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    Estudios Bolivianos

    Print version ISSN 2078-0362

    Estudios Bolivianos  no.17 La Paz  2012

     

    TEORÍA Y FILOSOFÍA

     

    LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA DE GIAMBATTISTA VICO

     

     

    Daniel Elío-Calvo Orozco1

     

     


    Resumen

    Giambattista Vico, filósofo italiano, desarrolla una nueva ciencia para la interpretación de la realidad y el estudio de la historia. Su principal obra, Principios de la ciencia nueva, es una revisión de los fundamentos históricos de la humanidad, de la sabiduría poética y de las obras de Homero, que desemboca en su visión del "curso que siguen las naciones"; la manera en que se habrían organizado los hombres desde la más lejana antigüedad hasta su época. Su mayor mérito consiste en haber formulado principios del método histórico y de elaborar una filosofía de la historia.

    Palabras Clave

    Filosofía de la historia / Filosofía de la ciencia / Epistemología


    Abstract

    Giambattista Vico, an Italian philosopher, suggests a new science for reality interpretation and history study. His main work, New Science Principles, a review of humanity historical principles, poetry knowledge and Homerworks, leadsto his pointofview: "course that nations follow"; the manner in which manhood had been organized from ancient to his times. His main merit might be the formulation of historical method principles and to be a precursor of philosophy of history.

    Key Words

    Philosophy of History / Philosophy of Science / Epistemology


     

     

    Introducción

    El concepto de filosofía de la historia se conoce desde el siglo XVIII, término acuñado por Voltaire, le dio el sentido de historia crítica o científica: un tipo de pensar histórico en que el historiador decidía por su cuenta en lugar de repetir los relatos que encontraba en los viejos libros, dándole otros, el sentido de referirse a la historia universal2. Posteriormente, los positivistas del siglo XIX la consideraron el descubrimiento de las leyes que gobiernan el curso de los acontecimientos cuyo relato corresponde a la historia.

    La filosofía de la historia ha alcanzado un importante desarrollo, discutiéndose actualmente si se trata de una disciplina científica, existiendo diferentes posiciones, que pueden agruparse en tres: neopositivismo, idealismo e historicismo.

    A partir de Voltaire, pero también antes de él, desde los griegos hasta la actualidad, existen numerosos autores, tanto filósofos como historiadores, que han producido un extenso cuerpo teórico de la filosofía de la historia. Giambattista Vico, filósofo italiano del siglo XVIII, ha escrito una obra importante: La ciencia nueva: Principios de una ciencia nueva relativa a la naturaleza común de las naciones3, constituyéndose en una figura de importancia en el nacimiento de la filosofía de la historia, por lo que resulta útil reflexionar en torno a su obra principal y destacar su contribución a este campo de la filosofía.

     

    El contexto de Vico

    Vico vivió entre 1688 y 1744 en Nápoles, su ciudad natal. La historia de Italia de esa época corresponde al dominio español, de 1559 a 1714 y posteriormente, al dominio austriaco, de 1712 a 1796. El siglo XVI fue uno de los periodos más prósperos de la historia napolitana. Los virreyes españoles que gobernaron el reino en nombre de Fernando II de Aragón, Carlos V, y posteriormente Felipe II, restablecieron el orden entre la nobleza local. Entre los virreyes es recordado el Conde de Lemos, en cuyo gobierno se construyó la Universidad y otros edificios. La población se incrementó al doble y se construyeron nuevos barrios. Su puerto era muy activo, convirtiéndose a fines del siglo XVI en una de las bases de la ruta de Flandes, que abastecía de soldados y plata a las guarniciones españolas de Holanda.

    Este periodo de prosperidad se acabó en el segundo cuarto del siglo XVII. La bancarrota genovesa de 1622 perturbó profundamente la actividad económica del imperio español y de Nápoles en particular, donde los intereses genoveses eran determinantes, ocurriendo guerras y mayor presión fiscal de España, dando lugar a la rebelión napolitana en 1647.

    La crisis del siglo XVII culminó en 1656 con la gran epidemia de peste que asoló en pocos meses Nápoles y la Campania. La capital perdió casi tres cuartas partes de sus habitantes y se quebró su vitalidad económica. En 1707, luego de las vicisitudes de la guerra de sucesión de España, el reino pasó al dominio del Emperador de Austria.

