SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número1Umasuyu: una entidad sociopolítica diferenciada o una parcialidad de PakajaqiLos Petroglifos de Achocalla, La Paz - patrimonio perdido índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Articulo

Indicadores

    Links relacionados

    • No hay articulos citadosCitado por SciELO
    • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

    Bookmark

    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.16 n.1 La Paz  2011

     

    Arqueología del Departamento de La Paz

     

    Charazani Pata-Karilaya y Pukarani: Un Centro Administrativo Provincial

     

    Charazani Pata-Karilaya y Pukarani: An administrative provincial center in Curva

     

     

    Jenny Martínez Mollinedo *
    Universidad Mayor de San Andrés
    arqueomar@hotmail.com

     

     


    Resumen

    Los sitios arqueológicos de Curva llegaron a conformar un centro administrativo provincial que denota una continuidad ritual local durante la presencia Inca. De esta manera, los Inca lograron una explotación de recursos y un avance hacia tierras bajas de manera exitosa, efectuando un control mixto en el Valle de Charazani — Curva; beneficiándose de la región, sin dejar de lado la buena relación con la población local (Yunga-Kallawayas).


    The archaeological sites of Curva carne to form a provincial administrative center that denotes local ritual continuity during the Inca préseme. In this ivay, the Inca achieved the exploitation of local resources and a successful expansión tozuards the loivlands, employing a mixed control of the Charazani - Curva Valley, and obtaining benefits from the región, ivithout leaving aside a good relationship ivith the local population (Yunga-Kallazuayas).


     

     

    Introducción

    La expansión del Imperio Inca se dio durante el denominado Horizonte Tardío y mantuvo bajo su territorio un amplio mosaico de estructuras políticas, religiones y lenguas; logrando anexar diferentes grupos, implantando estrategias de control (directo o indirecto) a conveniencia de sus intereses. Este imperio funcionó como un gran distribuidor de bienes y servicios mediante las redes viales establecidas, que permitieron el transporte de los mismos, así como el movimiento de tropas, transmisión de información y gente (sistema de mifá). De esta manera a lo largo de los Andes, quedaron vestigios del Incario como ser: santuarios, almacenes, terrazas agrícolas, centros administrativos, centros regionales y restos de los caminos.

    Un ejemplo importante es la Comunidad de Curva (provincia Bautista Saavedra-depar-tamento de La Paz), donde existen evidencias de la presencia Inca, manifiestos en un complejo arqueológico que desempeñaría un papel importante en la economía y administración de los recursos de la región, además de permitir develar la relación existente entre el Inca y la población local, dada sus características.

    El Incario (Horizonte Tardío)

    El tiempo que abarcó el Horizonte Tardío con la presencia de la cultura Inca (1450-70 a 1532 d.C), ha sido relativamente corto en comparación a otros períodos. Sin embargo, este imperio logró obtener una extensión territorial bastante amplia, extendiendo sus fronteras y dominación sociopolítica sobre las diferentes poblaciones del altiplano, sierras, valles y costa del Pacífico. Abarcando una diversidad étnica y zonas ecológicas heterogéneas que favorecieron a su desarrollo (Cachuan 2005).

    Comprendía un mosaico de grupos locales étnicos y políticos, controlados por el Inca a través de varias estrategias que van desde la coacción hasta la diplomacia. Estas estrategias pudieron ser definidas acorde a los recursos de establecimiento de seguridad o control militar, integración política, económica o ideológica implementadas, dependiendo de la organización política central y de las poblaciones sometidas, así como del potencial productivo de las mismas y objetivos imperiales (D'Altroy 1987:6-8). Dándose así un control directo (Covey 2000; D'Altroy 1987, 1992; Manzanilla 1997, Schreiber 2000) o indirecto (Covey 2000; D'Altroy 1987, 1992; Espinoza, citado en Condarco 200; Hayashida 1994; Manzanilla 1997; Schreiber 2000; Sternberg y Nazareno 1998), estrategias que fueron aplicadas de acuerdo a las circunstancias.

    La élite Inca gobernó desde su capital Cusco y una serie de centros administrativos y tampus fueron establecidos a lo largo de la extensa cadena de caminos. Para diferenciar los grados, las élites locales fueron incorporadas dentro de la burocracia administrativa del estado y fueron responsables del reclutamiento de mano de obra, la cual sustentaba al Imperio (Hayashida 1994:445-446).

    "No se debe esperar que haya existido un modelo de relaciones uniformes y estables entre el Cuzco y los Señoríos incorporados. La gigantesca movilización humana que se produjo en Los Andes bajo el dominio Incaico fue compleja y variable. Las sociedades del Taivantinsuyu constituyeron formaciones culturales diversas, actitudes y patrones de acción variados que tenían en su seno la propiedad de generar mecanismos de reproducción que admitían su propia transformación. Las relaciones entre el estado y los grupos sujetos tuvieron que adaptarse a las organizaciones presentes, las más capaces y a los intereses tanto de los poderes centrales como de las sociedades provinciales. De este modo las estrategias se activaron en relación con lo que podemos llamar una estructura de opciones" (D'Altroy et al. 1994:398).

