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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.10 n.43 La Paz abr. 2016

     

    ESTUDIOS BIBLIOGRÁFICOS Y RESEÑAS

     

    Kunza, el idioma de la nación chichas

     

     

    Freddy Tarcaya Gallardo
    Recepción: 12 de diciembre del 2015 Aprobación: 22 de marzo de 2016 Publicación: Abril de 2016

     

     


     

     

    La investigación trata y explica los avata-res del proceso histórico del Kunza como idioma de la Nación Chichas, concatenando las etapas, periodos y épocas del proceso general del desarrollo de los chichas en el contexto preincaico, prehispánico y republicano. El libro tiene como telón de fondo a las parcialidades chi-cheñas de los Calchas, Talinas, Atacamas, Lípez, Casavindo-Cochinocas, Churumatas, Ocloyas, Humahuacas, Tomatas, Wisijsas y otras, que actualmente se encuentran en los departamentos de Potosí, Chuquisaca y Tarija en Bolivia, y otras están en el norte argentino y el norte chileno. Estas parcialidades en la época preincaica tenían su propio idioma y lo practicaban bajo el Imperio Incaico, la Colonia y la República, en condiciones adversas puesto que la homogeneización idiomática del quechua y el castellano impuesta por los sistemas dominantes del incario y la Colonia tuvieron efectos en la paulatina depauperación del Kunza, y la República no estuvo exenta de este proceso, puesto que en los hechos fue una prolongación de la quechuización y castella-nización de la Nación Chichas.

    El libro, Kunza, el idioma de la Nación Chichas, se destila en ese contexto histórico cuyas aristas se concatenan en los restos lingüísticos, en los topónimos, en la antroponimia, en la zoonimia y en la fitonimia, y que hoy se concretan en el habla chicheño, curiosamente en los idiomas quechua y castellano. Esta articulación idiomática generó, si vale el término, una yuxtaposición. Es así que en algunos casos se da el dominio del Kunza sobre el castellano y el quechua, y en otros casos ocurre lo contrario. No es casual encontrar denominaciones y palabras en uso cuyo origen también se encuentran en el guaraní e idiomas circundantes a la territorialidad chicheña.

    Por ejemplo, respecto a los topónimos, aparentementepetrificados y estáticos, una visión diferente rompe los límites académicos sobre el uso de la lengua, y se concluye que el kunza está vivo. Estas palabras, consideradas como restos lingüísticos luego de una hecatombe, aparecen vigentes en el habla chicheño, claro está, con sus particularidades regionales y, ni qué decir, de las plantas, apellidos y palabras sueltas articuladas dentro del quechua y el castellano. Otro de los elementos del "kunza vivo" se aprecia en la vigencia de los apellidos que fueron conservados de generación en generación, pues muchos sobrevivieron a la adopción de apellidos de origen español o sufrieron su castellanización, hecho natural explicable por el proceso histórico idiomático. Los apellidos, al igual que los topónimos y palabras que sobrevivieron, se constituyen en testimonios concretos de la existencia del kunza.

    En Chile existen investigaciones, pero que por el "nacionalismo" se limitan a referencias del kunza exclusivamente como idioma del norte de Chile, haciendo solo referencias al sur boliviano y norte argentino. Respecto a la Argentina, hay investigaciones muy antiguas, aunque actualmente la producción e investigación ha homogeneizado a los chicheños argentinos bajo la etiqueta de "pueblo colla", hecho arbitrario que limita académicamente cualquier investigación lingüística.

    El resultado más importante de la investigación fue zanjar la incógnita que deambulaba en la cabeza de los chicheños, si tuvimos idioma o tenemos un idioma ancestral, ¿cuál era este? Está ampliamente justificada la afirmación de que el kunza es el Idioma de la Nación Chichas, denominado también como atacameño, likanatai, lipe y chichas.

    Los hallazgos concretos están concentrados en los glosarios donde se exponen las palabras comentadas y apoyadas en bibliografía de autores desde la perspectiva del kunza. Asimismo, el estado "metamorfoseado" en que se encuentra el kunza es perceptible, vale decir que su coexistencia en determinado periodo histórico con el quechua y el propio castellano dio lugar a las denominaciones híbridas, por ejemplo de lackisira: cabeza, en kunza, devendrá en la quesera (vendedora de queso), cuyo significado en castellano viene a expresar una situación diametralmente opuesta. Se establece también la variedad toponímica de origen kunza vigente en Chile, Argentina y Bolivia, por ejemplo Calama, Atacama y otros topónimos que aparecen en territorios actuales de los tres países, confirmando la ocupación territorial preincaica y precolonial del kunza que antecede a los tres países de hoy.

    Del mismo modo se glosa denominaciones comunes que contienen raíces y terminaciones tales como: "es", "is", "iza", "isa" y otras, explicadas desde el kunza. La cualidad de estos adjetivos posesivos dominantes en los topónimos despeja la incógnita y significado de Escara, Espicaya, Tupiza, Palquiza y otros espacios territoriales.

    Siguiendo con el desarrollo lineal del proceso histórico se confirma que la presencia del quechua en territorio de la Nación Chichas corresponde a la época de invasión incaica por datos históricos al año 1474. Ello significa que hasta la época de presencia española, 1535, el sistema político incaico en los chichas apenas "rigió" 61 años. Se concluye que hasta hoy el idioma quechua tiene vigencia en la Nación Chichas 540 años, el castellano 480 años, tiempo suficiente para que se "crea" que los chichas no tuvimos idioma.

    El trabajo investigativo es un aporte al proceso del Estado Plurinacional en el que los pueblos y naciones buscan su identidad para desarrollarle en el marco constitucional; en esa perspectiva se escribió esta obra. También, expone claramente que la pertenencia a una nación no se define por el idioma que se habla; la identidad de una nación se manifiesta también por factores culturales, históricos e identitarios; por tanto, los chicheños no somos quechuas ni españoles. Nuestra nación, pese a haber adoptado otros idiomas dominantes, hoy mantiene elementos culturales que se transformaron y transforman permanentemente en la interacción cultural con otros pueblos, demostrando que la cultura de la Nación Chichas no es amorfa, se nutre de la cultura universal, manteniendo sus propias características. Es relevante también determinar que el kunza está vivo en el habla del pueblo chicheño.

    Respecto a los contenidos del libro Kunza, el Idioma de la Nación Chichas contiene cinco partes divididas en catorce capítulos y 250 páginas. Refieren al proceso embrionario, vale decir, a los vestigios o huellas ancestrales, arqueológicas en los asentamientos primigenios de los chichas. En este sumario del devenir histórico se complementa con las épocas preinca, prehispánica y republicana, sin romper el desarrollo histórico de la Nación Chichas. Finalmente, se expone en una especie de "arqueología lingüística" en los glosarios de topónimos, antroponimias y de las palabras kunzas que están vigentes en el habla cotidiana de la lengua chicheña.