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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.10 n.47 La Paz dic. 2016

     

    HISTORIAS DE VIDA

     

    Alfredo Dominguez
    en el V centro de grabado
    contemporáneo de Ginebra (Cgcg)

     

     

    Erica Deuber Ziegler* en colaboración con Anne Divorne**
    * Erica Deuber Ziegler, historiadora del arte, docente universitaria, ocupó la dirección del Departamento de Actividades Culturales de la ciudad de Ginebra; es una amiga de mucho tiempo de Anne Divorne.
    ** Anne Divorne, formada en la Escuela de Artes Decorativas de Ginebra, fue la esposa del artista y grabador Daniel Divorne (1934-2003) con el que hizo sus estudios y que fue el director del CGCG entre 1966 y 1985.

     

     


     

     

    Hacia los orígenes de nuestros encuentros: una historia de amistad, de grabado y de música

    Los caminos de la vida están llenos de casualidades y de curiosas coincidencias. Nada predisponía a las autoras suizas de este artículo, encontrar a Alfredo Domínguez, ni a él a venir de Bolivia con el fin de aprender y practicar el grabado en el Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra (CGCG).

    Anne Divorne, formada en la Escuela de Artes Decorativas de Ginebra, fue la esposa del artista y grabador Daniel Divorne (1934-2003) con el que hizo sus estudios y que fue el director del CGCG entre 1966 y 1985, es decir, durante los años de residencia en este Centro de Alfredo Domínguez y de su familia. Ana se responsabilizó, desde el principio del Centro en 1966 y hasta 1971 (fecha en la que comenzó estudios en enfermería), de la acogida a los residentes y artistas que llegaban y practicaban el grabado; ayudó en el acompañamiento a los artistas, participó en la edición de obras y compartió plenamente la vida apasionante de esta residencia artística que rápidamente se convirtió, por la diversidad de los orígenes de sus huéspedes, en un Centro muy internacional, como ocurre bastante seguido en Ginebra.

    Una estrecha amistad de juventud entre Daniel Divorne y Gilbert Favre, "el Gringo bandolero" (1936-1998) es el origen de la acogida de Alfredo Domínguez en el CGCG.

    Gilbert Favre había sido testigo del matrimonio de Daniel Divorne en 1959. Después, con escasas economías, la joven pareja había vivido con Gilbert y sus amigas del momento en unas habitaciones, al fondo de un patio, en la calle Voltaire 15, llamado "patio de los milagros". Gilbert tocaba clarinete y ganaba su vida en los oficios manuales más diversos, entre otros como instalador de decorados y otros menesteres en la Comedia de Ginebra.

    En 1960, su destino sudamericano le fue ofrecido por Jean- Christian Spahni, antropólogo y arqueólogo suizo, especialista de poblaciones indígenas en los Andes, que lo contrató para que le acompañara a Chile, al desierto de Atacama, a repertoriar y estudiar, por cuenta del Museo de Etnografía de Ginebra, pinturas rupestres, como también cerámica, la crianza de camélidos y la vida de los pastores. Gilbert Favre cuenta, en un relato fascinante que quedó inacabado y está inédito1, cómo llegó a Santiago de Chile, mientras Spahni se ocupaba de los papeles para su expedición, él se puso en busca de un posible reportaje, en el ambiente del folklore; se informó sobre los músicos del folklore chileno, consiguió llegar al Departamento de Folklore de la Universidad y de allí lo llevaron a casa de Violeta Parra (1917-1967); pasó la noche allí y salió, al día siguiente, por la ventana. Explica también cómo, después de tres meses trabajando con Spahni, se aburrió de copiar las pinturas de una vieja civilización indígena que había opuesto resistencia a los Incas. Tomó su pasaporte, su clarinete y algunas fotos, abandonó a Spahni y partió solo a pie por el desierto, donde casi se perdió y rozó de cerca la muerte. Sobreviviente, consiguió llegar a Santiago en busca de la dirección de Violeta, volvió a la Universidad, la suerte hizo que se viera con su hijo Ángel y la encontró, el 4 de octubre, día de su cumpleaños, en su pequeña casa, en su jardín, entre sus hijos, sus hermanos, sus pinturas y sus guitarras2. Se convirtió en su gran amor. Violeta dedicó a Gilbert algunas de sus canciones de amor más célebres, entre las cuales la inolvidable "Gracias a la vida".

    Violeta, con sus hijos Isabel y Angel, ya había recorrido Europa para actuar en los años '50. Nuevamente, entre 1961 y 1964, estaba con sus hijos y su nieta. Mientras tanto, Gilbert Favre, dejando atrás Chile, con muchas dificultades y después de haberlos encontrado en París, volvió a Ginebra. Se instaló, como antes, en el "patio de los milagros" donde Daniel Divorne, padre de una niña, conservaba sólo su taller. Un día, Gilbert tuvo que ocuparse de Violeta, enferma en París con una hepatitis viral, y decidió trasladar a todo el clan a Ginebra. Los hijos fueron alojados en la casa de una familia ginebrina. Anne Divorne recuerda: veo a Violeta, en la calle Voltaire, bordando y pintando en su cama. Un día que hacía mucho frío, la encontramos con la ventana abierta alimentando un fuego con maderas sobre una calamina y ésta, ¡sobre el piso de su cuarto!

    Por esta época, Gilbert consigue una quena andina porque, dice, quería aprender a tocar para sentirse útil en el espectáculo que Violeta iba a presentar en el Teatro del Patio de San Pedro. En 1964, el Museo de Artes Decorativas de París, instalado en el Louvre en el pabellón de Marsan, consagró una gran exposición a Violeta Parra, principalmente de sus tapicerías, así como también de sus pinturas, esculturas y máscaras. Para los preparativos, Gilbert fue de gran ayuda. Luego Violeta expuso en Ginebra, en la galería Engelberts.

    En 1965, Violeta retornó a Chile, Gilbert se reunió con ella, contribuyendo como podía en los espectáculos del Centro de Arte Popular en el barrio de La Reina. Un centro de arte instalado por Violeta y su clan, bajo una gran carpa en la periferia de Santiago. En su relato autobiográfico, Gilbert narra cómo en febrero de 1965, en Santiago, después de una tentativa de suicidio de Violeta con barbitúricos, escapó del dominio autoritario de su enamorada, tomó su grabadora Revox, la cámara fotográfica que ella le había regalado, su quena y su clarinete, se presentó en la embajada del Perú para obtener una visa, fue mal recibido, luego pasó a la embajada de Bolivia donde enseguida le hicieron sus papeles. Para pagar su pasaje en el tren Arica-La Paz, vendió su clarinete a un comerciante de instrumentos de música. Violeta lloró este abandono en su desolada canción "Run Run se fue pal norte".

