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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.18 n.1 La Paz  2017

     

    ARQUEOLOGÍA

     

    Cuatro nuevos fechados radiocarbónicos para
    torres funerarias del altiplano boliviano

     

    Four New Radiocarbon Dates for Burial
    Towers of the Bolivian Highlands

     

     

    Jédu Sagárnaga*
    * Arqueólogo, Docente de las Carreras de Arqueología e Historia, UMSA

     

     


    El objetivo principal de la presente entrega es la datación por radiocarbono de un total de cuatro muestras obtenidas en cuatro diferentes tumbas situadas en el altiplano, has tumbas en cuestión son del tipo conocido como chullpar o torre funeraria. Las mismas se obtuvieron de Cóndor Amaya (Municipio de Umala, Provincia Aroma) y de Mikayani (Municipio de Callapa, Provincia Pacajes), ambos ubicados en el Departamento de La Paz. Los resultados indican que el uso de Torres funerarias, data del Periodo Intermedio Tardío (c.a. 1.200-1.450 d.C), pero que esta práctica funeraria también fue adoptada por los Incas, cuando el altiplano estuvo bajo su régimen. Más tarde y a pesar que las tumbas de este tipo fueron prohibidas por los españoles, los indígenas continuaron construyendo torres funerarias, aunque de un tamaño y técnica constructiva más modestos que los precolombinos.

    Palabras clave: Chullpar, Pacajes, Carangas, Inka


    The main purpose of this research was the radiocarbon dating of a total of four samples obtained in four different tombs located in the altiplano (the Andean high plateau). The tombs in question are of the type known as chullpar or burial tower.

    These were obtained from Condor Amaya (municipality of Umala, Province Aroma) and from Mikayani (municipality of Callapa, Province Pacajes), both located in the Department of La Paz. The results indícate that the use of the burial towers dates back to the Late Intermedíate Period (1.200-1.450 AD), but that this burial practice was also adopted by the Incas when the altiplano was under their rule. Later, and despite the fact that tombs of this type were banned by the Spaniards, indigenous people continued building burial towers, although of a more modest size and building technique than the pre-Columbian ones.

    Keywords: Chullpar, Pacajes, Carangas, Inka


     

     

    En el Altiplano y valles de Bolivia (así como en países limítrofes) se hallan dispersas unas antiguas estructuras de adobe, de piedra o mixtas (adobe y piedra) llamadas chullpares o chullpas que fueron edificadas primero por los aymaras (en este caso pakasa) y más tarde por los inkas, e incluso durante la época de la Conquista europea (Rydén 1947, Condarco 1985, Ponce Sanginés 1993, Kesseli & Pärs-sinen 2005).

    En 1997, el autor de este informe reportó la existencia de un importante complejo arqueológico, compuesto por torres funerarias, en un área conocida como Huayllani / Cóndor Amaya (al que acá nos referimos solamente como Cóndor Amaya, castellani-zación de Kuntur Amaya).

    Pese a que, más tarde, se realizaron excavaciones en el lugar (con la ubicación de cementerios subterráneos), y que en el momento actual se están restaurando algunas de las torres, no se tienen fechados referidos específicamente a estas estructuras funerarias.

    De igual modo, a principios de 2015 nos tocó realizar un inventario de torres funerarias en el yacimiento de Mikayani, a unos 18 km. hacia el W de Huayllani / Cóndor Amaya, pero no se tenía fechado alguno del mismo.

    Por ello, la obtención de fechas absolutas referidas a estas antiguas tumbas en especial, y a cualquier yacimiento arqueológico boliviano en general, reviste de singular importancia.

     

    Toma de muestras

    En Bolivia, lastimosamente, no existe todavía un laboratorio de análisis radiocarbónico. Por ello, y dado los altos costos que se deben pagar a los laboratorios foráneos, se presupuestó el análisis de cuatro muestras. Esto implicó una elección cuidadosa de las torres a fecharse relativamente.

    Las cuatro muestras se recolectaron el 25 de octubre de 2014. A continuación, se despliega un cuadro de las torres elegidas, su localización y una breve descripción de las estructuras muestreadas (Tabla 1).

