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    Umbrales. Revista del Postgrado Multidisciplinario en Ciencias del Desarrollo

    versão impressa ISSN 1994-4543

    Rev. Umbr. Cs. Soc.  n.23 supl.23 La Paz nov. 2012

     

    ARTÍCULO

     

    Precios "relativos" y su impacto sobre la producción agrícola en Bolivia

     

     

    Rogelio Churata Tola*
    * Economista, Máster en Relaciones Internacionales e Integración.
    Docente investigador de
    CIDES-UMSA.

     

     


    Resumen

    Elpresente trabajo analiza el impacto del nivel general de precios "relativos" sobre la rentabilidad de la producción del sector agrícola, tomando en cuenta algunos indicadores como los precios internacionales, los precios domésticos, el rol del tipo de cambio y las medidas de protección arancelaria hacia el sector productivo. Para alcanzar este propósito se sustenta en los planteamientos de Roger Norton (2004) sobre políticas que se constituyen en incentivos hacia los productores y en los estudios de la CEPAL sobre el tema de la pobreza, en la parte empírica, en algunos estudios sobre la problemática de precios de los principales productos alimenticios en Bolivia.

    Palabras clave: Producción agrícola, precios internacionales, precios nacionales, tipo de cambio, aranceles.


    Summary

    This work analyzes the impact ofthe general level of "relative"prices on the profitability of production in the agricultural sector, taking into account some indicators like internationalprices, domestic prices, the role ofthe exchange rate and the tariffprotectim measures towards the productive sector. To achieve thispurpose we support it by the proposals made by Roger Norton (2004) on policies that constitute in incentives for the producers and on the CEPAL studies on the issue ofpoverty, in the empiricalpart, in sonte studies about the issue ofprices ofmainfood producís in Bolivia.

    Key words: Agricultura!production, internationalprices, nationalprices, exchange rate, tariffi.


     

     

    Introducción

    La evolución de los precios de los productos agropecuarios y en especial de los alimentos ha sido una de las grandes preocupaciones no solo para el gobierno nacional sino para las empresas de producción y para las familias. Los precios tienen efectos directos en los productores, consumidores, intermediarios, exportadores e importadores, además influyen en el nivel de renta (ingresos) y los tipos de inversión y empleo en los sectores productivos. Así, en el último informe de perspectiva alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se indica que los precios de los productos alimenticios permanecerán hacia la alza en los próximos doce meses (El Diario, 7/06/11). También se indica que más de la mitad del ingreso que perciben los hogares (pobres) se destina a la compra de los alimentos (FAO, 2004). En Bolivia, una gran parte de los hogares de la población gasta en alimentación cerca del 80% de su presupuesto.

    En ese sentido, el comportamiento tanto de los precios internos como de los precios internacionales adquiere gran importancia no sólo para los hacedores de política sino también para la sociedad civil en su conjunto. También sabemos que el gobierno actual ha intervenido en los mercados para controlar y regular los precios de los alimentos a fin de otorgar ciertas ventajas a los consumidores urbanos, pero esta estrategia de control no ha considerado la problemática de una gran parte de la población que se gana la vida en la agricultura, para la cual los mejores precios se constituyen en incentivos para mayor producción. En este contexto, se plantean algunas interrogantes: ¿cuáles son los factores que provocan el alza de precios? y ¿cuan sostenible o hasta qué punto el gobierno podrá mantener una política de control de los precios sobre los alimentos, sabiendo que éstos siempre tienden a incrementarse?

    En el presente ensayo se intenta responder a estas preguntas, el objetivo es analizar el impacto del nivel general de precios sobre la rentabilidad de la producción del sector agrícola, tomando en cuenta algunos indicadores como los precios internacionales, los precios domésticos, el rol del tipo de cambio y la rentabilidad de la producción agrícola. El documento se sustenta en los planteamientos de Roger Norton (2004) sobre políticas que se constituyen en incentivos hacia los productores y se nutre de los estudios desde la CEPAL sobre el alza y la volatilidad de los precios de los alimentos, en la parte empírica, en estudios sobre la problemática de precios de los principales productos alimenticios como el azúcar, el maíz y la carne, trabajados por el Ministerio de Desarrollo Rural y Medio Ambiente a fin de contrastar la evolución de los precios internacionales y de los precios internos.

