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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.10 n.45 La Paz ago. 2016

     

    ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS CRONOLOGÍA

     

    Comentarios al Libro: El Katarismo de Javier Hurtado*

     

     

    Esteban Ticona Alejo**
    *Comentario leído en la presentación del libro El Katarismo, en su segunda edición, con los auspicios de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, editado por la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Auditorio del Banco Central de Bolivia, 28 de julio de 2016.
    **Es aymara boliviano. Doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos. Docente emérito de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Autor de varios libros sobre movimientos indígenas y campesinos e investigación cualitativa. Cofundador del Taller de Historia Oral Andina (THOA). Autor del Estudio Introductorio a El Katarismo de Javier Hurtado, 2016. esteban.ticona@gmail.com

     

     


     

     

    ¿Quién fue Javier Hurtado?

    Javier Hurtado Mercado (1954-2012), fue sociólogo y en algún momento fue docente en la carrera de sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en la ciudad de La Paz. También estudió Teología de la Liberación y Pedagogía de la libertad en Inglaterra (1973-1974), con dos prominentes profesores: el teólogo José Miguez Bonino y el pedagogo Paulo Freire. En su juventud fue militante político de una fracción del Partido Obrero Revolucionario (POR): Vanguardia Comunista, liderada por el ex dirigente minero Filemón Escobar.

    La obra El Katarismo, originalmente fue su tesis de doctorado en Sociología Rural en la Universidad Libre de Berlín, Alemania. Este trabajo fue publicado por el Instituto de Historia Social Boliviana (Hisbol), que dirigía Javier Medina bajo el título de El katarismo en 1986 y que consta de 350 páginas. La obra es un acercamiento al análisis e historia del movimiento sindical campesino katarista/indianista, dirigido por Jenaro Flores Santos, entre los años de 1960 y 1983.

     

    El contexto histórico, político, cultural y académico de la obra

    El Katarismo es escrita cuando Bolivia, como otros países de América Latina, vivió el boom del marxismo en sus distintas interpretaciones. Se sentía aún la influencia de la revolución cubana de principios de los años 60, la experiencia guerrillera de Ernesto "Che" Guevara en Ñancahuazú-Bolivia en 1967 y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Teoponte (Bolivia) de los años 70 del siglos XX.

    Al calor de estos acontecimientos, la izquierda boliviana pensaba que la revolución obrera-campesina estaba a la vuelta de la esquina. Está claro que lo indio para la izquierda no existía, a no ser que se "desindianice" y se convierta en campesino para ser un apéndice de las luchas de la vanguardia revolucionario de los mineros y obreros del país.

    En el plano académico y cultural, se transitaba del indigenismo nacionalista de la revolución de 1952, a los "Estudios andinos o étnicos". Los trabajos pioneros de los estudios andinos en Bolivia son las obras de Ramiro Condarco Morales (1970) y los de John V. Murra (1975): "el control vertical de un máximo de pisos ecológicos", que tuvieron una fuerte influencia a un nivel societal que académico. En la década de 1980, el ambiente académico va cambiando en algunas carreras de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en disciplinas como la sociología y la historia, que dinamizaron nuevos debates, a partir de investigaciones recientes sobre los "campesinos".

    En esta atmósfera general cultural y política se inscribe la obra de Javier Hurtado. El libro da cuenta de cómo los jóvenes migrantes aymaras y quechuas, fortalecían "su tradición intelectual y autónoma, que se redescubría y se desarrollaría notablemente" años tarde.

    En un primer momento, el Centro de Coordinación y Promoción Campesina Mink'a; el Centro Campesino "Túpac Katari"; la Asociación de Estudiantes Campesinos de Bolivia y la Asociación Nacional de Profesores Campesinos, son comunidades urbanas de la primera generación post revolución de 1952, que cuestionan los logros retóricos de la revolución del 52.