    Los criterios de selección, fueron los siguientes:

    La primera muestra (K.A. 001) se recolectó de la Tumba codificada por nosotros como 8 del sector que consignamos como III (Figura 2). Esta torre presenta un elaborado acabado, y es la única de todo el conjunto que muestra una coloración gris oscura. Por ello, y por la decoración pintada en el friso que bien puede compararse con las del río Lauca en Oruro, suponemos que su filiación es inka.

    La segunda muestra (K.A. 002) fue tomada de la Tumba 10 del mismo sector, que más bien presenta la coloración amarilla del suelo natural (Figura 3). Según nuestra hipótesis, las torres de este color, serían más tempranas, por su simplicidad y por su más deteriorado estado de conservación. Conjeturamos que fueron construidas en el Período Intermedio Tardío.

    La tercera muestra (K.A. 001) se tomó de la Tumba 13 del sector TV (Figura 4). Es la mejor conservada de un grupo de 4 pequeñas tumbas amarillas que también, presumimos, corresponden al Período Intermedio Tardío.

    La cuarta muestra (MK 001) fue tomada de la Tumba 39 de otro lugar distante aproximadamente a 18 km hacia el Oeste de Cóndor Amaya (Figura 5).

    Este sitio, Mikayani, fue inventariado a principios del año 2014, en el marco del mismo proyecto que en este acápite se refiere a los fechados radiocarbónicos. En el proceso de investigación, se recolectó algún material cerámico de superficie. Salvo un par de fragmentos "sospechosos", no se tiene material inka. Esto hace suponer que la ocupación inka en Mikayani, no fue importante y, por tanto, todas las torres allí existentes (se contabilizaron 40), deben corresponder al Período Intermedio Tardío.

    En los cuatro casos, el material colectado fue paja brava (Stipa ichu) que fue tomada de los antiguos adobes usados en la construcción de las torres. Hace varios años, fue el material privilegiado por Kesseli y mi persona para fechar otros chullperíos (como el de Qiwaya).

    El protocolo incluyó el uso de guantes de látex, pinzas metálicas y recipientes esterilizados de plástico, etiquetados de acuerdo a los códigos que son la abreviación de los yacimientos ("K.A.", para Cóndor Amaya, y "MK", para Mikayani).

    Para el envío de nuestras muestras al país del norte, recabamos un Certificado de Exportación del Ministerio de Culturas a través de la Unidad de Arqueología y Museos. Se llenaron con prolijidad los formularios requeridos por el laboratorio y también se embalaron meticulosamente los frascos1.

     

    Análisis de laboratorio.

    Se trabajó con uno de los más confiables laboratorios de los Estados Unidos: El NSF Arizona AMS Facility del Departamento de Física de la Universidad de Arizona.

    Este laboratorio está dedicado principalmente a la medición de radiocarbono. Las muestras son enviadas al mismo por científicos de todo el mundo. Una muestra típica se trata previamente, convirtiéndola en dióxido de carbono, para luego calcular su edad radiocarbónica.

    La limitación de la técnica original de Willard Libby (Inventor del sistema de data-ción por C-14 en 1949) fue la cantidad más o menos grande de muestra requerida (algunos gramos de carbono). Esta limitación fue superada por el desarrollo de la espectrometría de masas (AMS).

    Las medidas se hacen tradicionalmen-te contando la desintegración radiactiva de átomos individuales de carbono por recuento proporcional gaseoso o por recuento de centelleo líquido, pero estas dos técnicas son relativamente insensibles y están sujetas a grandes incertidumbres estadísticas cuando las muestras son pequeñas (menores de 1 g de carbono). Si hay poco carbono al comenzar, un periodo de semi-desintegración que dura mucho significa que solo unos pocos átomos se desintegran mientras se intenta su detección (4 átomos/s)/mol tan solo después de la muerte, de este modo, por ejemplo 1 (átomo/s)/mol después de 10 000 años)2. La sensibilidad ha sido incrementada usando técnicas basadas en la mencionada espectrometría de masas, donde todos los átomos de C-14 pueden ser contados directamente, no solamente aquellos que se desintegran durante el intervalo de recuento asignado para cada análisis. La técnica de AMS permite datar muestras que contienen tan solo unos pocos miligramos de carbono (Wikipedia).

