstante, aún existe un espacio importante para mejorar la asignación eficiente de los gastos públicos de capital.


    Clasificación JEL: C61, E22, E62


    Palabras clave: Inversión pública, política fiscal, fronteras de eficiencia


    Abstract

    Public investment in Bolivia has increased substantially in the last decade, being one of the most important components of fiscal spending and, in turn, of domestic demand. However, researches carried out to date have not delved into aspects related to the efficiency of this kind of investment. This paper evaluates the relative efficiency of Bolivian General Government public investment in education, health, road infrastructure and services sectors for the 2000-2015 period, by calculating efficiency frontiers through Data Envelopment Analysis methodology. This methodology allows to show improvements of Bolivia's public investment efficiency compared to both Latin American and lower middle income countries, through input and output variables relationship. However, there is still an important space to improve the efficient allocation of public capital expenditures.


    JEL Classif¡catión: C61, E22, E62


    Keywords: Public investment, fiscalpolicy, efficiency frontiers


     

     

    I. Introducción

    La inversión pública en Bolivia, en los últimos años, registró importantes niveles de ejecución, tanto en valores como en términos del Producto Interno Bruto (PIB); en este sentido se ha constituido en un importante eje para dinamizar la demanda interna y, por ende, también la actividad económica, permitiendo acrecentar la infraestructura pública y ampliando la cobertura de servicios básicos.

    La inversión pública es uno de los principales componentes del gasto fiscal, específicamente del gasto de capital, que aumentó considerablemente en los últimos años. Teóricamente el gasto de capital tiene efectos diferenciados, dependiendo de la escuela de pensamiento a la cual se haga referencia. En el modelo clásico, por ejemplo, donde se asume plena flexibilidad de los precios y salarios, se considera que la política fiscal no tiene ningún efecto sobre la economía, dado que cualquier estímulo del sector público es absorbido por el ajuste inmediato de los precios. En cambio, el enfoque keynesiano, además de buscar respuestas a las fluctuaciones económicas, también propone políticas que puedan lograr contrarrestar procesos contractivos de la actividad económica, políticas contracíclicas que estimulen la demanda agregada y así coadyuven a dinamizar la economía y la restablezcan nuevamente a su fase expansiva. En este segundo caso, se cuenta con diversos estudios sobre la relación del gasto público y el crecimiento económico (Barro y Sala-i-Martin, 1990). En la mayor parte de los mismos, se concluye que existe una relación positiva (Esquivel y Loaisa, 2016). Es decir, a mayor gasto de capital, mayor crecimiento; específicamente hacen referencia al gasto de capital en infraestructura que es destinada a la construcción de carreteras, que son consideradas por el Banco Mundial como habilitadoras del crecimiento económico y que generan un efecto crowding-in a la inversión privada, al volverlas a estas últimas, más productivas (Antelo y Valverde, 1994).

    Si bien el análisis de la inversión pública y del crecimiento económico han sido bastante estudiados en Bolivia con diferentes metodologías (Montero, 2012) un tema que ha quedado relegado en el ámbito académico, no solo en el país sino a nivel regional, es el uso eficiente de los recursos destinados a la inversión pública. Si bien la inversión pública puede incrementar bastante y tener efectos positivos en el producto, su uso eficiente es todavía un tema pendiente de análisis.

    En este marco, Izquierdo et al. (2018) muestran que la ineficiencia técnica en transferencias focalizadas, malgasto en compras públicas y malgasto en remuneración a empleados1 alcanza a 6,3% del PIB (aproximadamente USD2.240 millones) de Bolivia, superior al estimado para América Latina (4,4% del PIB) y mayor al gasto corriente promedio en salud de la región (4,1% del PIB) y al gasto corriente promedio en educación de la región (4,1% del PIB) acotando que la corrección de esta ineficiencia podría eliminar la extrema pobreza y reducir la pobreza moderada.