    Los borbones, herederos del reino de Sicilia en 1734, y su rey Carlos, hijo menor de Felipe V de España, dio a Nápoles el lustre de una capital de la Ilustración, con la construcción de palacios, teatros y bibliotecas. Emprendió las primeras excavaciones de Pompeya y Herculano. La dinastía de los borbones mereció el reconocimiento de los napolitanos, que al fin habían conseguido un rey estable. Vico, en condiciones personales limitadas, vivió una época de relativo esplendor económico y cultural en Italia y en su ciudad natal.

    El contexto filosófico de la época y la obra de Vico están íntimamente asociados al periodo histórico conocido como la "revolución científica del siglo XVII", con los nombres de Galileo, Newton, Leibniz y otros. Tan extraordinario escenario histórico, que dio origen a la modernidad, requirió, como condición previa para surgir, un cambio en la concepción de la mente humana, propugnada por el realismo aristotélico-tomista, que estuvo vigente hasta comienzos del siglo XVII4.

    La revolución científica del siglo XVII estableció que la "mente" sea considerada una facultad creativa de modelos matemáticos, capaz de anticipar las estructuras de la realidad, principio que luego se aplicaría a otras ciencias, en el caso de Vico, a la historia. Para abarcar la modernidad en su amplitud y complejidad, hubo necesidad de hacer el tránsito de la física y la biología a aquellas áreas de la experiencia que se llamaron "ciencias de la cultura". La actitud mental que dio origen a la ciencia de la naturaleza inició su ascenso y vida con Galileo y la escuela de Padua, para desembocar cuatro generaciones más tarde, en la Ciencia nueva de Vico, cuyo contenido son los procesos históricos.

    Podemos señalar, como predecesores de Vico, a Galileo y Hobbes entre otros. Vico conoció los constructos de la física galileana, tanto en su dimensión teórica como en su aspecto experimental, como también estuvo familiarizado con la actividad de Hobbes, al proveer de fundamento a lo que el autor del Leviatán llamaría la "sociedad civil".

    En principio simpatizante de Descartes, Vico se vio luego enfrentado a la filosofía cartesiana, como algo que fue motivo de polémica. No impugnó la validez del conocimiento matemático, pero si la teoría cartesiana del conocimiento, con su implicación de que ningún otro tipo de conocimiento era posible. Vico atacó el principio cartesiano que postulaba "la idea clara y distinta" como criterio de verdad, encontrando en cambio en "la doctrina del verum etfactum convertuntur", el nuevo fundamento epistemológico. Es decir, el criterio de verdad sería la conveniencia de la verdad elaborada por el sujeto cognoscente con la estructura de la realidad5.

    En su autobiografía, Vico afirmó que durante algún tiempo había admirado a dos hombres por encima de todos: Platón y Tácito, "pues, con incomparable espíritu metafísico contempla Tácito el hombre tal como es, y Platón el hombre tal como debería ser". También se reconoce en deuda especial con dos hombres notables: Francis Bacon, de cuyas obras recibió profunda inspiración para el desarrollo de su ciencia nueva, y de Grocio, cuya obra, Vico deseaba continuar6.

     

    Vida y obra de Vico

    Vico nació y vivió en Nápoles, acosado por la miseria y la enfermedad. Hijo de un campesino y de la hija de un carrocero, a los ocho años sufrió una fractura del cráneo, que llevó al médico a opinar que moriría o quedaría idiota. Vico no perdió la vida ni la mente, pero si la salud y la alegría. Posteriormente adquirió la tisis, por lo que cruelmente fue denominado master tisicuzzus.

    Conflictos estudiantiles lo empujaron a abandonar la escuela, a la que se había reintegrado tras los tres años de enfermedad cuando apenas llevaba dos cursos, prosiguiendo sus estudios en forma autodidacta, en soledad. Solamente dos meses logró su padre que asistiera a clases de derecho, siendo casi ninguna su asistencia a la facultad de jurisprudencia de Nápoles, pues prefería estudiar solo el derecho romano. Tras una fugaz irrupción en la abogacía, sobrevivió dando clases a hijos de diferentes personajes. Dio clases particulares de latín y se ocupó de escribir a sueldo "elogios", "poemas conmemorativos", "inscripciones mortuorias", etc., por encargo en ocasiones funerales, matrimonios y otras conmemoraciones. Todo parecía conspirar por su soledad, todo parecía condenarlo a vivir en la imaginación filosófica, el único lugar donde podía hablar, donde podía trascender los límites que la vida le impuso.