    Seis horas fueron necesarios a la locomotora de vapor del ferrocarril para llegar a La Paz, donde comienza la historia boliviana de Gilbert: su admiración frente a la ciudad, en la noche, mágica, maravillosa, luego su asombro por la gentileza boliviana, por la música popular de ese país, por su increíble riqueza y diversidad; en fin, la creación, en la Galería de Arte, Artesanía y Folklore "Naira" de Luis Alberto "Pepe" Ballón y Jorge Carrasco Nuñez del Prado, de una Peña folklórica y su encuentro con los músicos con los cuales iba a fundar el grupo "Los Jairas": Ernesto Cavour (charango, composición), Julio Godoy (guitarra, bombo), Edgar Joffré llamado Yayo (voz, zampoña, bombo, arreglos musicales), y el mismo Gilbert Favre (quena). El conjunto ganó, en 1966, el Concurso Nacional de Música Folklórica en Cochabamba entre sesenta y cinco participantes con su canción "El llanto de mi madre". Muy pronto, Gilbert se reunió con el guitarrista y compositor Alfredo Domínguez (1938-1980), el más conocido del país, para formar un trío con

    Cavour y dar así nacimiento a un estilo de música que sería conocido como "neofolklore" boliviano (1966-1974). El "Trío Domínguez-Favre-Cavour" se hizo inmediatamente conocer por un disco, producto de sus actuaciones semanales en la Peña Naira: Folklore, que fue nominado Disco del año 1967, luego grabaron Folklore II (1968), y un tercer disco con motivos musicales de la película "Mina Alaska" del cineasta Jorge Ruiz (1968). Por su parte, Alfredo Domínguez grabó, en solo, "Juan Cutipa" (1968). La Peña Naira se convirtió, bajo el impulso de "el Gringo", en un centro nacional de la música boliviana, donde se presentaban los fines de semana pequeños grupos musicales que él encontraba en La Paz y recorriendo el país; "Los Jairas" más el "Trío Dominguez-Favre-Cavour" revelándose como conjuntos representativos del foklore nacional andino3 (¡con un gringo!).

    Violeta Parra fue a La Paz, se presentó en la Peña Naira, -allí compuso "Gracias a la vida"-, descubrió, a su turno, la música popular boliviana, e invitó a "Los Jairas" a Santiago. El relato autobiográfico de Gilbert se interrumpe antes del suicidio de Violeta en 1967 en Santiago4; su matrimonio con la artista pintora boliviana Indiana Reque Terán y la venida a Ginebra de "Los Jairas y Domínguez" tiene lugar en 1969, el viaje fue financiado por la Fundación Patiño.

    Erica Deuber Ziegler, historiadora del arte, docente universitaria, ocupó la dirección del Departamento de Actividades Culturales de la ciudad de Ginebra; es una amiga de mucho tiempo de Anne Divorne. Erica descubre al mismo tiempo a "Los Jairas", la música boliviana, al extraordinario intérprete de quena en que se había convertido Gilbert, la asombrosa musicalidad del taciturno Domínguez con su guitarra y, desde luego después, su obra gráfica. Erica era, por entonces, asistente en el departamento de historia del arte de la Universidad de Ginebra y recuerda cómo Alfredo la encontraba en una mesa del café Landolt, en frente de la Universidad, para mantener con ella largas conversaciones, lentas y, por así decirlo, bastante misteriosas: Alfredo filosofaba con parsimonia, entrecortando sus palabras de largos silencios.

    El encuentro de Erica con "Los Jairas" no tuvo lugar en el CGCG, sino en Russin, donde ella vive aún; es un pequeño pueblo de viticultores, encaramado sobre un contrafuerte que domina el río Ródano, que baja de Ginebra, cerca de la frontera francesa. Desde hacía mucho tiempo, las bodegas de vino de los campos de Russin ya no servían para guardarlo, los productores se habían agrupado en una cooperativa en el pueblo vecino. En la bodega, propiedad de Jean-Marc y de Arlette Penet, "Los Jairas y Domínguez" se presentaron. Fue impactante y magnífico. ¿Cómo llegaron allí?

    La madrina del hijo de los Penet, Claire-Lise Dreyfuss, y su marido Jean-Jacques, médico, después de una estadía en el Canadá, habían comenzado una gira por América Latina. En La Paz, habían visitado la Peña del suizo más conocido, "el Gringo". Gilbert les había anunciado el próximo viaje de su grupo a Ginebra y les había prometido informarles del concierto que tendría lugar en la sala Simón Patiño5. El día del concierto, Arlette Penet, Eliane Hauser et Marie-Claire Magnin, vecinas de Russin, acompañaron a la pareja Dreyfuss al concierto y se dejaron llevar por el encanto del grupo. Con este antecedente y bastante rápido, un concierto de "Los Jairas y Domínguez" fue organizado en Russin, en la antigua bodega de vinos de los Penet.

    Muchos años más tarde, los lazos de amistad tejidos en esos primeros tiempos hicieron que Gilbert Favre volviera a Russin, después de su mudanza a Dordogne, al sud oeste de Francia, con Indiana con la que tuvo dos hijos. Cuando tenía necesidad de dinero, volvía a trabajar a Ginebra, en empleos manuales, sin abandonar, por lo tanto, la música. En Francia, hizo escuela, formando con su amigo guitarrista Jean Vidaillac, convertido por él al charango, el grupo de música andina "Los Gringos". En Internet se puede ver la película del retorno de Gilbert a Bolivia con "Los Gringos" en 1986, recibidos en el aeropuerto de La Paz por Ernesto Cavour y los músicos de la Peña Naira. Gilbert volvió para instalarse definitivamente en Russin en 1991 con su segunda esposa, la periodista americana Bárbara Erskine, y tomó la decisión de continuar sus "Memorias" comenzadas diez años antes. Sin embargo, quedaron inacabadas. Fueron dactilografiadas por Eliane Hauser y una copia depositada en casa de Jean-Marc y Arlette Penet, donde Erica, vecina de ellos y convertida entre tanto en la esposa del sociólogo suizo Jean Ziegler, pudo consultarla. "el Gringo" murió en 1998 a la edad de 61 años. Está enterrado en el cementerio de Russin.

