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    REVISTA MEDICINA CIENCIA INVESTIGACION Y SALUD

    versão impressa ISSN 1818-5223

    REVISTA MEDICIS  n.6 ORURO  2010

     

    ARTICULO ESPECIAL

     

    El efecto placebo: la eficacia creciente de los fármacos ficticios

     

     

    AUTOR: Dr. Jhonny Llanque Conde
    Docente de la Carrera de Medicina de la Universidad Técnica de Oruro
    MEDICO PEDIATRA

     

     


     

    LA ACTITUD ACTIVA DEL MEDICO QUE RECETA COBRA IMPORTANCIA Y TAMBIÉN LOS POSIBLES EFECTOS BIOLÓGICOS DEL PLACEBO

    Una investigación desarrollada por neurólogos de la Universidad de Michigan ha descubierto los mecanismos cerebrales que explican el efecto placebo, esa capacidad que tienen algunas personas para curarse o aliviar un dolor tomando una falsa medicina, inocua y sin eficacia alguna, y que es prescrita por muchos médicos. Cuando una persona cree que va a tomar una medicina, su cerebro activa una región vinculada a la habilidad de experimentar un beneficio o una recompensa, el núcleo accumbens, y segrega dopamina, provocando el alivio al dolor. El grado en que una persona responde a un tratamiento de placebo está vinculado íntimamente a la actividad que registre el área del cerebro destinada a obtener un beneficio o una recompensa.

     

    DESCUBREN CÓMO FUNCIONA EL EFECTO PLACEBO

    Un placebo es una terapia que no tiene eficacia médica, pero que puede tener efectos curativos o paliativos si el paciente cree que en realidad está tomando una medicina. El placebo puede ser una pastilla, pero también una operación quirúrgica o un tratamiento psicoterapéutico, que sólo tiene resultados por el mero hecho de que algunas personas creen que se están medicando. El efecto placebo está constatado médicamente, pero hasta ahora no se sabía cómo operaba. Su eficacia se ha relacionado con diversos factores, como la forma de administrarlo (vía oral o intramuscular), el procedimiento de aplicación (por ejemplo después de escuchar largo tiempo a un paciente) o incluso el precio de un producto, que hace más creíble su eficacia terapéutica.

    Parte de la comunidad médica para sacar el mayor provecho del efecto placebo trata de sacar el máximo poder autocura-tivo del organismo. El Dr. Frederick Evans de la escuela médica Robert Wood Johnson sostiene que el médico debe creer en lo que está haciendo y se lo debe hacer saber al paciente asegurándole que lo que le ha recetado es una buena medicina. El debe creer en esa afirmación. El efecto placebo comprende cualquier mejora en un paciente no derivada específicamente de un ingrediente particular en un tratamiento, como una droga o procedimiento quirúrgico. En estos estudios médicos hay que cuidar también de la propia psicología de los médicos tratantes sobre todo si evalúan los síntomas porque puede resultar que su entusiasmo lleve a un error de juicio' ha dicho el Dr. Alan Roberts psicólogo de la clínica Scripps. Los resultados de esta encuesta sobre la subjetividad del médico tratante han sido publicados en la Clinical Psychology Revieuw. De un total de 7.931 pacientes que recibieron uno de los cinco tratamientos ficticios alternativos un 40% tuvo resultados buenos otro 30% resultados pasables y el resto deficientes.

    En opinión de los investigadores todo depende de que los problemas médicos tratados no sean graves y también de que el médico tratante sea suave y convencido de lo que está haciendo. Si se cumplen estas condiciones los resultados mejorarán.

     

    EL ENORME Y NO MUY EXPLORADO EFECTO DE LA SUGESTIÓN. REGIÓN CEREBRAL IMPLICADA

    El aspecto psicológico del placebo, particularmente el poder de la sugestión, es lo que se ha considerado hasta ahora para explicar su éxito, y con esta suposición gran parte de la comunidad médica ha reconocido su eficacia y lo aplica en numerosos casos. Ahora hay más información para valorar su eventual utilidad médica.

    La novedad es que neurólogos de la Universidad de Michigan han identificado una región del cerebro que está directamente implicada en la eficacia del placebo, la cual podría explicar cómo funciona a nivel biológico.

    Estos neurólogos trabajaron con un grupo de voluntarios a los que les inyectaron una solución salina inofensiva, con la finalidad de provocarles dolor en la mandíbula. La mitad de los voluntarios eran mujeres, todas en los mismos periodos de sus ciclos menstruales, para evitar diferencias hormonales que pudieran afectar al nivel de tolerancia al dolor.

