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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.18 n.1 La Paz  2017

     

    ARQUEOLOGÍA

     

    Investigaciones arqueológicas realizadas por Maks Portugal Zamora
    en el montículo de Chiripa: algunas interpretaciones sobre los hallazgos

     

    Archaeological Research conducted by Maks Portugal
    Zamora on the Chiripa Mound: Some Interpretations of the Findings

     

     

    Jimena Portugal Loayza*
    * Docente titular de las Carreras de Antropología y Arqueología y coordinadora del
    Observatorio de Patrimonio Cultural Arqueológico (OPCA)- Universidad Mayor de San Andrés.
    Email: jportugal.arq@gmail.com

     

     


    Se presenta información inédita sobre las excavaciones realizadas en 1940 por Maks Portugal Zamora en el sitio Chiripa. Además de contextualizar históricamente estas investigaciones y conocer la participación de diferentes actores sociales en los eventos alrededor de las investigaciones, se da a conocer interpretaciones sobre diferentes aspectos derivados de los hallazgos de la investigación, como la relación de los antepasados con la producción y bienestar de la comunidad, la decapitación como parte del ritual destinado al culto a la fertilidad, diferencias sociales, de género y ocupación a partir de las evidencias de los entierros.

    Palabras clave: contextualización, prácticas mortuorias, diferenciaciones sociales, rituales propiciatorios


    Unpublished information is presented on the excavations of Maks Portugal Zamora carried out in 1940. In addition to historically contextualizing these investigations and know the participation of different social actors in the events surrounding the research, interpretations on different aspects derived from the research findings are made known, such as the relation of the ancestors to the production and welfare of the community, decapitation as part of the ritual destined to the cult offertility, social differences, gender and occupation from the evidence of burials.

    Keywords: contextualization, mortuary practices, social differentiations, propitiatory rituals


     

     

    Casi nunca nos detenemos a pensar en el contexto y las condiciones en que las investigaciones arqueológicas se realizaron en el pasado, pero es importante tener en cuenta los acontecimientos históricos en los que se desarrolla la labor del investigador, así como sus motivaciones y las posibilidades o dificultades con las que se hace investigación.

    Matthew Johnson (2000:207) afirmó que la arqueología no se hace en el vacío, ya que la manera de proceder en el trabajo arqueológico esta enmarcada en relaciones sociales y políticas. Así mismo, Cristóbal Gnecco (2008:28-29) criticó a una arqueología que, basada en una supuesta objetividad, universalidad y exterioridad, aparece como una práctica neutra y autocontenida, invisibi-lizando al sujeto representador; más bien plantea una arqueología con distintos niveles hermenéuticos del individuo representado/ representador, donde se enfrentan memorias hegemónicas y disidentes. Por tanto, la arqueología es "siempre una forma de hacer política y una manera de comunicar valores morales." (Shanks y Tilley 1987: 212).

    En éste artículo comenzaré comentando algunos de los acontecimientos que estuvieron alrededor de los hallazgos realizados por Maks Portugal Zamora en el montículo de Chiripa en 1940. En una segunda parte, presentaré los resultados de su investigación a partir de informes inéditos y publicaciones en prensa, utilizando en gran medida información textual del indicado investigador. Finalmente, se realizarán algunas propuestas de interpretación respecto a los hallazgos descritos.

     

    Contextualización

    El Ministerio de Educación y Bellas Artes encomendó la realización de estudios arqueológicos en algunas zonas de la península de Taraco (departamento de La Paz), a los por entonces, Directora e Inspector del Museo Nacional de Arqueología: Sra. María Luisa Sánchez Bustamante de Urioste y Maks Portugal Zamora, respectivamente. Como parte de los estudios encomendados, se realizaron excavaciones arqueológicas en el montículo de Chiripa (Portugal Ortiz 1998:33).

    Existe una aparente discordancia respecto al año en que se realizaron estas excavaciones. Algunos investigadores indican que se efectuaron en 1937 (Bandy 1999:12; Cordero 1955?: fs. 2), sin embargo, el informe de Portugal sobre sus excavaciones en Chiripa fue entregado al Ministro de Educación y Bellas Artes, Gustavo Adolfo Otero el 16 de Octubre de 1940 (Portugal Zamora 1940a). Otros tres artículos de prensa confirman el año para dicha investigación (Portugal Zamora 1940b y 1940c; La Razón 1940). Los dos primeros referidos a avances del trabajo realizado en Chiripa y el último una nota periodística sobre las repercusiones de los hallazgos de las excavaciones. Por tanto, en base a la documentación publicada e inédita referida a las excavaciones en Chiripa queda claro que fueron realizadas el año 1940.

    Para ese entonces, aún en Bolivia no se había desarrollado la Reforma Agraria (misma que se dio en 1953). En varias zonas del Altiplano boliviano estaban asentadas fincas o haciendas. La finca de Chiripa pertenecía por entonces a la Sra. Hortensia de la Peña vda. de Iturralde.

    Los eventos alrededor de las excavaciones fueron de contraste.

    "...la amabilidad de la señorita Sara Peña, hermana de la propietaria hizo que nos quedáramos a trabajar en el morro..." (Portugal Zamora 1940c:5).

