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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.13 n.60 La Paz feb. 2019

     

    RESEÑAS Y ESTUDIOS BIBLIOGRÁFICOS

     

    Money, Mary. 2016. La vestimenta en Chuquiawu Marca y sus procesos
    culturales (750-1930 d. C.), prefacio de Martti Pärssinen. La Paz: Editora
    Presencia. 260 páginas, 3 mapas, 123 fotografías, 66 dibujos.

     

     

    Javier Armando Méncias Bedoya
    Investigador y Consultor en Arqueología. Sociedad de Arqueología de La Paz.
    javarq@gmail.com
    Recepción: 15 de octubre de 2018   Aprobación: 31 de enero de 2019   Publicación: Febrero de 2019

     

     


     

     

    La vestimenta, comprendida como parte del acervo cultural de las poblaciones que la elaboran y utilizan, en el contexto de los significados relacionados con los procesos de identidad y pertenencia étnica, se convierte en una de las evidencias materiales más atractivas en la búsqueda de la elucidación de los procesos culturales relativos a espacios geográficos específicos; a pesar de ello, no han sido desarrollados grandes estudios -a nivel temporal o geográfico-de este fenómeno en el área andina sur-central. Comprendido dentro de estos márgenes, el presente libro es un valioso aporte en la investigación de este tipo de manifestación cultural, pues presenta un análisis minucioso de la evidencia, compuesta por múltiples especialidades, y persigue la interpretación lógica de esta, más allá de la mera descripción (un problema muy común en este tipo de estudios).

    La obra presenta un prefacio escrito por Martti Pärssinen -importante investigador latinoamericanista, procedente de una familia finesa, nombrado Académico Honorífico de la Academia Boliviana de Historia y Huésped Distinguido de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz en 2014, autor de varias e importantes obras sobre historia y arqueología desde 1989- y seis capítulos, siendo el primero un desarrollo de la vestimenta en un extremo temporal (750 d.C.), relacionado al periodo prehispánico, y el último, el final del rango cronológico propuesto en el título (entre 1900 y 1930 d.C.). Además, presenta un acápite denominado Conclusión, y posee un glosario de términos en aymara, quechua y castellano de la colonia, empleados en la descripción del vestuario.

    El capítulo Primero titula "La vestimenta en Chuquiawu durante el período prehispánico". En él, se presenta la hipótesis, fundamentada en la diferenciación de vestimentas detectadas en varios soportes materiales con distintos grados de representación gráfica, de la existencia de mitimaes en el valle de Chuquiawu, desde períodos tan tempranos como el Horizonte Medio -diásporas- llegando al Horizonte Tardío -colonias-. La autora describe, con terminología propiamente indígena, y recuperada de fuentes históricas, las prendas que componen la vestimenta de la época, en cada uno de los períodos prehispánicos detectados a partir del 750 d.C. A partir de materiales variados, tanto arqueológicos -cerámica, metales y orgánicos- como históricos -crónicas, documentos y obras pictóricas coloniales-, se reconstruye los códigos de vestimenta y su apariencia a lo largo de casi 800 años de ocupación del valle de La Paz, para los subsecuentes desarrollos culturales y grupos humanos que lo poblaron, concluyendo que estos grupos se identificaron mediante el atuendo que reflejó sus lugares de proveniencia (especialmente en el caso de los mitimaes).

    El capítulo Segundo, "El vestuario en la sociedad colonial de La Paz", habla del nuevo lujo adoptado por la sociedad española en su vestimenta. Los cronistas de la época señalarían que este lujo, generado a partir del descubrimiento y explotación de las minas de oro y plata de las "indias", además de la tasación del tributo, habría sido desconocido por todo aquel español que no fuera parte de la corte real, hasta la creación de las nuevas élites que conformaron la estructura sociopolítica de la colonia (encomenderos y otros funcionarios). A decir de la autora, "el vestuario de La Paz fue un reflejo de la nueva estructura económica y social que se había consolidado ya a fines del siglo XVI" (p. 47); la misma describe el vestuario de las élites, los mestizos (naciendo con ellos la categoría del cholo/a), los caciques, la nobleza inca, los nativos y esclavos en base a documentos narrativos, dibujos y pinturas de los siglos XVI y XVII. El capítulo concluye puntualizando que las disposiciones de la Corona española tuvieron por objetivo el distinguir a la población, organizada en la nueva pirámide social, mediante el atuendo.

    El capítulo Tercero, sobre "La vestimenta en la época de los borbones, siglo XVIII", explica el "afrancesamiento" del vestuario de la corte, y de los burócratas coloniales, debido al ascenso de Felipe V al trono. La introducción del pensamiento ilustrado de la época, y su taxonomía, habría desarrollado un código de vestimenta relacionado con la pureza y las mezclas biológicas, que se evidencia en lienzos e ilustraciones de manuscritos en México y Perú. Sin embargo, como concluye el capítulo, a pesar de notar cierta influencia francesa en la transformación de las prendas en este siglo, grupos sociales como los mestizos, autoridades nativas y esclavos mantuvieron su código de vestimenta, a diferencia de las élites, autoridades parroquiales y artesanos (burguesía) que la llevaron a nuevos límites de ostentación.