     

    "Los Jairas y Domínguez" en Ginebra

    El 14 de septiembre de 1969 llegó al CGCG la pareja Alfredo y Gladys Domínguez con su niño de nueve meses, César (Cesi o Cesito).

    Ana recuerda: como esposa del director del Centro, Daniel Divorne, estaba bajo mi responsabilidad recibir a esta familia proveniente de Bolivia. Alfredo era pintor, dibujante y músico y se proponía, estando domiciliado en el Centro, ejercer el arte, hasta ese momento, totalmente desconocido para él de la estampa. Había comenzado a tocar la guitarra desde la edad de trece años en Tupiza y gozaba en esa época de buena reputación en su país, como guitarrista y compositor, caricaturista, dibujante, pintor y poeta, ámbitos en los cuales tenía una formación como autodidacta.

    Los Domínguez no llegaron solos, sino con el conjunto "Los Jairas y Domínguez": Gilbert Favre y su esposa Indiana, Ernesto Cavour, Julio Godoy, Edgar Joffré (Yayo) y Tomás Conde, bordador de trajes de carnaval, fabricante de máscaras y coreógrafo (en La Paz, tenía su grupo de diablada, una danza tradicional del Altiplano, de la región de Oruro, representando la confrontación de las fuerzas infernales y de los ángeles). Todos excelentes, cada uno en su campo, teniendo además carreras profesionales y fama en Bolivia, Argentina, Chile. Bajo sus nombres de solteras

    Gladys Cortez e Indiana Reque Terán, las esposas de Alfredo y de Gilbert, bailaban en los conciertos con vestimentas tradicionales.

    Tomas Conde era un aymara, el único originario de una comunidad, los demás eran citadinos. Tomás era sombrío y más taciturno todavía que Alfredo. Más tarde, en Ginebra, habiendo tomado conciencia de su indianidad, llevaría orgullosamente una larga trenza, que nunca cortó. Trajo consigo dos valijas, una con yeso para fabricar sus máscaras y la otra con chuño6, porque creía que no encontraría ni lo uno ni lo otro en Suiza. La noche de la llegada de los Domínguez, Ana cuenta: "ofrecí un vaso de agua a Gladys, agua de la pila. Ella vació el vaso en el sumidero. Llené nuevamente el vaso. Otro rechazo. Fue necesario un tiempo para hacerle comprender que el agua de la pila, en Ginebra, era potable. Esa noche, preparé una cena para recibirlos a todos ellos".

    Gladys cuenta: "a nuestra llegada a Ginebra fuimos recibidos primero por la mamá de Gilbert, en la calle Village-Suisse y luego en el CGCG, donde Daniel y Ana como también todos los residentes y usuarios nos brindaron una acogida calurosa. Al principio no pagamos alquiler, bastante seguido, Daniel y Ana nos invitaban a su mesa, los amigos nos ayudaban. Poco después de nuestra llegada, el pintor chileno Roberto Matta, que trabajaba por entonces en el CGCG, invitó a todo el conjunto 'Los Jairas y Domínguez' a una cena en el restaurante 'El Comercio', importante centro de la juventud del año 68, en la plaza Molard. Cerca de nuestra primera Navidad en el Centro, observé que los residentes que recibían correo, ofrecían un pequeño presente al cartero, pero a nosotros y solamente a nosotros, el cartero nos trajo ¡una botella de vino y un pequeño regalo!".

    Mientras que los Domínguez se instalaban en el CGCG y los Favre en casa de la mamá de Gilbert, los otros miembros del grupo estaban albergados en casas de amigos, cambiando de casa según las disponibilidades, inclusive en Russin. Para ganar su vida el conjunto se puso inmediatamente en busca de posibilidades de espectáculos: hubo dos conciertos en la sala Patiño, dos conciertos en el Teatro del Taller en el barrio de Saint-Gervais, luego una gira en Suiza, sin olvidar Russin y otra gira en Europa: Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra, Suecia, Unión Soviética hasta Asia Central en Mongolia, donde, me dice Gladys, ¡se sintieron como en su casa!

    Los conciertos de "Los Jairas y Domínguez" conseguían en sus giras un enorme éxito, como dan testimonio los artículos de prensa pacientemente recogidos al pasar de los años por Gladys. En 1971, dos discos de 33 revoluciones ya estaban a la venta en los comercios. En 1973, Domínguez grabó, en solo, un disco de 33rpm en el que, entre otras canciones, interpreta su célebre "Sí señora, yo soy un indio".

    El último concierto de "Los Jairas y Domínguez" tuvo lugar en septiembre de 1973, en Inglaterra. Después, el conjunto se separó: Cavour había vuelto a Bolivia en 1971 y fue reemplazado por el charanguista Hugo Loza. Yayo decía tener otros proyectos. Godoy quería estudiar. Gilbert y Alfredo buscaron un tercer integrante para continuar. Encontraron dos músicos, uno francés y otro venezolano; prepararon un concierto para el Palacio de Exposiciones en Ginebra. Lastimosamente, el nombre de "Los Jairas" había sido registrado en España a nombre de Yayo, y entonces le pertenecía. Gilbert y sus compañeros ya no podían presentarse bajo ese nombre y fueron conminados a no tocar. El grupo se dispersó7. Gilbert e Indiana se instalaron en Francia, en Dordogne, invitados en la propiedad de Bernard y Mariyse Benson. En 1974, habiendose quedado solo, Alfredo retornó por seis meses a Bolivia, actuando en la Peña Naira, reanudando con su carrera de solista, fue saludado en su país como defensor del folklore boliviano en las principales capitales del viejo continente. En Tupiza, provincia de Potosí, su ciudad natal, recibió una medalla de oro por parte de la Federación de Trabajadores del Ferrocarril. El Salón Municipal de La Paz consagró una exposición a sus grabados.

