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    Revista de Analisis

    versión impresa ISSN 1999-6233

    Analisis IBEPA v.1 n.3 La Paz  2009

     

     

    GESTION DEL AGUA EN ÁREAS RURALES

    DESDE LA PERSPECTIVA DE GENERO

     

     

    Susana Sarmiento

     

     


    Este artículo se enfoca hacia los diferentes actores, que tienen que ver con el análisis de esta problemática social, presente aún en las diferentes áreas rurales de Bolivia, los cuales podrían generar - a partir de nuevos lineamientos de acción , mayores y mejores oportunidades para la inclusión de las mujeres, en los contextos socioeducativos, productivos y ambientales, que se requieren, para un desarrollo sostenible de las poblaciones, con equidad e igualdad de género.

    Si bien existen numerosos estudios respecto al uso y manejo del agua en diferentes áreas rurales de Bolivia, estos han sido orientados básicamente a la generación de proyectos que reformulan la calidad de vida de las poblaciones, incorporando a su vez, herramientas legales que promueven el uso y consumo de este recurso, lo cual sin duda, mejora las expectativas de valoración de este recurso a nivel social y político. Sin embargo, también es importante conocer, las propias percepciones que tienen estos actores rurales de la gestión del agua que llevan adelante, especialmente en ámbitos donde no se ha llegado con estas propuestas o no se ha considerado como un indicador sobresaliente para fines de desarrollo.

    Lo cierto es que el agua en estas latitudes, sí se constituye en parte importante de desarrollo local y familiar, más si su gestión conlleva una serie de situaciones que influyen en la parte ambiental y productiva de la zona, ya para beneficio o perjuicio de sus poblaciones y el medio ambiente que les rodea. Estas situaciones se relacionan al mismo tiempo, a procesos sociales y reproductivos, dentro de los denominados sistemas de género, que no son otra cosa que la suma de valores, normas y cultura, que rigen la vida de los sujetos, equiparándose sus capacidades, en la medida en que el medio les brinda esas oportunidades (Barbieri, 1992).

    Para el presente artículo, se toma como ejemplo, la vivencia de las poblaciones productoras de la región de Sud Yungas del departamento de La Paz, particularmente del Municipio de Yanacachi, caracterizada por contar con numerosos atractivos turísticos, a partir de su riqueza arqueológica y su gran biodiversidad natural. Según datos históricos, los primeros asentamientos, eran descendientes de grupos étnicos originarios de la región occidental del país, aunque no se sabe a ciencia cierta, cuales fueron los que se quedaron de forma definitiva en el lugar. Lo cierto es que las actuales poblaciones, derivan de las ex haciendas, posteriores a la colonización española y que se quedaron en esta zona, buscando proyectarse como productores natos en diversificación agrícola y uso especializado de pisos ecológicos (Fossati, 1948; Murra, 2002; Alvarez, 2004).

    Específicamente, las poblaciones de 33 comunidades pertenecientes al Municipio de Yanacachi, tienen un promedio de entre 40 a 60 familias, siendo las más pobladas, Chojlla y la capital del municipio, Yanacachi. El resto de comunidades con menor población se hallan actualmente, en una situación de retraso en su desarrollo económico, posiblemente debido a algunas acciones inadecuadas en la gestión de sus principales recursos naturales, que no terminan de brindar mayores beneficios a las familias de estas zonas. A continuación se presentan algunos aspectos sobresalientes, respecto a la gestión del agua, desde la perspectiva de género1.


     

    EL AGUA COMO PRECEPTO DE VIDA-

    Sin duda, el agua esta presente en todos los niveles de vida de los pobladores de esta región sudyungueña. Mujeres y hombres, administran el agua en el hogar, ya sea para el uso doméstico, higiene personal o su uso en la limpieza de materiales de fumigación. También en ésta zona, se espera las épocas de lluvia, promisorias para los cultivos que en su generalidad son a secano. El conocimiento cultural que tienen sobre este recurso, les permite deducir dónde encontrar agua, cómo almacenarla cuando escasea y si es apta para el consumo de sus familias. Todo este baluarte sobre el agua, acrecienta su significación prioritaria, para el bien común de estas poblaciones, que planifican su subsistencia en torno a éste recurso y la tierra, piezas fundamentales de la vivencia comunal.