    Tuvo a su cargo la cátedra de retórica de la Universidad de Nápoles, su mejor triunfo profesional; que era la peor pagada de todas, y no le liberó de las clases particulares. Le permitió sin embargo, formar una familia con una joven analfabeta, con la que tuvo ocho hijos, tres de los cuales murieron de niños. La cátedra, por otra parte, le fue abriendo progresivamente las puertas del mundo literario. Mantuvo comunicación con los intelectuales napolitanos de la época y a distancia con personajes como Mandeville, Hobbes, Grocio, Locke, Descartes y otros.

    Así se fue gestando su propósito de crear una "ciencia nueva", que no expresase la mentalidad, la racionalidad o el espíritu de una época, que no fuese una obra colectiva, sino un pensamiento anacrónico, que parecía surgir sin razón histórica, aunque su mensaje central sería la racionalidad de todo lo histórico. Sus principales obras fueron De antiquíssima italorum sapientia ("Antiquísima sabiduría de los itálicos", 1710); Diritto universale ("Derecho universal", 1723); Principi di una scienza nuova d'intorno alla comune natura delle nazioni ("Principios de una ciencia nueva relativa a la naturaleza común de las naciones", conocida por La ciencia nueva, 1725) y su Autobiografía.

    No es exacto decir que La ciencia nueva de Vico fue completamente ignorada por sus contemporáneos, aunque algunas de sus tesis fueron objeto de discusión. Pero, en general, no se apreció la importancia de sus ideas, y Vico sólo empezó a ser leído como corresponde ya entrado el siglo XIX. En 1787, Goethe visitó Nápoles y se fijó en La ciencia nueva, y prestó el libro a Jacobi. Posteriormente, el texto fue utilizado por Coleridge en su Theory of life, hablando en años siguientes con entusiasmo de Vico.

    La moderna difusión del interés por Vico se debe a Benedetto Croce7, que lo ha presentado como el descubridor "de la verdadera naturaleza del arte y de la poesía, e inventor, por así decirlo, de la ciencia de la estética". Es interesante citar que el propósito de Vico de concebir la historia como una ciencia fue conocido por Marx, quien en una significativa nota de pie de página de El capital dice:

    Ya que, como anota Vico, la diferencia esencial entre la historia natural y la humana consiste en que la segunda es producto del hombre y la primera no, ¿no sería entonces más fácil escribir la de la tecnología humana que la de la tecnología natural?8

    Resulta admirable que un individuo de origen humilde, aquejado por enfermedades serias, de carácter extraño y educación formal muy limitada, haya podido de manera por demás solitaria, crear una obra cultural monumental universalmente apreciada.

    LA VISIÓN DE LA HISTORIA

    Grabado del frontispicio: Introducción a La ciencia nueva

    Echemos una mirada a los elementos que componen la Ilustración de las cosas civiles, que el autor utiliza para dar una idea de la obra antes de leerla, reteniéndola en la memoria:

    1.    Mujer de sienes aladas. Representa la metafísica, que contempla a Dios en actitud estática por encima del orden de las cosas naturales.

    2.    Globo terráqueo. El mundo de la naturaleza, mundo físico o natural, apoyado en un lado del altar, porque hasta entonces, los filósofos habrían contemplado la divina providencia únicamente a través del orden natural.

    3.    Triángulo luminoso. En cuyo interior hay un ojo observador que representa a Dios bajo el aspecto de su providencia.

    4.    El mundo de las naciones. El mundo civil formado por aquellas cosas en la parte inferior del grabado, representadas por jeroglíficos.

    5.    Cinta del zodiaco. Ciñe el globo del mundo, aparecen Leo y Virgo. El primer signo representa a Hércules, el principio de los tiempos, y el segundo, Virgo coronada de espigas, la edad de oro de la historia griega.

    6.    El altar. Está debajo del globo, los primeros altares del mundo están en el primer cielo de los poetas; elevado sobre las cimas de las más altas montañas, como el Olimpo, constituyendo un signo celeste.

    7.    El rayo de la divina providencia. Alumbra una joya convexa que adorna el pecho de la metafísica. Significa que el conocimiento de Dios no acaba en ella misma, incluye al Dios providente de las cosas de la moral pública, o sea, las costumbres civiles.

    8.    La estatua de Homero. Primer autor gentil que ha llegado hasta nosotros, porque gracias a la metafísica hemos obtenido revelaciones, a través de los principios de la sabiduría poética. Los poetas teólogos representan la primera sabiduría del mundo gentil.

    9.    Las densas tinieblas. El grabado representa en el fondo, la ignorancia de los antiguos griegos, que, gracias a la luz de la metafísica, permite ver los jeroglíficos que representan los principios.

