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    Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional

    versión impresa ISSN 1997-4485

    Rev. Fuent. Cong. v.2 n.2 La Paz dic. 2008

     

    ENSAYO

     

    MEMORIA HISTORICA
    COLEGIO "SAN SIMÓN DE AYACUCHO "

     

     

    Vito Cusicanqui Olañeta1

     

     


    AQUEL AÑO DE 1609

    Siguiendo el curso histórico que le pertenece a toda ciudad, los habitantes asentados en Nuestra Señora de La Paz desde su fundación no cesaron en expandirse sobre ambas riveras del río Choqueyapu desde aquel 20 de octubre de 1548.

    Construcciones civiles y eclesiásticas empezaron a emerger a partir de la planicie de Churupampa, encaminándose hacia la pendiente serrana de tierras baldías situada sobre todo en la zona noreste considerada en estos primeros tiempos coloniales como sitio de distinción y prestigio social. Es exactamente en esta exclusiva zona, donde en 1609 -61 años después de fundada la ciudad blasonada por España-frailes y hermanos de la orden dominica llegan desde Lima para fundar el convento y claustro de su orden en el solar situado a una cuadra de la plaza mayor formando esquina con antiguas construcciones hechas con tapial y adobe, abriendo calle con su frontis, la misma que la denominarían calle Koripaitti Koripaitta (significando esta denominación literalmente que en época de lluvia desde la zona alta bajaban las aguas arrastrando arena, la misma que contenía polvo de oro y que los lugareños justo en esa cuadra la recogían para lavarla)

    "El convento de los Dominicos recién pudo fundarse el 16 de agosto de 1609 por el P. Cristóbal Rodrigo. El claustro y el templo ocupaban toda la manzana comprendida entre las hoy calles Yanacocha, Indaburo, Sanjinés e Ingavi. Permaneciendo hasta 1826, en que el convento se extinguió por falta de personal y orden del gobierno. Al retiro de los padres, el claustro fue ocupado como cuartel y luego por el seminario y finalmente por el colegio Nacional Ayacucho, la Universidad, el Ministerio de Instrucción y la Biblioteca Municipal. El templo sirvió de asiento de la Catedral y hoy de la parroquia de su título.2

    El claustro conventual construido con adobe, piedra y pilastras sencillas rodeaba un espacioso jardín arbolado con cultivos diversos con pileta central abastecida desde la caja de agua, la distribución de las dependencias se clasificaba por jerarquía ocupando el piso alto el oratorio, la biblioteca y las celdas de los frailes superiores diferenciándose estos de los de la planta baja ocupadas por los hermanos. Desde el claustro se penetraba al interior a través de un gran zaguán que aperturaba la cocina, despensa, almacén de vinos, el horno a leña y el comedor. En los fondos se encontraban la caballeriza con portal saliente hacia el seminario y en diagonal frente al convento de las concebidas. La amplitud arquitectónica de este complejo conventual era atendida por algunos esclavos e indios asignados en prestación de servicios personales.

    Bajo estas características vivieron los dominicos hasta el año de 1809 donde la ciudad de La Paz experimenta por primera vez la conmoción revolucionaria independista y luego la guerra de 16 años que involucraría a todos sus habitantes hasta concluir con el nacimiento de la república el año 1825.

     

    DE CLAUSTRO A CUARTEL, Y DE ESTE A COLEGIO DE CIENCIAS Y UNIVERSIDAD.

    La guerra a muerte había finalizado en Ayacucho con la victoria de los independistas aquel histórico diciembre de 1824. El viejo orden virreinal se desintegra militarmente ocasionando el retorno a España de civiles, militares y clérigos realistas; dando paso al nacimiento de un nuevo orden político, económico y social en América Latina. Este republicanismo independista naciente crea también a Bolivia bajo el impulso ideológico liberal de los libertadores, quienes de inmediato constitucionalizaron al país, aprobando decretos diversos en favor del nuevo estado nacional y de su ciudadanía.

    Entre estos decretos auspiciados por el libertador Bolívar destacamos el expedido el 11 de diciembre del 1825, cuyo tenor claramente expresa el carácter expropiatorio descargado sobre algunos bienes pertenecientes a la iglesia.