    Gladys dice que, al retorno de Alfredo a Ginebra y después de su estadía en Bolivia, el grabado iba a alimentar la familia que tenía un niño más, Melitón (Melo). Hasta su muerte prematura en 1980, a la edad de 41 años, Alfredo y su familia vivieron en el CGCG. Su carrera de músico solista le procuró, ciertamente, tanto éxito como en el pasado, pero las giras ya no le permitían vivir de ello. Cuando dejaba la guitarra, se ponía a trabajar la estampa, aprovechando los talleres abiertos en el Centro de 8 a 24 horas. Anne Divorne cuenta: durante una estadía de Gladys en Bolivia, Alfredo se sintió enfermo, Ana le acompañó al hospital y le pidió no hablar a nadie de su enfermedad, inclusive a Gladys. Pero Ana propuso a Gladys consultar con el médico, el que dijo haber enviado los análisis al Instituto de enfermedades tropicales de Basilea.

    El diagnóstico definitivo fue la enfermedad de Chagas, sin cura posible. Alfredo fue desde muy joven futbolista, formaba parte del equipo Zazas (les-z-artistes-z-associés) junto a amigos, todos del ambiente artístico, el pintor y grafista Roger Pfund, el galerista Anton Meier, el graphista Georges Calame, el arquitecto Michel Burri... Alfredo continuó jugando fútbol. Murió el 28 de enero de 1980, jugando en la sala de deportes de Sous-Moulin, en el barrio de Thônex.

    El repatriamiento de Alfredo a Bolivia, movilizó a los amigos alrededor de Gladys. El servicio oficial de Pompas Fúnebres de Ginebra, aconsejó la incineración y el transporte de la urna con las cenizas. Solución imposible a concebir ¡para un boliviano de origen! La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de San José en el barrio de Eaux-Vives. "El Gringo", en medio de su grupo de músicos improvisó, su quena literalmente se echó a volar, como acompañando al cielo el alma de su amigo guitarrista. Cuando el féretro pasó cerca de mí, al abandonar la iglesia, una pluma (seguramente de paloma) descendió suavemente de la bóveda, vino a posarse sobre el barniz fresco del ataúd. . . y se quedó. Algunos días más tarde, gracias a la intervención de músicos ginebrinos, de muchos amigos, de los Zazas, de Jean-Pierre Magnin, que trabajaba en la compañía aérea Lufthansa y también una participación del Estado Boliviano, Alfredo Domínguez retornaba a su país.

     

    El Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra

    El CGCG había sido creado algunos años antes de la llegada de los Domínguez, en 1964, como asociación sin objeto lucrativo. La iniciativa había sido propuesta por Mario Pastori, fundidor de arte en Carouge, después de la adquisición de prensas y piedras litográficas de Albert Lamy, calle Etienne-Dumont 2, en Ginebra: "casa fundada en 1888". La ceremonia constituyente se reunió el 26 de agosto de 1964 con las siguientes personalidades:

    •   Pierre Bouffard, acumulaba los cargos de director del Museo de Arte y de Historia, profesor de Historia del Arte en la Universidad y consejero administrativo de la ciudad de Ginebra a cargo del Departamento de Bellas Artes y de la Cultura. Pierre Bouffard, que ocupó varias veces el cargo de alcalde de Ginebra, fue elegido como presidente de la asociación.

    •   Lucien Archinard, arquitecto, ocupó la vicepresidencia.

    •   Mario Pastori, fundidor de arte, como tesorero.

    •   Mauricio Pianzola, conservador, jefe del Museo de Arte y de Historia8.

    •   Christian Hauser, secretario del departamento de Bellas Artes y de la Cultura.

    •   Charles Goerg, conservador del Gabinete de Estampas del Museo de Arte y de Historia, como secretario.

    Los objetivos de la asociación eran: "favorecer el arte de la estampa en Ginebra" como lo indican los estatutos del 26 de agosto de 1964, que precisan: "para alcanzar ese objetivo, la asociación pondrá a disposición de los artistas, en los talleres, el material especializado"; organizará exposiciones; venderá grabados producidos en los talleres; invitará artistas de renombre, suizos y extranjeros".

    Las casualidades hacen que, cuando yo era directora del departamento de asuntos culturales de la ciudad de Ginebra, estuve encargada de preparar un informe sobre el CGCG que estaba procediendo a una modificación de sus estatutos y de su orientación. El análisis que sigue está extractado de ese informe9.

    Fue necesario algún tiempo para que el proyecto CGCG se concretara. Implicaba a la vez una dimensión artística, para el enriquecimiento de las producciones ginebrinas, otra social y la última educativa para fomentar la creación entre los artistas y los aficionados.

    El 27 de julio de 1966, la ciudad de Ginebra establece con el CGCG un convenio poniendo a su disposición un chalet de los años 1880-1890, muy bien situado al medio de un conjunto de casas de campo de la periferie urbana de los siglos XVIII y XIX, en la ruta de Malagnou 17, y habilitada con el fin de que el Centro pudiera desarrollar sus actividades. El convenio establecía como objetivo en la ocupación de esta casa "favorecer el desarrolo del arte de la estampa en Ginebra, esto poniendo a disposición de los artistas los talleres y las salas de exposición en las mejores condiciones".

    El convenio estipulaba también que un jefe del Centro viviría en el chalet; la utilización de la casa estaría sometida a un reglamento y los gastos de limpieza, electricidad y agua estarían a cargo del CGCG, la ciudad de Ginebra tendría la responsabilidad de la calefacción y del mantenimiento del edificio.

    El Centro fue efectivamente inaugurado el 22 de octubre de 1966. Se llamó a concurso para el cargo de jefe de taller del CGCG. El cargo fue atribuido a Daniel Divorne, joven artista y grabador, formado en la Escuela de Artes Decorativas de Ginebra, luego se formó personalmente en el grabado, especializándose en aguafuerte (ácido nítrico), litografía y grabado sobre madera. Daniel Divorne dirigió el CGCG hasta 1985, a partir de esa fecha el Centro fue dirigido por un colectivo de tres de sus antiguos estudiantes. En efecto, de 1975 a 1983, Divorne enseñó el grabado en la Escuela de Bellas Artes de Ginebra, después entre 1983 y 2000 fue profesor titular, dirigiendo el taller de grabado y de arte gráfico de la Institución (actualmente Escuela Superior de Arte Visual).