    10.  Un lituo o vara. Ubicado sobre el altar, al lado derecho, es el que usaban los augures para recibir los augurios. Da a entender la adivinación, mediante la cual todos los gentiles comenzaron a iniciarse en cosas divinas. Con el lituo se indica el principio de la historia universal, el cual, con pruebas físicas y filológicas se demuestra que tuvo inicio en el diluvio universal.

    11.  El agua y el fuego. Sobre el mismo altar. El agua está dentro de una vasija, pues, a causa de la adivinación surgieron entre los gentiles los sacrificios: sacrificar para entender los augurios. Son las cosas divinas referidas a los gentiles, de las que posteriormente surgieron todas las cosas humanas.

    12.  La antorcha encendida. Situada sobre el altar y apoyada en la vasija, representa el matrimonio, semillero de la familia.

    13.  Urna cirenaica. Escondida en la selva, representa la segunda de las cosas humanas: las sepulturas (humanitas: enterrar). En ella se halla inscrito "D.M.", que quiere decir "A las almas buenas de los sepultados". Recuerda la idea de que las almas no mueren con sus cuerpos, sino que son inmortales. La urna representa también el origen de la división de los campos y el origen y diferenciación entre las ciudades y los pueblos.

    14.  Un arado. Desde la selva, avanza hacia fuera, indica que los padres de los primeros pueblos fueron los más fuertes de la historia, de quienes se originaron la justicia y la piedad, y de ellas, todas las virtudes basadas en la piedad y la religión, antecedentes de la república y las leyes. También representa el origen de las primeras ciudades.

    15.  El timón. Aparece en el acto de inclinarse sobre el zócalo del altar, que representa la superioridad natural que los héroes creyeron tener respecto de sus socios, superioridad en la que basaban la razón, la ciencia y por tanto, la administración de lo divino. Significa origen de la transmigración de los pueblos, realizada mediante la navegación.

    16.  Una tablilla. Ubicada un poco afuera, delante del arado, lleva inscrito el alfabeto latino antiguo. Denota el origen de las lenguas y de las letras llamadas vulgares.

    17.  Un trozo de columna de estilo corintio. La tablilla se apoya sobre un trozo de columna estilo corintio, el más moderno de los órdenes de la arquitectura. Significa que las lenguas y las letras nacieron mucho tiempo después de que fueran fundadas las naciones.

    18.  Los jeroglíficos. Significan las cosas humanas mejor conocidas: fasces romanas, una espada y una bolsa apoyadas en las fasces, una balanza y el caduceo de Mercurio.

    19.  Las fasces romanas. Representan el origen de los primeros poderes civiles que surgieron de la pater potestas de los padres fundadores. Del mismo principio surgió el comercio.

    20.  La espada. Se apoya en el haz y significa que el derecho heroico fue derecho de fuerza, pero venida por la religión, como la única que puede controlar la fuerza y las armas donde no hay leyes judiciales.

    21.  La bolsa. Situada sobre las fasces demuestra que el comercio realizado con la intervención del dinero comenzó muy tarde, después de haber sido fundados los poderes civiles. El jeroglífico expresa el origen de las monedas acuñadas, proveniente de las armas gentilicias.

    22.  La balanza. Detrás de la bolsa da a entender que, después de los gobiernos aristocráticos, que fueron gobiernos de los héroes, vinieron los gobiernos de los hombres.

    23.  El caduceo de Mercurio. Advierte que los primeros pueblos, en los tiempos de los héroes en los que reinaba el derecho natural de la fuerza, se miraban como enemigos perpetuos. Pasando el tiempo, los gobiernos de los hombres, fueran populares o monárquicos, mediante el derecho de las gentes, instauraron los heraldos para declarar la guerra y empezaron a poner término a las hostilidades mediante acuerdos de paz. Y esto por el alto designio de la divina providencia.

    Parece ser que, con criterio didáctico, Vico utilizó un grabado lleno de imágenes, que simbolizan múltiples aspectos de contenido histórico, resumiendo su teoría de la historia y de la constitución de las naciones. Así, facilitó la comprensión de aspectos de enorme complejidad de La ciencia nueva.

    Tabla cronológica, según las tres épocas de los egipcios.

    1.    Tres edades. La tabla cronológica es descrita según las tres épocas de los egipcios, que consideraban el mundo anterior a ellos recorrido por tres edades: de los dioses, de los héroes y de los hombres.

    2.    Pueblos comprendidos. La tabla cronológica incluye hechos históricos sobresalientes de los siguientes pueblos: hebreos, caldeos, escitas, fenicios, egipcios, griegos y romanos.