    Centros Administrativos

    Debido a su gran desarrollo y expansión, el imperio Inca necesitó de centros administrativos para su organización socio-económica. Los centros administrativos, santuarios, instalaciones militares y palacios habrían sido planificados por "expertos" que decidían la ubicación y distribución del espacio (Martínez 2008).

    Morris menciona, "que las construcciones fueron realizadas acorde a un plan elaborado previamente concebido. Los Cronistas también mencionan que Cusco fue reconstruido bajo un plan maestro. Así se habrían dado modelos de ocupación. Garcilaso por su lado señala que fueron capaces de modelar regiones enteras, reorganizando a la población y al asentamiento'0 (Morris, citado en Hyslop 1990).

    El establecimiento Inca en muchos casos estuvo relacionado con la importancia ritual de algunos lugares pre-incaicos, pero también era importante considerar la inversión de tiempo y fuerza de trabajo que demandaban las construcciones (Martínez 2008). Hyslop (1990) menciona algunos ejemplos de centros con ocupaciones previas, como ser: Tomebamba, Huánuco Pampa, Pumpu, Hatun Xauxa, Hatunqolla, Paria, Sevaruyo, etc. Por otro lado, están aquellos donde son raros los asentamientos locales, por ejemplo: Cajamarca, Huamachuco (Perú), Fuerte Quemado (Argentina), La Puerta, Catarpe (Chile); que a pesar de ello se convierten en centros administrativos, con el posible propósito de restablecer a la población. También pudieron ser edificados por motivos de seguridad en los límites territoriales, como centros provinciales, otorgándoles poder a los jefes locales mediante los cuales ejercían control sobre una región.

    Se menciona que en estos centros se realizaban ceremonias de reciprocidad, lo cual servía de engranaje entre las poblaciones, siendo esta la base de su organización. Dichas reuniones se efectuaban en las plazas, donde celebraban el encuentro con fiestas y festines, donde el Inca ofrecía sus regalos. De esta manera, lograban que los nuevos territorios se anexaran al imperio, sin necesidad de conflictos. Morris también sustentaría dichas funciones al mencionar que los centros eran: "lugares para festines y para beber, lugar de muchas ceremonias religiosas y políticas" (Morris, citado en Hyslop 1990:297).

    Arquitectónicamente los centros se caracterizaron por presentar: una plaza principal de excepcionales dimensiones en muchos casos, Kallankas, Kanchas, ushnu y numerosos depósitos de almacenaje (Hyslop 1990; Matos, Arellano y Browman 1998:181). También tenían habitaciones para hospedar a los encargados de la administración (Coe-llo 1998). Sin embargo, cada centro presentó sus propias características, conservando sólo en el aspecto formal los patrones de la estructura del imperio. Por tanto, cada centro fue una respuesta local a la relación existente entre el imperio dominante y la población sometida.

    "El hecho de que los Incas construyeron importantes asentamientos tanto en lugares donde estaba presente la población local como en zonas vacías, subraya su propensión a confeccionar su gobierno en relación a las situaciones locales en el contexto de un diseño a gran escala" (Williams y D'altroy 1998:175).

    Niemeyer y Schappacasse (1998), en sus investigaciones en el Valle de Camarones, concluyen, que para las construcciones: "los Incas sacaron partido estricto de los materiales que les ofrecía la localidad" y por ello puede darse contraste entre la albañilería típica y el tipo de muros que pueda presentar un sitio. Por otro lado, la mayoría de las personas que ocuparon estas edificaciones, pudieron ser trabajadores u oficiales, quedando la in-certidumbre de los residentes permanentes. Según fuentes etnohistóricas fueron gobernadores (Hyslop 1990:294), pero lo que se sabe con mayor exactitud es que por el lugar pasaban: oficiales, especialistas técnicos o religiosos, señores locales, gobernadores Incas, líderes de los mitmas cusqueños y/o reyes Incas.

    Cualidades que atrajeron al Incario de la región y su población

    En la región de los Valles del norte de La Paz existen cuatro cuencas de drenaje: río Consata, Akamani, Pelechuco y Charazani, siendo este último el de mayor caudal y extensión (Montes de Oca 1982; Muñoz Reyes 1980). Las características ambientales de éstos Valles proporcionaron una complementación económica y alimenticia a sus pobladores; a lo que se suma el carácter aurífero de los ríos, que permitieron una intensiva explotación. Su ubicación intermedia entre el Altiplano y Tierras bajas, facilitó y permitió el control del tráfico de bienes entre ambas zonas (Me-yers 2002; Saignes 1985).

    Durante el período de los Señoríos Aymarás (1100 al 1450 d.C.) es posible identificar cuatro grupos asentados en estos valles, que denotan su importancia y el carácter multié-tnico existente:

    -   Yungas, considerados nativos de este territorio. Posiblemente sean los restos de una antigua invasión selvática, que continuó manteniendo su identidad, basando su economía en el cultivo de maíz y coca. Se habrían encontrado dispersos tanto en los valles como en la zona de intermediación entre tierras bajas y el altiplano, controlando importantes circuitos de intercambio (Meyers 2002; Saignes 1985; Paz en prep.).

    -   Omasuyus, quienes implantaron varias colonias al interior de los valles, para poder acceder a los productos de manera directa. Fueron poseedores de grandes rebaños, facilitando el transporte de bienes que circulaban por la región. (Saignes 1985; Paz en prep.).