    Uno de los primeros instrumentos de medición se construyó en la Universidad de Arizona en 1981, como un proyecto conjunto entre los Departamentos de Física y Ciencias de la Tierra. Desde entonces el número total de muestras de radiocarbono procesados en el laboratorio se está acercando a 60.000. El número de análisis ha aumentado constantemente. La adición de un segundo instrumento AMS en 2000 trajo la instrumentación actualizada y ampliada de sus capacidades analíticas.

     

    Resultados

    En el proceso, el laboratorio norteamericano tuvo problemas técnicos. Finalmente, el 28 de abril de 2015 llegaron los resultados que se sintetizan en la TABLA 2:

    Adicionalmente, el Dr. Greg Hodgins del laboratorio estadounidense, tuvo a bien hacer un Modelo Bayesiano con nuestros datos, tomando en cuenta la curva de calibración del Hemisferio Sur. Supuso que los cuatro fechados correspondían a una misma fase, aunque, como ya se ha dicho, suponíamos que se referían a dos y resultó -como se verá- que incluso pueden ser tres las fases reflejadas.

    De cualquier manera, incluimos los gráficos elaborados por Hodgins donde se presume un comienzo y un final para la fase en estudio (Tabla 3, Figura 7).

    Promedio de nuestros fechados individuales calibrados:

    La primera fecha es satisfactoria, pues es la más antigua de las cuatro y se refiere a Mikayani, yacimiento que -como se ha dicho- parece mostrar ausencia inka, por lo que sus estructuras funerarias deben referirse a un período previo (en este caso, Período Intermedio Tardío).

    Las siguientes dos fechas, en cambio, aluden al siglo XV en que se presume la ocupación inka del altiplano. Según estos fechados, estas dos torres de Cóndor Amaya (8 y 10) habrían sido edificadas durante el Horizonte Tardío.

    Dicho sea de paso, la Tumba 10 tiene fechados muy parecidos a la 8, lo que las hace plenamente contemporáneas.

    El fechado que trastocó totalmente nuestras iniciales presunciones, es el de la Tumba 13 que presumíamos más temprana que las otras dos por su muy mal estado de conservación y sus pequeñas dimensiones (ya que se trata de una tumba individual), pero que sin embargo aparece como bastante más tardía. Según los datos obtenidos, casi un siglo separa la 8 de la 13. Es más, el extremo superior del rango de fechas de esta torre marca 1.614 d.C, es decir, ya en plena ocupación española. Es probable, entonces, que las prohibiciones que recibieron los indígenas impidiéndoles proseguir con sus prácticas inhumatorias en estas torres, les obligaron a hacerlas más pequeñas y sencillas previendo, en todo caso, la desaparición definitiva de la antigua práctica.

    Al respecto hay que señalar que Ponce Sanginés fue el primero en obtener algunas muestras para fechados radiocarbónicos de tumbas altiplánicas. En 1957 habría estado en el sitio de Salla publicando al año siguiente los resultados de esa visita (Ponce 1958). Aunque en la publicación hace alusión al método desarrollado por Libby, no menciona haber recolectado muestras y menos publica fechado alguno. Al año siguiente (Ponce 1959), publica otro artículo esta vez referido al sitio de Totora. Allí dice haber recolectado alguna muestra para su análisis por C-14, pero no se consignan resultados, por lo que se colige que no se procedió con el análisis. Recién en 1960 una muestra de Salla y otra de Kanasa pudieron ser analizadas. El fechado que llamó FRB-36 (datada en marzo de 1960 en el laboratorio de la Universidad de Ann Arbor, Michigan), arrojó el fechado de 410±150 antes del presente, equivalente a 1.55O±15O d.C, aunque el propio Ponce propone otra calibración que resultaría en 1.528 d.C. momento ligeramente previo a la llegada de los españoles. La muestra provenía de un chullpar de Salla

    El fechado FRB-37, proveniente de una torre funeraria de Kanasa (provincia Carangas) datada en el mismo laboratorio, brindó 175±15O antes del presente, cifra equivalente a 1.775 d.C, es decir, en pleno período colonial hispánico. Con la corrección se fecharía en 1.650 d.C. En cuanto a Totora, tal parece que la muestra allí obtenida nunca fue sometida al escrutinio radiocarbónico.