    La región cuenta con numerosas e importantes fuentes de agua, como las vertientes naturales, que surgen en diferentes áreas del monte boscoso, además de numerosos ríos que cruzan toda esta región. La captación permanente de este recurso para el consumo, se hace sólo desde las vertientes, las cuales son permanentes durante todo el año, aunque suele ocurrir, la disminución de sus caudales, en épocas secas. Esta situación, ha obligado ocasionalmente a los pobladores, a racionar eventualmente el uso de agua durante algunos meses, especialmente entre abril y agosto, dependiendo de los regímenes climáticos anuales.

    Para evitar que este problema perjudique a la población, se ha recurrido varias veces, a la captación de agua de los ríos Chaco, Salvaje y Encañada que circundan a estas zonas; mediante el uso de bombas y cañerías eventuales, asegurando de esta manera que las familias no sufran escasez de agua para consumo.

    Respecto a la presencia de otras fuentes de agua en los montes, se conoce de la existencia de muchas de ellas, pero son dos los factores que intervienen en su limitación de uso. Primero, porque muchas de estas fuentes, se hallan en áreas de monte muy accidentadas y en quebradas hondas e inaccesibles para los pobladores; y segundo, porque varias de estas, se han ido secando paulatinamente por factores de acción antropogénica, debido a la paulatina ampliación de la frontera agrícola, que esta interviniendo en la regulación natural de estos sistemas subterráneos de agua.

    En todo caso, las poblaciones productoras, han realizado un notable esfuerzo para conseguir la provisión de agua para consumo, a partir de la gestión de sus sindicatos comunales ante instituciones privadas y públicas (más propiamente ante el municipio y otros entes gubernamentales), además del propio aporte de los pobladores a este proyecto de vida.

    Indudablemente, esta nueva perspectiva esta beneficiando a todas las familias, desde hace más de 12 años, paliando de sobremanera la situación de sacrificio e incomodidad que antes significaba este hecho para pobladores de esta región. En épocas anteriores hombres, mujeres y niños, tenían que acarrear el agua día por medio, ya sea a lomo de mula o a pie, acopiando este liquido en bidones plásticos desde su lugar de origen, hasta sus domicilios y ser usado en el consumo diario. Para el lavado de la ropa, las mujeres tenían que recorrer el tramo cercano al río Unduavi, todas las semanas y llevar la carga de ropa de toda la familia, realizando esta labor doméstica, junto a sus hijas.

    Viendo esta situación desde la dimensión de género, es destacable las relaciones de cooperación existentes entre mujeres y hombres a nivel de comunidades, cuando se trata de llevar este recurso elemental hasta los hogares, que como bien se ha dicho, ha seguido una serie de procesos legales, al conformar comités de agua locales, que se encargan de realizar el mantenimiento y la vigilancia de su gestión, desde las tomas principales y hacia los domicilios particulares.

    En cambio, la gestión del agua, a nivel familiar, es realizado por hombres y mujeres, a partir de las necesidades diferenciadas de cada quien. Un ejemplo concreto de estas situaciones, se tiene en el siguiente cuadro:

    Como se puede ver, la participación de las mujeres en el uso de este recurso, se deriva del orden genérico que trasluce la división del trabajo entre hombres y mujeres y en este caso especifico, en labores reproductivas domésticas, mayoritariamente realizadas por las mujeres, dando lugar al entendimiento de que son ellas, las que demuestran una posición de mayor valoración de este recurso, con respecto a los hombres.

    Para ellos en cambio, el agua tiene más importancia, solo en aspectos de higiene personal. Por esta razón, casi toda la gestión del agua, al interior de las unidades productivas familiares, recae ciertamente sobre las mujeres, otorgándoles una posición de subordinación con relación a los hombres, hecho que es reconocido por las mujeres, no como una disparidad de género, sino más bien, como parte de su deber ser mujer, en tanto madres y esposas encargadas, del bienestar familiar en su conjunto.

    Sin embargo, también existen algunas situaciones de desconocimiento o poca comprensión, de lo que significa incidir en la parte ambiental de estos recursos hídricos, cuando interfieren con deshechos líquidos y sólidos en los cuerpos de agua de estas comunidades.