    La labor editorial y de difusión de investigaciones de entonces como también de reediciones inaccesibles en Bolivia sobre los "pueblos andinos" fue emprendida por el Instituto de Historia Social Boliviana (Hisbol). Desde las series de historias de vida, trabajos de investigación etnográfica, breve biblioteca de bolsillo y hasta ensayos para repensar el país, se posesionaron rápidamente y contribuyeron a iniciar la discusión de nuevos temas nacionales o hasta entonces marginales de las discusiones políticas, académicas y culturales indias o "campesinas".

     

    La repercusión del libro de Hurtado

    El libro El katarismo, tuvo una rápida repercusión académica por las consideraciones anotadas arriba. Ya en los años ochenta sonaba el nombre de Katarismo en el movimiento sindical "campesino", pues ya se habían publicado los trabajos pioneros de Silvia Rivera en 1984 y de Xavier Albó en 1985 que hacen referencia específica a este movimiento.

    La obra de Javier Hurtado adquiere gran simpatía porque es un acercamiento al movimiento katarista desde la palabra de sus protagonistas y algunos de sus líderes. Además, Hurtado había comenzado a desmarcarse de la vieja izquierda boliviana y sobre todo del trotskismo.

    Pero ¿qué es el katarismo de Hurtado? Aunque el título es muy explícito pero al leer el contenido del libro uno se da cuenta que si bien apuesta por la solidaridad de la lucha intelectual, política y cultural de los aymaras kataristas; pero a la vez no ahonda sobre el accionar del indianismo. Hace referencias a su gran mentor Fausto Reinaga, pero a la vez intenta casi siempre apartarse de él.

    No es aventurado decir que Hurtado inaugura la retórica del katarismo; pero a la vez no deja de mostrar contenidos indianistas pero que no se explicitan del todo a lo largo del trabajo. A pesar que en el Anexo, hace una breve aproximación al accionar del Movimiento Indio Tupaj Katari (MITKA) de tendencia indianista.

    Pero ¿Qué es el indianismo y el katarismo? el primer signo de distinción del indianismo y el katarismo, son movimientos anticoloniales, con estrategias diferenciadas y complementarias. El indianismo se caracteriza fundamentalmente por ser un movimiento radical descolonizadora de largo alcance. El katarismo se identifica por ser más pragmático en la problemática colonial. Algunos estudiosos distinguen los grados de radicalidad en la descolonización como una de las principales diferencias entre indianismo y katarismo. En cierta ocasión, Silvia Rivera, calificó al katarismo y al indianismo como "las dos caras de una moneda" de la descolonización. En la práctica el indianismo y el katarismo fueron los primeros que, sin romper el esquema de los "sindicatos campesinos", reintrodujo de manera explícita "la problemática india", que había quedado muy relegada durante las décadas precedentes.

    El libro de Hurtado nos permite apreciar cómo las primeras manifestaciones de una nueva conciencia indígena aparecen a fines de la década de los años 60. Una nueva generación de aymaras que estudiaba en la ciudad de La Paz, empiezan a organizarse, fundando el "Centro Cultural 15 de Noviembre". Bajo el impulso principal de Fausto Reinaga, redescubren la figura histórica de Tupaj Katari y Bartolina Sisa, el primero ejecutado el 15 de noviembre de 1781 y la segunda en 1782.

    Empiezan a percibir sus problemas desde otra óptica. Son los primeros que comienzan a cuestionar por "sentirse extranjeros en su propio país". A pesar que la revolución de 1952 los había incorporado formalmente como ciudadanos, pero en la práctica continuaban sintiéndose objeto de discriminación y manipulación política.

    Sus primeros exponentes fueron el Movimiento Indio Túpac Katari (MITKA), el Movimiento Revolucionario Túpac Katari (MRTK), a la cabeza de uno de los fundadores de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Jenaro Flores. Después surgieron muchos más como el Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK) y los Ayllus Rojos en los años 90.