    Por su parte Jemio (2018) muestra que durante el periodo 1990-1998, en promedio, una unidad de inversión pública medida como porcentaje del PIB, estaba asociada a un crecimiento del PIB adicional de 0,54%; entre 1999-2005 se redujo a 0,30%. En el periodo de bonanza (2006-2013) cuando la inversión pública se convirtió en el motor principal del crecimiento económico, aumentó a 0,39%, mientras que durante 2014-2017 esta relación bajó a 0,27% en promedio. El autor menciona que estos cambios en el coeficiente crecimiento-inversión del Sector Público No Financiero (SPNF) pueden deberse a cambios en la composición de la inversión, entre pública y privada, pero también a cambios en la eficiencia de la inversión pública.

    Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) (IMF, 2015) señala que la brecha de eficiencia promedio en Bolivia es de alrededor del 41%, muy por encima del promedio de 27% para los mercados emergentes, y del 29% para América Latina. Asimismo, este organismo internacional en su Artículo IV (IMF, 2017) para Bolivia, mediante el método de fronteras de eficiencia, menciona que el gasto de capital ha sido alto en la última década pero su eficiencia ha sido baja, en línea con los resultados del Índice de competitividad global, que indica que la calidad de la infraestructura es relativamente baja en comparación a países similares.

    El documento de investigación comprende cinco partes: en la primera se tiene la introducción; en la parte dos se presenta una revisión de la literatura de estudios relacionados al presente trabajo; en la parte tres se analiza el comportamiento de la inversión pública desagregada; en la parte cuatro se presenta la metodología utilizada; en la parte cinco se muestran los resultados encontrados; y finalmente, se presentan las conclusiones y sugerencias para futuras investigaciones.

     

    II. Revisión de la literatura

    La elección que realizan los gobiernos al momento de escoger la forma de efectuar el gasto es uno de los principales temas de estudio de la política fiscal. La contribución del gasto público en salud, educación, infraestructura, entre otros, en el crecimiento y desarrollo de las economías, es un tema recurrente en la bibliografía económica.

    Según el modelo básico IS-LM, una expansión fiscal genera una mayor producción y tasas de interés más altas y, dada la sensibilidad de la inversión privada ante cambios en la tasa de interés, los niveles de ésta se reducen. A este efecto se conoce como crowding-out, dado que los incrementos en el gasto generan una reducción de la inversión privada.

    Según Buiter (1977), la inversión pública productiva incide sobre la oferta agregada, al afectar a la productividad del trabajo y del capital privado. Desde este punto de vista, es relevante separar el destino del gasto en gasto corriente e inversión pública. En el modelo keynesiano básico, si la expansión del gasto público se materializara en inversión pública, esta complementaría a la inversión privada, compensando el efecto expulsión generado por las tasas de interés, creando un efecto crowding-in.

    Por otra parte, si la inversión pública incide sobre la productividad del capital privado, el efecto de expulsión, característico de los modelos básicos de corte neoclásico, deja de verificarse. La política fiscal puede tener efectos reales sobre la producción agregada.

    Por otro lado, se entiende a la eficiencia de la inversión pública como la relación entre la formación de capital público y su contribución a los sectores de salud, educación e infraestructura; varios trabajos muestran una relación positiva entre estas variables. Según la literatura, las metodologías sobre el análisis de la eficiencia vienen dadas por los métodos paramétricos y no paramétricos. Primero, el análisis de la frontera estocástica (Stochastic Frontier Analysis, o SFA por sus siglas en inglés) es un enfoque paramétrico. Sutherland et al. (2007) aplicaron esta metodología para evaluar la eficiencia del gasto público en educación primaria y secundaria, entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Segundo, el análisis envolvente de libre disposición (Free Disposal Hull, o FDH, por sus siglas en inglés) y el análisis envolvente de datos (Data Envelopment Analysis, o DEA por sus siglas en inglés) son los dos enfoques no paramétricos. Herrera y Pang (2005) aplicaron esta metodología para calcular los puntajes de eficiencia de entrada y salida de los sectores públicos de salud y educación de 140 países para el período 1996 a 2002.

    Afonso y Kazemi (2016) utilizando la metodología DEA, evalúan la eficiencia en la inversión para 20 países de la OCDE con información a 2013. La variable inputes el agregado de gasto público en educación, salud e infraestructura, y la variable output es un ponderado de indicadores socioeconómicos en dichas áreas. Encuentran que Suiza es el país más eficiente con un score de 100% y Grecia, el menos eficiente, con un score de 43%. El score promedio para la muestra de países es de 77%.

