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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.7 n.28 La Paz oct. 2013

     

    RESEÑAS

     

    Guardianes de la memoria:

    Diccionario Biográfico de Archivistas de Bolivia

     

     


     

     

    Han pasado 4 meses de la presentación oficial del Diccionario Biográfico de Archivistas de Bolivia "Guardianes de la Memoria", y los ejemplares editados están siendo distribuidos de manera gratuita a Bibliotecas y Archivos bolivianos como extranjeros. De manera atinada los editores han impreso una versión digital para su divulgación masiva, de tal manera que los más de 300 asistentes la noche del 24 de abril de este año pudimos contar con uno de ellos.

    Las bibliotecas y archivos son repositorios que resguardan testimonios directos del pasado, siendo "maquinas del tiempo" que permiten conocer actividades e intereses de personas conformándose como los reservónos para el desarrollo de la investigación de la sociedad, siendo espacios que permiten conservar, gestionar y salvaguardar la memoria colectiva de una región, de una ciudad o de un país.

    Desde mi primer acercamiento al mundo de los archivos en segundo y tercer año en la carrera de historia he tenido la posibilidad de ver y participar en distintos proyectos de este tipo. Bolivia ha desarrollado en los últimos 10 años proyectos archivísticos memorables de distintas temáticas: mineros, judiciales, personales, familiares, religiosos y misceláneos que día a día son encontrados, recuperados y conservados por varias decenas de estudiantes y profesores que motivados por esta vocación por la memoria promueven la recuperación documental de la historia del país.

    Mucho trabajo aún queda en el tintero, pero muy a pesar de que la mayoría de los proyectos son iniciativas con recursos limitados, la archivística boliviana recorre importantes pasos día a día. De esta forma El Diccionario se convierte en una obra cumbre para reflejar los esfuerzos hechos, permitiendo visibilizar a la gente detrás de los archivos y la memoria. Una iniciativa de largo aliento que nace el 2006 y logra de manera incluyente la colaboración de varias personas a lo largo de siete años, bajo la coordinación del historiador Luis Oporto Ordoñez y el apoyo de la Vicepresidencia del Estado.

    El resultado final es una obra de 671 páginas, que consta de quince temáticas generales que son tratadas en 812 entradas que corresponden a descripciones no solo biográficas sino también a una serie de descripciones archivísticas de casi todos los repositorios bolivianos. Cada una de las secciones puede revisarse de manera independiente, tanto los términos como las biografías pueden consultarse por orden alíabético.

    Son pocas las obras que retratan los esfuerzos titánicos que se hacen en los Archivos Bolivianos, al volver a revisar las quince temáticas, uno sólo puede congratularse de que este tipo de iniciativas hoy estén circulando en Bibliotecas y Archivos del mundo como al mismo tiempo en cientos de pantallas en su formato digital.

    Las dos primeras temáticas hacen un balance importante sobre las contribuciones y esfuerzos para cristalizar estudios biográficos de personajes de la historia en los ambientes regionales y nacionales durante toda la historia del país. Para luego introducir una temática sobre los planteamientos y el enfoque metodológico tratado dentro del Diccionario. Resaltan las últimas reflexiones del equipo editorial junto al historiador francés Bruno Groppo en su visita por Bolivia distinguiendo el rol y la importancia del enfoque "sociobiográfico" utilizado en la obra.

    Las siguientes diez temáticas del Diccionario, nos muestran la perspectiva cronológica iniciando con los Archivos del incario, revisando también el rol de los presidentes, de las mujeres y el aporte de los intelectuales por nombrar algunos, concluyendo con la temática de los Extranjeros, interesante aporte ya que la inclusión de archiveros extranjeros en la obra destaca los importantes lazos de amistad y trabajo compartido dándole al Diccionario ya no sólo una importancia local sino también internacional.

    Finalmente las últimas temáticas que recupera esta obra han sido uLas acciones de los Archivistas" y "Los destructores de la memoria", esta última podría considerarse una paradoja, pero considero que tomar ambas en cuenta es fundamental para poder contextualizar la problemática de la archi-vística boliviana.

    Todavía falla mucho para seguir desarrollando y construyendo la archivística del país, la búsqueda y salvaguarda de archivos a lo largo y ancho ele nuestro país son tareas primordiales que deberán continuar, el Diccionario Guardianes de la Memoria representa un paso más en esta meritoria y ardua labor.

     

    Cristina Machicado Murillo

     

    Como íruto de un esfuerzo meticuloso y tenaz de don Luis Oporto, quién concede créditos también a Carola Campos, Edgar Ramírez y Gonzalo Molina, ha sido publicada esta pionera obra única en su género a nivel internacional.

    Debo confesar que cuando recibí su invitación para ser uno de sus presentadores en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, pensé, al ser yo un neófito en la materia, que Oporto se había equivocado. Por el respeto y admiración que le profeso no me atreví a decírselo y, temeroso, acepté el desafío. Hoy, agradecido, hago pública mi delectación al estudiar la vida de personajes que antes para mí, y seguro que también para muchos otros, no existían.