    En ese sentido, el trabajo se estructura en tres partes: en la primera parte se resalta los aspectos teórico-conceptuales acera de políticas de precios para impulsar la producción y la productividad; en la segunda parte se hace un análisis del nivel general de precios relativos y su impacto en el crecimiento del producto en diferentes periodos; finalmente, se extraen algunas reflexiones sobre las políticas de precio y sus consecuencias.

     

    1. Aspectos teórico-conceptuales sobre políticas de precio y producción

    Una de las características de la teoría de la modernización es que el papel del Estado y la planificación son elementos esenciales de las políticas de desarrollo económico y social. Asimismo, de acuerdo al enfoque estructu-ralista una acción decidida de los gobiernos podría promover una continua transformación estructural del sector agrícola a fin de mejorar las condiciones de vida de los pobres que viven no solo en el área rural sino en las áreas marginales de los centros urbanos (CEPAL, 1988).

    Igualmente, uno de los elementos del enfoque neoliberal es que asigna una gran importancia a los niveles de los precios como una de las variables que contiene mucha información económica y que pueda ayudar a una mejor asignación de los recursos en la economía a fin de alcanzar el crecimiento.

    Así, estos enfoques concuerdan en lo que respecta el accionar del Estado en el desarrollo y la importancia de los precios en el crecimiento.

    Por su parte, Roger Norton (2004) analiza los precios desde diferentes perspectivas. En algunas ocasiones el propósito es mejorar la eficiencia en la cadena del mercadeo (productor y consumidor) y en otras, es tratar de reducir las fluctuaciones estacionales. La otra perspectiva es inducir a los agricultores y los comerciantes rurales a elevar la calidad del producto y a su vez lograr mayor producción. Igualmente, según Norton existen tres factores estructurales que afectan las tendencias de los precios agrícolas: las tendencias de la oferta y demandas en el mercado, las tendencias de los precios internacionales y la presencia del precio subsidiado en el mercado. Por otra parte, también la política económica nacional ejerce sus efectos en los precios agrícolas a través de instrumentos de políticas sectoriales, como la política arancelaria y de comercio exterior y la política cambiaría (tipo de cambio).

    Para ver las tendencias de los precios en el mercado es necesario partir de las tasas de inflación que miden la variación de un conjunto de precios de la economía (mercado) a partir del índice de Precios al Consumidor (IPC). Este indicador se utiliza como medida de inflación a la variación del nivel general de precios de una economía, por lo que cuantifica el promedio ponderado de precios de los bienes y servicios de consumo, canasta de bienes y servicios, en la que las ponderaciones dependen de la participación de cada uno de los diversos tipos de bienes y servicios en el total del gasto de los consumidores.

    Por otro lado, también de acuerdo a Norton, una política arancelaria1 más uniforme por lo general favorece a la agricultura, ya que los sistemas no uniformes le favorecen más al sector de la industria; en cambio, según Juan Tugores (2002), tiene su efecto básico de encarecer los productos importados en el mercado interno. Por ello es recomendable que los sistemas arancelarios sean relativamente estables en el tiempo, y de acuerdo a la teoría económica es posible corregir los déficits en el mercado de bienes y servicios gracias al manejo de ciertos instrumentos de política macroeconómica.

    En ese sentido, una devaluación2 modifica los precios (relativos) de los bienes y servicios producidos en un país respecto a los producidos en otros países, de manera que el gasto de los consumidores se desvía hacia los productos nacionales. Siguiendo con Norton, el tipo de cambio juega un rol importante en el desarrollo agrícola, debido a que los agricultores están muy al tanto de los precios de las importaciones que compiten con sus productos en el mercado interno, por lo que los cambios en el precio de la moneda extranjera pueden estimular la producción en el sector agrícola.

    Por el lado de las exportaciones, una devaluación convierte a los productos nacionales relativamente más baratos para los importadores extranjeros que reaccionan aumentando sus niveles de demanda. A nivel de empresa, una medida cambiaría sin duda resultará alentadora porque mejora sus niveles de rentabilidad. Así, por ejemplo, un tipo de cambio sobrevalorado los abarata en términos de moneda nacional, es decir, no son beneficiosos para el productor que destina su producción al mercado interno, en cambio, pasa lo contrario para el exportador agrícola que destina su producción a los mercados externos.

    Sin embargo, desde otro punto de vista, una devaluación afectaría considerablemente a las familias que perciben un salario y quieren tener un margen de ahorro en moneda nacional. Otra de las razones que los diseñadores de política económica deben considerar es el efecto transmisión que pueden producir las diferentes políticas sobre la estabilidad de precios y el crecimiento del producto.