    3.    Apreciación del tiempo. La tabla cronológica utiliza dos escalas de tiempo: años del mundo y años de Roma.

    Del curso que siguen las naciones

    Con base en los principios de la ciencia, establecidos en el Libro I; el origen de las cosas divinas y humanas gentiles, se establece en el Libro II; y los poemas de Homero en el Libro III, el Libro IV trata "el curso que siguen las naciones". Vico ve su desarrollo a través de la división en tres edades. Existirían tres tipos de naturaleza, de los que se derivarían tres tipos de costumbres, de cuya observancia habría tres derechos naturales, fundándose tres estados civiles. Los hombres integrados se comunicarían en tres variantes de lengua, y para justificarlas, existirían tres modalidades de autoridad. La jurisprudencia señalada se celebraría en tres periodos. Cada jurisprudencia se originaría en una unidad general que sería la unidad de la religión: la divina providencia.

    Sección primera. Tres tipos de naturaleza. La primera naturaleza es poética, creadora y divina. Fue la de los poetas teólogos, los sabios más antiguos en las naciones paganas. La segunda naturaleza es heroica, considerada por los héroes de origen divino. Hacían recaer la nobleza natural en el heroísmo. Siendo de naturaleza humana, fueron los príncipes de tal generación. La tercera naturaleza es humana, inteligente, y por lo tanto, modesta, benigna y razonable, reconoce sus leyes en la conciencia, la razón y el deber.

    Sección segunda. Tres tipos de costumbres. Las primeras costumbres están impregnadas de religión y de piedad, inmediatamente fueron posteriores al diluvio. Las segundas costumbres son coléricas y puntillosas, por ejemplo, las que narra Aquiles. Las terceras costumbres son solícitas, están guiadas por los deberes civiles.

    Sección tercera. Tres tipos de derecho natural. El primer derecho es divino, se creyó que los hombres y las cosas estaban en función de los dioses, puesto que los dioses aparecían en el origen de cuanto existía. El segundo derecho es heroico, o de la fuerza, acompañado de la religión, puede sujetar por la fuerza para la que no cuentan las leyes humanas. El tercer derecho es humano, dictado por la razón, se manifiesta en su totalidad.

    Sección cuarta. Tres tipos de gobierno. Los primeros gobiernos son teocráticos, fueron divinos y los hombres creyeron que todas las cosas eran mandadas por los dioses. Los segundos gobiernos fueron heroicos o aristocráticos, "gobiernos de los óptimos" con la connotación de "fortísimos". Los terceros gobiernos fueron humanos, por la igualdad de la naturaleza inteligente, propia del hombre: todos se igualaban mediante las leyes.

    Sección quinta. Tres tipos de lengua. La primera lengua fue divina o mental, existió para los actos divinos en silencio, es decir, para ceremonias divinas. La segunda lengua fue heroica, se la empleaba para empresas heroicas a través de las que hablaban las armas. Dicha habla se destinó a la disciplina militar. La tercera lengua es el habla articulada, que todas las naciones usan.

    Sección sexta. Tres tipos de caracteres. Los primeros caracteres son divinos y se llamaron con propiedad "jeroglíficos". Todas las naciones se sirvieron de ellos. Fueron universales fantásticos, dictados de un modo natural por aquella innata propiedad de la mente humana que se deleita con lo uniforme. Los segundos caracteres son heroicos, también universales fantásticos, redujeron las distintas especies de las cosas heroicas, por ejemplo Aquiles y Ulises. Los géneros fantásticos, al acostumbrarse la mente a abstraer las formas y las cualidades de los sujetos, pasaron a ser géneros ininteligibles, por lo que fueron sucedidos por los filósofos. Los terceros caracteres son vulgares, están acompañados de las lenguas vulgares, compuestas por palabras que se corresponden a los géneros de los particulares.

    Sección séptima. Tres tipos de jurisprudencia o sabiduría. La primera sabiduría es divina, llamada "teología mística", quiere decir "ciencia del hablar divino" o conocimiento para entender los misterios divinos de la adivinación. Fue ciencia de la divinidad y de los auspicios; además sabiduría vulgar de los poetas teólogos y los primeros sabios gentiles. La segunda sabiduría es heroica, como la sabiduría de Ulises, que habla siempre sagazmente para conseguir el provecho que se ha propuesto, conservando la propiedad de las palabras. La tercera sabiduría es humana, contempla la verdad de los hechos y doblega benignamente la razón de las leyes a lo que requiere la igualdad de las causas. La jurisprudencia respectiva se celebra en las repúblicas populares libres, y aún más en las monarquías, ambas como gobiernos humanos.