     

    Disquisiciones

    La datación absoluta referida a torres funerarias del área centro sur andina, es todavía escasa.

    Durante el Horizonte Medio, los entierros eran subterráneos. En Tiwanaku, por ejemplo, se han encontrado cámaras muy elaboradas que podrían ser tumbas de gente de la élite, pero siempre subterráneas.

    Las torres funerarias aparecen tras el ocaso tiwanakota y con el advenimiento de una nueva Formación Social que algunos autores designan como Señoríos de habla aymara y otros prefieren designar como Desarrollos Regionales Tardíos. En todo caso, quienes ocuparon esta región en aquel momento, según el dato etnohistórico, fueron los pakasa o pakaje.

    Hoy se tiene como cierto que los inkas conquistaron el altiplano boliviano en el s. XV, pero no desdeñaron el tipo de entierro aymara y que, por el contrario, se apropiaron de él. Mejoraron las técnicas constructivas y trataron de embellecer las torres aumentando su tamaño e incorporando elementos decorativos externos.

    Una dificultad estriba en discriminar, hoy en día, qué tumbas corresponden a qué período. Una ayuda efectiva, sin duda, es el establecimiento de fechas absolutas; tema que precisamente nos ocupa ahora.

    Uno de los aspectos más llamativos podría resultar de observar que las fechas hasta ahora obtenidas, parecen indicar que las tumbas más antiguas son las más meridionales, mientras que las más modernas estarían hacia el norte.

    Aldunate y Castro, ya a principios de los '80, obtuvieron dos fechas por termolumi-nicencia referidas a torres del Loa Superior (Chile). Las mismas señalan una antigüedad promedio de 940 años d.C. y 900 d.C. respectivamente. Por su parte, Patrice Lecoq informó que las tumbas por él fechadas en el área intersalar (entre Uyuni y Coipasa) estarían ubicadas en el tiempo entre los siglos XII y XIV d.C.(Cit. por Pärssinen 1993: 18).

    También en Bolivia, la misión arqueológica boliviano-finlandesa, que inició actividades en 1988, obtuvo varios fechados referidos a chullpares algunos de los cuales comentamos a continuación.

    Los colegas finlandeses Kesseli & Pärssinen señalan que la torre 8 de Caquiaviri (de Quimsa Chullpa en el cerro Huaraca) arrojó la fecha radiocarbónica 340±60 AP (c.a. 1610±60, siglo XVI o finales del siglo XV) (2005: 386).

    También obtuvieron dos fechas radio-carbónicas AMS de las torres funerarias de Qiwaya (o Quehuaya). La primera muestra provenía del sector oeste (C) del chullpar C-17 excavada, y la segunda del sector este (A), chullpar A-69. Las muestras de pasto (paja, en realidad) fueron tomadas de la argamasa arcillosa de la pared de la cámara. La primera muestra (Ua-16831) arrojó un resultado de 625±80 y la segunda (Ua-16830) 650±65 que corresponden a las fechas calibradas de AD 1303-1361 ó 1379-1421 y 1302-1363 ó 1378-1402 (1 sigma), respectivamente. O sea que las tumbas de Qiwaya habrían sido construidas en el s. XIV d.C. (Kesseli & Pärssinen 2005: 390-391).