    Luis Oporto rescata del anonimato a aquellos héroes silenciosos y tenaces que dedicaron sus vidas no a un momento de gloria sino a la de trabajar con sencillez y silenciosamente para ser guardianes de la memoria.

    Un pueblo sin memoria está condenado a desaparecer o a ser asimilado por otro. Los grandes imperios como el romano aplicaban lo que se denominaba el damnatio memoriae o destrucción de la memoria para sojuzgar a los pueblos conquistados. Esta es una muestra elocuente y dramática de la importancia de la memoria para las naciones.

    Con un ordenamiento impecable, Oporto, en sus eruditas y sabrosas Notas para un Diccionario Biográfico de Guardianes de la Memoria Social Boliviana, describe con maestría los siguientes capítulos que abarcan aspectos tan diversos pero de un mismo tema:

    •    Los diccionarios biográficos de alcance nacional

    •    Los diccionarios biográficos de alcance regional

    •    Bruno Groppo y el enfoque sociobiográfico de la Historia

    •    Los archiveros del incario, Los archiveros de la colonia

    •    Los archiveros militares en la Guerra de la Independencia

    •    La República: el rol de los presidentes

    •    El aporte de los intelectuales

    •    Las archivistas mujeres

    •    Los archivistas profesionales

    •    Los becarios

    •    Los archiveros religiosos y empíricos

    •    Los extranjeros

    •    Acciones de los archivistas y Los destructores de la memoria.

    Nos comenta a los neófitos, que en este campo formamos un numeroso ejército de ingratos ignorantes, que como toda ciencia, la archivística tiene sus precursores como es el caso de una pléyade de cronistas e historiadores tempranos, como fueron los archivistas incaicos que antecedieron a los cronistas españoles. La historia de Abyayala, o América Precolombina, se caracterizó por la construcción de una formidable memoria administrativa e histórica con notable desarrollo en Mesoamérica y los Andes.

    En el Collasuyo, los precursores de la archivística boliviana fueron los archiveros del Inca, quipucamayoc y amautas. Los quipus eran, aquellas cuerdecillas de distintos colores, grosores, fibras y tamaños, con los que el Inca lograba un control preciso de la información en el Tahuantinsuyo. Uno de los historiadores incas llegó a decir:

    "qué sería si dominaran la palabra, si con el quipu ni un par de chancletas puede esconderse a ¡os ojos del Inca".

    Pero, nos dice Oporto, la mayor parte de los archiveros e historiadores del incario han quedado hasta hoy en la oscuridad del anonimato pues la historia no ha sido generosa para rescatar sus nombres del olvido. Guarnan Poma de Ayala nos ha hecho saber, generosamente, que a esta noble labor estaban destinados sabios de la sexta y séptima calle, responsables de custodiar la memoria administrativa e histórica.

    Denuncia Luis que fue tarea compleja la de identificar a los Guardianes de la Memoria y pasa a definirlos, justicieramente, como "custodios que siempre fueron marginados en el recuento histórico, considerados meros individuos y no actores protagónicos de la historia, y por ello, irrelevantes, lo que explica su ausencia generalizada en la casi totalidad de diccionarios, salvo esfuerzos aislados".

    El Diccionario ele Archivistas de Bolivia, tiene el propósito de recuperar tanto los aportes de célebres archivistas como los de simples trabajadores de archivo-hombres y mujeres- injustamente invisibilizados. Es una visión incluyente que considera a bolivianos y extranjeros que han aportado y aún lo hacen, al desarrollo archivístico de Bolivia. El lector estará tentado de cuestionar, nos dice, si todos los que están registrados en el Diccionario realmente lo merecen, acostumbrados como estamos a honrar a prohombres y grandes personalidades, que han debido protagonizar actos heroicos para poder ingresar a la Historia. Para nosotros, un funcionario que ha entregado su vida, desde la preciada juventud hasta la jubilación en custodiar un archivo, es ya digno de figurar en el Diccionario. Por esa misma senda marchará también el joven profesional que incursiona en esta labor, tan anodina para el común, tan ajena, tan distante, tan desconocida, tan árida, incluso tan despreciada. Constituyen la base social de la archivística.

    Entonces el mérito mayor del autor, es el de rescatar del silencio y del olvido, mediante un épico esfuerzo, a esos que día a día - semana a semana - mes a mes - año tras año, venciendo la monotonía y la rutina, verdaderos héroes de la perseverancia, trabajaron y trabajan para guardar a salvo la memoria de nuestro pueblo y así poder entregarla, generosamente, a las actuales y futuras generaciones. Luis Oporlo, entonces, se convierte así en una especie de noble archivero de archiveros.

    Muchas gracias.

    Mario Linares Urioste
    Casa de la Libertad