    "Todos los bienes raíces, derechos, rentas y acciones de capellanías fundadas o que estén por fundarse, que no sean de llamamientos de familias, quedan desde ahora aplicados a los establecimientos públicos de instrucción y beneficencia; igualmente que las rentas de los monasterios que se supriman en cada departamento".

    Prestan también atención a la educación de los jóvenes, en aquellas épocas de convulsión, de tal manera que:

    "Dando cumplimiento al citado Decreto, expedido desde Lima, el Mariscal Sucre dispone la creación de un Colegio de Ciencias y Artes en la ciudad de La Paz, el que sería denominado "San Simón de Ayacucho", Simón, en homenaje al libertador y Ayacucho a la última batalla independista; documento que fue firmado por el Mariscal Sucre Presidente de la República, el Secretario de Gobierno Facundo Infante y el Subsecretario Agustín Jarandino, el acta de creación fue leído en el salón ceremonial del Colegio Seminario, hoy Escuela México, adjudicándosele al mismo tiempo como establecimiento propio el antiguo claustro de la orden de los dominicos que hasta esa fecha era ocupado por las tropas del Batallón Voltígeros colombiano. El Decreto de creación fechado el 27 de abril de 1826 consta de 12 artículos; habiendo siendo nombrado como redactor del plan de enseñanza el ilustre maestro del Libertador don Simón Rodríguez Carreño, a quien, la diputación permanente de 1826 radicada en Chuquisaca designa como primer Director General de Educación de Bolivia. En el mismo acto inaugural es también designado el Dr. Juan Manuel de la Loza como primer Director del Colegio paceño. El pensum educativo incluía la enseñanza de idiomas, ingles, francés, latín, medicina, jurisprudencia, aritmética y gramática, con horario diario, de mañana y tarde de lunes a viernes. Tres años después el Presidente Mariscal Andrés de Santa Cruz dictamina la creación de la Universidad Mayor de san Andrés disponiendo su funcionamiento en la planta superior del Colegio Ayacucho, compartiendo a partir de ese año el mismo establecimiento las dos instituciones hermanadas ambas bajo un solo estandarte, el de "Universitas Minor Pacensis Divi" utilizadas hasta el día de hoy por universitarios y ayacuchenses. 30 años después la universidad se traslada a la capilla del Loreto actual Palacio Legislativo y construcciones adyacentes".

    Los sucesivos conflictos políticos internos del país así como la confrontación internacional entre Bolivia y el Perú son críticos para la estabilidad nacional independista de Bolivia, repercutiendo este hecho profundamente en la sociedad boliviana. La ciudad de La Paz es invadida por el ejército peruano comandado por el Presidente Agustín Gamarra, ocupando sus tropas las instalaciones del Colegio Ayacucho, acción esta que obliga a los jóvenes estudiantes a manifestar su rechazo sirviendo de enlace y comunicación de la ciudad con el comando militar boliviano acantonado en las cercanías de Viacha bajo la jefatura del General José Ballivián. El fervor patrio hizo que los estudiantes se incorporaran al ejército y lucharan con denuedo hasta obtener la victoria en la histórica batalla de Ingavi aquel 18 de noviembre de 1841. Más de tres mil soldados y oficiales peruanos desfilaron por las calles de La Paz siendo conducidos como prisioneros de guerra al mismo establecimiento educativo.

     

    REFUNDACIÓN DEL COLEGIO; SU CONDICIÓN CLASISTA

    Desde la presidencia del Mariscal Santa Cruz la ciudad de La Paz se convierte en sede política y administrativa del país, posición que le permitió constituirse en la ciudad más importante de Bolivia, aspecto que incidió notablemente en el aumento de población constante a 30.463 habitantes existentes el año de 1831,5 distribuidos en clases sociales a partir de la Plaza Mayor hasta su periferia. Las diferencias de clases son precisas, manifiestas y respetadas a partir de la clase dominante, poseedora de los mayores beneficios producidos por el estado nacional. La educación no podía estar exenta de este dominio clasista selectivo que involucra a maestros y alumnos del Colegio Ayacucho. Las llamadas "mejores familias" y algunas otras pudientes tenían exclusivo acceso a estas instituciones incluyendo en ellas los favorecedores aspectos políticos. Así observamos en ese tiempo las inclinaciones dadas a favor de Santa Cruz, Ballivián y Linares, fracciones políticas influyentes de las cuales maestros y alumnos no podían evadirse o ser indiferentes.