    Por tanto, los niveles de precios y el tipo de cambio desempeñan la misma función en el sistema de precios, en este caso en los sistemas de producción. Hecha la conceptualización, analizaremos los impactos de los precios relativos en la producción del sector agrícola.

     

    2. Precios "relativos" y su impacto en la producción agrícola: análisis comparativo

    Precios internacionales3

    El mayor impacto de la crisis financiera internacional del año 2009 fue la pérdida de dinamismo de la actividad económica del sector real de la mayor parte de las economías latinoamericanas, expresada en la contracción del producto. Esta menor producción se reflejó en una mayor demanda de los productos, en especial de los productos básicos alimenticios y su efecto en el nivel de precios. Este incremento de precios de algunos productos de la canasta familiar ha despertado particular interés en los últimos meses y se conocen diversas explicaciones de distinta naturaleza, dado que el comportamiento de este incremento depende de varios factores e interpretaciones.

    Uno de los factores es el comportamiento de las cotizaciones de precios en los mercados internacionales de los principales productos agrícolas y sus implicancias en la economía interna, particularmente en el nivel de precios, y por ende una insuficiente oferta sostenida en el país.

    Los precios internacionales de los alimentos subieron bruscamente a principios del año 2011 hasta los niveles alcanzados en la gran crisis alimentaria de los años 2007 y 2008, y luego bajaron en mínima proporción hacia finales de la gestión (ver gráfico 1); los productos que mantuvieron precios estables fueron la carne y derivados lácteos. De acuerdo al índice de la FAO los precios de los alimentos se sitúan todavía 37% por encima de su nivel alcanzado en mayo de 2010 (El Diario, 7/06/11). Los descensos en los precios internacionales de los cereales y el azúcar fueron responsables por el ligero aumento en la cosecha.

    En efecto, en el caso boliviano el incremento de las cotizaciones de los principales productos agrícolas a nivel internacional tuvo su efecto más relevante debido a que la economía boliviana es pequeña y siempre receptora de precios. El hecho de estar especializados en productos básicos nos hace altamente vulnerables a los cambios de los precios y los efectos negativos en la estructura del sector agrícola. Los precios de productos agrícolas en su mayoría han tenido cambios, inicialmente incrementos desde el segundo trimestre del año 2010 y con mucho más fuerza en el primer semestre del año 2011 (ver gráfico 1). Esta situación también se ha expresado en el mercado interno cuando los precios de los principales productos alimenticios estaban teniendo incrementos constantes.

    Gráfico 1
    Precios internacionales de productos agrícolas (en dólares americanos)

    Fuente: Elaboración con datos del FMI.

    Los precios del maíz en el mercado interno sufrieron un alza en noviembre de 2009, ocasionada por un desincentivo de la producción debido a los precios bajos a mediados de ese año y por la especulación de los acopiadores intermediarios, además que posteriormente factores climáticos afectaron la producción. Con la cosecha de la campaña de verano 2010-2011 y la importación la oferta se incrementó y su efecto en el precio fue hacia la baja (ver gráfico 2). Sin embargo, una perspectiva creciente por la demanda de este producto en el mercado internacional (como alimento y biocombustible) que continuó presionando sobre el precio para mantenerlo elevado.

    Gráfico 2
    Precio mayorista de maíz duro (Bolivianos por quintal)

    Fuente: Tomado del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, 2011.

    En definitiva, la estrategia del gobierno para ejercer cierto control sobre los precios en el mercado doméstico se hizo aún más compleja cuando los precios internacionales presentaron una tendencia hacia el incremento; ya los diferentes informes de la FAO preveían esta situación.

    La política cambiaría

    La política cambiaría del Banco Central estuvo orientada a mantener la estabilidad de precios mediante mini devaluaciones hasta la gestión 2006 y con mini revaluaciones desde el año 2007 (ver cuadro 1). No obstante de fijar la paridad cambiaría a través de intervenciones en el mercado cambiario para evitar los desequilibrios en el mercado de bienes, la autoridad monetaria no pudo mantener la estabilidad en los precios. En ese sentido, los factores externos tuvieron fuerte incidencia en los incrementos constantes del nivel de precios de rubros alimenticios.

    Cuadro 1 Relación de producción con el tipo de cambio

    Fuente: Elaboración propia con datos del INE.

