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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.9 n.39 La Paz ago. 2015

     

    EDITORIAL

     

    Editorial

     

     


     

     

    Guerrilleros y doctores en la independencia patria

     

    El 6 de agosto de 1825, un grupo de doctores criollos de Charcas, deciden motu proprio, fundar la república de Bolivar, contra los designios del Libertador Simón Bolívar, quien puso sus reparos a la nueva nación, condicionando su viabilidad a la decisión del Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina) y del Perú.

    Aquella elite descendiente de españoles, sumó un triunfo político a sus anhelos de controlar el nuevo Estado, ambición que le fue negada de forma sistemática por la administración colonial española, miopía política que le costó caro, al provocar la rebelión de los pueblos de las colonias españolas en América Latina, que fueron tomando el control del vasto territorio, uno a uno, hasta expulsar a los realistas de España, en parte por haber subestimado la capacidad de respuesta militar de criollos y mestizos.

    España reaccionó enviando una fuerza militar de primer orden, al mando de los mariscales que habían destruido al ejército de Napoleón, que sonreían al ver a los ejércitos patriotas mal vestidos, peor alimentados y pertrechados. Para estos militares no eran sino "gavillas" y "pandillas". Los vencedores de Napoleón sucumbieron ante el embate de los ejércitos del Norte al mando de Bolívar y Sucre; y del Sur dirigido por San Martín y O'Higins.

    Expulsado España de tierras americanas, los libertadores masones no lograron conciliar sus propias visiones de formar una patria grande que enfrentara eventualmente, con éxito, al imperio que se iba formando al norte, entre los territorios de México y Canadá, un imperio que aniquilaba a la población indígena y avanzaba hacia el oeste

     

    anexándose todos los territorios que encontraba a su paso, hasta unir el Atlántico con el Pacífico y formar el imperio de los Estados Unidos de América.

    Los esfuerzos de Bolivar para construir una Patria Grande, fueron pulverizados por el faccionalismo criollo que controló la vieja república de españoles. Latifundistas criollos, abogados, comerciantes y curas, dueños y señores de almas y haciendas, consideraban a Charcas como herencia natural de sus padres y no comulgaban con las propuestas liberales de los militares masones libertadores. Así nacieron muchas pequeñas naciones.

    Ese inesperado corolario no coincide con los ideales de los patriotas guerrilleros que protagonizaron una guerra sin cuartel contra las milicias realistas. Durante 16 años, combatieron en el vasto territorio de la Real Audiencia de los Charcas. Valientes hasta la temeridad dominaron regiones íntegras causando estragos a las fuerzas realistas, ofrendando la vida misma por la patria amada.

    Juana Azurduy de Padilla, entregó a la patria en peligro, su hacienda, y comandó a su propia tropa, formada por miles de indios que la seguían como a una diosa. Obtenida la independencia, Bolivar ordenó una pensión para la heroína que con el golpe de mano contra el Mariscal Sucre que forzó su salida del país, los nuevos dueños del poder le retiraron el beneficio. Fue restituido por el ilustre Isidoro Belzu, pero a su caída, José María Linares le volvió a incautar. Nunca se quejó, Juana de América, por el maltrato inferido por los doctores de Charcas, quienes tomaron el poder sin haber participado en siquiera una escaramuza por la Independencia, mostrando su indolencia y su resentimiento por una mujer que combatió a los realistas, padres de los Olañetas que tomaron el poder.

    Murió en la extrema pobreza, atendida por su única hija sobreviviente. La patria Argentina fue más generosa con ella, pues reconoció su aporte a los ejércitos argentinos que incursionaron en Charcas en cuatro oportunidades.

    Recientemente el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, obsequió a la República Argentina, un monumento tallado en bronce, en memoria de Juana Azurduy, emplazado en Buenos Aires.

    Nada será suficiente para pagar la deuda histórica de Bolivia con esa heroica y temeraria mujer que ofrendó a la Patria a su esposo y sus hijos.

    La Paz, agosto de 2015

     

    Luis Oporto Ordóñez
    Editor de Fuentes