    Afonso et al. (2013) mediante DEA calculan indicadores de eficiencia de gasto público para 23 países de Latinoamérica para 2010. Dada la cantidad de gasto público como porcentaje del PIB, en promedio, dichos países podrían mejorar su indicador de performance de gasto público (ponderado por los indicadores en salud, educación e infraestructura) en un 19%.

    Vale la pena mencionar que no existe abundante literatura que evalúa la eficiencia del gasto público a nivel agregado, debido principalmente a la falta de información homogénea de los paises.

     

    III. Hechos estilizados

    Desde mediados de la década anterior, la demanda interna2 se constituyó en un factor importante para el crecimiento del PIB. Tanto el consumo como la formación bruta de capital público y privado, registraron un desempeño destacado al registrar tasas de crecimiento muy superiores a las observadas en años anteriores. En el Gráfico 1 se muestra la tendencia creciente y sostenida, desde la gestión 2004, del índice de la inversión pública que, en comparación a la gestión 1990, aumentó más de 6 veces su nivel y llega a representar casi dos tercios de la inversión total de la economía; la inversión privada también acompañó el aumento de la inversión pública.

    Por destino, la inversión pública ejecutada en los sectores de infraestructura3, productivo4 y social5 creció sustancialmente desde mediados de la década anterior. El comportamiento de la inversión productiva aumentó de manera importante desde 2011, debido al gasto de capital de empresas públicas como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE). Por otro lado, el gasto en infraestructura aumentó debido a la ejecución de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) que, desde su creación en 2006 hasta 2018, destinó USD7.377 millones a la construcción de 5.389 Km de carreteras, dobles vías y puentes. Por último, la inversión social también tuvo un importante incremento y estuvo destinada a la construcción de escuelas, hospitales y otros proyectos de apoyo social (Gráfico 2).

    Un aspecto importante de la inversión pública, es que la misma está concentrada principalmente en los gastos del gobierno general donde están constituidas las gobernaciones, municipios y gobierno central. Estas instituciones tienen la característica de realizar inversiones en salud, educación e infraestructura. Se puede observar en el Gráfico 3 el incremento sustancial de las inversiones de empresas públicas. Al respecto es importante mencionar que, en general, en otros países las empresas públicas tienen un peso reducido en las operaciones del sector público y en muchos casos no son consideradas dentro de las estadísticas de dicho sector, lo que dificulta un análisis comparativo de eficiencia. En este sentido, el presente documento de investigación se concentra en la mayor parte de la inversión pública, la cual es realizada por el gobierno general (70% de participación del total de gasto de capital de los últimos años).

    El gasto de capital de Empresas Públicas incluye: ENDE, YPFB, Empresa Pública Nacional Estratégica Cementos de Bolivia, Lácteos de Bolivia, Papeles de Bolivia, Corporación Minera de Bolivia, Cartones de Bolivia, Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos, Empresa Boliviana de Almendras y Derivados, Empresa Azucarera San Buenaventura, entre otros.

    La mayor magnitud de la inversión pública se observa en el resultado fiscal excluyendo gastos de capital. Si estos últimos no se hubiesen ejecutado, el SPNF habría registrado superávits de forma permanente desde 1990 (excepto la gestión 20026) especialmente en el periodo comprendido a partir de medidados de la década anterior (Gráfico 4).

    Según Armendáriz y Contreras (2016) la inversión pública creció en la región, pero a diferentes velocidades. En el grupo de países que creció fuertemente se encuentran Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú, sin embargo, los niveles alcanzados aún siguen siendo bajos. En el grupo donde la inversión registró un crecimiento moderado se encuentran Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Uruguay (Gráfico 5). Asimismo, señalan que los mayores niveles de inversión deben ir acompañados de una mejora en la calidad y eficiencia para acelerar el crecimiento económico. Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (2018) la inversión pública boliviana se encuentra en niveles superiores a países de la región, en términos del PIB (10,9% del PIB) denotando, este aspecto, la importancia de analizar la eficiencia de la inversión pública boliviana.