    El ritmo de las devaluaciones del boliviano no pudo contrarrestar la depresión del producto ni mucho menos impulsar la producción, ya que las tasas de crecimiento de producción no reflejan las tasas de devaluación del boliviano. Razón por la cual, en el último periodo, mantener estables los precios relativos como el dólar estadounidense no produjo efectos de transmisión a los precios internos, debido a que el gobierno hizo esfuerzos por mantener una disciplina monetaria y fiscal a fin de evitar el crecimiento de los precios (inflación).

    Después de la crisis de producción del año 2009 y 2010, luego que ésta había disminuido en 16% para el año 2010, se percibió en el mercado boliviano la escasez de algunos bienes en la canasta de los consumidores, lo que provocó un incremento en los precios de estos productos, por el mecanismo típico del mercado (la cantidad demandada de cualquier tipo de bien está inversamente relacionada con el precio). Este fue una situación de contracción de la oferta agregada, por tanto cabía la esperanza de que la oferta agregada se ajustara a la mayor demanda para equilibrar los precios en el mercado. Tal situación no ocurrió en los hechos.

    Por otra parte, los incrementos en los precios responderían a un incremento en la cantidad de dinero circulante en la economía nacional. Esto puede responder a diversos aspectos, un indicador bastante comentado por el gobierno fue el incremento de las reservas internacionales en el Banco Central (en más de 12 mil millones de dólares) como resultado de una mayor entrada de divisas a la economía nacional desde el resto del mundo gracias a la exportación de recursos naturales (especialmente de los minerales). En este caso, los agentes económicos disponen de mayor cantidad de dinero circulante y tienden a gastar más, de esta manera generan excesos en la demanda y presionan los precios hacia la alza.

    En definitiva, la política cambiaría en Bolivia ha estado dirigida más a reducir y controlar las expectativas inflacionarias, sobre todo por la alta sensibilidad que muestran los precios domésticos a la depreciación, y no relacionada a los aspectos económicos en su conjunto, a pesar de que la expectativa de la población sobre los valores de las variables económicas (precio y producción) a futuro. Los precios se elevaron porque el gobierno no previno la posible escasez de algunos productos importantes y significativos de la canasta de bienes que demandan los consumidores (crecimiento demográfico), además de los cambios de los agentes en las expectativas de precios futuros, que comúnmente se conoce como "especulación".4

    Importación de artículos alimenticios

    En el Plan Nacional de Desarrollo (2006-2010), programa del gobierno actual, se plantea garantizar la seguridad alimentaria y para ello se propone una serie de proyectos y estrategias para transformar la estructura productiva agraria a fin de disminuir la dependencia de importación de algunos rubros alimenticios. En ese contexto, se plantean cambios fundamentales en la composición del sector agropecuario y la distribución geográfica de la producción.

    Sin embargo, según datos oficiales del INE, las importaciones de los principales rubros alimenticios aumentaron significativamente en el año 2011. Así, por ejemplo, en febrero y marzo Bolivia compró maíz y trigo, 68.921 y 45.685 toneladas respectivamente, llegando a sumar al final del periodo 447.553 toneladas. El relación al azúcar, el país importó en total 112.364 toneladas en la gestión 2011, llegando el pico en el mes de abril cuando se importó 26.344 toneladas, tal como muestra el siguiente cuadro.

    Cuadro 2
    Importación de principales rubros alimenticios - 2011 (entoneladas métricas)

    Fuente: Elaboración propia con datos del INE.

    Superficie cultivada, producción y rendimiento

    De acuerdo a la información del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, la superficie cultivada del total de los cultivos en Bolivia, para el año 2010, disminuyó en 5.12% respecto del año 2009, es decir, de 3 millones de ha en 2009 a 2.8 millones de ha en 2010. Los cultivos de maíz, sorgo y girasol disminuyeron fuertemente, según información oficial del INE (ENA, 2008) sus superficies eran de 416.685 hay 311.060 ha respectivamente en el año agrícola 2008-2009; para el año agrícola 2009-2010 las superficies cultivadas fueron menores de 314.292 ha y 235.434 ha, respectivamente. En el caso del maíz, sin embargo, se estima una recuperación de la superficie cultivada, como influencia de las superficies de hectáreas cultivadas en Santa Cruz.