    Desde su nombramiento en el CGCG, Daniel Divorne se instaló con su esposa Ana y su pequeña hija Corinne en el departamento ubicado en el desván de la casa. Desde el principio, para cumplir su misión y obtener fondos, el Centro organiza de manera puntual cursos de iniciación al grabado, así como talleres. Expone frecuentemente las obras de grabadores que trabajan en sus talleres. Invita a artistas suizos y extranjeros a la residencia, para trabajar y vivir en el Centro. Los artistas pagaban un módico alquiler. Se les pedía dejar para el Centro tres ejemplares de cada obra impresa en sus prensas. El Centro editaba estampas para los artistas y las galerías, vendía grabados. Numerosos asistentes tenían la oportunidad de visitar los espacios del CGCG: la acogida era amplia para los artistas con deseos de practicar el grabado; se compartían comidas y se hacían fiestas. Anne Divorne recuerda: "la diferencia entre artistas profesionales, inclusive famosos, y aficionados se facilitaba gracias a la presencia constante de Daniel y la mía. Esta diferencia no era incompatible con la calidad de las obras, generaba incluso efectos de mercado: los aficionados, en contacto con los profesionales, desarrollaban no solamente una cultura, sino el deseo de adquirir obras. La señora que venía a grabar su tulipán financiaba el trabajo de artistas con pocos ingresos financieros comprándoles sus obras".

    Al principio, seis habitaciones estaban disponibles para los artistas residentes, provenientes de Suiza y del extranjero. Vivían en el Centro estadías variables y trabajaban en los talleres con la ayuda del director. Luego, constatando que un espacio para las comidas facilitaría el contacto entre los residentes, se dispuso una habitación en común. Al principio de los años '70, época en la que Alfredo Domínguez se consagró al grabado, el Centro proponía tres talleres reservados al grabado en metal, en madera, litografía así como a otros modos gráficos de expresión más modernos, equipados del material correspondiente. Los artistas que no podían pagar su alquiler, como los Domínguez, al principio de su estadía, estaban invitados por la dirección. La comida era en común y cada uno contribuía según sus posibilidades.

    El CGCG recibió en 1967 una subvención de la ciudad de Ginebra de 5.000 francos, así como una atribución única de la Fundación Pro Helvecia por la suma de 10.000 francos para el lanzamiento de sus actividades en Suiza y en el extranjero. El mismo año, atendiendo a una proposición del Centro, la ciudad de Ginebra otorgaba cuatro becas anuales de 600 francos a jóvenes artistas interesados en practicar el grabado. La pequeña subvención se mantuvo relativamente estable, salvo acontecimientos excepcionales, como la instalación de un taller de serigrafía (+ 5.000 francos) o el 500 aniversario de la imprenta en Ginebra el año 1978 (+5.000 francos). El importe de las becas aumentó, alcanzando en 1972 la suma total de 8.000 francos para subsidios a jóvenes grabadores, variando de 1.500 a 2.000 francos.

    El director cobraba honorarios fijos, los que subieron durante su mandato de 500 a 800 francos por mes, disponiendo de un departamento.

    Además, recibía un porcentaje sobre el trabajo facturado por el Centro a terceros. Paralelamente, el director podía llevar a cabo su propia obra de grabador. Los locales gratuitos permitían, al mismo tiempo, financiar ediciones de artistas poco conocidos, reconociendo así creaciones de alta calidad.

    Max Ernst, artista al que el Gabinete de Estampas del Museo de Arte y de Historia consagró una exposición en 197010, ofreció al CGCG la mitad del producto de la edición de uno de sus grabados.

    Entre algunos de los 150 artistas que practicaron la técnica de la estampa o hicieron grabar sus obras -grabados o libros- en el CGCG y que residieron durante el mandato de Daniel Divorne y la estadía de Alfredo Domínguez, se puede mencionar, nombrando a los extranjeros: Antonio Saura (España), Jorge Castillo (España), Alirio Palacios (Venezuela), Pierre Alechinski (Francia), Arman (Francia-EE.UU), Pierre Courtin (Francia), Roberto Matta (Chile), José Venturelli (Chile), Bram van Velde (Holanda), Charlemagne-Palestine (EE.UU.), André Bergeron (Canadá), Fernand Bergeron (Canadá), Enrico Baj (Italia), Ferenc Bugyil (Hungría), Hiroshi Abe (Japón); y entre los suizos: Markus Raetz, Gianfredo Camesi, Bernhard Luginbühl, Rolf Iseli, Francine Simonin, Alfred Hofkunst, Franz Anatol Wyss, Juan Martinez. Entre los ginebrinos, citemos a Marc Jurt, Henri Presset, Gérald Ducimetière, John Armleder, Roger Pfund, Paul Viaccoz, Gilbert Mazliah, Aurèle Barraud, Paul Delapoterie, Jacques Deperthes, Serge Diakonoff, René Feurer, Aldo Guarnera.

    Los editores de Picasso, Chagal, Moore, Braque encargaban trabajos de documentación al CGCG. Colaboraciones frecuentes se instalaron entre el CGCG y los editores tales como Yves Rivière (París), Weber (Ginebra), igualmente con las galerías Krugier (Ginebra y Nueva York), Eric Franck (Ginebra y Berlín), Turske & Turke (Zurich y Colonia), Manu Press (Stuttgart), Galería de Francia (París), Ziegler (Zurich). Thomas Krems, director general de las Fundaciones Salomon y Peggi Gu-ggenhein (Nueva York y Venecia), trabaja en 1967 durante nueve meses en el CGCG y conserva sus relaciones con el Centro y Daniel Divorne.

    Hasta 1979, fecha del nombramiento de Rainer Michael Mason como director del Gabinete de Estampas, el CGCG trabaja en estrecha colaboración con Charles Goerg. Según los

    estatutos, él tenía la obligación de constituir los archivos de la colección. Por toda édición efectuada en el Centro, los artistas entregaban, como ya se dijo, tres estampas firmadas. Una de ellas era depositada en el Gabinete de Estampas, las otras dos se quedaban como propiedad del Centro, el cual podía comercializarlas. La práctica de guardar todas esas imágenes, se fundaba en la idea de coleccionar masivamente todo un sector, para asegurarse de retener lo esencial para el futuro. De esta manera, las obras grabadas en el CGGC por Alfredo Domínguez están hoy día conservadas, gracias al Gabinete de Estampas, en el actual Gabinete de Artes Gráficas del Museo de Arte y de Historia de Ginebra, como se llama actualmente esta institución. En 1985, Daniel Divorne se retira, después de obtener para sus sucesores una subvención de la ciudad de Ginebra y la restauración de los talleres del CGCG. Luego hubo varios cambios de dirección. En el año 2000, la asociación fundadora dejó el chalet de Malagnou para instalarse, primero en la calle Saint-Léger, en el casco viejo, bajo el nombre de Centro de Edición Contemporanea, y después en la calle de Bains, en el barrio de Plainpalais, en el Edificio de Arte Contemporáneo (BAC) donde, hoy día, produce esencialmente libros de artistas y organiza exposiciones.