    Sección octava. Tres tipos de autoridad. Hubo tres tipos de autoridad: la primera fue divina y estuvo exenta de pedir razones a la providencia. La segunda autoridad fue heroica y estuvo contenida por completo, en las fórmulas solemnes de las leyes. La tercera autoridad fue humana, quedando contenida en la confianza de las personas expertas, de singular prudencia en lo factible, y de sublime sabiduría en lo inteligible.

    Sección novena. Tres tipos de derecho. El primer derecho fue divino, puesto que sólo Dios comprende y de Él, los hombres supieron tanto como les fue revelado, primero a los judíos y después a los cristianos, tanto en el hablar "interior" a la mente, como voces de un Dios que era por completo, mente; cuanto en el hablar "exterior" revelado a los profetas, a Jesús y a los apóstoles, además de la Iglesia. También se reveló el derecho divino a los gentiles mediante los auspicios, los oráculos y otros signos corpóreos considerados "avisos" que provenían de los dioses compuestos de cuerpo, según los gentiles. El segundo derecho es de Estado, llamado por los romanos civilis æquitas, no fue conocido de modo natural por ningún hombre, salvo por aquellos pocos que eran expertos en el gobierno, y que saben ver lo que incumbe a la conservación del género humano. El tercer derecho es humano, se dio en los tiempos en que los Estados se establecieron como populares y libres, o monárquicos. En los primeros, el pueblo mandaba y los ciudadanos gobernaron el bien público, repartiéndose entre ellos pequeñísimas partes entre cuantos ciudadanos había. En los segundos, se ordenaron los ciudadanos para que atiendan sus intereses privados dejando lo público en manos del príncipe soberano.

    Sección décima. Tres tipos de juicios. El primer juicio es divino y se dio en aquel Estado que se llama "natural"; no habiendo imperios civiles, los padres de familia se quejaban a los dioses de la injusticia que se les había hecho, poniendo a los dioses por testigos. Los segundos juicios fueron ordinarios y se observaron con escrupulosidad en los términos.

    A raíz de los juicios divinos anteriores se llamaron religio verborum, de acuerdo con la concepción universal de las cosas divinas expresándose en fórmulas sagradas sin alteración de la mínima letra. Los terceros juicios son humanos, extraordinarios y en ellos señorea la verdad de los hechos, a los que, según dictamen de la conciencia, socorren benignamente las leyes en cada menester, en aquello que exige utilidad de las causas.

    Están sembrados de pudor natural como parte de la inteligencia, siendo garantizados por la buena fe que es hija de la humanidad. Convienen a las repúblicas populares y mucho más a la generosidad de las monarquías, donde los reyes se vanagloriaban de estos juicios, quedando por encima de las leyes, sujetos tan sólo al temor de Dios.

    Sección undécima. Tres signos de los tiempos. Las cosas anteriormente dichas fueron puestas en práctica por tres signos de los tiempos según el espíritu de la época: Los primeros signos fueron de los tiempos religiosos, en los que rigieron los gobiernos divinos. Los segundos signos fueron de los tiempos puntillosos, como los de Aquiles, que habiendo la barbarie retornado, se expresaron en los duelistas. Los terceros signos corresponden a los tiempos civiles, o bien modestos, con el derecho natural de gentes.

     

    EL SENTIDO DE LA HISTORIA SEGÚN VICO

    Vico fue un bien adiestrado y brillante historiador que se propuso la tarea de formular los principios del método histórico, de la misma manera como Francis Bacon había formulado los relativos al método científico.

    Criterio de verdad

    Vico, inicialmente influido por Descartes, se vio después enfrentado a su filosofía, no en lo concerniente a la validez del conocimiento matemático, sino en lo que respecta a la teoría cartesiana del conocimiento, con la implicación de que ningún otro tipo de conocimiento era posible. Vico se opuso al principio cartesiano que postulaba la idea clara y distinta como criterio de verdad, al que consideró un criterio subjetivo o sicológico.

    Consideró que era necesario un principio que permita distinguir lo que puede conocerse de aquello que no puede conocerse, es decir, una doctrina de los límites necesarios del conocimiento humano. Encontró tal principio en la doctrina del verum et factum convertuntur; es decir, en la correspondencia de los hechos con la verdad. Se trata de la condición para conocer algo con verdad, esto es, que el sujeto que conoce elabore lo que conoce según lo que es. Para este principio, la naturaleza sólo es inteligible a Dios; pero las matemáticas son inteligibles para el hombre, porque son principios o ficciones construidas por el matemático. De la misma manera, la historia, algo hecho por la mente humana, es especialmente propia para ser objeto del conocimiento humano. Vico pensó la historia como génesis y desarrollo de las sociedades y las instituciones, tuvo una idea moderna de lo que es materia de la ciencia histórica. El historiador sería capaz de reconstruir en su mente el proceso por el que las cosas del pasado fueron humanamente creadas; así, habría una especie de armonía pre-establecida entre la mente del historiador y el objeto que estudiaría.