    Cuando la universidad deja las instalaciones del antiguo claustro dominico el 10 de diciembre de 1859 el Colegio Ayacucho se posesiona del mismo. En acto presidido por el propio presidente Dr. José María Linares, su gabinete y autoridades municipales es leído el Decreto de Refundación del Colegio Ayacucho.

    Durante esta época y hasta muy avanzado el siglo siguiente el Colegio Ayacucho fue él más representativo entre las instituciones educativas existentes en la ciudad. Cobijó en sus aulas a lo más selecto y granado de la sociedad paceña del 800 y parte del 900, Verdadera comunidad de las familias más prominentes de la ciudad, cuyos hijos debían pertenecer por prestigio y profesionalización al Colegio Ayacucho y a la Universidad Mayor de San Andrés.

     

    LOS ORÍGENES REBELDES ANTI BELCISTAS Y MELGAREJISTAS

    El enorme prestigio personal y político que rodeaban al vencedor de Ingavi se afianzó por mucho tiempo entre la élite dominante paceña. Cuando Belzu se hace del poder mediante golpe de Estado, es combatido por estos grupos privilegiados oponiéndose al caudillo popular que representaba a militares, indios y cholos. Familias íntegras con hijos ayacuchenses tuvieron que salir al exilio obligado durante la época belcista. Durante todo el proceso caudillista la ciudad sede política del país se caracterizó por la herencia rebelde de Murillo, vanguardizando las luchas políticas militares, civiles y estudiantiles.

    El bautizo de fuego que involucra directamente a los estudiantes del Ayacucho se manifiesta heroicamente en las barricadas paceñas levantadas en contra del Gral. Melgarejo el año de 1871. Los aguerridos estudiantes junto al pueblo paceño durante varios días sacrificaron sus vidas enfrentándose a las tropas del ejército melgarejista surgiendo por primera vez el grito de "kori paiti, kori paita, kori paita, kori paiti, el Ayacucho esta aquí", y acababa con "muera Melgarejo", grito de guerra que no dejaría de ser repetido por todas las generaciones posteriores de estudiantes. En esta primera resistencia rebelde los "hualaichos ayacuchenses" en medio de la balacera entonaban también estribillos provocadores como aquel "allí viene Melgarejo con su guardia coracera, le daremos un balazo en su calva calavera", verso constantemente repetido por todos en las barricadas, sobre todo en aquella, levantada en la calle del Comercio; lucha que acabó finalmente con la huida del "Capitán del Siglo".

    Otro de los capítulos conflictivos en los cuales participan decenas de estudiantes del Ayacucho es en la Guerra del Pacifico. La juventud de esa época se plegó con decisión incorporándose al ejército del Presidente Daza, aportando La Paz con un mayor numero de hombres, entre oficiales y soldados. Los batallones "Los Colorados de Bolivia", "Illimani", con heroica actuación en el "Alto de la Alianza", así como "El Independencia" en la batalla de Pisagua, fueron tropas que la historia militar rinde culto y homenaje a su valor frente al enemigo.

    En la siguiente contienda internacional -esta vez relacionada con el Acre, rico territorio del Norte amazónico- se destaca la participación de muchos oficiales que egresaron del Colegio Ayacucho, cuyos datos biográficos no los registra la historia patria.

     

    LA GENERACIÓN DEL CENTENARIO

    La conmemoración del centenario de fundación del Colegio San Simón de Ayacucho comenzó a organizarse desde el año anterior cuando Bolivia también celebraba los 100 años de su independencia.

    Una comisión compuesta por el Director del establecimiento, maestros y alumnos del último año, organizaron un amplio programa de festejos que culminaron en la fecha de su fundación.

    Los actos centrales fueron la imposición de la medalla centenaria conmemorativa y la condecoración al mérito educativo impuesto al estandarte del establecimiento por el Ministro de Educación Publica José Gabino Villanueva, acto verificado en el salón cívico del establecimiento.