    Los primeros hallazgos de piezas de oro, hicieron cambiar la inicial amabilidad por presión para que se concluyan los trabajos de la comisión. Más adelante, en un artículo de prensa se puede conocer las acciones tomadas por la propietaria respecto a los hallazgos encontrados en su propiedad:

    "La propietaria ha iniciado un juicio al Ministerio, pidiendo la restitución de los valores encontrados o la indemnización de los mismos..." (Periódico La Razón, 1940:5).

    Tal solicitud fue rechazada por instancias judiciales: "El Ministerio ha desestimado tal reclamación apoyándose en el dictamen del fiscal de gobierno, que se pronuncia contra la demanda de la propietaria." (Ibid.).

    Con la siguiente cita de la prensa se sintetiza, como los hallazgos de oro provocaron un cambio de actitudes sobre el sitio arqueológico por parte de los dueños de la hacienda y en consecuencia una reacción de parte del Estado:

    "Hace algún tiempo, la misión Bennett... dejó un informe en el que aseguraba que en la hacienda Chiripa debía haber con seguridad riquezas arqueológicas enterradas..."

    De entonces a esta parte, ni la propietaria del inmueble, ni el gobierno tomaron en cuenta las recomendaciones de la misión Bennett, es así que los tesoros, si los había, no atrajeron la codicia de nadie" (Periódico La Razón 1940:5).

    Portugal Zamora, a su vez, denuncia la destrucción del montículo, particularmente del área donde excavó Bennett, refiriéndose a la importancia del sitio para la historia y la investigación arqueológica:

    "Los datos publicados por el doctor Bennett, son importantísimos y, creo que una de las particularidades de éste morro constituyen las "casas"...que por distintas razones tienen gran importancia en la arqueología nacional. Es un caso desgraciado para nuestro país, que tienen leyes que protegen estos monumentos, el que se hubieran destruido los descubrimientos del doctor Bennett, y ahora, sólo conoceremos a través de sus planos y fotografías...los restos del bandalaje en su pared del lado este y los documentos fotográficos que tenemos demostrarán este atentado a la Ley del Monumento Nacional, es triste decirlo ha desaparecido el ángulo noroeste del morro, quedando destruidos los importantes hallazgos del arqueólogo Bennett." (Portugal Zamora 1940c: 2).

    A propósito de este ejemplo, se puede percibir cómo era la actitud de los diferentes actores sobre el patrimonio arqueológico entonces, las decisiones y acciones que toma cada parte respecto a la propiedad de los hallazgos de la misión. Las excavaciones realizadas en 1940, muestran la contradicción respecto al papel del Estado boliviano como protector del patrimonio arqueológico y la visión de los hacendados de esa época, que veían los sitios arqueológicos como parte de su propiedad. Los comunarios no aparecen como interlocutores, lo cual puede explicarse por el poder que tenían los hacendados sobre las tierras y las personas que ocupaban las fincas; como dato complementario el pongueaje es abolido recién 6 años después. Esta también el papel del investigador, quien mediante la prensa e informes, denuncia el saqueo y la destrucción de los sitios arqueológicos e intenta sensibilizar al público y a las personas que toman decisiones en torno a la valoración de estos, su posición y accionar resultan importantes en torno a la definición del problema.

     

    Las excavaciones y los hallazgos

    Las excavaciones se realizaron en la esquina noreste del montículo (Figura 1 y 2). El sitio es denominado Oqorani por los pobladores de Chiripa y el montículo Nigro Khontu Pukara (Portugal Zamora 1940c). El inicio de las excavaciones fue el hallazgo de un entierro profanado:

    "Por la esquina noreste del morro...en ella encontramos un boquete, siendo éste sitio el comienzo de nuestras excavaciones, allí se encontraron algunas tumbas de enterramientos posteriores y realizando un sondeo en el sitio se encontró una cámara trabajada en piedra, la que en fecha anterior fue violada, quedando únicamente el boquete que denunciaba su construcción, esta cámara esta marcada con el N°4 en el plano...se puede observar la hornacina que estaba destinada a guardar un ceramio." (Portugal Zamora 1940c:2).

    Delante de la cámara N°4, se encontraron restos de un entierro, el individuo se encontraba con los brazos extendidos, asociada se encontró una plaquita de oro y un fragmento de cerámica incisa.

    La tumba de los amantes.-

    Uno de los hallazgos más importantes es la denominada tumba de "los amantes" (Figura 2 y 3):

    "...después de paciente investigación se dio con el hallazgo de la tumba N° 5, intacta, el techo de ella se encontró hundido, por haberse partido por la mitad las lajas que la cubrían; el lado norte de la tumba tiene una pequeña hornacina donde se encontró acomodada una cerámica entera, contiene restos de alimentos (...) esta tumba la denominamos de los dos amantes, fue sugestivo encontrar enterrados dos muertos, uno corresponde a hombre adulto y otro a mujer joven, ella tenía en el lugar correspondiente al pecho un cajoncito de forma casi ovoide en la base, trabajado en lámina delgadísima de oro, el interior parece contener flores aromáticas, falta el análisis de esta materia (...) El hombre llevaba sobre el cráneo y en la región parietal izquierda dos plaquitas de oro (...) al costado derecho del muerto se encontró una cerámica entera..." (Portugal Zamora 1940c:2).

    La cual era una "...vasija, lebrillo de base roma...decorada sobre rojo a líneas grises y negras" (Ibid.). También se menciona en asociación el hallazgo de una piedra de forma ovalada y pintada en rojo.

