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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.8 n.30 La Paz feb. 2014

     

    PÁGINAS DEL EDITOR

     

    Una biblioteca gastronómica para Bolivia

     

     


     

     

    Una revolución libresca

    Una silenciosa revolución cultural se está desarrollando en torno a la lectura, el libro y las bibliotecas. Estamos experimentando un innegable 'boom' editorial que se expresa en una oferta libresca de autores de diversa talla y obras que cubren un amplio abanico de géneros, desde los clásicos y apasionantes libros de historia y literatura hasta libros técnicos y de ciencia aplicada. Si bien es sintomático que la mayoría de las editoriales aún continúan en su vieja tradición de editar libros con fino acabado que se convierten en obras de arte, no deja de llamar la atención que la oferta supere la demanda de las élites, acostumbradas como están a adornar sus librerías personales al mismo tiempo de dedicar su ocio a cultivar la lectura e informarse. La lectura 'light' se ha introducido con éxito en nuestro medio. Bestsellers mundiales se agotan en las librerías que experimentan buenas ventas lo que ha motivado que este sector de la cadena del libro se fortalezca y surjan como resultado inesperado, nuevas librerías, con visión competitiva.

    Florece, inclusive, el mercado del libro antiguo y el de su primo lejano, el librero pirata que dosifica la oferta universitaria, sobre todo, lo que no deja de ser un contrasentido, pues la academia debiera privilegiar el libro original, pero los títulos que llegan hasta el comercio establecido son tan escasos y a tan altos precios, que se convierten en caldo de cultivo para esa práctica ilícita. De hecho, el costo todavía alto de los libros nacionales, fomenta también la piratería.

     

    Fomento a la lectura y a la edición de libros

    El Ministerio de Educación y Deportes está decidido a crear 12.000 bibliotecas escolares, campo abonado para que respondan los editores comerciales con ofertas de libros de texto, pero a precios accesibles. El Ministerio de Culturas y Turismo recientemente ha entregado las 15 novelas fundamentales bolivianas, con las que nutre las bibliotecas públicas de todo el país.

    En Bolivia hay bibliotecas para todos los gustos. Desde las imponentes de tipo académico, hasta modestas bibliotecas de barrio, desde las de titularidad pública, hasta las particulares. Encontramos sorprendentes colecciones, insospechadas, por ejemplo, las rarísimas obras del siglo XV, escritos en latín, con cubiertas de piel de animal, oveja o becerro nonato que atesora la Biblioteca Municipal de La Paz, hasta la tifloteca de 370 volúmenes del Instituto Boliviano de la Ceguera para los discapacitados visuales. Entre los títulos en sistema Braille que posee están Borrachera verde de Raúl Botelho Gozálves, Tempestad en la Cordillera de Wálter GuevaraArze; Mi compadre el Ministro de Raúl Salmón de la Barra y El tesoro de los Chullpas de Antonio Díaz Villamil.

    En este mismo ámbito de personas con discapacidades, mencionamos la entrega del primer Diccionario Dactilológico (en lenguaje de señas) como herramienta para promover la educación inclusiva de los discapacitados auditivos del país, un compendio de 500 palabras (entre números, pronombres personales, objetos, expresiones faciales, alfabeto), palabras extraídas de la experiencia del Centro Arca Maranata de Riberalta (Beni), que trabaja diez años en experiencias pedagógicas para personas sordas. El Diccionario está destinado a los Centros de Educación Especial, las Escuelas de Formación de Maestros y a padres que lo necesitan para comunicarse con sus hijos.

    Igualmente mencionamos a la sorprendente Biblioteca de Fútbol de Iván Aguilar, que reúne las enciclopedias mundiales de fútbol, al igual que las revistas de ese deporte de todas las épocas, incluyendo los actuales suplementos deportivos.

    Como se puede ver, el fomento a la lectura por medio de las bibliotecas públicas y el fomento a la edición de libros, tienen ahora el respaldo de la Ley 336 "Oscar Alfaro", Ley del Libro y de Fomento a la Lectura. Las editoriales comerciales lanzan sus novedades cada día, de manera febril, en un auge que no cesa, sino crece. El desafío está en la cancha de los editores comerciales que ya no pueden aducir a los impuestos que encarecían sus obras. Ahora la ciudadanía lectora quiere una respuesta propositiva del sector privado para hacer accesible el libro mediante precios populares, sin que ello signifique que dejen de producir obras librescas de arte que no sólo informan sino (y sobre todo) adornan las librerías particulares de las élites nativas.

    No solamente leen los apasionados al deporte, o los académicos que cuentan con bibliotecas universitarias esparcidas por doquier en el ancho territorio nacional. Leen también las mujeres del pueblo, los trabajadores, los gremiales. Ciertamente su lectura es menos sofisticada, pues se valen para ese ejercicio de los periódicos que se editan en centenares de títulos, para todos los gustos, desde aquellos de crónica roja, hasta semanarios destinados a la clase política (La Época, El Desacuerdo, Datos, Placer y Poder; Oxígeno, etc.), a la clase empresarial (Nueva Economía, Energy Press), a las clases medias altas (Cosas, Vanidades, etc.), a los estudiantes (Muy interesante, por ejemplo). Hay periódicos que cuentan la historia de los lustrabotas (Hormigón Armado) y también hay periódicos para los grupos de lesbianas, editados por ellas mismas (La Malhablada).

    Con este preámbulo quiero introducir el tema de esa nota: la Biblioteca de Gastronomía en Bolivia.