    Los 100 años fueron conmemorados también con desfile del alumnado, ante el monumento del Mariscal Ayacucho, acto celebrado con discursos y ofrendas florales, seguido en el establecimiento con misa de campaña y una salteñada ofrecida por el municipio. Se destaca la donación de libros que hizo el ministerio a la biblioteca del colegio y la publicación del órgano estudiantil "ABC" en cuyas páginas destacan sus articulistas los principales aspectos dedicados al centenario de la república y del Ayacucho.6

    Como parte de la celebración el colegio recibió implementos educativos traídos desde Europa por la misión Rouma que consistió en un laboratorio de química, otro de física y una mapoteca sobre historia y geografía.

    La generación del centenario vivió su tiempo en torno a la influencia del positivismo liberal muy europeizado en influencias literarias, filosóficas e imitación de costumbres. Anotamos también que en el orden de influencias llegadas de Europa, el fútbol inglés se apoderó del entusiasmo de la juventud surgiendo con ello el club "The Strongest" fundado por alumnos del Colegio Ayacucho el 8 de abril de 1908 en la Plaza Murillo. La brigada de Scouts "Max Paredes" es también fundado el año de 1915.

    Un detalle necesario e importante que destaca esta época está relacionado con la vida nocturna paceña donde caballeros y jóvenes estudiantes -sea por curiosidad o por jactancia- acudían a "casas de cita" recientemente instaladas imitando comportamientos dados en otras capitales extranjeras:

    "mas tarde, Montes, ese presidente de bigotes kaiserianos, que instituía todo lo que podía, notó la falta. Piadosamente pensó, que tales casas, males necesarios, debían organizarse al estilo extranjero, y delegó a un amigo Ministro que trajinara las calles de Santiago de Chile ofreciendo acciones para la fundación de un trust galante a cuatro mil metros de altura"

    "Las niñas contratadas escogieron de morada la casa situada en la calle Sucre que hace esquina con el callejón de la Cruz Verde (hoy calle Jaén) del barrio de Caja de Agua. Pero ahí solo tenían entrada los gomosos de la época, los señoritos, hijos de grandes familias"

    "Desde aquí viene que en el pueblo de entonces, nombraba a toda mujer de vida airada o cascos livianos, con el titulo de chilena" 7.

    La ubicación de este refugio sensual, tan cercana al colegio, posiblemente motivó historias exquisitas de contar entre esa juventud alegre y bullanguera de esos días. Estas características que en la sociedad paceña se fueron dando durante los años previos y posteriores al centenario reflejan los modos de pensar y actuar de una época donde la ciudad de La Paz empieza a tomar influencias modernas impactando a las generaciones nuevas. Los caballeritos del colegio Ayacucho pertenecientes a familias distinguidas fueron también parte de esos inicios de modernidad paceña, del liberalismo actuante y de los nacionalismos en ciernes que serían desnudados en la guerra que vendría con el Paraguay y que luego pasada la contienda bélica, muchos de ellos, destacarían sus nombres como notables personajes ilustres en la sociedad boliviana.

     

    Y UNA VEZ MÁS EL UNIFORME MILITAR: EN LA CONTIENDA DEL CHACO

    Después de cumplidos los centenarios de la república y del Colegio Ayacucho, la ciudad de La Paz empezó a mostrar una distinta fisonomía topográfica con la apertura de nuevas avenidas, calles y plazas amplias y modernas extendiéndose hacia Obrajes, San Pedro y Sopocachi, creando en este avance nuevas zonas residenciales. Con el crecimiento de la ciudad lo hizo también su población y con ella el surgimiento de nuevos establecimientos escolares fiscales y privados.

    La competencia educativa con marca social y económica emprendida sobre todo por los colegios católicos no mermó en nada la enorme importancia tradicional del Colegio Ayacucho patrimonio paceño desde 1826 y esta primacía inequívoca la mantuvo hasta los años 50, década de conflicto político - social, de rupturas generacionales dados a consecuencia de la Revolución Nacional. Lo gravitante y significativo en este complejo periodo de la historia nacional es sin duda el conflicto de la Guerra del Chaco, infierno verde donde en el fragor de las batallas el nacionalismo revolucionario se apoderó de los combatientes, dando paso al surgimiento de un pensamiento revolucionario unánime claramente identificado en la juventud. El Ayacucho combatiente no estuvo exento de esa influencia nacionalista y cuando su gallarda muchachada acude al llamado de la patria junto a quechuas, aymaras, cholos y clase media, ellos también desparraman las ideas del nacionalismo revolucionario desde Boquerón y Cañada Strongest hasta Villamontes.