    Las paredes de una gran habitación.-

    Las excavaciones también dieron como resultado la identificación de una estructura (Figuras 3 y 4) similar a las identificadas por Bennett(1936):

    "Prosiguiendo cuidadosamente la excavación hacia el sur de la anterior tumba, encontramos la pared noreste, de lo que más tarde resultó una habitación, semejante a la encontrada por el Dr. W.C. Bennett (1936) (...) Cerca al ángulo norte se encontró parte de una alacena de forma cuadrángulo, la profundidad no era posible calcular en vista de que la mitad de la pared había sido cortada en tiempos anteriores. La particularidad de esta alacena que se encontraba llena de restos de pez, del mismo tamaño que la boga. Los investigadores conocen que los campesinos lacustres saben varios procedimientos para momificar el pez, en lengua colla, se dice papi, que después de extraída la tripa se somete a un cocimiento en piedras calientes; después secado al sol con sal, así se mantiene un tiempo relativamente apropiado para trasladar de una región a otra, para el trueque con otros productos o se guarda para comer en lejana oportunidad.

    Envolviendo estos restos se logró constatar la existencia de un tejido de color blanco, tal vez un manto enterrado junto con los peces momificados, no se trataba de restos de cocina o de comida, sino que los esqueletos y cabezas de cada pescado se encontraban intactos (...) al fondo se encontraron huesos de llama y restos de pintura roja sobre amarillo.

    Poco después se halló el ángulo norte de la habitación" (Portugal Zamora 1940d: fs. 4-5).Este hallazgo se realizó a partir de una trinchera diagonal que pasaba por el límite del llamado "templo" por Bennett, luego de algunos días de excavación se logró conocer que la estructura era de 6,70 m por 4,40 m, de planta rectangular. Se encontraron:

    "... dos "trojes" en el lado noroeste (Figura 4), a los que se llegan por unas aberturas que semejan ventanas, las que están ornamentadas por una decoración en bajo relieve (...) La jamba y dintel forman un signo escalonado, estaban pintados en rojo "haciendo una capa muy delicada" (Figura 6).

    La pared sudoeste dio por resultado el hallazgo de la puerta de entrada, la misma que lleva al centro de las paredes un hueco para puerta corrediza..." (Figura 7) (Portugal Zamora 1940a: 2).

    La descripción de la estructura excavada informa sobre características comunes y diferenciales con las anteriores estructuras excavadas por Bennett, además de dar nueva información sobre las características constructivas como es la realización de paredes con "greda amasada", misma que es mezclada con cantos y cascajo (Ibid.) y el uso de puerta corrediza (Figuras 5 y 7).

    Las tumbas debajo de la estructura.-

    El piso de la "casa" era uniforme, de greda y de color rojizo (Ibid.). Debajo del suelo de la "casa" se encontraron cuatro tumbas:

    La enumerada como N°7:"...laja con hueco al centro, que tapaba el entierro". (Portugal Ortiz 1998: 35).

    "...la cuidadosa exploración arrojó un trabajo precioso en piedra de color azul, la que según mi parecer corresponde al gancho de una estólica, al lado de esta pieza única, se encontraron restos de hilos blancos...el cráneo corresponde a un hombre joven, esta muy destruido por la humedad del terreno. " (Portugal Zamora 1940c:2).

    La tumba N° 8 contenía restos muy pulverizados y el único hallazgo fue de una piedra ovalada pintada en rojo.

    "Al lado de la anterior tumba y muy pegado a su pared, correspondiente al lado este" (Ibid.) se encontró restos de un entierro sin ajuar. Se trata de un entierro que no cuenta con cámara funeraria, se encuentra entre las tumbas 8 y 9 y está dibujado en el plano presentado en la figura 3.

    "La tumba N° 9, corresponde a una pequeña cámara de forma cuadrilátera, cubierta por una laja bien trabajada, creo corresponda al entierro de un párvulo, se encontró en ella una pequeña cinta de oro, el trabajo de la tumba es de forma muy regular." (Ibid.).

    Finalmente, la tumba N°10 "...trabajada muy pobremente, cubierta por tres lajas colocadas a cierta distancia una de otras" (Ibid.), en asociación estaba un ornamento trabajado en oro encontrado sobre el cráneo.

    Los resultados de la investigación de Portugal Zamora ofrecen importantes datos para la arqueología de Chiripa, tanto para las edificaciones alrededor del templo, como para para las costumbres mortuorias. A continuación se plantean algunas interpretaciones de algunos de estos resultados de investigación.

     

    Interpretaciones y comparaciones

    El uso de información etnográfica y etno-histórica en arqueología tiene el objetivo de formular preguntas sobre la forma en que se interpreta el registro arqueológico (Lange-baek 2006:218). Ésta estrategia de investigación posibilita producir una arqueología más crítica y menos sesgada culturalmente, dando alternativas de interpretación a los modelos occidentales, generalmente utilizados en arqueología (Politis 2004: 91 y 97). Por tanto, el uso de modelos de la etnografía o etnohistoria andina, en el presente artículo, no tiene el objetivo de buscar estructuras arquetípicas universales (Levi Strauss 1968), ni plantear una continuidad en los contenidos simbólicos e ideológicos de la religiosidad y cosmovisión andinas, pues sería dejar de ver el impacto de la conquista y colonia en la historia andina, más bien el interés es contrarrestar la presunción de asumir como universales modelos o patrones de comportamiento occidentales contemporáneos (Langebaek 2006: 236; Londoño 2006: 176).