     

    EL MÉTODO HISTÓRICO

    La concepción de Vico sobre la historia como una forma de conocimiento filosóficamente justificada, se da según la necesidad de elaborar un método histórico definido. A Vico le interesaba particularmente lo que llamó la historia de los periodos remotos y oscuros, es decir, buscaba ampliar el conocimiento, para lo que estableció normas metódicas:

    PRIMERA Sostenía que ciertos periodos de la historia mostraban un carácter general que informaba los detalles particulares, carácter que reaparecía en otros periodos históricos. De esta manera, dos periodos distintos podían tener las mismas características generales, pudiendo deducirse análogamente uno del otro. Por ejemplo, se dieron semejanzas entre el periodo homérico de la historia griega y la temprana edad media europea.

    SEGUNDA Demostró que esos periodos históricos semejantes tendían a repetirse en un mismo orden. A cada periodo heroico seguiría un periodo clásico. A su vez, al periodo clásico seguiría una decadencia que es el estado de barbarie. Vico admitió, sin embargo, que semejante ciclo contiene una formulación demasiado rígida y que era preciso admitir la posibilidad de que existan numerosas excepciones.

    TERCERA El movimiento cíclico de la historia no es una pura rotación de fases iguales; el movimiento es en espiral y no en círculo; la historia jamás se repite, sino que el retorno a cada nueva fase se reviste de formas distintas de las precedentes. Por ejemplo, la barbarie de la edad media se diferencia de la barbarie pagana de la edad homérica por la expresión de la mentalidad cristiana. Así, la historia constantemente crearía "novedades"; la ley cíclica no permitiría predecir el futuro.

    Prejuicios

    Cinco son las fuentes de error que muestra Vico en su monumental obra:

    1.    Tener una idea desorbitada acerca de la magnificencia de la antigüedad. Es decir, el prejuicio que consiste en exagerar la riqueza, el poder, la grandiosidad, etc., del periodo estudiado por el historiador.

    2.    La vanagloria nacional. Toda nación tiene el prejuicio, tratándose de su propio pasado, de presentarlo a la luz más favorable.

    3.    La vanagloria de los doctos. Prejuicio particular del historiador, que consiste en la suposición de que la gente de quienes trata se parecen a él en lo erudito y docto. Se trata, en general, de creer que los personajes históricos son del tipo reflexivo.

    4.    La falacia de las fuentes. Es lo que Vico llama la sucesión escolástica de las naciones. Este error consiste en creer que cuando dos naciones tienen una idea o una institución semejante, se debe pensar que la una lo aprendió de la otra.

    5.    Prejuicio de suponer que los antiguos estaban mejor informados que nosotros. No se debe creer que los tiempos más cercanos al conocimiento del historiador dependen de la continuidad de la tradición. Con los métodos científicos es posible reconstruir la imagen de una época pasada que no ha seguido tradición alguna.

    Propuesta

    Vico no dio sólo prevenciones negativas, sino propuso métodos que permitan al historiador trascender los límites marcados por las afirmaciones de las autoridades:

    1.    Uso de la filología. Para iluminar la historia, las etimologías revelan el tipo de vida del pueblo en el momento en que se crea su idioma.

    2.    Uso de la mitología. Los dioses de las religiones primitivas representan una manera semi-poética de expresar la estructura social del pueblo que las inventó.

    3.    Utilización de las tradiciones. El nuevo método postulado por Vico refiere que las tradiciones deben aceptarse no como literalmente ciertas, sino como el confuso recuerdo de hechos que han sido deformados a través del medio ambiente cuyo índice de refracción podemos determinar sólo hasta cierto punto. Las tradiciones son verdaderas, pero ninguna significa lo que dice.

    4.    Clave de la reinterpretación. Es necesario recordar que, en cierto estado de desarrollo, la mente tiende a crear el mismo tipo de producto, como ocurre con los salvajes de todos los tiempos y en todo lugar, son mentalmente "salvajes", como también los niños y los campesinos.