    -   Collas, Lupacas y Pacajes, quienes también lograron instalar algunas colonias al interior de éstos valles para acceder a los

    productos mesotermos. Efectuaron fuertes lazos con los grupos de origen, pero realzando su identidad (Saignes 1985; Paz en prep.).

    - Chunchus (Léeos, Aguachiles, Tacanas y Moxos), consideradas sociedades selváticas, quienes proveían de recursos tropicales a los Yungas, abasteciéndose así de productos mesotérmicos y altiplánicos. Algo que resalta de éstos, fueron sus incesantes saqueos, provocando una constante redefinición de la frontera en la parte baja de los valles (Saignes 1985; Paz en prep.).

    Entre estos grupos habría existido preferencia de trato entre unos y otros, por lo que es posible advertir que los distintos mitimaes: aymarás, yungas y chunchus, no tendieron a relacionarse pacíficamente (Saignes 1985; Paz en prep.). Siguiendo la información de documentos coloniales, se registró la presencia de familias Yungas ubicadas en la cabecera del Valle, específicamente en los pueblos de Curva y Charazani, quienes habrían convivido con colonos de altura, lo cual garantizó y facilitó el intercambio de productos (Meyers 2002; Paz en prep.). Cerca al pueblo de Ca-rijana también se habría constituido uno de los mayores asentamientos Yungas, siendo un punto clave para el intercambio de productos altiplánicos y de tierras bajas, además de caracterizarse por la producción de coca y maíz.

    La región estuvo básicamente involucrada con actividades de intercambios continuos desde tiempos pre-incas. Se advierte el carácter macro regional de interacción socioeconómica presente, favorecida por su posición geográfica y la característica multiétnica otorgada por la misma. De tal forma, estos intercambios pudieron darse tanto al interior del Valle entre Yungas y grupos altiplánicos, llevando productos hacia sus puntos de origen, para la redistribución en las grandes ferias (Meyers 2002; Paz en prep.).

    Estas redes de intercambio significaron un gran atractivo para el incario, no solamente para lograr una mayor explotación de recursos sino para expandir las redes y con ello poder avanzar en la incorporación de nuevos territorios al imperio. Pese a ello, la población existente en la región fue poseedora de grandes saberes ya que tanto a nivel de provincia como de cantón, en el caso específico de Curva, ha destacado la Cultura Callawaya, considerados junto a su territorio como: La "tierra de médicos" o "herbolarios de la tierra sagrada de la medicina".

    Este grupo representó un conjunto coherente de creencias, mitos, rituales, valores y expresiones artísticas que proporcionan una visión particular del mundo. La Barre menciona: "la medicina aymara es altamente especializada y consecuentemente tiene grandes y muchas categorías de practicantes... vienen principalmente de Curva y Charazani" (Wassen anexo en Oblitas 1978: 529-530).

    Los Callawayas, estaban distribuidos dentro de ese espacio geográfico formado por diferentes pisos ecológicos entre los 1000 y 5000 m.s.n.m., logrando controlar sus tierras de una manera excepcional, poniendo en práctica el "control vertical de pisos ecológicos". Habrían tenido una gran variedad de plantas medicinales provenientes de los: llanos, valles, yungas, altiplano, serranías y la costa (conchas marinas y guano). Lograron obtener altos conocimientos de la farmacopea (vegetal, animal y mineral), pudiendo diagnosticar y tratar múltiples enfermedades. Dichas cualidades, permitieron que gozaran de un rango superior entre los Incas, a pesar de su condición de extranjeros. Llegaron a tal relación, que habrían asimilado el idioma secreto de los Incas (machchaj juyai), aquél perteneciente solamente a la nobleza.

    Guarnan Poma menciona que los Incas habrían llegado a Charazani para luego llevarse consigo hasta Cusco, algunos hombres que les sirviesen a los miembros de la nobleza y que para ganarse su confianza les dieron el privilegio de llevar a hombros al Inca (Oblitas 1978:19). Fueron considerados "familiares de mayor confianza" y "médicos de cabecera", ya que no estaban solamente a cargo de curar las enfermedades, sino que también podían practicar las ceremonias religiosas del culto al sol. Predestinaban el futuro del Imperio, anunciando tiempos de abundancia o escasez, tiempos de paz o de guerra, granizos o heladas; así adquirieron un trato especial y respeto de los incas.

    Se les permitió que sus caciques fueran llevados en literas, un privilegio reservado para gobernantes del Cusco. También este grupo aportó músicos y guerreros a la corte Inca, estando algunos de ellos presentes en las campañas militares de Huáscar en el norte peruano (Meyers 2002).

    ... Francisco de Avila... en la primera década del siglo XVII... en la provincia Huarochiri, también se refirió a ellos, "Unos hombres que se llamaban Callahuaya eran los más escogidos del Inca y únicamente a él le servían. Estos hombres vencían en pocos días distancias que requerían muchos más días para el caminar de otras gentes" (Avila, en traducción Arguedas, 1969:133; Trimborn y Kelm 1967:129 citado en Oblitas 1978:530).