    Así mismo, el registro arqueológico depende de la construcción simbólica de la realidad, de la cosmovisión de sus generadores (Politis 2004:103). Se enfatizan los objetos y situaciones como símbolos, siendo que un significado directo o primario designa a otro indirecto, secundario y figurativo (Hodder 1982: 11).

    A partir de los resultados de las excavaciones de Portugal Zamora se harán algunas propuestas respecto a las características de la sociedad chiripense.

    Los antepasados, el almacenamiento en templos semisubterráneos y el culto a la fertilidad.-

    Karen Mohr (1988) señala que la función de almacenamiento de los compartimientos periféricos de las "casas" fue ya sugerida por Bennett (1936) cuando encuentra quinua en uno de los cofres y en el piso de la estructura 1, al mismo tiempo, éste último autor, interpreta como "casas" las estructuras del montículo de Chiripa.

    Portugal Zamora (1940d: 4-5) comprueba la función de almacenamiento de dichos compartimentos al evidenciar la existencia de una alacena (Figura 3) conteniendo cantidad de pescados envueltos en un textil de color blanco y huesos de llama. En otras publicaciones el mismo autor (1940b y 1940c) se refiere a "trojes", cuando describe estos espacios circunscritos por doble pared de la estructura excavada (Figura 4).

    Karen Mohr (1988) plantea una serie de rasgos de las estructuras, que le hacen pensar que no se trataba de casas domésticas ordinarias, como el cuidado en el acabado de las mismas, además de la decoración especial para el ingreso a los espacios inter-pared. Al respecto, Portugal Zamora (1940c) describe la ornamentación en bajo relieve de la jamba y dintel de los nichos -ventana, formando el signo escalonado y pintados con una delgada capa de color rojo (Figura 6), igualmente el piso de greda roja y en la pared sudoeste la puerta con indicios de ser corrediza por el hueco dejado al centro de las paredes (Figura 7). Las estructuras 1 y 5 muestran que la puerta corrediza tenía dos paneles, lo cual hace pensar en la recepción o distribución a través de la puerta estando el segmento inferior cerrado (Mohr 1988). Habría que pensar también en la posible función de ventilación de esta doble puerta, considerando que las estructuras no contaban con ventanas hacia el exterior. Esta autora también calcula que un 57% del área de las estructuras estaría destinado al almacenamiento y sugiere la posibilidad de realización de fiestas o asambleas en el área del montículo por los restos de ollas con tizne y restos de comida en y alrededor de las "casas".

    Un caso proveniente de la etnografía de Carangas (departamento de Oruro) resulta interesante por la presencia común de características, es decir, la existencia de compartimentos para almacenar productos en un espacio religioso (en éste caso un templo católico) en el pueblo de Sabaya. La iglesia situada en la plaza es lugar de celebración de fiestas y rituales:

    "Contra el ábside del templo (...) se encuentra cerrado un gran cofre de piedra: el camarín, dividido en dos compartimentos (...) El camarín guarda varios ingredientes rituales y semillas de los productos que se cultivan en la comunidad. Estos son traídos por los comunarios de los cuatro ayllus y se renuevan cada tres años" (Riviére 1984-8: 95).

    Si las estructuras alrededor del templo constituían estructuras destinadas al almacenamiento y manipulación de productos y bienes, posiblemente fueron utilizados en fiestas comunales (Mohr 1988; Hastorf et. al 2001) o la manutención de grupos jerárquicos que vivían en el montículo (Mohr 1988, Portugal Ortiz 1992 y 1998).

    Otro aspecto sugerente es la presencia de entierros en el montículo, algunos de ellos posiblemente de personajes notables o de status diferenciado, debido a las características de los entierros.

    Hastorff (2003) plantea que el culto a los ancestros en Chiripa estaría relacionado con la construcción de la identidad y la reafirmación de linajes respecto a los recursos, particularmente, la tierra. Esta autora indica que existiría evidencia del culto a ancestros mujeres, en las fases más tempranas de Chiripa, al encontrarse entierros completos de mujeres, acompañadas de niños y cráneos de adultos. Eduardo Machicado (2009:202) plantea que debe diferenciarse el culto, de la veneración a los ancestros, siendo el último el caso para Chiripa. Para ello, indica que el culto a los ancestros tiene que ver con la individualización del difunto (ejemplo Mallqui), lo cual entraría en contradicción con los entierros múltiples y re-utilizados, referidos por Hastorf. El culto a los ancestros toma más relevancia durante el surgimiento de los "señoríos" posterior a la desintegración del Estado Tiwanaku, al parecer dejando de lado el culto en los templos, que fue característico en períodos previos en el altiplano. Un caso que ejemplifica éste culto lo describe (Salomon 1990) entre aymaras de Andagua en el Perú. Importa conocer la relación que existe entre los entierros de ancestros en el montículo de Chiripa y su relación con los templos semi-subterráneos y espacios de almacenamiento, aspecto que difiere de la construcción de espacios mortuorios especiales, como chullpas o torres funerarias y cuevas que conservan a los Mallqi, de períodos posteriores.

    La particularidad de los entierros del montículo (debajo o no de las estructuras), es que varios presentan adornos de oro, no encontrándose similares fuera de éste (Machicado 2009:198), además de estos implementos existe un especial cuidado en la construcción de varias de estas tumbas.