    En cuanto a Kulli Kulli, una de las mayores concentraciones de torres en el altiplano, se habrían tomado muestras de tres chullpas en el sitio principal. La primera proviene de la esquina noroeste del sitio. La muestra Ua-2901 dio un resultado de AP 720 ±80, cal d. C. 1264 (1291) 1389. La segunda muestra Ua-2902 provenía de la chullpa ubicada en el centro del sitio principal y databa AP 770±75, cal d. C. 1220 (1279) 1297. La tercera muestra viene de la chullpa ubicada en la esquina sureste del sitio principal. La datación para la muestra Ua-2903 es AP 570±85, cal d. C. 1304 (1407) 1439. Las dataciones sugieren que las chullpas más antiguas del sitio Kulli Kulli son aquellas situadas en el centro del sitio principal, mientras que las menos antiguas están en los alrededores del cementerio. También es posible que el sitio Kulli Kulli haya alcanzado su extensión actual ya antes de producirse las conquistas incas en este territorio (Kesseli & Párssinen 2005: 392).

    Se colectaron, asimismo, tres muestras ra-diocarbónicas de las chullpas de Pirapi. Dos fechas provienen de las chullpas de piedra en Cerro Pirapi Chico y una de la chullpa de adobe no lejos de las primeras. La primera muestra se habría tomado en la pared de la cámara de estilo Cuzco de la chullpa redonda de piedra que está situada en la cima de Cerro Pirapi Chico. Es la chullpa más grande en el sitio. La fecha obtenida señala el s. XIV.

    La segunda muestra fue tomada en la chullpa cuadrangular de piedra tallada, situada a unos 100 m al sureste de la chullpa grande al pie de Cerro Pirapi Chico. La muestra de pasto (Ua-2905) extraída de la argamasa de la cámara sugiere que la torre rectangular fue construida entre 1436 y 1520, es decir, en tiempos incas.

    La tercera muestra fue tomada de la muy derruida y erosionada chullpa semi-rectan-gular de adobe (única de su tipo en el sitio), situada sobre una ladera ligeramente inclinada, a unos 200 m al noreste de la chullpa mayor en Pirapi Chico. La muestra de pasto (Ua-2906) obtenida de la pared de la cámara arrojó la fecha calibrada AD 1417 (1437) 1459 (Kesseli & Pärssinen 2005: 395-396).

    Para la datación radiocarbónica en Jachapasa se tomó una muestra de paja de la argamasa de una chullpa de piedra tallada. Según el análisis efectuado en el laboratorio Angström de la Universidad de Uppsala, Suecia, la muestra identificada con el código Ua-23823 arrojó la fecha 605±40. La fecha corresponde a los años calibrados 1323-1346 ó 1390-1418. En base a este resultado, la fecha más probable de construcción de la chullpa se ubica el siglo XIV (Kesseli & Pärssinen 2005: 397).

    En cuanto a los chullpares que estos autores denominan "tipo inca", se procedió a la datación de la chullpa redonda de piedras poligonales al estilo «Inca Rústico» en el sitio de Chosi Kani de Anantuco; así como de la chullpa grande de Markiviri (Catacora). La primera muestra (Ua-23824) arrojó la fecha AP 595±50, demostrando que pertenece a la misma época que la chullpa cercana de Jachaphasa, es decir, al siglo XIV o las primeras décadas del siglo XV (1323-1346 ó 1390-1428 d. C. La fecha apoyaría su hipótesis de que el estilo se originó en el altiplano boliviano ya en tiempos preincaicos. No obstante, la chullpa grande de Markiviri, situada al lado del tambo incaico, da la fecha AP 305±40 que corresponde a los años calibrados AD 1510-1551,1559-1575,1622-1654Ó 1658-1666. Esto significa que la tradición de construir chullpas de piedras talladas «tipo Inca» continuó hasta finales de la época Inca e incluso hasta inicios de la época Colonial (Kesseli & Párssinen 2005: 399). El fechado de Kanasa obtenida por Ponce (de 1.650 d.C.) es una cifra muy parecida a la de 1.614 d.C. que obtuvimos nosotros en una de las torres de Cóndor Amaya. También se parecen los fechados de Markiviri y Caquiaviri. Todas ellas corroborarían el hecho de que la construcción y uso de este tipo de tumbas se realizó aún después de la intromisión ibera.