    Concretamente, en el aspecto sanitario (PDM-MY, 2006-2011:29), el agua no estaría sujeto a tratamiento alguno. A lo largo de su recorrido hacia los diferentes hogares de las comunidades, existe el riesgo latente de algún tipo de contaminación, por el uso de pesticidas como Tamarón y Estermin, muy difundidos en esta zona. Esta situación está generando, los ya comunes estados diarreicos, fiebre y vómitos, en los niños que acostumbran tomar agua cruda, cerca de las tomas o en los riachuelos formados por el agua de las pozas de almacenamiento.

    Por otro lado, se ha observado que las aguas servidas de estas comunidades, se vierten en cauces que van a los ríos Unduavi y Tamampaya, sin que hasta ahora, se hayan tomado algunas medidas de prevención y protección, de estas áreas vulnerables a impactos ambientales (PDM/MY, 2006-2011).

    Por tanto, se aprecia cierta responsabilidad de ellos y ellas en la contaminación de las aguas, aunque están concientes que en este aspecto, poco o nada están haciendo para aminorar las consecuencias de estas actividades, sobre todo en la salud de los miembros del hogar. Los problemas sanitarios más comunes y ya mencionados, se agravan al existir renuencia social, propia de las culturas rurales, a visitar a los médicos o la posta más cercana para su tratamiento respectivo, además de algunos casos de negligencia médica, que a menudo se registran en estas áreas rurales.

     

    EL MANEJO DEL AGUA EN LA PRODUCTIVIDAD

    Para el caso de uso del agua para riego, la situación se presenta más dificultosa, ya que la mayoría de los cultivos, solo depende de las lluvias estivales, con excepción del cultivo de hortalizas, que al encontrarse siempre cerca de las viviendas, son regadas con agua de las piletas. En toda la zona de Yanacachi (exceptuando la comunidad de Suiqui Milamilani, que sí cuenta con sistemas de riego), no existen sistemas integrados de riego tradicional, por los altos costos que implicaría su instalación y porque las características topográficas no permiten la introducción de esta tecnología (PDM-MY 2002,2011).

    Empero, los productores de esta zona, se han dado modos para paliar estas dificultades naturales, a través de la práctica de algunas técnicas tradicionales del manejo de aguas en esta región, que coadyuva de alguna manera, a la productividad agrícola de la zona. Entre estas técnicas se pueden mencionar dos, ya conocidas por la mayoría de los especialistas en el tema:

    - Los wachus o lomo de surco en los cultivos de coca y los terraceos de piedra en los cultivos de flores. Estas estructuras, se hallan generalmente en zonas de alta pendiente y tienen varios objetivos: retener el agua de lluvias en épocas menos húmedas, contrarrestar la erosión pluvial en estos terrenos inclinados y favorecer la infiltración adecuada del agua.

    Igualmente la presencia de coberturas vivas entre cultivos, se entiende como una forma de compensación a la poca o ninguna disponibilidad de agua en épocas secas, para sus cultivos principales. Al dejar crecer estas malezas en el lugar, éstas otorgan cierta disponibilidad de humedad a toda el área y las protegen al mismo tiempo, contra los rayos solares directos.

    Desde la perspectiva de género, estos conocimientos se perciben más arraigados entre los hombres que entre las mujeres, por las características de socialización diferenciadas y enmarcadas en los sistemas formales2 e informales de estas poblaciones rurales. Según opiniones de productores y productoras de entre 35 y 50 años de edad, estas nociones son transmitidas de forma preferencial a los hijos varones, como futuros jefes de familia y por tanto herederos de la propiedad familiar.

    En el caso de las mujeres - sobre todo las mayores a 25 años -, no han tenido las mismas oportunidades de adquirir estos conocimientos y han sido encasilladas en labores domesticas desde muy temprana edad, dedicándose más al apoyo familiar y a labores complementarias en las huertas familiares.

    Actualmente las nuevas generaciones, si tienen la oportunidad de asistir a centros educativos, pero su visión personal va más allá de permanecer en estos reductos comunales, por lo que tampoco le dan mayor preponderancia al conocimiento que deben tener acerca de sus recursos naturales.

    A partir de ello, se puede decir que el conocimiento de la gestión del agua, no es tan igualitario entre hombres y mujeres, percibiéndose más bien una cultura empírica a medias entre las mujeres, debido al acceso desigual en la educación formal y al poco apoyo que han recibido ellas, en aspectos de capacitación comunal.