    Se ha dispuesto el espacio religioso dedicado a la fertilidad y las estructuras con áreas de almacenaje sobre entierros "especiales" y comunes. Por tanto, existe una ligazón entre los resultados de la producción y la fertilidad, que propicia la abundancia de recursos, y los antepasados. Ésta es una concepción largamente redefinida en las sociedades andinas en diferentes tiempos, plantea la veneración y culto a los ancestros, no solamente por la creencia en una vida que continúa después de la muerte, sino que los antepasados resultan ser mediadores entre el mundo sobrenatural y las necesidades terrenales de la gente, especialmente referidas al bienestar económico a través de garantizar la producción y acceso a los alimentos.

    En el sitio Titimani se vuelve a repetir la asociación de entierros y áreas de almacenamiento durante el Chiripa Tardío. En el sector sudeste del templo semisubterráneo, se encontraron estructuras de depósito donde se evidenció la presencia de restos de arcilla cruda y chillo (material para fabricar cerámica) y tako (tinte natural de color rojo), así mismo, se encontraron tumbas en la esquina este del templete y lado noroeste de la plataforma del templete (Portugal Ortiz et. al. 1993; Portugal Ortiz 1998).

    Ahondando en la religiosidad de la sociedad chiripense, observamos que la presencia de áreas de almacenamiento alrededor del templo semisubterráneo conteniendo productos y materia prima, se complementa con evidencia de un culto a la fertilidad y producción de alimentos y bienes. Los rituales asociados se desarrollaron en los templos se-misubterráneos y fueron dedicados a las deidades representadas por las estelas Pa Ajanu (Portugal Ortiz 1985, 1998). En Titimani, alrededor de la estela principal se encontraron ofrendas talladas en piedra, las cuales consistían en representaciones de productos agrícolas, peces, camélidos degollados ce-ramios y textiles (Portugal Ortiz 1985). La propiciación de la fertilidad y buena producción se lograba, además, con el sacrificio de personas. Junto a las ofrendas talladas mencionadas, se encontraron también cabezas humanas talladas en piedra (Ibid.). El hallazgo de un esqueleto sin cabeza al interior del templo semisubterráneo completa la descripción (Portugal Ortiz 1998). La fertilidad humana también era parte del culto. A ambos lados de la "capilla", zona central del templete donde se encontraban las ofrendas, se encontraban dos falos líticos y delante de la estela Pa Ajanu un seno tallado en piedra.

    Sobre el sacrificio humano, Machicado (2009:189) menciona como características destacadas: los individuos son depositados en pozos simples y generalmente en posición de cúbito ventral y con la cabeza desarticulada. El autor indicado lo relaciona con la construcción de edificios, a partir de la tumba T1015 en Achachi Coa Collu, entierro encontrado debajo del nivel del piso en un templete semisubterráneo.

    Hastorf (2003) refiere las cabezas esculpidas con espiga que se encuentran en el templete semisubterráneo de Tiwanaku y las interpreta como las representaciones de los ancestros (enqaychus), para ello se busca sus antecedentes en Chiripa, relacionando los nichos encontrados en las estructuras denominadas "casas" por Bennett, un nicho en la estructura Choquehuanca y nichos encontrados en Pukara conteniendo, sólo estos últimos, restos humanos.

    Es necesario hacer una distinción entre el culto a los ancestros (ejemplo Mallqui) y la decapitación como parte del ritual a la fertilidad. Hastorf (2003) presenta el "Capacocha" del tiempo de los Incas, como ejemplo de sacrificio de personas de linajes importantes, pero en dicho ritual no existe un descuartizamiento o decapitación del sacrificado. Sin embargo, en contextos arqueológicos temporalmente relacionados a Chiripa Tardío, existe evidencia de sacrificios humanos que incluyen la decapitación. En el sitio de Titimani, se han encontrado cabezas humanas talladas en piedra como ofrenda a estelas Pa Ajanu, ligadas a un ritual de propiciación de la fertilidad y al interior de un templete semisubterráneo. Es probable que la representación de cabezas de personas sacrificadas pasaron, de ser colocadas alrededor de la estela Pa Ajanu (en Titimani), a ser empotradas en las paredes del templete semisubterráneo de Tiwanaku, como reminiscencia a éste ritual. En el templo de Warizata (Portugal Ortiz 1998) se encuentran representaciones de cabezas talladas en los pilares de los muros, posiblemente en el mismo sentido. También hay que mencionar que en Pukara y Tiwanaku son característicos los "sacrifica-dores" y "chachapuma", que agarran en una mano una cabeza decapitada y en la otra un hacha en forma de "T" (Ibid.).

    Así mismo, Hastorf (2003) en su descripción de los entierros múltiples, diferencia al ancestro como el individuo principal (hombre o mujer) de otros entierros secundarios y las cabezas individuales, son interpretadas como producto de sacrificio.

    Esta práctica de enterrar a un personaje de status diferencial, acompañado de otros individuos, es también una posible interpretación para la "tumba de los amantes" y el entierro CH-H26 de Bennett (1936). Para Tiwanaku, existe un caso interesante, aunque pobremente documentado por las eventualidades del hallazgo. Se trata de un entierro múltiple, fue encontrado en una cueva en el departamento de Potosí. Un individuo que llevaba una túnica con la representación del personaje central de la Puerta del Sol fue enterrado junto a otros individuos de indumentaria menos vistosa. Actualmente se encuentra en exposición en el Museo de ASUR en la ciudad de Sucre.

