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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.15 n.2 La Paz  2005

     

    SIMPOSIO

     

    ARQUEOLOGÍA DE TARIJA: AVANCES DEL PROYECTO ARQUEOLÓGICO

    TARIJA - SAIRE

     

    ARCHAEOLOGY OF TARIJA: ADVANCES FROM THE TARIJA - SAIRE ARCHAEOLOGICAL PROJECT

     

     

    Pablo Miguel Rendón Lizarazu

    Pablo Miguel Rendón Lizarazu: Dirección Nacional de Arqueología, La Paz - Bolivia.

     

     


    Este trabajo presenta de forma preliminar los avances de las investigaciones realizadas al sur del valle central de Tarija -en los alrededores del municipio de Padcaya- en el marco del "Proyecto Arqueológico Tarija - Saire ". En este trabajo se tocan aspectos referidos a patrones arquitectónicos, vías de comunicación del período prehispánico, patrón de asentamiento y algunos de los rasgos culturales característicos en la zona. De esta forma, se ofrece al lector una introducción general sobre la problemática arqueológica del valle, la cual pretende generar un mejor conocimiento referido a los sitios arqueológicos y pobladores prehispánicos de la zona.


    Thisworkisapreliminarypresentationoftheadvancesinresearchcarriedouttothesouthofthecentral valleyofTarija-bordingthePadcayamunicipality-underthe "Tarija-SaireArchaeologicalProject". Presentedin this article are aspects ofarchitectural patterns, prehispanic routes ofcommunication, settlementpatterns andsome ofthe culturalfeatures characteristic ofthe zone. In doingso, the author offers a better understanding ofthe archaeological sites and prehispanic populations ofthe zone.


     

     

    La inquietud por conocer el pasado prehispánico de Tarija promovió la realización de esta investigación, la misma que contempla dos temporadas de trabajo de campo discontinuas (1997 y 2001). Se pretendía culminar un trabajo en torno a la problemática del valle central de Tarija, siendo el objetivo principal el estudio de los desarrollos estilísticos cerámicos y las influencias foráneas observables en este tipo de material. Nos concentramos específicamente en el sur del valle central, más concretamente en la cuenca de Padcaya. Todos los esfuerzos y recursos fueron focalizados en la mencionada zona, en función de una minuciosa revisión bibliográfica. En ese sentido, se concentró la investigación -en principio- en el sitio arqueológico Saire. Posteriormente, se amplió el panorama de la investigación hacia otras áreas y sitios de la misma micro - región. De esta forma el trabajo de campo contempló dos etapas, una de prospección y otra de excavación de pozos de sondeo. Esta estrategia de trabajo tuvo como fin principal la obtención de muestras de cerámica y el registro de sitios arqueológicos aledaños al Saire. Estas muestras y sus contextos permitieron tener un mayor conocimiento de la micro - región, objeto central de la investigación.

    En ese sentido, el presente trabajo fue dividido en varios acápites que dejan apreciar de manera general los resultados del trabaj o de investigación; tanto bibliográfico, de campo, como de gabinete. El primer acápite contemplala descripción general del sitio arqueológico Saire, los antecedentes con los que se cuenta, así como sobre el monolito hallado en este sitio. En la segunda parte se presentan los resultados generales de los trabajos de excavación. El tercer acápite está dedicado -de manera breve-a la prospección realizada; en la última parte se esbozan unas breves conclusiones.

     

    El sitio arqueológico Saire

    Este sitio arqueológico es uno de los más representativos -de los identificados hasta la fecha- en los valles de Tarija. Su tamaño y características singulares lo convierten en una potencial veta de información, la que a la larga permitirá conocer la cultura de los pobladores prehispánicos de la zona. Con el fin de sistematizar la información y facilitar su estudio, el sitiofuedivididoenvarios sectores, los cuales se describen a continuación:

    1) El primero se denomina sector A y se caracteriza por la presencia de una serie de restos de estructuras rectangulares -agrupadas o independientes- de gran y pequeño tamaño. Por este sector atravesaban varios caminos prehispánicos, de los cuales aún se pueden apreciar algunos vestigios. Uno de ellos va con rumbo a Rincón Grande, otro a Rosillas, el tercero con dirección a la actual Padcaya y el último se dirige al río Orozas. Según Arellano y Berberian (1978) todos estos sectores se enmarcan en el sitio, el cual se extendería desde el borde de la peña (farallón) hasta el cementerio actual. Los límites mencionados son la llamada quebrada el Saire hacia el norte y el río Rosillas al sur. Su ubicación sería el punto más elevado de la peña, que según estos autores alcanzaría una altura aproximada de 200 a 250 metros, desde el lecho del río Rosillas.

    En el sector Ase destacan -además de la presencia de vestigios de estructuras- restos de terrazas y terraplenes, los cuales alcanzan hasta 2 m. de altura en los puntos de mayor declive. Arellano y Berberian sostienen que "...los recintos y habitaciones fueron construidos sobre pequeñas terrazas que se acomodaban a la topografía del terreno, con una serie de pequeños muros de contención escalonados en uno y otro sentido. Estos en algunos lugares alcanzan los dos metros de alto..." (Arellano y Berberian 1978: 8). Lamentablemente, por ser la confluencia de varios caminos de herradura aún hoy en uso, este sector es uno de los más deteriorados.