    Aunque esta situación podría mejorar, en el entendido de que actualmente se están haciendo esfuerzos pertinentes, de parte de algunas instituciones no gubernamentales asentadas en la zona y que están incorporando a las mujeres productoras en talleres de formación productiva agroecológica, lo que a su vez, podría repercutir en el conocimiento y la conservación de sus actuales fuentes de agua y de sus otros recursos, importantes para la subsistencia familiar.

     

    CONCLUSIONES

    A partir de esta exploración a la subjetividad de las personas productoras de la región de Yanacachi, se percibe la existencia de una cultura del agua arraigada en el conocimiento de los productores de esta región y que les ha permitido generar una serie de estrategias de manejo, frente a las limitaciones naturales existentes en la zona. El esfuerzo conjunto entre pobladores e instituciones privadas, les ha facilitado el acceso al agua de consumo en los últimos años, además de la prevalescencia de organismos sociales que regulan su gestión.

    La existencia de derechos igualitarios en cuanto al uso y consumo de agua, por hombres y mujeres, ha generado situaciones de cooperación mutua y por tanto de entendimiento común, especialmente a nivel comunal. Aunque en el entorno familiar, las necesidades propias de cada sujeto de género, hace que haya una valoración diferenciada en la gestión de este recurso.

    Se aprecia la necesidad - sobre todo de las mujeres productoras -, de cambiar su actual situación de postergación en el desarrollo de conocimientos relacionados a la gestión del agua, sobre todo en términos de productividad y conservación del mismo en su entorno ambiental, por lo que se hace necesaria la intervención y el apoyo de las autoridades locales a través de actividades de capacitación permanente, para minimizar este desequilibrio social entre hombres y mujeres.

    Por tanto, la reflexión que promueve el presente articulo, esta enfocado hacia los diferentes actores, que tienen que ver con el análisis de esta problemática social, presente aún en las diferentes áreas rurales de Bolivia, los cuales podrían generar a partir de nuevos lineamientos de acción -, mayores y mejores oportunidades para la inclusión de las mujeres, en los contextos socioeducativos, productivos y ambientales, que se requieren, para un desarrollo sostenible de las poblaciones, con equidad e igualdad de género.

     

    NOTAS

    1 Gran parte de la información, se basa en el trabajo de investigación realizada por la autora, intitulado: "Genero y Recursos Naturales: Visión de dos comunidades de Yanacachi, 2008. Publicado por: PIEB-IDRC/CRDI- Instituto de Ecología (UMSA)

    2 Según datos del PDM- MY/ 2002-2006, la cobertura escolar en el Municipio de Yanacachi, muestra que los niños inscritos en núcleos escolares, se hallaban en un 92,18 %, mientras que las niñas se encontraban en un 66,53 %.

     

    BIBLIOGRAFIA

    ALVAREZ Adrián, 2004.Investigaciones arqueológicas en Los Yungas, departamento de La Paz. Yanacachi. Museo de Arqueología de La Paz.        [ Links ]

    BARBIERI, Teresita de, 1992. Sobre la categoría de género: Una introducción teórico metodológica, en Isis Internacional, Edic. De las Mujeres, No 17.        [ Links ]

    FOSSATI Hugo, 1948. Monografía de Norte y Sud Yungas. Homenaje al 4to. Centenario de la Fundación de La Paz, Edición Renacimiento, La Paz-Bolivia.        [ Links ]

    MURRA John, 2002. El mundo andino: Población, medio ambiente y economía. Pontifica Universidad Católica del Perú. Lima-Perú.

    LA PAZ. Honorable Alcaldía Municipal de Yanacachi (Sud Yungas) 2006-2001. Plan de Desarrollo Municipal. Prefectura del Departamento de La Paz, Servicio Departamental de Fortalecimiento municipal y comunitario. Asociación de Ayuda local        [ Links ]

    - Sallimi, La Paz, Bolivia.PANIAGUA-ZAMBRANA, Maldonado-Goyzueta, Chumacero-Moscoso, 2003. Mapa de vegetación de los alrededores de la estación biológica de Tunquini, Ecología en Bolivia, 38 (1)        [ Links ]