    Se ha planteado en éste subtítulo la relación del entierro de antepasados en áreas ceremoniales destinadas a la fertilidad y donde se producía el almacenamiento de productos y materias primas, lo cual se interpretado como una referencia a la intermediación de los muertos entre el mundo sobrenatural y las necesidades de los vivos: lograr buenas cosechas y bienestar. También, se ha diferenciado el sacrificio, especialmente referido a la decapitación, de los rituales asociados al culto a los ancestros. Más bien, el sacrificio humano sería parte de los rituales destinados a propiciar la fertilidad y la producción en templos semisubterráneos destinados a lograr la benevolencia de las deidades que representan las estelas Pa Ajanu.

    Diferencias sociales, de género y ocupación.-

    Hodder (1982:199, 201) plantea que el patrón de la muerte refuerza el ideal societal, mismo que sólo existe en parte en la práctica. Así mismo, las interpretaciones deben hacerse en base de las actitudes hacia la muerte y la forma en la cual tales actitudes están integradas dentro de los sistemas de la práctica de la vida y las creencias asociadas. Factores como el status, la edad y el sexo se reflejan en el ritual del enterramiento (Ibid.: 199).

    Debido a que en el montículo se encuentran los únicos entierros que presentan adornos corporales de oro de los excavados en Chiripa (Machicado 2009) y asociados a arquitectura funeraria elaborada, nos concentraremos en la descripción de estos casos para acercarnos a las diferencias de status, género u ocupación especial.

    Una de las particularidades de los entierros descritos para el montículo de Chiripa es la presencia de niños enterrados con ornamentos de oro. Portugal Zamora hace referencia a un párvulo enterrado debajo de una estructura denominada "casa" de Bennett, con una cinta de oro, hace notar lo cuidadoso del trabajo de la tumba. En cuanto a los entierros encontrados por Bennett (1936), éste describe seis niños enterrados bajo la "casa 2", dos de ellos con bandas de oro delgadas en la frente (CH-H2E, CH-H2F) y tres sin bandas de oro (CH-H2D, CH-H 25 y CH-H2O). También refiere más dedicación en la construcción de las tumbas de estos niños, las que fueron realizadas con piedras alineadas y cubiertas con lajas, diferenciándose de tumbas de niños sin objetos de oro y con poco trabajo en la tumba, por ejemplo CH-H2O, tiene una piedra a cada lado y sin cubierta, CH-H25 con una cubierta de laja y CH-H2K, con piedras en el borde, sin cubierta, ni piedras laterales. A partir de estas evidencias es posible que símbolos de status (bandas de oro) estén ligados a las personas, desde su nacimiento (Shennan 1975. Citado en Hodder 1982:197) y que las diferencias entre los entierros de los niños, pueden implicar diferencias sociales de género o de grupo social. Otra alternativa es que se trate de ofrendas o sacrificios. Sin embargo, se contrapone la evidencia de adultos sacrificados sin ornamentos de oro y ninguna elaboración en la tumba (Machicado 2009).

    Respecto a entierros de adultos en el montículo de Chiripa, igualmente existen diferencias y estas se dan dentro del mismo período de tiempo y similar contexto.

    La mayoría de los entierros de adultos descritos relacionados a Chiripa, no presentan ajuar, a modo de ejemplo, de los doce entierros referidos por Bennett (1936), siete no tienen ajuar, aunque varios de ellos presentan deformación craneal: CH-1A, CHIC, CH-1B, CH-2E, los dos primeros corresponden al estrato debajo del montículo y los restantes al estrato del período "casa". La deformación craneal puede ser un indicio de diferenciación social dentro de un grupo, pero habría que tener más información sobre la incidencia de la costumbre en esta sociedad, porque también podría realizarse para diferenciar grupos sociales o culturales entre sí (Blom 2005:63). Es interesante advertir la deformación craneal también en mujeres (Locus 761/168) (Hastorf et. al. 2001:70), lo cual indica que no es una condición restringida a los varones. En todo caso lo que resulta evidente es el cambio respecto a la presencia de ornamentos de oro que aparecen recién para el Chiripa Tardío (Hastorf 2003). En cambio una característica común en la mayoría de los entierros Chiripa es que no tienen ajuar, se comprueba en el área Santiago (Machicado 2009).

    Para el período de las "casas", de seis entierros de adultos encontrados bajo el piso de la "casa 2", tres presentan adornos corporales (Bennett 1936). El individuo del entierro CH-H2N tiene cuentas de piedra cerca al cuello, cuentas de lapislázuli, hueso y cobre cerca al tobillo; el entierro CH-H2M estaba asociado a un artefacto de hueso; el entierro CH-H2G de dos jóvenes con tres bandas de oro y restos de textil, al parecer contemporáneos a un entierro de niño, no se cuenta con datos sobre el sexo de los dos individuos, pero existe un tratamiento cuidadoso de la tumba, como piedras alineadas a los lados, una base de greda, dos lajas que cubren la tumba rectangular.

    Por otro lado, están los entierros de adultos con objetos de oro y/o ajuar descritos por Portugal Zamora encontrados debajo de la estructura similar a la "casa 2": el entierro N° 7 asociado a un objeto interpretado como estólica, la tumba N° 10 correspondiente a un adulto con ornamento de oro en el cráneo. El entierro doble N° 5 (Tumba de los amantes) cuya particularidad es la presencia de otro objeto de oro diferente a un ornamento corporal y la presencia de ceramios como ajuar.