     

    Comentario

    Vico ha sido uno de los más grandes filósofos italianos, pero su mayor significación ha radicado en el surgimiento de la filosofía de la historia. Sus logros pueden sintetizarse en dos aspectos que son los siguientes:

    Por una parte, aprovechó los adelantos de la metodología crítica alcanzados por los historiadores de finales de siglo XVII, avanzando además en la demostración de que el pensamiento histórico puede ser, además de crítico, constructivo. Vico supo liberarlo de su dependencia respecto a las autoridades documentales y convertirlo de ese modo, en un conocimiento verdaderamente original y autónomo, capaz de alcanzar por medio del análisis científico de los datos, verdades completamente olvidadas.

    Por otra parte, desarrolló los principios filosóficos implícitos en su labor histórica, hasta el punto de enfrentarse a la filosofía científica y metafísica del cartesianismo, exigiendo una fundamentación más amplia para la teoría del conocimiento, y criticando la estrechez y abstracción de la doctrina que entonces predominaba.

    En perspectiva, puede verse que Vico se adelantó a su época. El mérito de su obra no fue reconocido sino dos generaciones más tarde, cuando el pensamiento alemán había alcanzado por cuenta propia, una situación semejante a aquélla de donde Vico partió. Fue entonces que los autores alemanes lo redescubrieron, concediéndole un gran valor a su obra, ejemplificando la propia doctrina de Vico, de que las ideas no se propagan por difusión, como los artículos comerciales, sino por el descubrimiento independiente que cada nación realiza.

    Los aportes de Vico al conocimiento humano son múltiples: abre el estudio al mundo civil hecho por los hombres; da a luz a la historia como ciencia; reconoce que la historia no se apega a la verdad de los hechos, pero sí nos revela el sistema de creencias, de valores e ideologías propias de una época a través del estudio del conjunto de sucesos de dicho periodo. Es también reconocido como un precursor de las ciencias de la antropología y de la etnología.

    A pesar de la complejidad de su estilo, Vico es actualmente considerado como una de las figuras más importantes de la historia intelectual europea, y su Ciencia nueva ha sido aceptada como una de las obras fundamentales de dicha historia.

     

    Notas

    1      Médico gastroenterólogo (Bristol Royal Infirmary, England); Maestría en Salud Pública (The John Hopkins University, School of Hygiene and Public Health, Baltimore, USA); Especialidad en psicopedagogía en educación superior en salud, Diplomado en medicina basada en evidencia; Diplomado en bioética clínica-social e investigación en seres humanos (UNESCO); Diplomado en epistemología y gnoseología, Dirección en teoría del conocimiento de la Universidad de León (España). Fue jefe de varias unidades médicas (Carrera de Medicina, Departamento de patología, de Enseñanza e investigación; e Instituto de Gastroenterología Boliviano-Japonés). Presidente de la Sociedad Boliviana de Gastroenterología, vicepresidente del Colegio Departamental de La Paz y vicepresidente del Tribunal Nacional de Ética y Deontología del Colegio Médico de Bolivia. Docente emérito de la Facultad de Medicina de la U.M.S.A. Primer coordinador del Comité de Ética y Bioética de la Facultad de Medicina. Autor, editor y coeditor de varios libros de gastroenterología y parasitología y coautor de numerosos artículos de revistas médicas. Actualmente, es docente de post-grado de la Facultad de Medicina, estudiante de filosofía y miembro activo de la Academia Boliviana de Medicina y de la Academia Boliviana de Historia de la Medicina.

    2      Voltaire. Diccionario filosófico. Temas de hoy. Edición de Ana Martínez Arancón, prólogo de Fernando Savater. Madrid, 1995.

    3      Giambattista Vico, Principios de Ciencia Nueva I y II. Título original: Principi di scienza nuova, d'intorno alla comune natura delle nacioni (1744). Traducción de J.M. Bermudo y Assumpta Camps. Ediciones Folio, S.A. Barcelona, 2002.

    4      Ludovico Geymonat, Historia de la filosofía y de la ciencia. Colección crítica. Editorial Grijalbo Mondadori S.A. Barcelona, 1998.

    5      Robin George Collingwood, Idea de la historia. Fondo de Cultura Económica. México, D.F. p. 70.

    6      Autobiografía de Giambattista Vico. Edición de Moisés Gonzales García y Josep Martínez. Siglo XXI de España Editores. Colección El hombre y sus obras. Madrid, 1998.

    7      Benedetto Croce, The Philosophy of Giambattista Vico. Translated by R.G. Collingwood. New York. The MacMillan C.O., 1913.

    8      Karl Marx. El capital. Fondo de Cultura Económica, tomo I, México, p. 303.

     

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