     

    Aporte del libro El Katarismo al conocimiento de los pueblos andinos

    Javier Hurtado apuesta por una nueva lectura del movimiento "campesino" entre los años 1960 y 1986. Prácticamente su obra abraza la tendencia de los "estudios andinos o étnicos" que mencionamos arriba, que definitivamente coadyuvó en el develamiento del "campesinado" post revolución de 1952. Aunque por momentos no deja de manifestarse con algunos análisis marxistas, pero en general, es una nueva lectura y bajo una nueva bibliografía de investigación reciente de la época. Hurtado, estudia al movimiento katarista (que incluye al indianismo) de cómo empezaron a "recuperar y reelaborar el conocimiento histórico del pasado indio". Dos eran por entonces sus enfoques fundamentales:

    a) La lucha anticolonial de los campesinos indios del país, en el que uno de los aspectos centrales era la lectura histórica. Más allá de la recuperación simbólica de las figuras de Julián Apaza o Túpac Katari y Bartolina Sisa, consideran que el aspecto central de su problemática es la continuidad de la situación colonial, es por esto que una minoría social oprime a otra sociedad mayorita-ria, "originariamente libre y autónoma".

    b) La utilización del "sindicato campesino" como instrumento ocasional de lucha. Aunque éste pertenece al "Estado del 52" y se constituyó en la nueva forma de dominación estatal, los indianis-tas y los kataristas tuvieron la habilidad de extender su influencia y difundir sus ideas a través del "sindicato comunal" o el "sindicato aymara", que era entonces la organización local más expandida, como un espacio de "unidad en la diversidad".

    La síntesis entre la "memoria larga" (luchas anticoloniales) y la "memoria corta" (poder revolucionario de los sindicatos y milicias armadas campesinas desde 1952), estuvo desde un principio muy presente en los primeros kataristas e indianistas.

    Aunque, en forma global, resultó un proceso difícil y contradictorio, por el peso de las diferentes vivencias dentro de los propios indígenas y campesinos del país.

    El indianismo y el katarismo vienen a ser un fruto no previsto de la revolución del 52 desde dos perspectivas: es producto de sus conquistas parciales (educación y participación política) y producto también del carácter inconcluso de estas conquistas liberales. Las primeras abrieron horizontes y despertaron nuevas expectativas.

    Su carácter de inacabadas, generó una frustración que hizo resurgir la "memoria larga", de un plurisecular enfrentamiento con el Estado con fuertes rasgos coloniales.

    Una de sus particularidades es que, rebasando esquemas anteriores, plantea un enfoque nacional de la problemática india post revolución de 1952 y más allá de las meras reivindicaciones "campesinas" y de clase.

    En el movimiento indianista y katarista, se distinguen la existencia de tres grandes ejes: una política, otra sindical y una tercera cultural. La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), representó un papel protagónico en la recuperación de la "autonomía organizativa" desde 1979.

    En el plano político está la experiencia de participación política con partidos políticos propios como el Movimiento Indio Túpac Katari (MITKA) y el Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación (MRTKL), que dio inicio al proceso de participación real india en la política boliviana.

    En el plano cultural jóvenes kataristas e indianistas fueron los principales promotores para la celebración del año nuevo andino en Tiwanaku cada 21 de junio, el uso de la wiphala, la revalorización de los idiomas nativos (aymara, quechua, entre otras), la masificación y reconocimiento de expresiones artísticas de música, danzas nativas y populares urbanas, inician la construcción de un nuevo escenario simbólico que en los inicios de la primera década del siglo XXI tendrán frutos.

     

    Aciertos, imprecisiones y limitaciones de la obra

    El gran acierto de la obra de Hurtado estriba en colocar al movimiento social anticolonial katarista al escenario académico intelectual y político nacional e internacional. En la Introducción nos advierte de que no es una obra objetiva y neutra "sino la de un militante político para quien el movimiento campesino era su frente de trabajo cotidiano".