    En general, los fechados obtenidos por los colegas finlandeses, ofrecen un cuadro heterogéneo, todavía no muy fácil de interpretar, pues el material o la técnica constructiva no están en directa relación con la mayor o menor antigüedad de las construcciones.

    En todo caso, tanto sus fechados como los nuestros son compatibles y demuestran que la edificación de torres funerarias se inició antes de la llegada de los inkas (en el Período Intermedio Tardío), y se mantuvo hasta algo avanzada la conquista hispana de esta parte del continente.

     

    Agradecimientos

    La presente investigación fue posible gracias al apoyo financiero otorgado por la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia, dentro de su programa "Fondos del Embajador" (FEDERAL ASSISTANCE SF-424 /S-BL400-14-GR135) al cual accedió SCIEN-TIA CONSULTORÍA CIENTÍFICA gracias a un certamen público.

    Por ello queremos expresar nuestro agradecimiento a la Embajada de los Estados Unidos por su solidaridad para con el pueblo boliviano y su preocupación por nuestro patrimonio cultural.

    Asimismo queremos agradecer a la Dra. Allison Davis quien nos contactó con el laboratorio de la Universidad de Arizona. A los Doctores Mitzi Demartino y Greg Hodgins. Especialmente este último tuvo la gentileza de elaborar unos cuadrso explicativos que hacen más comprensible la cronología de las muestras.

    Al Arql. Julio Ballivián, en ese momento Jefe de la Unidad de Arqueología y Museos que posibilitó la evacuación del Certificado de Exportación (MCDyT/D.G.PATC./ UDAM-N° 001/2015 de fecha 27/01/2015).

    Al Arql. Javier Méncias que coadyuvó con el llenado de los formularios requeridos por el laboratorio, comentó los resultados y tuvo la gentileza de leer nuestros borradores formulando estimables sugerencias.

    A Gabriela Delgadillo y Fernando Finot quienes coadyuvaron con nosotros en los Estados Unidos, para hacer factible el pago por los servicios al laboratorio mencionado.

    A Fabiola Ibarnegaray, de la Embajada de los Estados Unidos, por la impecable Coordinación en el Proyecto, y a María Tersa Requena por el valioso apoyo administrativo.

     

    Referencias Citadas

    Condarco Morales, R. 1985 Atlas Histórico de Bolivia. La Paz.        [ Links ]

    Kesseli, R. & M. Pärssinen 2005 Identidad étnica y muerte: torres funerarias (chullpas) como símbolos de poder étnico en el altiplano boliviano de Pakasa (1250-1600 d. C.) En Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos 34 (3): 379-410.        [ Links ]

    Pärssinen, M. 1993 Torres funerarias decoradas en Caquiaviri. En Pumapunku Nueva Época N° 5 y 6: 9-31. La Paz, junio-octubre. Ponce Sanginés, C.

    Pärssinen, M. 1958 Investigaciones Arqueológicas en Salla. En Khana, Nos. 27-30, pp.6-32. La Paz.        [ Links ]

    Pärssinen, M. 1959 Las tumbas de adobe de Totora. En Khana, Nos. 33-34, pp.38-58. La Paz.        [ Links ]

    Pärssinen, M. 1993 Investigaciones arqueológicas en Salla y Totora. En Pumapunku (Nueva Época), Año 2, Nos. 5 y 6, pp. 88-161. Producciones CIMA. La Paz.        [ Links ]

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    Sagárnaga, J. 2007 Allí donde yace el Cóndor: Generalidades en torno a la localidad arqueológica de Wayllani / Kuntur Amaya. En Chachapuma, Revista de Arqueología Boliviana, N°3: 5-22. La Paz, junio.        [ Links ]

    Sagárnaga, J. 2015 Inventario de las Torres Funerarias de Mikayani, documento presentado a la Embajada de los Estados Unidos. La Paz, marzo.        [ Links ]

     

    Notas

    1 El envío de los mismos se hizo vía el Courier el 10 de enero de 2015

    2 Lab. NSF Arizona AMS Facility