    Charazani Pata - Karilaya Y Pukarani: Un Centro Administrativo Provincial

    La presencia Inca en los valles del norte de La Paz (1450 al 1532 d.C.) trajo consigo, al igual que al resto de los territorios incorporados, una variedad de cambios como: la retirada de los grupos Omasuyus y Collas junto a otros que ofrecieron resistencia, la introducción de nuevos colonos-mitmas (Huanca, Canas, Conde, etc.) encargados de almacenar y administrar los recursos, así como proteger las vías de intercambio y difundir las costumbres del Imperio. También se dio el traslado de grupos: Yamparas, Charcas, Chuis, Churu-matas, etc., en calidad de guerreros, como protección contra las invasiones selváticas; la edificación o ampliación de fortalezas como parte de un complejo sistema defensivo y la fundación de centros administrativos que facilitaron el control y tributación de los mitimaes. Finalmente, la consolidación de redes viales ya existentes con la edificación de tambos y puestos de control, permitieron garantizar el intercambio y la construcción de terrazas de cultivo, que significaron el incremento en la producción agrícola (Meyers 2002; Saignes 1985; Paz en prep.).

    Toda esta dinámica afectó los antiguos lazos de complementariedad entre colonos y sus núcleos, complejizando las formas de pertenencias étnicas y/o familiares. Esto provocó la sobre posición de los derechos sobre la tierra y las difíciles relaciones entre los habitantes (Saignes 1985).

    Propiamente en el Valle de Charazani, según indica Meyers (2002), aumentó la presencia de asentamientos Yungas, debido a esta expulsión de grupos altiplánicos, quienes se redujeron considerablemente. Así los Omasuyus de los bofedales de Umapampa, se vieron obligados a reducir sus áreas de pastoreo dada la nueva presencia Inca, perdiendo el control de los lavaderos de oro en la punas de Calabaya. De esta manera, se dio la instalación de varios centros administrativos en el Valle, habiéndose ubicado uno de ellos en el actual pueblo Charazani, considerado un centro de mestizaje importante por su carácter multiétnico (Proyecto Charazani 2005-2008).

    Charazani Pata

    Ubicado en coordenadas N 8326274 y E 502784 a 3598 m.s.n.m., donde las estructuras aún yerguen casi completas. Se extiende sobre un área de 0.85 ha. Compuesto por 101 estructuras (2 estructuras circulares, 76 estructuras rectangulares, 10 de almacenaje y 13 funerarias). (Figura 1). Presenta los siguientes rasgos claros de la presencia Inca:

    Figura 1. Charazani Pata (Elaboración: Jenny Martínez M.)

    -   Planta o plano de construcción, donde se evidencia una plaza, imitación de las típicas kanchas y kallankas Incas.

    -   Estilo constructivo Inca (piedra cortada -bloques) e Inca Mixto (piedra cortada y lajas), en estructuras rectangulares y torres funerarias.

    -   Torres funerarias con estilo constructivo Inca (Figura 2).

    Figura 2. Torre funeraria (72) con estilo Inca -Charazani Pata (Foto: Jenny Martínez M.)

    Como rasgos locales, se pudo identificar la presencia de:

    -   Un patio casi circular semi-subterráneo (sector 2).

    -   Mayor grado de influencia de estilo constructivo Inca mixto, en una torre funeraria de dos pisos (Figura 3).

    Figura 3. Torre funeraria de dos pisos (76) con estilo Inca mixto - Charazani Pata (Foto: Jenny Martínez)

    El sitio se halla compuesta por espacios públicos y "habitacionales". La plaza presenta en su parte N torres funerarias que al poseer un estilo constructivo más a la manera Inca, permiten advertir el grado de in-canización presente. Su rol sería de carácter público-ceremonial y posiblemente el patio semisubterráneo fue un espacio en donde de manera momentánea se dejaban algunos productos o animales. Algunas kallankas también habrían servido como galpones para resguardo de productos. El resto de las estructuras rectangulares (Kanchas) quedarían como espacios de hospedaje.

    Sobresale la presencia de un sector que brinda mayor comprensión a Charazani Pata y su función administrativa (sector 4), en donde yergue una torre funeraria de dos pisos al interior de un patio rodeado de estructuras que se encuentran ordenadamente dispuestas. Dada las características de la torre, se puede considerar la pertenencia de labor administrativa a "autoridades locales incanizadas" (ya que el estilo constructivo es el Inca mixto, con mayor predominancia de lajas-local). Esto evidenciaría, la presencia de la élite local como extensión del poder central en el Valle.

    El dato arquitectónico es el indicador, que evidencia a Charazani Pata como un emplazamiento Inca, denotando el carácter Inca-Provincial. A ello se suma la información que brinda el material cerámico recolectado de dicho sitio, pudiendo concluir que tuvo una función "público-administrativa".

    No se ha registrado la presencia de formas que sugieran que en el interior del sitio se hayan realizado actividades domésticas. Más bien, dentro del poco material que pudo recuperarse (es importante mencionar que la región en general carece de material cerámico en superficie, por la constante reutilización existente), se aprecian: jarras y platos (formas abiertas), formas más relacionadas con las fiestas o celebraciones donde circulan vasijas de servir ante todo.

    Por otra parte, se cuenta con tres piezas que reflejan y corroboran la dinámica existente en la región:

    -   Base de una jarra con parte del cuerpo, donde se advierte una mezcla Inca-local (decoración en rejilla y pasta local/ pizarra).

