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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.10 n.46 La Paz oct. 2016

     

    PALABRAS ANCLADAS: RETAZOS DE UNA [POSIBLE] HISTORIA DEL LIBRO

     

    Eslabón 3: Historias enlazadas, escribas inmortales

     

     

    Edgardo Civallero*
    * Licenciado en Bibliotecología y Documentación . edgardocivallero@gmail.com; http://biblio-tecario. blogspot.com.es/
    Recepción: 14 de octubre de 2016 Aprobación: 30 de octubre de 2016 Publicación: Octubre de 2016

     

     


     

     

    Chángãn, capital de la China de la dinastía Suí. Nueve amigos se reúnen por la noche en el jardín de una casa y, tras disfrutar de unas tazas de vino de arroz, se enzarzan en complejos debates sobre lo que siglos más tarde se llamaría "lingüística" y "fonología". En el 601, dos décadas después de esas animadas sobremesas en Cháng'n, uno de esos amigos, Lù Fyán, puso por escrito todas las ideas que allí se discutieron en un "diccionario de rimas" que se volvería célebre: el Qièyùn.

    Se llama diccionario o libro de rimas a un tipo de antiguo glosario que recogía la pronunciación recomendada de cada carácter monosilábico chino. Siguiendo el método fnqiè, cada uno de esos caracteres iba acompañado de otros dos: uno (que comenzaba con la misma consonante que el carácter analizado) para indicar cómo sonaba el inicio de la sílaba, y otro para mostrar cómo lo hacía el final.

    El Qièyùn fue, pues, una de las primeras guías para la correcta pronunciación de la lengua china. El libro, que buscaba normalizar el idioma y conciliar las distintas tradiciones literarias y poéticas del norte y el sur del Imperio, se convirtió en referencia obligatoria, especialmente durante la dinastía Táng (618-907).

    El texto recibió el aporte de numerosos intelectuales. En el 706 fue revisado por Wáng Rénxù, y en el 751 fue republicado por Sn Min como Tángyùn ("Rimas de los Táng"). Finalmente, fue incorporado dentro de los (todavía existentes) diccionarios de rima Gungyùn (ca. 1007) y Jíyùn (ca. 1037), durante la dinastía Sòng (960-1279).

    Pero, de todos los colaboradores, fue Wú Ciluán la que más contribuyó a apuntalar la celebridad del Qièyùn.

    Interesados en la normalización de la lengua del Imperio, los regentes Táng contrataron a los mejores calígrafos para producir copias del Tángyùn (el Qièyùn "mejorado") que permitieran su estudio. Las más famosas fueron las de la calígrafa Wúiluán. Tanto, que una de ellas fue guardada por el emperador Huzng en la biblioteca palaciega, y allí permaneció hasta 1926, cuando parte de esa colección siguió al depuesto emperador Pyí a Zhngchn, capital del estado-títere japonés de Mnzhuguó. Tras la rendición japonesa de 1945, el manuscrito pasó a manos de un tratante de libros. En 1947 dos académicos dieron con él en un mercado cerca de Bijng y comprobaron que el renombre que se habían ganado aquellos trazos estaba bien merecido.

    Wú Ciluán fue una mujer envuelta en leyendas. Se decía de ella que era una inmortal taoísta del condado de Púyáng. Al parecer, durante el reinado del emperador Wénzng (827-835), la noche del Solsticio de Invierno, la muchacha enamoró al joven Wen Xiao, un estudioso de la prefectura de Zhnglng. Él la requebró y ella terminó revelándole su identidad como inmortal; no había finalizado la frase cuando un trueno partió el cielo y una voz la condenó a una vida de destierro en el reino de los mortales. La pareja se casó y se quedó a vivir en Zhnglng. Pero Wen Xiao era muy pobre, de modo que fue ella la que tuvo que mantener el hogar haciendo copias del Tángyùn. Hacia el 842 empezó a llamar la atención por su hermosa caligrafía y porque, con sus poderes sobrehumanos, era capaz de escribir varios cientos de miles de caracteres en un solo día, superando en calidad a los más avezados calígrafos y en productividad a un ejército de escribas. Unos dicen que, harta de habladurías y sospechas, Wú Ciluán montó en un tigre y volvió al cielo; otros, que se refugió junto a su esposo en la montaña de Yuewang y una noche de tormenta desaparecieron para siempre.

    Wú Ciluán se convirtió así en un verdadero mito. Al menos trece piezas suyas están incluidas en el Xuãn héshü pu, un catálogo de las caligrafías conservadas en la biblioteca palaciega de los Sòng. Otras tantas, atribuidas a su mano, se conservan en el Gùgõng Bówùyuàn (Museo del Palacio) en Bêijïng.

    Todas las referencias a las copias del Tángyùn de Wú C ailuán escritas desde la dinastía Sòng a la Qïng (1644-1911) coincidían en señalar que algunos de esos ejemplares estaban encuadernados siguiendo la técnica de "hojas en torbellino" (xuànfëng zhuãng). Debido a la escasez de documentos que describieran siquiera esa encuadernación, su investigación se convirtió en una especie de búsqueda del Grial (y el manuscrito de la calígrafa inmortal, en una de las piezas claves de esa búsqueda). Recién en 1980 L Zhìzhõng encontró una copia del Tángyùn en el Museo del Palacio de B ijng; aunque había sido re-encuadernada, permitió desvelar el misterio y hacerse una idea básica del aspecto de las "hojas en torbellino".

    Pero esa es otra historia. Enlazada con muchas más, como toda historia de libros que se precie.