    Asimismo, es importante observar la evolución de los indicadores de las áreas donde se orienta la inversión pública. Al respecto, en términos generales, se observan mejoras en diversos indicadores de los sectores de salud, educación e infraestructura. En el área de salud, el número de camas hospitalarias se incrementó de 8.249 en 1997 a 14.290 en 2017 (6.041 camas adicionales) (Gráfico 6a). En la misma línea la cantidad de personas a ser atendidas en un hospital disminuyeron de 3.899 de 1997 a 2.856 en 2017 (Gráfico 6b).

    Por su parte, los indicadores de infraestructura en educación también mejoraron. Por ejemplo, el número de unidades educativas aumentó de manera importante desde 2010 (Gráfico 7a) y los docentes en ejercicio igualmente se incrementaron desde 2005 (Gráfico 7b). Este desfase en el aumento de infraestructura y de docentes podría haber generado ineficiencia en alguna medida.

    El último indicador social, está relacionado con la electricidad, el cual nos muestra que el consumo de la misma aumentó debido al crecimiento vegetativo de la población y un mayor acceso, de un consumo per cápita de 266,5 Kwh en 1990 a 752,7 Kwh en 2014 (Gráfico 8a). Por su parte, el acceso a electricidad subió de 57,2% en 1990 a 91,8% de la población en 2017 (Gráfico 8b).

    Es importante resaltar que las mejoras en los indicadores anteriormente descritos pueden estar ligadas a la mayor cantidad de recursos direccionados a estos sectores, sin embargo, no implican necesariamente mejoras en la eficiencia de la inversión pública; las ganancias de eficiencia dependerá del grado de mejora de dichos indicadores en relación a la magnitud de los recursos destinados mediante la inversión pública a los sectores de educación, salud e infraestructura. En la siguiente sección del documento se aborda dicho análisis y se explican los resultados encontrados.

     

    IV. Metodología de estimación y datos

    IV.I Metodología

    La eficiencia se entiende como el logro del mayor resultado posible utilizando una cantidad determinada de recursos. Para medir empíricamente dicho concepto se desarrollaron varias metodologías que se orientan a estimar o calcular fronteras de producción. Tales técnicas se pueden clasificar en estocásticas y determinísticas; la literatura referente a la evaluación de la eficiencia del gasto público utiliza con mayor frecuencia el método determinístico Data Envelopment Analysis (DEA) el cual también es empleado en el presente documento y se explica a continuación.

    La metodología de cálculo DEA fue desarrollada por Chames et al. (1978) para evaluar el desempeño de instituciones públicas y sin fines de lucro; posteriormente se empleó con frecuencia en campos de la Administración de Empresas y Economía. Esta técnica, en esencia, compara la relación entre los productos obtenidos y los insumos (o factores) de diferentes unidades, para determinar cuál de ellas tienen mejor desempeño y en qué nivel de eficiencia se encuentra el resto de las unidades, mediante la resolución de un problema de programación lineal (Gráfico 9). Asimismo, permite conocer la combinación de insumos de eficiencia que debería utilizar cada unidad evaluada y, por tanto, los ahorros resultantes de dicho cambio de asignación.

    En su formulación matemática, DEA resuelve lo siguiente: sean N unidades productivas (Decisión Making Units - DMU) que elaboran S productos (outputs) utilizando M insumos (inputs) el ratio de eficiencia 9 está dado por la resolución de:

    sujeto a:

    donde:

    Yro: cantidad producida del bien r (outpuf) por la DMU o

    Xio: cantidad utilizada del insumo i (inpuf) por la DMU o

    Ur: ponderación asignada al bien r(output) resultante de la resolución del problema de maximización

    Vi: ponderación asignada al insumo i (input) resultante del problema de maximización

    Es decir, las DMU podrán tener, como máximo, un score de eficiencia θ de 1 y mínimo de 0. Asimismo, para determinar los ponderadores λ de los inputs utilizados para alcanzar niveles de eficiencia similares a los DMU con mejor rendimiento, se resuelve lo siguiente:

    Min θ

    sujeta a:

    La resolución de los problemas anteriores da como resultado scoresáe eficiencia equivalentes.