    Un elemento estructural interesante en la tumba N° 5, es la hornacina o nicho para colocar una vasija en la cámara de entierro. Un caso similar describe Portugal Zamora con la tumba N° 4, junto a la cual se encontró un individuo con una plaquita de oro (Portugal Zamora 1940a, 1940c).

    Con referencia a los entierros CH-H2N y CH-H2M de Bennett y el entierro N° 7 de Portugal, los objetos encontrados en las tumbas, así como los ornamentos corporales, posiblemente muestran diferencias al interior del grupo social establecidas por el género o por la actividad especial que realiza el individuo.

    La existencia de entierros dobles resulta algo en común entre la "casa 2" y la estructura excavada por Portugal Zamora, aunque en el caso del entierro de Bennett se desconoce el sexo de los individuos. Se ha dado a conocer los casos de adultos enterrados con ornamentos y objetos de oro, dos entierros debajo la estructura de Portugal y uno debajo de la "casa 2". Las diferencias encontradas entre los entierros de adultos adicionan más información respecto a posibles diferencias sociales y jerarquías entre las personas, sobre todo durante el período de construcción de las "casas" (Chiripa Tardío). Fuera de los objetos de oro, que pueden interpretarse erróneamente como símbolo de status, también debe considerarse un mayor cuidado y elaboración de las tumbas relacionadas a los individuos (niños y adultos) que fueron enterrados con elementos de oro y ajuar, a diferencia de los otros entierros, muchos de los cuales no presentaban cubierta, ni elaboración de las paredes laterales de la tumba.

    Finalmente está otro elemento encontrado en algunas tumbas de Chiripa, la presencia de una piedra pintada de color rojo (Portugal Zamora 1940a) en algunos entierros, es difícil inferir su significado en el ritual del entierro. Sin embargo, se conoce por fuentes históricas que el tako, mineral de color rojo usado para elaborar pinturas rupestres entre otros usos, fue considerado un elemento de valor ceremonial, equiparado al oro, durante tiempos prehispánicos (Meyers R. 2002: 82-86; Portugal Loayza 2017:186).

    Los orígenes de la dualidad andina.-

    El entierro que ha sido descrito por Portugal Zamora (1940a), correspondiente a dos individuos, uno de sexo masculino y otro femenino, tiene importancia respecto a la cosmovisión de la sociedad prehispánica Chiripa en torno a las ideas sobre el género. En otros ámbitos de la vida de esta sociedad, se hace hincapié en la dualidad integrada y complementaria, nos referimos al ideal simbólico que representan las deidades Pa Ajanu (Portugal Ortiz 1981)1, es decir la representación en un mismo ser de dos figuras antropomorfas, una femenina y otra masculina. G. Riviére (1984-8) había planteado que la arqueología tendría que descubrir los orígenes de la dualidad, la cual es parte fundamental de la cosmovisión andina. Probablemente en Chiripa se encuentren las semillas de la misma.

    Existen varios ejemplos documentados acerca de la dualidad en las sociedades andinas, en el presente y pasado, la más conocida es la dualidad territorial de Aransaya/ Urinsaya, donde Aransaya representa arriba y masculino y Urinsaya, lo bajo y femenino (Platt 1980, Riviére 1984-8 entre otros). La expresión espacial de esta dualidad, también llega a expresarse en lo social, al ser estas mitades endógamas (Riviére 1984), en lo ritual el tinku de Macha (Norte Potosí) nos muestra el enfrentamiento de las dos parcialidades (Platt 1986). Los espacios rituales (la iglesia, la plaza, la torre, etc.), el trabajo colectivo y faenas también se ejecutan según estas divisiones (Riviére 1984-8).

    El principio de dualidad complementaria atraviesa la corporalidad y la ubicación de las personas de acuerdo a su sexo. "Tiene el de hanansaya el mejor de los asientos...Los de la parcialidad de hanasaya se sientan a la mano derecha y los de hurinsaya a la mano izquierda" (Matienzo 1567/1967:20. Citado en Riviére 1984-8:92).

    Platt (1980) para el Norte Potosí describe la construcción de la vivienda y la labranza ritual, donde destaca la relación derecha/ izquierda con masculino/ femenino.

    La representación corporal de la derecha como lo masculino y la izquierda como femenino, es la superposición de un dualismo espacial que se superpone a uno sexual. Así mismo, cuando se hace una mesa ritual para los Mallkus, la mesa Mallku (masculino) se pone a la derecha y la mesa T'alla (femenino) a la izquierda (Riviére 1984-8-9).

    Esta realidad se expresa en el término Yanantin, referido a dos elementos como miembros de una misma categoría, como la simetría del cuerpo derecha/izquierda. El hecho de que los hombres y mujeres lleguen a ser Yanantin significa que su unión ha de acercarse a la unión perfecta de las dos mitades del cuerpo humano, esto requiere "compartir límites". Extendiendo esta figura a otros ámbitos, los límites pueden ser territoriales, sociales y físicos, por ello el lugar intermedio tiende a minimizarse (Platt 1986).

    Con esta descripción, se demuestra la importancia de la dualidad en la cosmovisión andina y cómo esta simbología esta integrada en todos los ámbitos del ser humano y la naturaleza, en lo profano y en lo sagrado.