    El Cuarto capítulo, denominado "Los códigos de poder del vestuario, los 'Dictados Reales' de Tupac Amaru II y los 'Preceptos' de Tupac Katari durante los levantamientos de 1780-1781", presenta evidencias de "las formas de resistencia y la rearticulación de la vestimenta indígena para conservar su derecho identitario" (p. 89), en el contexto de la instauración del despotismo ilustrado y el absolutismo monárquico impuesto por los borbones. De hecho, para comprender el papel del vestuario en los levantamientos de la época, se analiza las transformaciones en la vestimenta de ambos insurrectos, y otras figuras como Bartolina Sisa y Gregoria Apaza, así como los "Dictados Reales" y "Preceptos" -describiendo el vestuario de sus Fuerzas Armadas-. A decir de la autora, los códigos así inscritos en el vestuario reflejan aspectos relacionados con el poder, jerarquía de mando y probanzas de nobleza que resultaron, una vez sofocados los movimientos, en prohibiciones para el uso de cualquier vestimenta o insignia que recordara a la nobleza antigua de la época del incario, obligando a todos los pobladores a vestirse a la manera española. La autora concluye el capítulo identificando aquellas prendas de vestir que pervivieron en el constructo de "franca resistencia" de los indígenas, a pesar de haber adoptado otras claramente españolas, permitiéndoles mantener los vínculos con su pasado.

    El Quinto capítulo se denomina "El vestuario en La Paz: 1825-1890", y en él la autora señala que "La vestimenta en la sociedad paceña durante las primeras décadas de la República no sufrió grandes cambios en todas las capas sociales", exceptuando la adopción de la moda francesa en las nuevas élites. Se explica el vestido de los distintos "estamentos sociales" en base al contexto socioeconómico de la población, reflejado en una mejor situación de dominio político y económico -poder y estatus- de las clases con posibilidad de adquirir textiles europeos y ornamentos. También se desarrolla ampliamente la figura de uno de los más icónicos personajes paceños: la chola, muy cercana a la figura que conocemos hoy en día.

    El Sexto capítulo, denominado "La vestimenta en el contexto socio-económico y cultural en La Paz: 1900-1930", explica la vestimenta de los pobladores al interior de la nueva -y "moderna"- urbe paceña, en el contexto político del liberalismo, en el que el prestigio y el status fueron consolidados alrededor de la élite romanticista (a nivel social) y el cholaje (a nivel económico). La autora resalta y describe con detalle la vestimenta, en esta estructura consolidada, de las distintas variedades de cholas (y cholos), además de la figura de los hombres pije o dandi y las mujeres flapper (ambos de la élite). También desarrolla, en otro orden, las prohibiciones hacia la vestimenta indígena (desde 1904), por parte de un Estado que anhelaba la "modernidad" (que, una vez más, no logró su cometido, reforzando la capacidad de camuflaje y adaptación de la vestimenta originaria). El capítulo finaliza realizando un inventario de los elementos más significativos de la vestimenta indígena, presente en las poblaciones rurales y urbanas.

    El acápite "Conclusión" está dedicado a sintetizar las conclusiones más relevantes de cada capítulo, además de clarificar que "Esta obra estudia La vestimenta de Chuquiawu-Marca y la vinculación que tiene con sus procesos culturales, (...) Pone énfasis en los significados, códigos y mensajes" de esta, dejando de lado el vestuario del clero, niños y militares de carrera (p. 207). De esta manera, los elementos que conforman la vestimenta se convierten en testigos de la supervivencia de la identidad de los pueblos, además de permitir que se creen nuevas identidades desvinculadas de las originarias y las foráneas, igualmente válidas en el proceso de conformación de identidades urbanas (como constructos nuevos que agrupan a la diversidad), y que perviven en la actualidad, como en el caso de la chola paceña, superando la discriminación e ingresando a nuevas esferas de formación y ejercicio del poder.

    En resumen, varios son los aportes del presente libro que reúne hábilmente retazos de evidencia en formatos variados -de latitudes varias, aunque cercanas- como la cerámica prehispánica, materiales arqueológicos orgánicos y metálicos, dibujos de crónicas, obras pictóricas y documentos descriptivos y fotografías. Reivindica el valor de la vestimenta, en muchos momentos del rango temporal propuesto, como indicador de identidad y pertenencia étnicas, además de constituirse en significante de poder, estatus, y en un contenedor de mensajes de orden cultural. Emplea terminología "nativa" dotando a las prendas de vestir, de esta manera, de un carácter propio, preciso y descolonizado, revalorizando palabras y términos propios de la región.

    Finalmente, todo el análisis generado, en el estudio, se mantiene en el marco de la construcción social de identidades, desde una óptica relacionada con las dinámicas de cambio/continuidad, transformación/ pervivencia y resistencia, que rigen el desarrollo de los procesos acaecidos en cualquier entorno cultural, partiendo siempre de preguntas claras e interrogantes puntuales y valiosas para este género de estudios. Todo ello, permite al lector identificar de manera clara las raíces del continuum histórico y cultural que ha conformado la moderna metrópoli paceña, y reafirma su carácter de centro multicultural y pluriétnico desde la antigüedad.