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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.20 n.1 La Paz  2019

     

    EDITORIAL

     

    Editorial

     

     


     

     

    El presente volumen de Textos Antropológicos contiene cinco trabajos en las secciones de artículos científicos y de avances de investigación. Los artículos de arqueología versan sobre el poblamiento prehispánico temprano de la región alto andina y sus características en cuanto a la adaptación de grupos humanos a la altura, además de una evaluación sobre el conocimiento de los objetos de metal prehispánicos en las tierras bajas y su circulación. En el campo antropológico se tienen nuevos enfoques ontológicos, sensoriales y multiespecie que cuestionan las aproximaciones antropológicas tradicionales sobre la relación humano no humano en la Chiqui-tanía. Por otra parte, se cuenta con una discusión epistemológica sobre la antropología como disciplina científica y su práctica desde la carrera de arqueología y antropología en la UMSA, además de una interesante discusión sobre pensamiento decolonial y conocimiento situado en el relacionamiento de los proyectos de investigación arqueológica con las comunidades indígenas.

    En la primera sección el artículo de José Capriles y colegas enfatizan que la región alto andina fue una de las últimas en ser colonizadas por Homo sapiens en el periodo Pleistoceno. Su poblamiento estuvo restringido por la hipoxia atmosférica, el estrés por las bajas temperaturas y la reducida disponibilidad de recursos. Estos aspectos se discuten a la luz de los resultados de los análisis arqueológicos y geoarqueológicos de Cueva Bautista, un alero rocoso ubicado a 3933 msnm en el suroeste de Bolivia. El análisis se centra en una superficie de ocupación bien preservada que incluye fogones y artefactos líticos formatizados. Dicha superficie está datada (AMS) entre 12.700-12.100 AP. La resolución geoarqueológica del sitio apoya su integridad estratígráfica, y los análisis arqueológicos indican que la ocupación humana temprana fue el resultado de grupos de recolectores nómadas que emplearon una tecnología de optimización de los artefactos líticos y que utilizaron el lugar como un campamento temporal. Reconstrucciones paleoambientales de la región indican que la ocupación de Cueva Bautista tuvo lugar en condiciones bastante más húmedas de las que prevalecen en la actualidad y que su abandono se dio durante un subsecuente periodo caracterizado por un incremento en la aridez. Los hallazgos sugieren que los cazadores recolectores exploraron -aunque no colonizaron- la región alto andina durante el Pleistoceno Tardío y que una combinación de restricciones biológicas, conductuales y ambientales limitaron la ocupación permanente de este extremo ambiente. Actualmente Cueva Bautista es el sitio más antiguo sistemáticamente investigado en Bolivia.

    El artículo de Bernardo Rozo discute cuán dedicada puede ser una investigación en antropología para no solo lograr una comprensión de contextos de fuerte interacción entre humanos y no-humanos sino también dejarse educar por ellos. La formación académica coloca a los investigadores en un lugar muy particular para la construcción del conocimiento: el control, la prefiguración anticipada de un problema de investigación, la mejor objetivación posible. Así mismo, expone y analiza un proceso que, contrariamente a lo que recomiendan los manuales, enseñó al autor a lidiar también con acontecimientos no planificados ni prefigurados, poco anticipados, mucho menos deseados. Desde una crítica a su propia experiencia investigativa en el territorio indígena de Lomerío, y valiéndose del diálogo y la interacción con los habitantes de esos bosques, Rozo procura discutir medios relacionales con el bosque y, desde ahí, reflexionar autocríticamente sobre el tomar en serio no sólo lo que se nos dice en el campo acerca de la convivencia con entidades no-humanas, sino tomar en serio también al cuerpo como entidad inseparable del alma. Proponiendo algunas críticas a la etnografía clásica, incluida la suya propia, procura constatar que una mayor conciencia sensorial, como parece proponer el giro mul-tisensorial, no es suficiente si no viene calibrada por una conciencia acerca del cuerpo y su condición orgánica-anímica inseparable. Propone que el comprender los campos de agenciamientos no-humanos y multiespecie implican una reflexividad radical no antro-pocéntrica que permitiría redefinir qué es lo que realmente son los bosques, para asumir su verdadera complejidad.

    En la sección de avances de investigación María Virginia Sáenz plantea una aproximación epistemológica al quehacer antropológico. Sostiene que quienes se dedican a la Antropología creen entender lo que significa, qué es lo que busca comprender, cómo, y creen tener claro el porqué. Esto constituye un problema epistemológico. Si no se visualiza el ejercicio de ir más allá de lo inmediato, lo empírico, y realizar el análisis crítico para conocer y comprender "con rigor racional (lógico y lingüístico) y explicarlo con validez científica (experimental y práctica)", no habrá un alejamiento del conocimiento mal adquirido y del simple sentido común. La Antropología construye y describe su objeto de estudio recurriendo a la investigación científica, con parámetros que determinan la validez y profundidad de la argumentación. Se distinguen por la base de la estructura social donde se va a realizar la investigación, el contexto académico, el paradigma científico local, y una filosofía predominante. Estos componentes crean los primeros elementos epistemológicos que pueden llegar a convertirse en problemas, porque marcan a la Antropología como disciplina científica. También marcan su relación con otras y su manera de entender lo multidisciplinario que, en conjunto, conforman eso que llamamos Ciencia, cuyo principio básico señala que el conocimiento debería ser una herramienta que nos permita intervenir y transformar la realidad para llevarla a un grado superior de desarrollo, pasar de la Teoría a la Práctica con medidas oportunas, y construir modificando para beneficio de todos.

    El trabajo de Jimena Portugal discute aspectos clave del pensamiento decolonial y se propone la necesidad de un conocimiento situado en la investigación arqueológica en Bolivia, así como la búsqueda de nuevas fuentes para generar modelos alternativos de interpretación del pasado, entre las que destacan la etnografía y la historia oral. La autora plantea la "diversalidad" de modelos en la investigación arqueológica, en contraposición a los discursos hegemónicos mono-culturales que prevalecen en la interpretación de la historia de las sociedades prehispánicas en Bolivia y Latinoamérica.

    Finalmente el artículo de Jédu Sagárnaga discute las evidencias de objetos de metal en las tierras bajas de Bolivia, concluyendo que los habitantes de estas regiones, situadas al este de los Andes, no explotaron minas y tampoco produjeron objetos de metal. No obstante, el metal circuló en sentido Oeste-Este hasta lugares muy alejados, tal como se menciona en documentos coloniales. Recientes reportes de hallazgos de artefactos metálicos que fueron encontrados en Tierras Bajas del actual territorio boliviano ratifican esa evidencia.

    Agradecer a las personas involucradas en la edición de este volumen. A Claudia Rivera por la edición general del texto en cuanto a formato y estilo y por todo el seguimiento editorial de este volumen.