    Sobre las interpretaciones que se hace sobre el fenómeno de la dualidad en los Andes. Gilles Riviére (1984-8) plantea que el dualismo tiene una función ideológica, la búsqueda del equilibrio, su función es integrar al grupo y reducir las tensiones "sintetiza la unión más allá de las diferencias...Permite a los individuos vivir idealmente las diferencias y desigualdades" (p.l 12). Así mismo, hace notar que abundan los ejemplos sobre el predominio de la derecha sobre la izquierda, los grupos considerados superiores y la autoridad se asocian al lado derecho. Platt (1986) plantea que Yanantin podría ser un disfraz ideológico para una relación desigual entre hombres y mujeres.

    Para el caso de Chiripa, todavía queda mucho por conocer respecto a la posición y diferencias entre hombres y mujeres en lo económico y político-religioso. Es evidente en el plano simbólico-religioso que mientras en Chiripa la mujer es representada como deidad junto al hombre en las estelas Pa Ajanu, durante Tiwanaku, adquiere mayor centralidad la figura masculina, que esta expresada en la representación solar de la Puerta del Sol (Portugal Jimena 1998).

    Otro elemento que resulta interesante, es la sugerencia de Platt (1986) respecto a la representación de la dualidad en lo geométrico, más concretamente en la rectangularidad.

    De lo descrito anteriormente, sintetizamos: la idea de la unión de una pareja en un mismo ser como ideal social, se expresa en las deidades Pa Ajanu y en "la tumba de los amantes" en Chiripa. La relación corporal de izquierda con masculino y derecha con femenino, se reproduce en éste entierro, donde el varón esta ubicado a la derecha y la mujer a la izquierda. La rectangularidad simbólica donde se expresan las mitades que se unen y complementan coincide con la tumba de forma rectangular donde se han dispuesto los cuerpos. Esta misma representación rectangular se la puede encontrar en la arquitectura Chiripa y Tiwanaku, tanto en el plano doméstico, como en el ritual. La vida cotidiana trasciende al mundo de los muertos, el ideal social se representa en el mundo sobrenatural.

     

    Conclusiones

    1. El contexto en que se desarrollaron los trabajos de Bustamante - Portugal Zamora fue dificultoso, el hallazgo de objetos de oro en los entierros determinó que los dueños de la hacienda promovieran la interrupción de las investigaciones y se realizaran acciones en torno a la recuperación de los objetos encontrados, que finalmente no fue conseguido. Se evidencian las actitudes de los diferentes actores en torno al sitio arqueológico, entre estos las del investigador, quien jugó un papel activo en la valoración del sitio de Chiripa ante la opinión pública y actores políticos, en una época en que se empieza a reflexionar sobre el papel del Estado en la protección del patrimonio cultural.

    2. Los resultados de investigación de Portugal Zamora (1940) son de importancia dentro de la arqueología de Chiripa. Comenzando con las denominaciones locales del sitio y del montículo, la excavación de otra estructura similar a las "casas" de Bennett, los detalles arquitectónicos y la técnica constructiva de las paredes, el hallazgo de una de las alacenas de ésta estructura conteniendo restos de peces envueltos en un textil y huesos de llama y la interpretación como áreas de almacenamiento (trojes) de los espacios interpared de la estructura. También está la descripción de las tumbas encontradas, tanto fuera y bajo la estructura excavada, las cuales muestran diferencias en la construcción de las tumbas y en la presencia de objetos de adorno y ajuar funerario.

    3. El rol de los antepasados como mediadores entre el mundo sobrenatural y las necesidades humanas de buena producción y bienestar, es apreciado en la asociación de entierros con el área ceremonial y las estructuras, cuya función fundamental era el almacenamiento de productos, alimentos y materia prima.

    4. Las cabezas talladas en piedra, representadas en diferentes templos semisubterrá-neos (Tiwanaku, Titimani, Warizata), son producto del sacrificio humano que propiciaba la fertilidad (de plantas, animales y personas) y una buena producción, más que una representación de ancestros.

    5. Algunos de los entierros del montículo de Chiripa, se caracterizan por ser los únicos, de los excavados en Chiripa, que tienen adornos corporales de oro y objetos de éste material (Machicado 2009). Esta particularidad junto al hecho de que las tumbas de estos individuos presentan un mayor trabajo invertido y en algunos casos ajuar, son indicios para hablar de diferencias sociales durante el Chiripa Tardío (Hastorf 2003). Otros adornos corporales y objetos asociados (estólica, piedras de moler, etc.) pueden considerarse referentes de distinciones de género y división del trabajo.

    6. El uso de la etnografía y etnohistoria posibilita la formulación de preguntas para interpretar el registro arqueológico, en particular sobre la cosmovisión de quienes lo han creado. La dualidad como un principio básico de la cosmovisión andina, es usada en el artículo para interpretar:

    • La configuración de algunas tumbas, como las que presentan dos personas enterradas, muy especialmente si estas son, hombre y mujer.

    • La persistencia de la rectangularidad en la construcción de varios tipos de estructuras Chiripa.

    • El ideal simbólico en torno al género representando en la unión en un mismo ser de una figura femenina y masculina en las estelas Pa-Ajanu.

     

    Agradecimientos

    Quiero expresar mi agradecimiento a Eduardo Machicado por la realización de las figuras 1 y 2.

     

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    Notas

    1 Yaya Mama según Karen Mohr y Sergio Chávez (Mohr 1989)