    El grupo se dividió a continuación en dos: uno de ellos recibió un simple placebo, y el otro grupo fue informado de que iba a recibir un analgésico, aunque en realidad recibió también un placebo.

    Los cerebros de todos los voluntarios fueron escaneados durante el experimento y los resultados obtenidos fueron elocuentes, según explican en el artículo que han publicado los neurólogos de la Universidad de Michigan en la revista Neuron.

    Los voluntarios que creían haber recibido un analgésico presentaron una actividad particular al nivel de una zona del cerebro llamada núcleo accumbens, acompañada de secreción de dopamina, un neurotransmisor utilizado en las conductas de recompensa. Esta estimulación se produjo incluso en los voluntarios que creían haber tomado un analgésico antes de que el dolor apareciera.

    El núcleo accumbens es una pequeña región en el centro del cerebro vinculada a la habilidad de experimentar placer y recompensa e incluso de hacerse adicto a las sensaciones causadas por ciertas drogas.

     

    LA RELATIVIDAD DEL DOLOR Y DEL ALIVIO

    La investigación constaba de dos partes. La primera relacionada con la reacción cerebral al placebo, para lo cual realizaron Tomografías por Emisión de Positrones (PET) a cerebros de 14 voluntarios sanos.

    La segunda parte de la investigación estaba organizada como un juego, mediante el cual los ganadores podían ganar algo de dinero. La finalidad de esta fase era determinar si la dopamina estaba realmente implicada en la experiencia placebo, dado que está asociada a los mecanismos de recompensa que genera el cerebro. Esta segunda parte de la investigación se basó en imágenes de Resonancia Magnetica Funcional FMRI.

    Las tomografías PET revelaron que los voluntarios sintieron un alivio importante del dolor con el placebo. Sin embargo, cuando los investigadores evaluaron resultados individuales descubrieron que sólo la mitad de los voluntarios informaron tener menos dolor cuando recibieron el "analgésico" (que era un placebo).

    Los participantes receptivos al placebo tuvieron significativamente más actividad con dopamina en el área izquierda de su núcleo accumbens que los otros voluntarios, un proceso que empezó cuando se les anunció que el analgesico iba a empezar a fluir en sus mandíbulas: estos individuos anticiparon que el analgésico les proporcionó alivio del dolor incluso antes de recibirlo.

    Asimismo, de las siete personas que creían no experimentar el efecto placebo, cuatro informaron padecer incluso mas dolor cuando el supuesto analgésico era suministrado, un fenómeno conocido como "nocebo" y que ha sido observado en otras situaciones, como por ejemplo sentirse mal junto a una antena de telefonía móvil que todavía no ha comenzado a funcionar.

    A caso un médico entusiasta y un paciente crédulo pueden generar una mejora clínica?' se pregunta el Dr. Ronald Glaser, biólogo de la Universidad Estatal de Ohio. Esta interrogante la formulan sobre todo científicos que estudian los problemas de las drogas. Sin embargo, es posible que en otros casos exista un efecto psicológico importante si extrapolamos datos que demuestran que factores psicologicos como el estrés puedan incidir sobre virus como el del herpes.

     

    NUEVAS TERAPIAS

    Realizado por los mismo equipos universitarios y publicado años pasados. Aquello estudios fueron los primeros en demostrar que sólo pensar en un "fármaco", que llamamos placebo, alivia el dolor y es suficiente para que el cerebro despida sus analgésicos naturales, llamados endorfinas.

    "Los receptores para endorfinas y dopaminas están agrupados mayoritariamente en el área del núcleo aecum-bens. Por lo tanto, tomados conjuntamente, nuestros estudios profundizan directamente en los mecanismos que determinan el efecto placebo" explica el artífice de una de estas investigaciones.

    Este es un fenómeno que tiene gran importancia para conocer la eficacia de nuevas terapias, porque numerosos pacientes responden tan bien a placebos como a tratamientos activos. Nuestros resultados también sugieren que la respuesta placebo puede ser parte de un mecanismo de resistencia mayor del cerebro".

    "Los resultados de estos estudios ópticos moleculares indican que la actividad de dopamina es activada como respuesta a un placebo de una forma que va en proporción a la cantidad de beneficio que anticipa el individuo".

    El placebo es un arma de la medicina moderna que se había dejado un poco de lado pero que vuelve dado el aumento de la toxicidad de los nuevos fármacos. La capacidad de aceptar el fármaco inocuo es muy superior a la calculada hasta ahora. Y el placebo es más o menos efectivo dependiendo de la enfermedad a tratar.

    REFERENCIAS

    1. Diasporaweb ,17-08-201008:46, Archivos de medicina interna        [ Links ]