    En términos metodológicos, el libro El Katarismo es muy interesante para su época y hasta pionero. Como el uso de las mini biografías de líderes aymaras como Jenaro Flores Santos, Raymundo Tambo, Fidel Huanca Guarachi y otros. Además, la utilización de un lenguaje sencillo y sin mucha jerga académica que le da una particularidad en la explicación sobre el movimiento katarista.

    Otro tema que trata con mucho acierto es la activa participación de las mujeres en la conformación del movimiento las mujeres kataristas/indianistas que se transformó en la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia "Bartolina Sisa", hoy más conocida como las Bartolinas.

    Para Hurtado el papel de las mujeres "campesinas" de entonces es absolutamente secundaria en todas las actividades. El rol de la mujer es marcadamente desfavorable. En la participación de la mujer también detecta las vertientes indianista, ejemplificada en Paulina Matías y la katarista, hermanada con Lucila Mejía de Morales. Pero tampoco ahonda en averiguar profundamente esas vertientes femeninas.

    Hurtado nos brinda un pequeño recuento histórico del surgimiento de las organizaciones femeninas como los "Comités de Amas de Casa", el "Clubes de Madres", las "Cooperativas artesanales de salud" y otras, que les permitieron a las mujeres acceder a formas de educación y mediante las cuales participar activamente en la vida sindical y política.

    Llama la atención el uso frecuente de términos como q'ara (lit. pelado), indio, ayllu, racismo. En la época era poco común usar los términos citados en el mundo académico y político, a excepción de Reinaga que lo utiliza para explicar la sociedad colonial boliviana.

    Javier Hurtado y sobre todo en las partes analíticas de su obra interpreta que Bolivia es un país cuasi colonial asentado en el racismo. Esta interpretación es ¿influencia de Reinaga? Pues La Revolución india de Reinaga (1970) ya había marcado esa diferencia analítica conceptual respecto a otros estudios y análisis de la época.

    La historización de la relación conflictiva de la CSUTCB con la COB es muy interesante. El ingreso de la CSUTCB al seno de la COB a fines de los años 70 marca el problema contemporáneo y aun no resuelto, aunque en la actual coyuntura ha quedado en statu quo.

    Lo más importante de destacar de este análisis es cómo el movimiento anticolonial katarista e indianista se va convirtiendo en un movimiento social y popular más allá de lo indio campesino y cómo comienzan a proponer una sociedad y Estado diferentes. Hurtado recoge la idea del "Estado Pluricultural" planteada por la CSUTCB en la tesis política de 1983.

    También destaca cómo en la dictadura de Luis García Mesa (1980-1981), el aymara Jenaro Flores encabezó la dirección de la COB en la resistencia contra los militares golpistas. Flores se convirtió en el primer indio que resiste a la dictadura desde la clandestinidad.

    Recuerdo las palabras de Jenaro Flores, quien en una entrevista me decía que pese a que fue la cabeza de la resistencia contra Luis García Mesa y otros; pero nunca fue convocado en calidad de testigo de los sucesos en el juicio instaurado por diferentes organizaciones del país. ¿Actitud racista de los enjuiciadores?

    Pero el gran desacierto de la obra es no hurgar más detalles o en profundidad sobre la diferenciación y similitud del katarismo respecto al indianismo. A pesar que se da cuenta que "convivían" en el katarismo "indianistas exacerbados".

    A pesar del título tan específico de la obra El Katarismo, en los capítulos y notas de pie, están muy presentes los vínculos estrechos del katarismo con el indianismo de Fausto Reinaga. Por ejemplo, la relación de Reinaga con varios dirigentes (Jenaro Flores, José Ticona, Macabeo Chila, Raymundo Tambo, etc.), o la participación especifica de Reinaga en el Congreso Campesino de 1971 en Potosí que incluía la propuesta de la tesis política.

    En síntesis si bien no lo ignora a Reinaga; pero tiene un prejuicio, como el de calificarlo que era "ex latifundista de origen quechua" y un frustrado político. Ahora toca leer el libro de Hurtado y hacer muchas preguntas.

    Muchas gracias!!! Jallalla