    -   Borde con pasta local (pizarra), forma Inca (aribaloide) y decoración similar a tierras bajas (incisiones).

    -   Parte del cuerpo de un plato (posiblemente plato playo) Inca, con pasta de caolín (típica Inca) mezclada con pizarra siendo este un rasgo local, además de poseer decoración Inca (ramas).

    Karilaya

    Ubicado hacia el lado W de Charazani Pata, en coordenadas N 8325952 y E 502239, sobre un área de 1.22 ha. Presenta 36 estructuras (26 rectangulares, 5 estructuras funerarias y 5 estructuras de almacenaje) (Figura 4). Los siguientes rasgos claros de la presencia Inca son:

    Figura 4. Karilaya (Elaboración: Jenny Martínez M.)

    -   Estructuras rectangulares.

    -   Estilo constructivo Inca mixto e Inca en estructuras rectangulares y en torres funerarias.

    -   En el plano de construcción también se distingue la presencia de una plaza.

    Como rasgos locales, se pudo identificar la presencia de:

    - Estilo constructivo Inca mixto en una torre funeraria de dos pisos (con predominancia de lajas) (Figura 5).

    Figura 5. Torre Funeraria de dos pisos con estilo Inca mixto - Karilaya (Foto: Jenny Martínez M.)

    - Posiblemente la ubicación de este espacio, pudo tener su carácter privado desde tiempos pre-incas.

    La disposición en general, no responde a un planeamiento "habitacional" como tal y posee un estilo constructivo, con mayor influencia local. Se puede estimar un aumento en la cantidad de lajas y bloques alargados en los muros. Esto sugiere la posibilidad de que Karilaya haya conformado un espacio público-ceremonial, compuesto de: entierros, una plaza grande y otra pequeña en donde se encuentra la torre funeraria de dos pisos. Así también la carencia de un planeamiento "urbano" y su ubicación distanciada, apoyaría su carácter privado. Por tanto, solamente en relación a la función, este espacio pudo asemejarse a un ushnu.

    Por otro lado, la predominancia local en el estilo constructivo (prevalencia de lajas) podría indicar, que las ceremonias realizadas habrían sido de índole local, permaneciendo vigentes a pesar de encontrarse supeditadas al nuevo culto. Esto implicaría que la población ocupante era efectivamente local (autoridades locales), de otra manera no podría haberse mantenido un espacio público-ceremonial que conserve de tal forma, rasgos locales.

    De tal manera, los emplazamientos Charazani Pata-Karilaya conformaron un centro administrativo provincial (Tabla 1), dada la arquitectura presente, el estilo constructivo y el material cerámico obtenido. Habría sido ocupado por autoridades locales, pudiendo tratarse de caciques, que gozaban de éstos cargos desde tiempos pre-incas posiblemente.

    Tabla 1 Áreas de actividad del centro administrativo provincial de Curva

    Se menciona que antes de los Incas, las élites locales ya fueron enterradas en torres y que después de los Incas se habrían edificado más torres, pero con fina construcción Inca, demostrando la incanización de los señores locales (Hyslop 1990:343-350). Hecho justificado en Charazani Pata-Karilaya, por el registro de las torres funerarias más a la manera Inca, indicando la presencia de población Inca-Local (Autoridades locales) como principales ocupantes del mismo. Por su parte, las torres funerarias de dos pisos, con mayor influencia local, reflejarían la continuidad del poder local pese al dominio Inca.

    Dentro de la clasificación de Hyslop (1990:244), ambos emplazamientos corresponden a un mixed Inka-local settlement, donde sobrevive lo local, evidenciando una "incorporación pacífica". Lo Inca fue una manifestación del contacto de autoridades locales conlocales con la élite del Cusco, corroborando el dato etnohistórico.

    Pukarani

    Sitio ubicado en las coordenadas N 8326805 y E 504914, sobre un área de 6.21 ha. Presenta un total de 249 estructuras (199 circulares, 4 rectangulares y 46 cuadrangulares) (Figura 6). En su mayoría el estilo constructivo presente es local, piedras medianas y pequeñas cortadas (tosco). Solo algunas estructuras (circulares, cuadrangulares y la totalidad de las rectangulares) muestran un estilo Inca mixto (lajas de pizarra delgadas) (Figura 7 y 8). Resalta la presencia de muros perimetrales ubicados en el sector oeste (LSW), con puertas de forma trapezoidal, rasgos claramente Incas.

    Figura 6. Pukarani (Elaboración: Jenny Martínez M.)

    Figura 7. Estructura habitacional 1B con estilo local -Pukarani (Foto: Jenny Martínez M.)

    Figura 8. Estructura con estilo Inca mixto - Pukarani (Foto: Jenny Martínez)

    De tal forma, presenta los siguientes rasgos claros de la presencia Inca:

    - Muros perimetrales con puerta trapezoidales (Figura 9).

    Figura 9. Vista general Muro - Pukarani (Foto: Jenny Martínez M.)

    -   Estructuras con estilo constructivo Inca mixto.

    -   Presencia de depósitos "Incas" y/o reutilización de estructuras para tales fines.

    Los rasgos locales claros son:

    -   Ubicación del sitio en cima de cerro.

    -   Estructuras circulares con estilo constructivo local.