    IV. 2 Variables y datos

    Se realizaron cálculos para cuatro cortes de tiempo, distantes en cinco años, desde la gestión 2000 hasta la 2015, es decir, se analizó la evolución de la eficiencia en el gasto de inversión de los últimos veinte años. Asimismo, la evaluación se la realizó para dos grupos de países, de los cuales Bolivia forma parte y respecto de los cuales es razonable comparar su desempeño; un grupo considera solo países de Latinoamérica, y otro incluye únicamente países de ingresos medios bajos, según la clasificación del Banco Mundial.

    En el caso de la variable input, siguiendo a trabajos como IMF (2015), se consideró el stock de capital público per cápita calculado bajo la metodología del FMI de inventarios perpetuos (ver Apéndice). Esta variable se expresa en dólares norteamericanos de 2011, es decir, en términos reales. Es importante señalar que, en el cálculo de esta variable, solo se consideran las inversiones de los gobiernos generales de cada país, los cuales incluyen al gobierno central y a los gobiernos subnacionales, es decir, no se incluye la inversión de las empresas públicas que, en el caso de Bolivia, representa una parte importante de los egresos de capital, especialmente a partir de la segunda mitad de la década pasada.

    Para el caso de la variable output, en línea con el documento de Barhoumi et al. (2018) se construyó un indicador de infraestructura física, el cual está compuesto por variables representativas de las áreas más importantes de la inversión pública, es decir, educación, salud, infraestructura vial y servicios. En concreto, el indicador de infraestructura es el promedio de las siguientes variables: número de profesores de educación secundaria por cada mil habitantes (educación); número de camas por hospital por cada mil habitantes (salud); kilómetros (km) de carretera cada 100 km2 de territorio; porcentaje de la población que tiene acceso a agua potable (servicios); y consumo en Kwh de energía eléctrica per cápita (servicios). Dado que cada variable tiene distinta unidad de medición, para el indicador de infraestructura se consideran las variables normalizadas, es decir:

    donde:

    yi es el indicador de infraestructura para el país i en una gestión determinada7.

    Xij es la observación del país i para la variable j en una gestión determinada.

    Xj, es el promedio de la variable j para el conjunto de países analizado en una gestión determinada.

    σj, es la desviación estándar de la variable j para el conjunto de países analizados en una gestión determinada.

     

    V. Resultados

    V.1 Análisis tomando como referencia países de Latinoamérica

    Para el primer ejercicio que considera países de Latinoamérica, los resultados evidencian que la eficiencia en la inversión pública en la región fue convergiendo, lo cual se refleja en el acotamiento de los valores entre los que se encuentran los cuartiles dos y tres, que pasaron de un rango de 0,30 a 0,65 en la gestión 2000, a un intervalo de 0,50 a 0,76 en la gestión 2015. Asimismo, el promedio de eficiencia de la región muestra una tendencia creciente, puesto que pasó de 0,47 en el primer año de medición, a 0,59 en el último. Lo anterior muestra que los grados de eficiencia en la asignación de los gastos de capital de los gobiernos de la región se fue aproximando a aquellos que registran un mejor desempeño al interior de esta (Gráfico 10).

    En el caso de Bolivia, se observa que la eficiencia en la inversión registró una tendencia creciente en los últimos veinte años, en línea con el comportamiento observado en la región. Según los resultados del ejercicio DEA, se observa que la brecha de eficiencia (1 menos el score de eficiencia de Bolivia) se redujo de 0,62 en la gestión 2000 a 0,47 en 2015; por otro lado, el score de eficiencia calculado para el país, si bien se fue aproximando al promedio de la región, aún se encuentra por debajo del mismo, observándose el avance más relevante en el último quinquenio evaluado, es decir, entre 2010 a 2015 (Gráfico 10).

    La literatura referente a la eficiencia en la inversión señala que su principal determinante es el desarrollo institucional el cual, a su vez, engloba la consolidación de varios aspectos referentes al gasto fiscal que se detallan, por ejemplo, en Albino et al. (2014) y en Grigoli y Kapsoli (2013). Al respecto, la descentralización fiscal es uno de los factores más importantes para el logro de una mejor asignación de recursos públicos puesto que permite crear instituciones y formular políticas de acuerdo a las necesidades de cada entidad territorial, y reduce la burocratización al disminuir el grado de dependencia administrativa del nivel central.