    Sin esta participación ideológica elaborada en las trincheras chaqueñas, el destino del país no habría sufrido la ruptura con el pasado político social y económico que le deparó luego la revolución nacional del 1952. La nueva generación política emergente del chaco decretó el final de una época y el nacimiento de otra. Con el nacimiento de este nuevo proceso la realidad del país cambia radicalmente.

    En lo que concierne al colegio también denominado "Nacional Ayacucho", meses después de la contienda bélica, sus aulas se engalanan con la participación de algunas alumnas, las mismas que años después destacarían en el campo profesional. En el año 1940 dos maestros, Froilan Pinilla de historia y José Francisco Torricós de música sobre la base de un tema mexicano versifican el actual himno al colegio. El 26 de abril de 1947 el colegio San Simón de Ayacucho en acto solemne realizado en su salón cívico recibe de manos del presidente Dr. Enrique Hertzog Garayzabal la condecoración máxima del Cóndor de los Andes, ceremonia inédita, pues nunca antes fue otorgada a un establecimiento educativo.

     

    NADIE ESCAPA DEL INFLUJO DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL

    Al retorno de la guerra los bolivianos en general no sólo expresaron desasosiego por el fracaso militar, sino la vital necesidad de construir un nuevo país distinto en sus proyecciones de república y de estado. El pasado ya no podía tener cabida en el nuevo ser nacional surgido en el Chaco, el pretérito rosquero semifeudalista que habían conocido estaba obligado a ceder ante el nuevo orden político insurgente, integrador de clases medias, obreras, artesanas y campesinas. Por lógica de tiempo y espacio, los estudiantes de esos años, se alinearon con fervor en ese nacionalismo revolucionario, como también en una izquierda ortodoxa y en un facismo españolizante. Estas corrientes políticas primaron en la mentalidad estudiantil de los años 50 siendo fácil detectarlas en las acciones emprendidas por las dirigencias colegiales y la Federación de Estudiantes de Secundaria, controlados subrepticiamente por los partidos políticos de ese tiempo (MNR. FSB y PCB).8

    En el Colegio Ayacucho se detectan con facilidad todas estas acciones políticas a lo largo de los años 50, sufriendo como plantel educativo profundas transformaciones especialmente en su composición social, y otras desprendidas de las políticas educativas. De colegio identificado especialmente con la clase media, pasa de inmediato a colegio popular abriendo sus aulas a las clases trabajadoras, dando cumplimiento al objetivo político gubernamental de la llamada "Alianza de clases", plasmado en la Reforma Educativa de 1955. Desde entonces este colegio es también llamado "Colegio del Pueblo", experimentado incluso con la inclusión de la "Sección Industrial" (forja, electricidad y carpintería), carreras técnicas que cambiaron el espectro educativo tradicional hasta entonces establecido.

    A la Revolución Nacional le siguió una impresionante cadena de golpes militares y dictaduras que concluyeron finalmente con el establecimiento de un ordenamiento democrático en actual vigencia.

     

    EL COLEGIO DEL PUEBLO FRENTE AL NEOLIBERALISMO

    Sin duda alguna, quienes lean el contexto histórico de la presente memoria manifestarán, quizá, su contrariedad por la ligazón política que se vierte en el análisis a lo largo de la vida institucional ayacuchense. Es necesario aclarar que muy difícilmente habríamos podido eludir las influencias políticas que desde siempre se manifestaron en torno a la educación. La política y politiquería han primado siempre en el acontecer nacional no pudiéndose librar de ella ninguna institución.

    Con esta necesaria y oportuna aclaración, procedemos a valorar en su significación mas equilibrada la participación impactante que el Colegio Ayacucho na dejado como memoria histórica en las jornadas del pasado y también del presente, tiempo actual que parece cerrar una época y abrir otra distinta para el país.