    Pukarani durante la presencia Inca, pudo ser remodelado y su función cambiada en relación a tiempos pre-incas. Dada las características arquitectónicas, se trataría del área de almacenaje-habitacional. Considerando su ubicación y toponimia, puede considerarse la posibilidad de que haya sido un refugio en tiempos pre-incas, probablemente a causa de "conflictos".

    Como indicador potencial para la identificación de estructuras de almacenaje, se tiene la ausencia de puertas en los cimientos, tratándose de muros continuos (circulares y cua-drangulares). Arqueológicamente, para distinguir la presencia de qollcas o depósitos Incas, se toma en cuenta el carácter de sus puertas, siendo éstas muy pequeñas y muchas veces pueden aparecer a modo de ventanas ubicadas cerca del piso (Earle 1992:331; Morris 1992b:238). Además, los sistemas de almacenamiento Incas, generalmente se muestran en grupos y alineados (D'altroyyEarle 1992:190; Earle 1992:339; Morris 1992b:238), cualidades evidentes en Pukarani.

    En relación a las dimensiones, existe muy poca variación (2.24 x 2.14 m.), tratándose por tanto de depósitos medianos. Se considera que la homogeneidad en tamaños en los depósitos Incas, pudo facilitar la administración contable de los productos y otros bienes allí depositados (D'altroy y Earle 1992:190; Earle 1992:339).

    Además de la alta cantidad de depósitos, también se registró la presencia de estructuras habitacionales, con: fogones, nichos, ventanas. Estas estructuras se encuentran estratégicamente ubicadas, denotando el control que se tenía desde estas hacia toda el área.

    La presencia de esta área de almacenaje, corresponde al paisaje que se tiene en todo el Valle de Charazani con esa gran cantidad de terrazas. Ello refleja no solo la importancia que tuvieron las labores agrícolas o de producción sino la necesidad de almacenar que existía, como la "estrategia" que permitió "estabilizar la base económica del imperio" (Morris 1986).

    Si bien Pukarani presenta un estilo constructivo local predominante, lo Inca se expresa de manera imponente. Por ello, las estructuras con estilo Inca mixto, serían las que evidencian que el manejo habría estado a cargo de autoridades locales, supeditadas al poder Inca. Todo el funcionamiento, como centro de almacenaje, estaba destinado y relacionado a los intereses del Incario y es por esta razón, que todo aquello que sobresale en él es lo relacionado a la presencia Inca.

     

    Implicancias del Centro Administrativo Provincial de Curva para comprender la presencia Inca en la región

    La descomposición de sociedades complejas genera nuevas transformaciones y nuevas formas organizativas. El climax expansivo de una sociedad, genera la raíz de su propia desintegración. Esto sucedió en el período entre 1100 d.C. y la llegada de los Incas, en donde se constituyeron sociedades diferenciadas, que los españoles denominaron señoríos o reinos (Albarracín y Pereira 1996:159).

    De muchos de éstos grupos se distinguen construcciones en cimas de cerro y colinas con difícil acceso; pudiendo tratarse de grupos de viviendas, patios, corrales, pukaras circundadas por murallas defensivas o que solo pudieron ser refugios. Espacios que no fueron desaprovechados por los Incas, permitiendo su expansión y rápido desarrollo gracias a la asimilación y reutilización de antiguos logros y adaptaciones exitosamente aplicadas por cultivos anteriores (Albarracín y Pereira 1996:160). Así, se fueron articulando diferentes regiones mediante caminos, puentes, tambos (lugares de abastecimiento), fortalezas, centros e igualmente se edificaron más terrazas de cultivo, logrando la máxima expresión agrícola.

    Para facilitar la captación de producto excedente y agilizar su redistribución, el Estado Inca había establecido centros administrativos y tampus. Sin embargo, ambos tampus y centros, compartieron un rasgo significativo, la presencia de un sistema de almacenamiento (Lennstrom y Hastorf 1992:287; Murra 1983) y posiblemente facilitaron la movilización de los productos.

    "La administración Inca disponía de una increíble cantidad de productos y otros bienes, como: tejidos y armas, con los que podía alimentar y mantener a una numerosa población por un tiempo lo suficientemente considerable" (Morris 1986).

    Precisamente el interés hacia las riquezas naturales del Valle de Charazani-Curva y su ubicación geográfica, justifica la presencia de los sitios Charazani Pata-Karilaya y Pukara-ni, los que a su vez y dada sus características, habrían conformado un centro administrativo provincial. Este centro habría estado involucrado ante todo con el aspecto económico administrativo de la presencia Inca en la región. Por ello, la alta cantidad de terrazas agrícolas, que responden a demandas del incario, hicieron necesarias las construcciones de lugares de administración y resguardo para dicha producción.

    "Los incas no solo extrajeron recursos sino también invirtieron en el gobierno directo en ubicaciones claves" (Williams y D'altroy 1998:175).

    Es así que Pukarani conformó el área de almacenaje, albergando una pequeña población que se habría encontrado a cargo y cuidado del mismo. Conformó un área con función primaria de almacenaje pero también habitacional, al poseer rastros de actividad doméstica. La uniformidad de sus depósitos, pudo facilitar la contabilidad de los productos almacenados, que se recababan de diferentes regiones (D'altroy y Earle 1985:188-190) con las cuales se efectuaban los intercambios.