    En el caso de Bolivia, la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado y la Ley marco de autonomías y descentralización "Andrés Ibáñez" de 19 de julio de 2010 (Gaceta Oficial de Bolivia, 2010) creó el marco legal para que los gobiernos sub nacionales puedan elegir sus autoridades, administrar sus recursos económicos y ejercer las facultades legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva. Dichos desarrollos institucionales pueden explicar el mayor avance observado en la eficiencia de la inversión pública entre las gestiones 2010 a 2015 (Gráficos 11 y 12). No obstante, la descentralización aún está en proceso de implementación8; en este marco, los gobiernos sub nacionales todavía van perfeccionando sus capacidades técnicas para seleccionar sus proyectos de manera más efectiva así como para realizar un mejor monitoreo a su ejecución; por lo anterior se esperaría que la consolidación del proceso autonómico permitirá mayores avances en el uso eficiente de los recursos públicos.

    Del mismo modo, un mayor desarrollo institucional reduce el uso discrecional de los recursos por parte de los distintos niveles de gobierno y permite asignarlos a los sectores de mayor impacto económico y social; por ejemplo, para el presente documento en el input se consideró el stock de capital público per cápita, el cual está compuesto, en alguna proporción, por inversión no relacionada a los sectores prioritarios de educación, salud e infraestructura vial y de servicios básicos (outputs).

    Otro aspecto que limita la eficiencia en la inversión pública, es la complejidad en la determinación del financiamiento de infraestructura. En el caso específico de salud, por ejemplo, según lo establecido por la ley marco de autonomías, la construcción de hospitales de primer y segundo nivel, son competencia de los municipios, y los de tercer nivel, de las gobernaciones; no obstante, la asignación de ítems para su funcionamiento está a cargo del nivel central. Deficiencias en la coordinación para el financiamiento de los centros de salud entre los distintos niveles de gobierno, constituyen óbices para los avances en la implementación de infraestructura en esta área. Por otra parte, la alta dependencia de los gobiernos sub nacionales de las transferencias del nivel central (especialmente de los municipios no urbanos) genera que estos estén sujetos a la volatilidad de ingresos dada por los precios de las materias primas, por lo que priorizan proyectos de menor complejidad y cuya ejecución sea de corto plazo.

    Por otro lado, las condiciones geográficas de una determinada economía también determinan su grado de eficiencia en el uso de recursos públicos. La accidentada y heterogénea geografía nacional, junto a su baja densidad poblacional, generó que la ejecución de obras de inversión pública de gran envergadura tenga un mayor costo. Al respecto, mejoras en la infraestructura de transporte permitirían, a su vez, un contexto más favorable para incrementar la eficiencia en la ejecución de la inversión pública.

    V.2 Análisis tomando como referencia países de ingresos medios bajos

    Asimismo, se realizó un segundo ejercicio considerando una muestra de países de ingresos medios bajos, según la clasificación establecida por el Banco Mundial. Al igual que en la muestra de Latinoamérica, los resultados obtenidos evidencian que el promedio de la eficiencia en la inversión pública de este grupo tiene una tendencia positiva, en específico, esta pasó de 0,37 en la gestión 2000 a 0,54 en 2015 (Gráfico 13).

    Por otro lado, destaca que la distribución de los scores de eficiencia es más dispersa que en el caso de Latinoamérica. Lo anterior puede atribuirse a la heterogeneidad de los países considerados para este ejercicio, dado que se incluyen economías de distintos continentes que pueden aplicar políticas de inversión disímiles; por ejemplo, en la gestión 2010, en el contexto de la crisis financiera internacional, algunos países redujeron de manera importante sus gastos de capital afectando su acumulación de stock de capital y por tanto su relación con sus indicadores de infraestructura.