    Otros cultivos como la caña de azúcar también bajaron en 2.2%, que en términos de superficie cultivada significa una disminución de 3.399 ha, es decir, de 156.115 ha en el año agrícola 2008-2009 a 152.716 ha para el año agrícola 2009-2010. En cambio, el cultivo de trigo se incrementó en 12.6%, de 156.670 ha en el año agrícola 2008-2009 a 176.458 para el año agrícola 2009-2010.

    En cuanto a los rendimientos, el cambio fue el mismo, con excepción del cultivo de girasol que tuvo un rendimiento mayor en 4% (cuadro 3). Los otros cultivos tuvieron incrementos bastante moderados, tanto en superficie cultivada como en su rendimiento. En efecto, los únicos productos importantes que registraron incrementos significativos en cuanto a rendimiento fueron el trigo y el arroz con cascara, ambos base de la canasta alimentaria de la mayoría de la población.

    El siguiente cuadro 3 muestra en forma sintética los cambios producidos en la agricultura en los años agrícolas 2007-2008, 2008-2009 y 2009-2010.

    Cuadro 3
    Superficie cultivada, producción y rendimiento (según tipo de cultivo)

    Fuente: Elaboración propia en base a datos del INE, del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, y de la Encuesta Nacional Agropecuaria 2008.
    (1) Incluye campaña de invierno de año anterior, (p) Preliminar.

    Los datos muestran que en el año 2010 la producción de caña de azúcar cae en 2 5 % aproximadamente debido a factores climáticos como sequía y retraso de las lluvias, aunque para el año 2011 se preveía una recuperación del 12% (MDRyT, junio de 2011).

    Igualmente, los datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) señalan una recuperación de la producción de azúcar por ingenio del orden del 12% aproximadamente, por lo que se estima que se obtendrá suficiente azúcar para el consumo interno hasta la próxima campaña del 2012, incluso se estima un excedente de más de 40.000 toneladas para cumplir con las obligaciones que tiene el país con el mercado internacional.

    En cuanto al cultivo de maíz, el gobierno impulsó en Santa Cruz dos cultivos al año a partir de la dotación de semillas mejoradas, créditos con bajas tasas de interés, fomento en la mecanización, asistencia técnica (EMAPA), almacenamiento en silos y regulación de precios. Según información de PROMASOR se prevé cultivar 100 mil hectáreas en la campaña de verano y 80 mil para invierno (ver cuadro 4); con lo que se prevé un superávit de oferta de maíz para esperar la próxima campaña 2012.

    Cuadro 4
    Balance de oferta y demanda de maíz duro (entoneladas)

    Fuente: MDRyT- PROMASOR, 2011.

    Si las cosechas no son suficientemente grandes para cubrir la demanda insatisfecha de la población, porque las condiciones climáticas no ayudan -lluvias demasiado escasas o demasiado abundantes perjudican los rendimientos fundamentalmente del trigo y del maíz-, la situación de los cultivos agrícolas y los productos alimenticios será de tensión, porque los niveles de precios mundiales hacia la alza, como se los proyecta, constituyen una amenaza para la población boliviana con déficit de alimentos y además con bajos ingresos.

     

    3. Conclusiones

    El análisis del impacto de los precios relativos sobre la producción agrícola se realizó en base a la información empírica del comportamiento del nivel de precios en el mercado internacional y en el mercado interno y su efecto en la producción del sector agrícola. A continuación se sintetizan algunas conclusiones y reflexiones sobre las políticas y estrategias que se han estado ejerciendo por los decidores de política en el tema agropecuario.

    A inicios del año 2006, en Bolivia comenzó a desarrollarse una nueva concepción sobre el desarrollo agropecuario orientada a generar cambios de Transformación de la Estructura Agraria (TEA). Estos cambios estaban asociados a una mayor participación de actores representativos de los diversos sectores de la población local agrícola a fin de superar el problema de la pobreza en las poblaciones originarias e indígenas y en especial garantizar la seguridad alimentaria para los bolivianos y las bolivianas en su conjunto. Todo ello, a partir de un cambio de paradigma crítico al modelo neoliberal de desarrollo. Sin embargo, si bien se plantean una serie de políticas para viabilizar ese objetivo, en los hechos se observan algunas deficiencias en cuanto a la ejecución de programas y proyectos para concretar esa propuesta de cambio.

    En ese sentido, la crisis alimentaria de finales del año 2010 y la evolución de los precios agrícolas, en especial de los alimenticios, significaron una preocupación constante para el gobierno y las unidades productivas. Lógicamente, este incremento del nivel general de precios impactó directamente a los hogares de menores ingresos (pobres) y a las poblaciones campesinas del área rural dedicadas a la actividad agropecuaria, debido a que la mayor parte de los pobres rurales está constituida por unidades productivas pequeñas a nivel de familia.

