PÁGINAS DEL EDITOR

 

El Archivo de La Sociedad Slava de Oruro

 

 

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La riqueza minera de Bolivia atrajo a una colonia de extranjeros que se dedicaron a la comercialización de minerales y a la importación de insumos mineros, alimentos enlatados y bienes de consumo general, afincándose en las principales ciudades mineras y centros industriales del occidente del país, principalmente Potosí, Oruro, La Paz, Uncía y Tupiza. Alemanes, croatas e italianos, migraron desde Europa atraídos por las riquezas de la plata, primero, y del estaño, después.

Un grupo de yugoslavos, entre ellos Santiago Franicevic, los hermanos Juan, Domingo y Francisco Garafulic, Juan Ducravic, Marcos Eterovic, Juan Franjola, Fabián Yelicic, Andrija Kucoc, Mateo Sapunar, sentó raíces en Oruro, incursionando en diversos rubros de la economía, fundó la Sociedad Croata (Yugoslava) de Socorros Mutuos de Oruro, en 1912. Entre los socios figuraba el padre de Juan Lechín Oquendo como "Palestino". A principios del siglo XX, su participación en la vida social, económica, cultural y política de la ciudad de Oruro fue muy influyente, hecho que se expresa en las numerosas actividades en las que han incursionado, siendo la industria minera y el comercio las más recurrentes. Ferreterías, como la legendaria Findel, almacenes de provisión de materiales para mina, y la afamada fábrica de chocolates Harasic, tejieron la historia económica de Oruro y las principales minas de estaño de la región nortepotosina, que apoyaron a levantar verdaderos imperios.

La Sociedad Croata brindó permanente apoyo a la ciudad de Oruro, con la creación de la Compañía Slava de Bomberos N° 1 de Oruro, el 23 de julio de 1914. Posteriormente creó también su propio cementerio. La Compañía Slava de Bomberos fue la tercera en la historia nacional.

En 1914, el Almacén de Marcos Backovic, tienda de telas, harina y abarrotes, ubicado en la calle Cochabamba de la ciudad e Oruro, fue consumida por un incendio ante la impotencia de la vecindad que no pudo hacer nada ante la carencia de agua. A raíz de ese hecho circunstancial, se fundó la 'Compañía Slava de Bomberos N°l de Oruro', formada por iniciativa de ciudadanos eslavos, tuvo vigencia por más de medio siglo, hasta la creación de los batallones de Bomberos adscritos a la Policía Nacional.

La primera compañía de Bomberos se fundó en el Puerto de Antofagasta, el 5 de abril de 1875, por vecinos de aquella población costera, en ocasión de un descontrolado incendio que consumió todo un manzano. El segundo cuerpo de bomberos, se fundó en 1886 en La Paz a consecuencia del incendio del Palacio de Gobierno, llamado por ello "Palacio Quemado".

La Sociedad Croata en sus cien años de actividad ha conservado una pequeña biblioteca y archivo, que se salvó milagrosamente de la destrucción gracias al interés personal del Dr. Gonzalo Nigoevic Heredia, colaborado por la su hija la universitaria Danitza Nogoevic Suaznabar, quienes han realizado un esfuerzo para recuperarlo y trasladarlo a los ambientes del Club Social Croata, ubicado en calle Junín esquina Presidente Montes.

El Archivo de la Sociedad, cuyos documentos datan desde la época de su fundación, está conformado por los Estatutos y Acta de fundación de la Sociedad, Libro de actas, libros de registros de socios, libros de fallecimiento de miembros de la Sociedad, libro de aportes, documentos contables (recibos y facturas de compra y venta de minerales, balances), correspondencia de la Sociedad con similares de Yugoslavia y Chile, Cruz Roja Yugoslava, Segunda Guerra Mundial, etc. Las fechas extremas del Archivo corren desde 1912 hasta 1985. El Archivo estuvo a punto de ser vendido junto al inmueble y la disolución de la Sociedad, hecho al que se opuso Oscar Gonzalo Nigoevich Heredia, el actual custodio del Archivo, labor en la que es colaborado por su hija, Danitza Aye Nigoevich Suaznabar. Tiene una biblioteca de libros antiguos escritos en croata.

El Archivo se encuentra alojado temporalmente en los ambientes del Club Social Croata, en archivadores de palanca, sin que se haya hecho la clasificación ni ordenación, aunque conserva el orden impuesto por los productores de documentación. El estado de conservación es regular, pues varias carpetas sufrieron daños por el paso del tiempo, por lo que urge una tarea de conservación preventiva, así como el traslado de los documentos a cajas normalizadas de archivo.

Luis Oporto Ordóñez