    En 2001, la asociación "Yo Grabo", subvencionada por la ciudad de Ginebra, se hizo cargo del lugar de creación y de socialización, abierto a todos, que había sido el CGCG en la ruta de Malagnou. Actualmente, continúa sus actividades en el sótano de la casa, bajo el nombre de "Taller Ginebrino de Grabado".

     

    Alfredo Domínguez grabador

    Alfredo Domínguez, boliviano andino, como ya lo hemos dicho, primeramentes es autodidacta en música y en artes plásticas. Comenzó más o menos a la misma época, antes de sus 15 años, a tocar la guitarra y a dibujar. Mi especialidad es la historia del arte, entonces, dejo a otras personas más entendidas que yo la presentación del músico, del compositor y del letrista. En una entrevista del periódico "La Suisse", en Ginebra, Alfredo declaraba: "Aprendí la música desde los 12 años, en Tupiza y en la Argentina, con los trabajadores de la caña de azúcar. Cada noche nos reuníamos alrededor de un fuego para cantar y tocar. Pude aprender observando a un músico. De vuelta a Bolivia, trabajé en un circo como ayudante, pero

    mi jardín secreto era la guitarra. Después me fui a La Paz a los 24 años con la idea de... ser futbolista y guitarrista. Un director de teatro me dijo que había muchos buenos deportistas, pero como guitarrista podría ser único. Fui invitado a tocar en la radio en muchas oportunidades y en 1968 en la Argentina, gané la medalla de oro, en el III Festival Latinoamericano de Folklore, en Salta. A los 30 años, era la consagración, intervine en tanto que solista y mis temas contaban la historia de la mina, en la que miembros de mi familia habían terminado trágicamente. Quiero que se reconozca la dignidad del hombre que sufre"11.

    Dominguez practicó primeramente, en el campo de las artes plásticas: el retrato, paisajes, escenas de la vida cotidiana, caricaturas de los personajes de su ciudad, Tupiza, departamento de Potosí. Sus primeras exposiciones tienen lugar en 1955 en Tupiza y en las ciudades vecinas de la Argentina. A su llegada a La Paz, logra encontrar trabajo como dibujante en minería y geología, en el departamento de Geobol dependiente del Ministerio de Minas y Petroleo. Durante esta primera etapa de su carrera, también fue ilustrador de páginas literarias y deportivas del periódico El Diario y El Espectador, después ilustra las obras literarias de Gastón Suarez, Vigilia para el último viaje, y de Oscar Vargas del Carpio, De la cumbre al abismo. Mientras exponía en la Galería de Arte "Naira", en La Paz, por la época de su encuentro con "el Gringo", el que ya era reconocido como "guitarrista nacional", expresaba un proyecto artístico que no abandonaría jamás: "He reproducido mi infancia en el campo. Para hacer esta exposición, he tenido que revivirla [...] He querido mostrar el humor y la tristeza de un niño en el campo. . .". En 1967, obtiene el segundo premio en el Concurso de Autorretrato de la Galería ARCA en La Paz, en 1968 un segundo premio en el Concurso Nacional de Pintura de la Universidad Técnica de Oruro, y en 1969, un primer premio de dibujo en el Concurso Nacional de Pintura, Escultura y Dibujo del Salón Anual Pedro Domingo Murillo en La Paz.

    Es esta primera celebridad en su país, la que le abrió a Domínguez las puertas del CGCG, cuando decidió reunirse con Gilbert Favre y sus músicos para venir con su esposa e hijo a Ginebra.

    El primer año, Domínguez lo consagró a familiarizarse con las técnicas que veía utilizar en el Centro, comenzando por el manejo de las tintas, los ácidos y las prensas. El resultado es un conjunto de monotipos -un procedimiento sin grabado que produce un ejemplar único-, preciosamente conservados por Gladys. Alfredo pintaba con la tinta tipográfica sobre un soporte metálico que pasaba por la prensa. Viviendo en el Centro, observaba trabajar a los residentes y visitantes y se impregnaba de sus prácticas.

    Pronto comenzó el grabado y bastante rápido inventó una técnica que le pertenecería hasta el final, consistente en cortar pedazos de plástico (metal, tela, cartón, etc.), colocados sobre las placas de cobre para estampar en relieve ciertas superficies sobre sus composiciones: los personajes, las cabezas, los soles, los planetas, los símbolos más corrientes de su vocabulario particular, a la vez popular y cósmico, inspirado del folklore boliviano y de una visión mágica del universo. Llegó también a aplicar "collages" a su técnica mixta de aguafuerte y de relieve.

    Desde 1970 comenzaron las exposiciones cuya lista figura en anexo, la mayor parte colectivas, pero también personales. Las primeras tuvieron lugar en la galería Numaga de Auvernier, el lugar de nacimiento de Ann Divorne, una de las primeras galerías de Suiza francófona en exponer arte abstracto, y en la galería Picpus de Montreux, ciudad (al borde del lago Lemán) del célebre Festival de jazz, pero también de J. P. Duchoud, agente musical de "Los Jairas y Domínguez", desde su llegada a Suiza. Otras exposiciones continuaron rápidamente en galerías de la región ginebrina (Ginebra, Versoix, Gland, Hermance), luego en Suiza francófona (Lausana, Fribourg, Montreux), en Suiza alemánica (Bâle), en Francia (Lyon, Chambéry, París), en Italia (Roma), también en América del Norte, Canadá y en América del Sud, en el Perú, en Bolivia, en Puerto Rico (San Juan).