    Por otro lado, el incremento de los precios de las cotizaciones de los principales productos agrícolas a nivel internacional tuvo un impacto directo en la demanda y no así en la oferta, es decir, no tuvo efectos en la producción, al contrario, las condiciones climáticas no ayudaron a la producción, lluvias demasiado escasas o demasiado abundantes perjudicaron los rendimientos de algunos productos alimenticios. Por tanto, la estrategia del gobierno para ejercer control sobre los precios en el mercado doméstico no dieron los resultados esperados, por consiguiente, la situación se torna más compleja, más aún cuando los diferentes informes de la FAO prevén una alza de los precio en el futuro.

    Aunque, aparentemente, las medidas de devaluación no aumentarían los precios y más bien estimularían la producción, en los hechos ocurrió lo contrario, de modo que la política cambiaría en Bolivia estuvo dirigida a reducir y controlar las expectativas inflacionarias por la alta sensibilidad que muestran los precios domésticos a la depreciación y los fenómenos externos. Tal es el caso de los precios mundiales que tuvieron su impacto significativo en los bienes domésticos. A ello hay que sumar el crecimiento demográfico y los cambios de los agentes en las expectativas de precios futuros, es decir, lo que comúnmente se denomina "especulación".

    Por tanto, la situación de los cultivos agrícolas y las expectativas de los precios ponen en tensión a los decisores de política porque se espera que el potencial de cosecha no sea suficiente para cubrir la demanda y los niveles de precios mundiales se muestran hacia la alza, lo que a su vez se constituye en una amenaza para la población boliviana con déficit de alimentos y con bajos ingresos. Así, el gobierno prevé implementar el Observatorio Agroambiental para prevenir las incertidumbres y los riesgos, además para sistematizar y generar información especializada, monitorear los cultivos y los precios de los productos de la canasta familiar.

    Finalmente, es importante anotar que los diferentes factores que se han analizado en el Plan Nacional de Desarrollo para el desarrollo agrícola se muestran esperanzadores porque definen la transformación de la estructura de tenencia y acceso a la tierra y pretenden dinamizar los mercados de productos agropecuarios, por lo que las políticas estarían orientadas a la producción para la soberanía alimentaria. En definitiva, solo queda esperar a ver qué se avecina detrás de los ruidos sobre la temática del agro en Bolivia.

     

    Notas

    1 Un arancel es un tipo de impuesto que se grava a los productos de importación y que tiene un efecto directo sobre el nivel de precios en el mercado interno. Este impuesto tiene su efecto en la producción y en el consumo.

    2 Se entiende como el aumento de la cantidad de la moneda nacional que hace falta para adquirir una unidad de moneda extranjera.

    3 Los precios internacionales son definidos como el valor monetario de bienes que se cotizan en mercados externos para productos exportables de Bolivia. Se fijan entre centros comerciales mundiales de notoria influencia y gravitación económica en pizarras de Londres, Tokio, Nueva York, entre otros.

    4 Argandoña, Gamez, Mochón, Macroecomomía avanzada, (primera edición) 1997.

     

    Bibliografía

    Argandoña, Antonio; Mochón, Francisco
    1997 Macroeconomía avanzada. Modelos dinámicos y teoría de ¡apolítica económica, primera edición, McGraw Hill, España.

    CEPAL
    2012 "Respuestas de los países de América Latina y el Caribe al alza y volatilidad de los precios de los alimentos y opciones de colaboración", Boletín CEPAL, FAO, IICA, N° 1, marzo.

    FAO
    2011 "Informe de perspectiva alimentaria", Análisis de los mercados
    mundiales.

    Norton, Roger 2004
    "Políticas que influyen sobre los incentivos a los productores",
    en: Políticas de desarrollo agrícola: conceptos y principios, FAO, Roma, pp. 65-128.

    Tugores, Juan
    2002 Economía internacional globalización e integración regional, quinta
    edición, McGraw Hill, España.

    INE
    2011 Boletines Estadísticos, La Paz.

    Ministerio de Planificación del Desarrollo
    2007 Plan Nacional de Desarrollo, 2006-2010, La Paz.

    Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras
    2011 Informes de SISPAM, La Paz.

    Periódico El Diario
    La Paz, 7 de junio de 2011.