    Es en cierto modo un acontecer maniqueísta con nombradía de democracia republicana, (Democracia compartida, Democracia pactada o contubernio) con élites autodefinidas como "clase política" (neoliberal citadina de clase media). El debilitamiento de esta clase dominante ante otras fuerzas políticas insurgentes condujo al país a una de sus más profundas crisis, derivando con la caída del último régimen neoliberal, después de inopinados enfrentamientos institucionales, de resistencias populares, dados en las jornadas de febrero y octubre negros, donde una vez más aperturan el conflicto social decenas de ayacuchenses apedreando el frontis del Palacio de Gobierno aquella histórica mañana del 12 de febrero del 2003.9

    "El miércoles 12 de febrero, mientras marchaban en inmediaciones de la Plaza Murillo por tina reivindicación academia rutinaria, los estudiantes del Colegio Ayacucho se encontraron frente a una inusual "ventana de oportunidad": El motín policial, la anormal ausencia de defensa del enclave nacional del poder político y un ambiente propicio e inflamable -con un "impuestazo " como combustible derramado por las calles- convirtieron a los estudiantes en el catalizador de algo que ni ellos imaginaban: un enfrentamiento armado en plena Plaza Murillo.

    Adolescentes quinceañeros excitados por la consumación máxima de su rebeldía se regocijaron en el acto de humillación política más contundente de las dos jornadas: la lapidación de Palacio de Gobierno. Los jóvenes le cambiaron el participio a la arquitectura política: de Palacio Quemado a Palacio Lapidado.

    En general, podemos decir que asistimos a una época signada por la deslegitimacion de la institucionalidad democrática que ahonda la incertidumbre social, en la medida que los valores, códigos o normas que hacen a la unidad orgánica de una comunidad democrática van transmutando; en el caso de los jóvenes, estos cambios configuran su cultura política". Existe mayor deslegitimación de la institucionalidad democrática que la lapidación de su símbolo fundamental?"10

    El siglo 21 abre un capítulo de cambios en el establecimiento con la llamada coeducación haciendo del colegio una institución mixta, ampliando sus instalaciones el año 2006, declarándoselo como Patrimonio Municipal mediante Resolución dictada el año 2006.

     

    CONCLUSIÓN

    Este es el contexto histórico que en el curso de 184 años ha acumulado el Colegio "San Simón de Ayacucho", sin duda alguna una notable secuencia de acontecimientos ligados profundamente a la historia patria. En esta invalorable trayectoria el antiguo "Colegio de Ciencias y Artes", luego "El Nacional" y finalmente el "Colegio del Pueblo", con absoluta veracidad ha honrado al país con el aporte de sus generaciones donde muchos de sus hombres, políticos, intelectuales, artistas, profesionales y trabajadores, en la paz y en el conflicto, demostraron capacidades diversas que honraron y honran al mas importante colegio creado por el Mariscal José Antonio de Sucre.

    Hubiéramos deseado construir una historia mas ligada a la educación y a los afanes complementarios desarrollados por otros establecimientos afines pero ello nunca fue posible tratándose del contexto ayacuchense. A diferencia del resto primó en el siempre un espíritu de rebeldía sana, expuesta en la dinámica social con franca hidalguía idealista.

    De este crisol social surgieron decenas de hombres notables que la historia política, las letras y el arte se galardonaron con su presencia y participación. Ayacucho tu bandera siempre invicta, siempre fuerte, simboliza tu energía tu constancia y arrogancia.

     

    NOTAS

    1. Historiador (UMSA), Diplomado en Ciencias Políticas (UCB). Ex director del Museo Histórico Militar.

    2. López Menéndez, Felipe. Compendio de Historia Eclesiástica de Bolivia. 1965: 53.

    3. Morales, José Agustín. Primer Centenario de Bolivia. Tomo 1.1925: 59.

    4. Sotomayor Ismael. Añejerias Paceñas. 1987: 290.

    5. Crespo Rodas, Alberto, et al. La vida cotidiana en La Paz. 1975: 45

    6. Existe el antecedente de anteriores publicaciones, como "El Ayacuchense" editado en 1880 y el "Boletín Informativo de Instrucción" de 1886.

    7. Paredes Candia, Antonio. De Rameras, Burdeles y Proxenetas. 1998: 33 y 34.

    8. N. del E. Movimiento Nacionalista Revolucionario; Falange Socialista Boliviana y Partido Comunista de Bolivia, respectivamente.

    9. Los medios de comunicación difundieron la noticia de que el Presidente Gonzalo Sánchez de tozada temiendo un asalto popular apresuradamente salió del Palacio refugiándose en el interior de una ambulancia.

    10.Boletín de programa de investigación estratégica en Bolivia. "Jóvenes del Ayacucho: La Lapidación del Poder", N° 2 oct. 2003.