    "La presencia de estos sistemas, responde al hecho de que los Incas continuaron con la explotación ecológica pero acrecentándola, logrando así, integrar nuevas áreas para la producción y con ello más control del espacio. Por ello, su presencia significó el control máximo de pisos ecológicos" (Muñoz 1998).

    Este centro estaba conformado por un área de almacenaje/Pukarani y el área admi-nistrativa/Charazani Pata-Karilaya, durante la presencia Inca en la región. Tanto la arquitectura como el material cerámico, evidencian la continuidad de manufactura Local e Inca, reproduciendo imitaciones de los modelos incaicos. Por ello, se considera al mismo, dentro de la clasificación de Hyslop (1990:244), como mhced Inka-local settlement, en el que sobrevive lo local, lo que indicaría una incorporación pacífica, siendo lo Inca una manifestación del contacto de autoridades locales con la élite del Cusco.

    A pesar de que lo típico se dio en áreas de considerable significado ceremonial y/o administrativo (Hyslop 1990), no se debe restar importancia a la presencia de este tipo de emplazamientos. Estas variaciones reflejan la adaptabilidad Inca y también la capacidad para manejar o gobernar del Imperio, ya que resulta difícil el control desde una administración central (Hyslop 1990:352-353). Así también ellas permiten ver cómo las poblaciones locales se van incorporando y haciéndose parte de esa nueva presencia, cobrando importancia y siendo el símbolo de la extensión de ese poder.

    "Desde estas grandes construcciones, los funcionarios estatales y los mitimaes quechuas irradiaban las nuevas costumbres, ritos y prácticas agrícolas traídas por el imperio inca, y todo este escenario era protegido por los colonos quechuas que se encargaban de mantener y de cuidar varias fortificaciones ubicadas en puntos estratégicos" (Bauer 1992; D'altroy 1992).

    Gracias a este centro, se comprende que las autoridades locales actuaron como intermediarios entre la élite y la población de la región. De esta manera, los Incas introdujeron cambios al interior de las provincias, pero utilizaron las formaciones sociales existentes para ejercer el gobierno y acomodar así sus políticas a las situaciones locales (Bauer 1992; D'altroy 1992). Es así como el Inca habría logrado integrarse al proceso económico de la región, aprovechando la experiencia local; lo que se repite en la Colonia y posteriormente en la actualidad. Los Inca se asentaron en los lugares más productivos, lo que les permitió tener el control, ejerciendo el dominio político, social y religioso en la región (Muñoz 1998).

    Esta presencia, logró incrementar los intercambios realizados, tanto al interior del Valle, con el altiplano y la vertiente Oriental. Surge el aprovisionamiento elitista y la complementariedad a larga distancia, llevada a cabo por mitimaes quechuas y aymarás con sus puntos de origen. Esto se sustentó con los centros administrativos que poseían espacios para controlar el almacenamiento, aprovisionamiento e intercambio de productos diariamente, transportados por los caminos.

    El hecho de encontrar un centro como el que conforman: Charazani Pata-Karilaya y Pukarani, corrobora el dato etnohistórico que nos muestra esa estrecha relación entre la población de esta región y la élite Inca. Por ello, le convenía al Inca incorporar a este importante territorio, mediante un control mixto, manteniendo importantes lazos sociales que le permitieron obtener el provecho de las riquezas del valle. Incorporó a las autoridades locales en la gobernación mediante un continuo ritual local (evidente en la arquitectura presente), pero el movimiento de la población hacia Cusco y la supeditación al Inca, aseguró su permanencia dentro de ese nuevo orden y el avance hacia tierras bajas.

     

    Conclusiones

    El Valle de Charazani contó desde tiempos pre-incas con una dinámica de intercambio de productos: al interior del valle, a nivel regional y macro-regional, que se acrecentó con la presencia Inca. La cualidad productiva de la región, su ubicación geográfica (al encontrarse entre la Amazonia y el Altiplano), fueron razones suficientes para haber atraído el interés del Incario. Además al formar parte de la zona de frontera, implicó la presencia de una fuerte interacción sociopo-lítica, por lo que sus asentamientos habrían estado directamente involucrados a facilitar el avance territorial, como uno de los objetivos principales del Imperio.

    De esta manera, Charazani Pata-Ka-rilaya y Pukarani llegaron a conformar un centro administrativo provincial que estuvo relacionado con toda la actividad económica durante la presencia Inca en la región (terraceo masivo en el valle). Dada las características que presentan estas áreas, claramente se puede notar la existencia de un continuo local, que se refleja en el estilo arquitectónico - Inca Mixto. Esto a la vez permite comprender la presencia de las autoridades locales como residentes del centro, quienes simbolizaron la extensión del imperio en la región.

    Esta adaptación también se refleja en el material cerámico recolectado, permitiendo distinguir: formas similares a las Incas, decorados que denotan influencia de tierras bajas y manufactura local. Lo que también es muestra de la constante interacción existente en la región a raíz de las redes de intercambio pre existente, al ser la región un corredor natural hacia tierras bajas.