     

    "Madame Carmiñia": de la Academia de Corte y Confección a la Escuela de Hotelería y Turismo

    Grata sorpresa fue presenciar la (re) inauguración de la Biblioteca de la Escuela de Hotelería y Turismo que dirige el Chef Guillermo Iraola Mendizabal, acto realizado en el marco de la celebración del Día Mundial del Turismo" que se celebra bajo el lema "Turismo y Agua. Proteger nuestro futuro".

    En la ocasión se rindió homenaje a la fundadora de la Escuela de Hotelería y Turismo, la Sra. Carmen Rosa Mendizábal, conocida como "Madame Carmiñia", quien no siempre se dedicó a este rubro, sino más bien a la Academia de Corte y Confección, que fundó el lejano 1962, con tal éxito que tuvo su auge en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

    En 1968 fue becada por la Academia Francesa a Strasburgo, a un curso de alta costura, en la que se mostraron diseños de moda y alta costura. Colateralmente, los organizadores, organizaron un curso de alta cocina, que encantó a "Madame Carmiñia", quien a su retorno a Bolivia, tomó la desconcertante y sorpresiva decisión de cerrar la Academia de Corte y Confección y abrir en su lugar una Escuela de Hotelería y Turismo, introduciendo por primera vez en Bolivia una variedad de platos internacionales que fueron degustados por primera vez en los salones sociales y acontecimientos de diversa naturaleza, con una presentación desconocida hasta entonces, entre ellos la media luna de tomate, la rosa de tomate, el perejil y las guarniciones de papa frita.

    Luego de los trámites de rigor, se autorizó el funcionamiento de la EHT en 1976, por la directora del Instituto Boliviano de Turismo de esa época, Sra. María Teresa Chávez. Desde entonces, la exitosa EHT, tiene el mérito de haber formado 20.000 profesionales, con una matrícula anual de 2.000 estudiantes. Un orgullo inocultable a tiempo de celebrar sus 37 años de existencia.

     

    Una Biblioteca de Gastronomía para Bolivia

    La Biblioteca Gastronómica "Madame Carmiñia", la primera en su género, reúne 5.000 volúmenes sobre la triple temática a la que se dedica este exitoso centro de enseñanza. Entre sus colecciones tiene "libros y recetas valiosas del siglo XIX y XX, pero también recupera hojitas y volantes que presentan recetas y libros de toda Iberoamérica". Un aspecto cualitativo de este centro de información es que "recupera los conocimientos y saberes de nuestros pueblos y las conferencias e investigaciones de los Foros Gastronómicos, y de investigadores importantes" que se los podrá accesibilizar al igual que los libros. Con ese acervo tan vasto y variado, el interesado o estudioso podrá conocer "qué comían nuestros ancestros en la época de Tiwanaku, en la Colonia y en la República", así como "el aporte boliviano con productos propios o domesticados en nuestras regiones", desde las papas y las quinuas hasta los ajíes.

    La Biblioteca forma parte de la red Perii-inaspi que impulsa el Viceministerio de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación, que se plasma en la incorporación de la Biblioteca de la EHT al Sistema de Biblioteca Virtual de la Organización Internacional de Turismo.

    La Biblioteca está dispuesta en planta alta, en dos ambientes, uno equipado con computadoras y acceso a la Internet, y la sala de consultas flanqueada de sobria estantería en la que se encuentran las publicaciones. La sala ha sido adecuada a la naturaleza de la especialidad de la EHT: frutos de las diversas ecoregiones del país en alto relieve y una cocina industrial a leña, que guarda la delicadeza de su modernidad, incluyendo la chimenea. Como se puede ver, un ambiente lleno de calidez para una profesión igualmente cálida.

    Lo notable es que esta biblioteca, a pesar de pertenecer al ámbito de la iniciativa privada, se ha declarado abierta al público en general. Nuestra felicitación al Chef Guillermo Iraola Mendizabal y a su equipo de colaboradores, entre ellos la Prof. Gloria Baptista y el colega Ramiro Palizza.

     

    Un gesto de generosidad y consecuencia: devolver el conocimiento a la comunidad

    Un grupo de mariachis amenizó la soleada mañana y una compañía de Chefs y estudiantes de la EHT ofrecieron una copa de vino y un bufet a los invitados, explicando sus características, por ejemplo, de lo que a simple vista era un bocado de masas, pero que se trataba de un "Thimpu", o un "Charquecan", claro estábamos bocadillos refuncionalizados y muy sofisticados. En la ocasión se premiaron a docentes y ex alumnos, prácticamente todos en ejercicio profesional, muchos como gerentes de sus propios emprendimientos hoteleros o culinarios, y otros como Chefs de prestigiosas instituciones.

    Madame Carmiñia, mujer visionaria, cochabambina de nacimiento, falleció en 1992. No se imaginaba que al fundar la EHT había sembrado los cimientos para crear "una marca boliviana hacia el mundo", como menciona con orgullo bien merecido el Chef Guillermo Iraola, su heredero, a quien debemos reconocer la generosidad que ha tenido de decidir la apertura de este centro bibliográfico y documental a la comunidad en general, ejemplo que debieran seguir otras iniciativas privadas.

    Hay de todo para leer, como se ha visto. Aun así, existen todavía personalidades que afirman que "en Bolivia no se lee ni el periódico", una leyenda negra que llega a su fin.

    Luis Oporto Ordóñez