    Gladys cuidaba de enviar a La Paz, con regularidad, los artículos que comentaban esas manifestaciones, de tal modo que los periódicos bolivianos hacían eco de la excelente acogida del trabajo del artista, tan lejos de su tierra de origen. Su arte combina figuras entre arte bruto y caricatura -hombres, mujeres, parejas, niños, trabajadores, campesinos, mineros- espacios y paisajes líricos abstractos -compuestos entre cielo y tierra como pequeñas escenas, cubiles, grutas-colores saturados, frecuentemente oscuros, magia cósmica, sortilegio, humor cáustico; lo que hallaba venturosamente en Europa, un momento de apogeo del arte abstracto. Su condición de guitarrista de excepción, de poeta, autor de las letras de sus canciones, pintor y grabador, focalizaba favorablemente la atención sobre su persona y le hacía distinguirse en las exposiciones colectivas. (". . .Visitar la exposición, sobretodo por las obras de Domínguez", se leía desde 1970 en las crónicas de los periódicos). Inclusive se puede decir que Domínguez creaba la sorpresa: era autodidacta, utilizaba una técnica sofisticada, creaba obras de una frescura poco habitual: "Del papel aplastado surgen relieves asombrosos. Se trata, ante todo, de organizar formas, pero también de una evocación de armonía, a través de materias atormentadas. La intrusión de pequeños personajes [. . . ] constituye una paradoja suplementaria"12. Se le comparaba con Paul Klee, por su poética abstracta; sus grafitos incas gustaban, su estilo de orfebre andino, sus colores terracotas, herrumbre, azul cobalto. El entusiamo por el grabado, en esos años, favorecía las confrontaciones. Expuso con Picaso, Chagal, Dalí, Leonor Fini, Clavé, etc., por ejemplo, en la galería de la Catedral, en Fribourg y en Numen Inter-Arts, en Lyon.

    El encuentro con la obra del "boliviano" ejercía un encanto innegable: "Alfredo Domínguez nació en Tupiza, cerca de la frontera Argentina. Este antiguo dibujante en geología e ilustrador de revistas literarias, lleva en él genes de civilizaciones desaparecidas. Llegó a Suiza en 1969, al Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, ejerce hoy día una disciplina que se ajusta a sus cualidades. Su gusto por el grabado no es casual. Sus relieves llevan el testimonio de un país, de una poesía bruta, cotidiana, y que otorga una dimensión excepcional al agua, al cielo, a la lluvia, a la tierra, a los muros, a las vestimentas, a los ritos.

    Ningún folklore peyorativo en esas evocaciones de una comarca abandonada con la cual el artista nos enlaza secretamente. A Domínguez le gustan los niños, así entonces, ellos pueblan su obra. Utiliza objetos de juego, en la medida en que ellos pueden aportar un relieve a la superficie plana. Así por ejemplo, una parte del camión de plástico será colocada sobre la placa del grabador. Este aprovecha de las formas, para aplicar sobre papel un espacio de sueño. Sus facultades de asombrarse lo vuelven observador. ¿Dónde está el año pasado? Le pregunta su hijo de cuatro años, que le propone entre otras cosas grabar en su lugar, él firmaría los grabados, para venderlos seguramente. La anécdota encuentra su lugar en esta breve evocación del artista boliviano como en su obra, las joyas, el carrito de juguete, la presencia dominante del sol"13.

    En 1973, la ciudad de Ginebra otorgó a Domínguez una beca de 1.500 francos para trabajar un mes en los talleres del CGCG, con la misión de crear obras originales, para entregar tres imágenes de cada una de ellas al Centro, una de las cuales debía ser depositada, según lo estipulado, en el Gabinete de Estampas del Museo de Arte y de Historia. Durante ese mismo año, Domínguez estaba asociado al lanzamiento de un periódico satírico ilustrado, " Gono coque", iniciado por Gérald Poussin, quien trabajó en París para Hara Kiri y Charlie Mensual, al que colaboran también los residentes del CGCG como el venezolano Alirio Palacios.

    En 1974, encontramos a Domínguez en La Paz, por una corta estancia de algunos meses.

    En 1976, la Sociedad de Artes, un organismo privado fundado en 1776 con el fin de favorecer el desarrollo de las artes en Ginebra, concede a Alfredo Domínguez un premio de 2.000 francos para "recompensar la bella estampa realizada en conmemoración del 200 aniversario de la Sociedad"14. La estampa fue editada en 100 ejemplares numerados, puestos en suscripción entre los miembros de la Sociedad.

    Para esta época, Alfredo Domínguez estaba completamente integrado en el ambiente artístico ginebrino. Así es como participa en 1976, con la mayor parte de los grabadores, en la Bienal Suiza de la Imagen Multiplicada, luego en una venta organizada por la Unión de Bancos Suizos en beneficio de una institución de ayuda a la infancia: "Grabadores de Ginebra al servicio de los niños del mundo".

    En 1976, nueva estadía en Bolivia, esta vez con su familia. En 1977, en el Museo Nacional de Arte de La Paz, el jurado internacional de la Segunda Bienal de Arte INBO, después de haber examinado 255 pinturas presentadas por 85 participantes, 81 dibujos presentados por 27 participantes y 48 grabados presentados por 16 participantes, atribuyó el primer y único premio de grabado a Alfredo Domínguez, es decir, un monto de 20.000 pesos bolivianos15. Antes de su muerte, iniciaba el proyecto de escribir cuentos. . .

    Alfredo Domínguez expuso con numerosos artistas contemporáneos. A su muerte repentina,

    a los 41 años, estaba presentando su última exposición en el CGCG con el título: "Nuevos Grabados e Inéditos". Esta muestra fue seguida de otra exposición, la de los artistas del Centro y de sus amigos a favor del "Fondo Domínguez". Habiéndose quedado Gladys sola con sus niños, todavía menores, terminaba un bachillerato en el Colegio Calvino, en horario nocturno. Después de algunos años, obtuvo una licenciatura en la Facultad de Letras de la Universidad de Ginebra y trabajó como profesora en la enseñanza secundaria del Estado. A sus 74 años, todavía baila para acompañar las noches bolivianas en Suiza o para animar los cursos de la escuela de danza de su hermana en La Paz.

    El Gabinete de Artes Gráficas del Museo de Arte y de Historia de Ginebra conserva una cincuentena de grabados de Domínguez: técnicas mixtas, aguafuerte y relieve, a veces "collage" y litografías. La colección de Gladys Domínguez es más completa, con dibujos, entre los cuales los retratos de familia y de algunos amigos (el payaso suizo Dimitri, fallecido recientemente), guaches monotipos, con las mismas técnicas y las mismas litografías. Numerosas instituciones poseen las obras del artista, así como muchos particulares, especialmente en Suiza y en Bolivia.

    Los grabados de Alfredo Domínguez se parecen a sus canciones: marcadas por el amor a los niños, generosidad, amistad, humor, con cimas satíricas, efectos voluntariamente "naïfs", tienen poesía, movimiento, armonías sutiles, como su música en la guitarra.