    Al respecto Bolivia, en comparación con este grupo de países, muestra una evolución positiva de su eficiencia en la inversión pública. En este sentido, su brecha de eficiencia se redujo de 0,65 en la gestión 2000 a 0,56 en 2015 (Gráficos 14 y 15). No obstante, la eficiencia promedio de estas economías se fue alejando relativamente respecto de Bolivia para los dos últimos cortes de tiempo evaluados, es decir que, en promedio, mejoraron sus grados de eficiencia en mayor magnitud que los avances logrados por Bolivia en los últimos diez años.

     

    VI. Conclusiones

    La inversión pública ha representado una proporción creciente del gasto fiscal en Bolivia, especialmente a partir de la segunda mitad de la década anterior, constituyéndose, a su vez, en un importante componente de la demanda interna. Los recursos que se destinaron a la inversión pública, a su vez, se reflejan en mejoras en variables asociadas a la infraestrucura pública. En este sentido, incrementaron el número de unidades educativas, disminuyeron los habitantes por establecimiento de salud, se incrementó el consumo de electricidad per cápita dado un mayor acceso a la misma, subió la densidad de carreteras, entre otros.

    Sin embargo, distintos análisis sugieren que, si bien el gasto de capital fue elevado, su eficiencia fue baja. Para contrastar lo anterior, en el presente documento se estimaron fronteras de eficiencia determinísticas para la inversión pública a través de la metodología Data Envelopment Analysis. Para la variable output, se creó un indicador de infraestructura física para las áreas más relevantes de los egresos de capital del gobierno general, compuesto por variables de los sectores salud, educación, infraestructura caminera y servicios; para la variable inputse consideró el stock de capital público per cápita.

    Los resultados evidencian reducciones en las brechas de eficiencia de inversión pública de Bolivia (1 menos score de eficiencia) tanto en comparación con los países de Latinoamérica (de 62% a 47%) como con los países de ingresos medios bajos (de 65% a 56%). En el caso de la comparación con Latinoamérica, la mejora de Bolivia está en línea con lo observado en el conjunto de países de la región, reflejado en el acotamiento de los cuartiles dos y tres de los scores de eficiencia estimados para dicha muestra de economías.

    No obstante el aumento de los scores de eficiencia de Bolivia, este aún se encuentra por debajo del promedio de la región y el promedio de los países de ingresos medios bajos, evidenciando que existe un espacio importante para mejorar la eficiencia en la asignación de recursos de inversión pública. Dicha mejora estaría asociada a consolidar y perfeccionar el proceso de descentralización y autonomías que permita una efectiva selección y supervisión de proyectos de inversión, mejorar la coordinación del financiamiento de la infraestructura entre el nivel central del Estado y los gobiernos sub nacionales, así como mejorar la infraestructura vial para disminuir los costos de los proyectos de inversión estatales.

    Este trabajo se concentró en los egresos de capital del gobierno general, debido a que la metodología DEA requiere comparar el desempeño de unidades homogéneas, en este caso, estructuras estatales entre países similares. Por lo anterior, queda por indagar para posteriores trabajos de investigación, el desempeño de la eficiencia de la inversión en empresas públicas.

     

    Notas

    1 Izquierdo et al. (2018) pp. 54 - 55 mencionan que ”La ineficiencia en las adquisiciones se puede medir por la diferencia entre los precios de mercado y los precios de compra de diferentes bienes y servicios, e incluso se puede medir según los bienes del mismo precio pero de diferente calidad. También se puede medir de forma indirecta con estudios sobre la corrupción u observando en qué medida los procesos de adquisiciones pueden disminuir el malgasto y las ineficiencias. Tanto el número de trabajadores (uso de los insumos) como los diferenciales salariales en los sectores público y privado proporcionan indicaciones de ineficiencia en los salarios del sector público. Y el malgasto en las transferencias se puede estimar mediante el costo de las filtraciones que favorecen a personas que no son pobres”.

    2 En el caso del consumo interno, su crecimiento se vio reflejado en las mayores ventas en los restaurantes y supermercados, así como en la creciente demanda de servicios de transporte aéreo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) las ventas de restaurantes y supermercados en 2005 fueron Bs138 millones, mientras que en 2017 alcanzaron a Bs1.322 millones, lo que significa más de ocho veces lo realizado en 2005. Por su parte, las ventas de boletos de transporte aéreo en 2017 fueron de Bs439 millones, superior en 189% a lo vendido en 2005.