    El haber conformado la región: el paso hacia tierras bajas, ser parte de la frontera este, ser poseedora de tierras fértiles, de riqueza mineral, de tener en su interior a la población Kallawaya, significó el establecimiento de un control mixto. Solo así el Inca logró una vigilancia sobre la producción y avance, pero sin descuidar la estrecha relación con la población local que además le convenía, permitiéndole ser parte de la gobernación. Así garantizó para sí, la explotación de recursos como el avance.

     

    Agradecimientos

    En especial a Dios, a mis padres, hermanos y a mi esposo. A las Autoridades de la Comunidad de Curva, al Señor Domingo Quispe por todo su apoyo durante la investigación en el sitio. Al Proyecto Arqueológico Charazani - Dra. Sonia Alconini, al Lie. José Luis Paz S., por su apoyo, confianza y enseñanza.

    Ala Dra. Claudia Rivera C. por su confianza, apoyo y por incentivar mi participación en esta publicación.

     

    Referencias citadas

    Alconini, Sonia

    2002 Prehistoric Inka frontier, structure and dynamics in the Bolivian Chaco. Tesis doctoral no publicada. Department of Anthropology, University of Pittsburgh, Pittsburgh.

    Alconini, Sonia y José Luis Paz

    2004  The Inka on the edge of the empire: the kallawaya región on the eastern frontier. Informe preliminar.

    Cachuan, Soledad

    2005  Inca - mitología. Primera Edición. Gráfico, Buenos Aires.

    Coello R., Antonio

    1998 La ocupación inca en el valle de Asia, Perú. Tawantinsuyo 5:44-52.

    Condarco, Carola

    2001. Verticalidad e intercambio en dos asentamientos humanos en la cuenca de Paria.

    Covey, Alan,

    2000 Inka administrad on of the far south coast of Perú. Latin American Antiquity 11(2):119-138.

    D'Altroy, Terence N.

    1987. Introduction. Etnohistory 34:1-13.

    1992 Provincialpower and the inka empire. Smi-thsonian Institution Press, Washington D.C.

    D'Altroy, Terence N. y Timothy Earle

    1985 Staple finance, wealth finance and sto-rage in the inka political economy. Current Anthropology 26(2):187-206.

    Hayashida, Francis M.

    1994 Producción cerámica en el imperio inca. En: Tecnología y Organización de la Producción de Cerámica Prehispánica en Los Andes, pp. 443-475. Pontifica Universidad Católica del Perú, Lima.

    Hyslop, John

    1990 Inka settlement planning. University of Texas Press, Austin.

    Lennstrom, Heidi y Christíne Hastorf 1992 Stores and homes: a botanical compa-rison of Inca storehouses and contemporary ethnic houses. En: Inka Storage Systems, editado por T.Y. Le Vine, pp. 287-323. University of Oklahoma Press, Norman. Manzanilla, Linda

    1997  Emergencias y cambios en tempranas sociedades urbanas. En: Political Insti-tutional Factors Contributing to the Inte-gration of the Tiwanaku State, editado por David L. Browman. Universidad Nacional Autónoma de México, Plenum Press, New York.

    Matos, Ramiro, Carmen Arellano y David Brown

    1998  Asentamientos incas en Chakamarka y Tarmatambo (depto. Junín): problemas y criterios de una interpretación para la reconstrucción de una provincia Inca. En: I Encuentro Internacional de Peruanistas. Tomo I: 181-193. Universidad de Lima/Fondo de Cultura Económica, Lima.

    Martínez, Jenny

    2008 Dinámica de ocupación inca y pre inca en los sitios Charazani pata-Karilaya y Pukarani en Curva. Provincia Bautista Saavedra, Departamento de La Paz. Tesis de Licenciatura, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.

    Meyers, Rodika

    2002 Cuando el sol caminaba por la tierra. Orígenes de la intermediación Kallawaya Plural, La Paz.

    Morris, Craig

    1986 Storage, supply, and redistribution in the economy of the Inca state. En: Anthropological History of Andean Polities, editado por J.V. Murra, N. Watchel y J. Revel, pp. 59-68. Cambridge University Press, Cambridge.

    Muñoz, Iván

    1998 La expansión incaica y su vinculación con las poblaciones de los valles occidentales del extremo norte de chile. Tawantinsuyu 5:127-138.

    Murra, John

    1983 La organización económica del estado inca. Siglo XXI Editores, México.

    Niemeyer, Hans y Virgilio Schiappacasse

    1998 Patrones de asentamientos incaicos. Norte grande de Chile. En: La Frontera del Estado Inca, editado por Tom Dillehay y Patricia Netherly, pp. 114-152. Fundación Alexander Von Humboldt, Quito.

    Oblitas, Enrique

    1978 Cultura Kallawaya. Ediciones Populares Camarlinghi, Segunda Edición, La Paz.

    Schreiber, Catherine

    2000 Los Wari en su contexto local: Nasca y Sondondo. Boletín de Arqueología PUCP 4:425-447.

    Stenberg, Rubén y Nazareno Carvajal

    1998 Red vial incaica en los términos meridionales de imperio: tramo valle del Limari-valle Maipo. En: La Frontera del Estado Inca, editado por Tom Dille-hay y Patricia Netherly, pp. 153-182. Fundación Alexander Von Humboldt, Quito.

    Williams, Verónica y Terence D'Altroy

    1998 El sur del Tawantinsuyu: un dominio selectivamente intensivo. Tawantinsuyu 5:170-178.