    En 1987, el CGCG consagró una última exposición a Alfredo Domínguez: "Retrospectiva Alfredo Domínguez (1938-1980), grabados y guaches". En esta ocasión, el semanario suizo francófono "L’Hebdo" titulaba: "Alfredo Domínguez, genio salvaje: como un reguero cósmico, las aguafuertes del "naïf" boliviano nos obligan a levantar los ojos. Nos quedamos deslumbrados ante sus estrellas en relieve, síntesis modesta y convincente de lo infinitamente pequeño y de lo infinitamente grande"16.

     

    Exposiciones

    La presente lista es incompleta. Con frecuencia Alfredo Domínguez acompañaba sus conciertos con exposiciones de sus obras. Para tener una imagen más completa de la proyección del artista, es necesario referirse también a las giras musicales

    y para los primeros cuatro años en Europa, a la evocación de conciertos en el capítulo "Los Jairas y Domínguez", arriba mencionado.

    1955    Jujuy, Argentina

    1956   Bolivia

    1970   Galería Numaga, Auvernier, Suiza Galería Picpus, Montreux, Suiza Galería Carré d’Art, Gland, Suiza

    1971   Galería L’Atelier du Soleil, Versoix, Suiza Galería 5, Ginebra, Suiza

    1972   Centre de Rencontre de la Serine, Gland, Suiza

    1972   Maison de l'O.R.T. F., París, Francia Galería Stebler, Ginebra, Suiza

    1973   Galería Ellipse, Lausana, Suiza Galería Aurora, Ginebra, Suiza Galería Carrefour des Arts, Sion, Suiza
    Galería Picpus, Montreux, Suiza Galería de la Catedral, Fribourg, Suiza
    Galería Cimaise, Toronto, Canadá Galería Numen Inter Arts, Lyon, Francia
    Galería de la Academia, Lausana, Suiza Galería Aleph, Quimper, Francia (Con Indiana, la esposa de Gilbert Fravre)

    1974   Salón Municipal, La Paz, Bolivia

    1975   Casa de la Juventud y de la Cultura, Chambéry, Francia Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, Ginebra Suiza Centro del Grabado, Bâle, Suiza Art Shop, Bâle, Suiza La Lucarne, Les Brenets, Suiza

    1976   Taller Cora, Hermance, Suiza Galería Gran Fontana, Sion, Suiza Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, Ginebra, Suiza Museo de Arte Moderno, La Paz, Bolivia. "Grabadores ginebrinos al servicio de los niños del mundo", Unión de Bancos Suizos, Ginebra Suiza "Bienal suiza de la imagen multiplicada", Museo Rath, Ginebra LOC, Estudios Financieros, exposición venta personal

    1977   Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, Ginebra, Suiza Art Shop, Bâle, Suiza Museo de Arte Moderno, (INBO), La Paz, Bolivia

    1978   Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, Ginebra, Suiza Galería 2016, Neuchâtel, Suiza "Los pintores y la música", Galería Picpus, Montreux, Suiza Galería Anton Meir, Ginebra, Suiza

    1979   Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, Ginebra, Suiza "1ra. Bienal Italo Latinoamericana, Roma, luego

    1980   Exposición itinerante en Italia "Cuarta Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano", San Juan De Puerto Rico

    1980 Atelier Cora y Galería La Ola, Hermance, Suiza

    1987 "Retrospectiva Alfredo Domínguez (1938-1980), grabados y guaches", Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra, Ginebra, Suiza

    1990 Museo de Arte Moderno, "Retrospectiva Alfredo Domínguez (1938-1980)", La Paz, Bolivia Palacio Portales, "Retrospectiva Alfredo Domínguez (1938-1980)", Cochabamba, Bolivia Casa de la Cultura, "Retrospectiva Alfredo Domínguez (1938-1980)", Santa Cruz, Bolivia.

     

    Exposiciones permanentes: Galería Leandro, Ginebra, Galería Motte, Ginebra, Peña "Naira", La Paz.

    Obras en colecciones privadas: Bolivia, Argentina, Suiza, Perú, Brasil, México, Venezuela, Chile, Israel, Londres y Nueva York.

     

    Notas

    1.  Gilbert Favre, "Memorias de un gringo". Manuscrito dactilografiado, escrito entre 1981-1982, 223 páginas.

    2.  Ver Angel Parra, "Mi madre". Con un prefacio de Luis Sepúlveda, traducción del español, escritura, 2011.

    3.  A esta misma época, Alfredo Domínguez participa en varias películas como compositor, intérprete y actor.

    4.  Ver Angel Parra, op. cit.

    5.  La sala Simón Patiño estaba situada en la Ciudad Universitaria. Construida en 1958 con la ayuda del Estado y de donantes privados, entre los cuales, para la sala de espectáculos, la Fundación Simón Patiño, heredera del industrial boliviano Simón I. Patiño, la que desarrolló programas en favor de América del Sur, y en particular de Bolivia.

    6.  Patatas deshidratadas, el chuño es utilizado en el chairo y otros platos tradicionales de Bolivia.

    7.   En 1974, Yayo Joffré propietario del nombre, conformó el grupo con otros músicos.

    8.  Periodista, escritor, publicó: Lenín en Suiza (1952), Thomas Munzer o La guerra de

    campesinos (1958) y Pintores y villanos. Los artistas del Renacimiento y la gran guerra de campesinos de 1525 (1962).

    9.   "Centro de Grabado Contemporáneo de Ginebra. Informe". Ciudad de Ginebra, Departamento de Actividades Culturales, octubre 1997.

    10. MaxErnst. Obra grabada: dibujos, "frottages" y "collages". Exposición 30 de mayo - 9 de agosto de 1970, Museo de Arte y de Historia, Ginebra, Gabinete de Estampas.

    11.  La Suisse (Ginebra), 3 de diciembre de 1977.

    12. E. A. K., "Picpus presenta en Montreux tres grabadores respetables", L'Est vaudois, 16-03-1973.

    13. Jacques-Dominique Rouiller, "En la Galería de la Academia. Instruir la forma, escuchar la poesía", La Gaceta de Lausana, 25-06-1973.

    14.  Carta de Jean-René Bory, presidente de la Sociedad de Artes, a Alfredo Domínguez, Ginebra, 02-04-1976.

    15.  Ver el catálogo II Bienal de Arte. Pintores bolivianos contemporáneos, INBO, 1977.

    16.   Seguía un excelente artículo de Serge Bimpage, L’Hebdo, 30-07-1987.