    3 La inversión en infraestructura comprende obras ejecutadas en carreteras, puentes y tramos viales, entre otros, que tienen la finalidad de consolidar la integración vial de todo el territorio nacional para beneficio de todos sus habitantes.

    4 La inversión productiva está relacionada al sector de hidrocarburos y energía que incluye, además de las fuentes tradicionales, otras innovadoras fuentes de energía como la geotérmica, solar y eólica. Así también, se destinaron recursos al sector industrial para la construcción del Ingenio Azucarero San Buenaventura, empresas procesadoras de alimentos (miel, lácteos, frutas, almendra, etc.).

    5 La inversión en el sector social está destinada a proyectos de salud y educación entre otros.

    6 En la gestión 2002 el déficit sin gasto de capital alcanzó a 0,4 del PIB y el global a 8,8%, siendo este déficit explicado principalmente por gasto corriente.

    7 Para evitar indicadores de infraestructura negativos, se sumó a cada observación, el valor absoluto del indicador mínimo obtenido para una gestión y grupo de países determinado.

    8 Por ejemplo, los gobiernos autonómos municipales que todavía no aprobaron sus estatutos autonómicos ejercen sus derechos de autonomía según lo establecido en la Constitución Política del Estado, la Ley marco de autonomías y descentralización y la Ley de gobiernos autonómos municipales.

    9 Nótese que el subíndice t = 0 es simplemente una forma de representar el período inicial: todos los períodos subsiguientes son ”relativos” a 0. Por ejemplo, si representamos el período inicial por t = 0, entonces el siguiente período es t + 1 = 0 + 1 = 1 . Si el período inicial se define como t = 1980, luego el siguiente período es 1980 + 1 = 1981. Otro ejemplo a considerar es la ecuación. Esta ecuación es equivalente a:

     

    Referencias bibliográficas

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    Apéndice

    Cálculo del stock de capital

    Para crear una serie de stock de capital, usamos un método llamado método de inventario perpetuo utilizado por el Fondo Monetario Internacional. El método de inventario perpetuo utiliza la siguiente fórmula:

    donde, Kt es el nivel de stock de capital en el tiempo "t", GFKt es la formación bruta de capital fijo en el periodo t y δ es la tasa de depreciación (se supone que esta es constante a lo largo del tiempo).

    La ecuación funciona de la siguiente manera: si suponemos que el nivel de capital a principios de 1970 es igual a USD1.000 millones, la tasa de depreciación es igual al 10% y el nuevo flujo de inversión que entra en 1971 es igual a USD120 millones, es decir, K1970 = 1.000, GFK1971 = 120 y δ = 0,1, entonces en 1971 el stock de capital es igual a:

    Si la formación bruta de capital fijo en 1981 es igual a USD 150 millones, entonces en 1982 el capital es igual a:

    Para calcular la serie del stock de capital, se necesita principalmente la siguiente información:

     Serie de tiempo de los flujos de formación bruta de capital fijo (preferiblemente en unidades de moneda local constante).

     Supuesto de una tasa de depreciación.

     Estimación del nivel de capital inicial.

    En el ejemplo anterior, creamos una serie de stockde capital para 1970, 1971 y 1972. Sin embargo, se ha asumido un valor de stockde capital inicial para K = 1970, que llega a ser el año inicial de la serie de stock de capital social. En la mayoría de los casos, sin embargo, no se tiene el nivel del stock de capital inicial. La pregunta entonces es ¿cómo podemos obtener el capital inicial? Hall y Jones (1999) utilizaron la siguiente fórmula para calcular las existencias de capital iniciales

    donde K0 es el capital inicial, GFK0 es el nivel de formación bruta de capital fijo en el período inicial, gGFK es la base de crecimiento en la formación bruta de capital fijo y, por último, δ representa la tasa de depreciación9. En este sentido, dadas las ecuaciones (A.1) y (A.2), sise tiene un valor de stock de capital y una serie de tiempo en la formación bruta de capital fijo, entonces se puede construir una serie de capital mediante la suma de los flujos de la formación bruta de capital fijo al stock de capital.