    2) El segundo sector identificado es el sector B; éste se encuentra al este del complejo, el mismo se conecta -a través de un sinuoso sendero- con el sector A. Por la contrastación de algunas fotografías viejas se determinó que éste fue el sector visitado por Ibarra (1942a, 1942b) en los años 40's. Este investigador menciona la complejidad de la construcción de las estructuras existentes. Entre las fotografías con las que se cuenta, destaca una en la que se muestra un monolito hallado en este sector, el cual en la actualidad se encuentra en el museo de la Universidad Juan Misael Saracho. Dick Ibarra, quien tuvo la oportunidad de ver los muros de las estructuras en pie, afirmó que no se trataba de arquitectura Inka.

    Al respecto, indica que -además de las particularidades arquitectónicas que presentaban- no se observaron ni puertas trapezoidales, ni hornacinas (Dick Ibarra 1999, comunicación personal 1999). Durante los trabajos de campo se pudo confirmar que las estructuras ubicadas en el sitio no son de origen Inka y que los patrones arquitectónicos son realmente singulares. Algo que llamó mucho la atención fue el hecho de que en una de las estructuras -que había sido totalmente excavada por saqueadores- no se observaba el acceso (Fig. 10.1). Este hecho llevó a pensar que la entrada no se encuentra a nivel del piso; investigaciones posteriores arrojaran más luces con referencia a estos aspectos arquitectónicos del Saire y sus construcciones.

    En este sector (sector B) se pueden apreciar claramente las formas de las estructuras. Todas corresponden a plantas cuadrangulares y consisten en una serie de habitaciones una al lado de otra, las cuales dan a un patio central. En algunos casos se observó la presencia de una pequeña habitación al centro del patio. Todas estas estructuras están construidas sobre terraplenes cuyas alturas fluctúan entre 0.50 - 2.00 metros. Son muy pocas las estructuras rectangulares pequeñas que están aisladas de los conjuntos mayores.

    El acceso oeste del mencionado sector cuenta con una gran muralla, elaborada con piedras mucho más grandes que las empleadas en la construcción de las estructuras habitacionales. Ésta sería la única construcción identificada en el sitio que aparentemente fue de carácter defensivo. Por estar situado en un paso amplio suponemos que se trata de una entrada.

    3)   Hacia el sudoeste del sitio se halla el cementerio actual de la comunidad del Saire. Éste fue denominado como el sector C o del cementerio. En esta área se identificó un gran relleno artificial o basural, compuesto por enormes cantidades de cerámica, hueso de camélido, carbón y tierra. En dicho sector se realizó el rescate de una ofrenda, la misma consistía en dos vasijas, un cántaro de dos asas y un cuenco. Esas piezas se hallaban enterradas y se había dispuesto una serie de piedras a su alrededor, a manera de protección.

    Los análisis realizados del contenido de la vasija al parecer indican la presencia de dos tipos de pelo de camélido, unos más finos y delgados y otros gruesos. Los más delgados se encontraban teñidos de verde, azul y guindo, los cuales probablemente pertenecían a alpacas. Los segundos, más gruesos, no presentan teñidos, su color natural es café claro y probablemente correspondían a llamas.

    4)   La parte baja del sitio -casi a orillas del río Rosillas- fue dividida subsecuentemente en dos sectores, con el fin de facilitar su estudio. El primero se denomina sector D, al cual también es considerado el sector del "acceso"; el mismo está situado al noreste del sector A. En este lugar se hallaba un paso que conectaba los caminos prehispánicos de la parte baja con la parte alta del sitio. Al parecer, este paso fue destruido al construir el camino carretero que une la comunidad de Rincón Grande con la comunidad Saire.

    Finalmente, en la otra banda del río se halla el sector E, el mismo que se caracteriza por albergar una gran cantidad de estructuras habitacionales muy deterioradas. Por este sector también pasa el camino prehispánico que se dirige a la actual localidad de Padcaya. Lamentablemente, una gran parte del mismo fue destruida debido a la instalación de una gravera y chancadora1.

     

    El monolito Saire

    Este monolito fue hallado en el sitio Saire en 1941 por alguien apellidado Justiniano, pero fue dado a conocer a nivel mundial en publicaciones realizadas por Ibarra Grasso en 1942 y 1957. El año 1997 éste fue reconocido por mi persona en una de las salas del Museo de Tarija, el mismo era empleado como pedestal para otras piezas menores. En el marco de las investigaciones del proyecto, el redescubrimiento de esta pieza fue de real importancia. Eso posibilitó su registro y análisis, ampliando de esta forma el marco de las posibles interpretaciones que se realizan.

    Dicho monolito tiene una altura máxima de 1.24 m., un ancho promedio de 0.20 m. y un espesor de 0.15 m. Tiene la forma de un paralelepípedo irregular y está elaborado en roca sedimentaria, característica de esta zona del valle. Según Ibarra (1999, comunicación personal), el mismo se hallaba pintado con cuatro colores: verde, rojo, blanco y negro. En la actualidad sólo se pueden apreciar restos de pintura roja. Presenta rostro antropomorfo en el cual destacan los ojos circulares, cada uno con un punto en el centro. En medio de ellos existe una línea a manera de nariz; la boca consiste en un rectángulo seccionado en tres partes. Por otro lado, en el cuerpo del monolito todavía se distingue la iconografía. Los motivos que se destacan son círculos con punto al centro y líneas en zigzag; estos motivos combinados forman figuras compuestas, cuyo significado es difícil de descifrar.

    Hasta el momento no existen datos de otro monolito similar a éste, mucho menos en la región de los valles del sur. Sin embargo, se tiene constancia de la presencia de estelas, como las del sitio Quisca Cancha (Bass Werner 1996), las cuales permiten identificar un patrón. Siguiendo este criterio se sabe que las estelas se hallan en el patio central de una estructura cuadrangular, conformada por varias habitaciones una al lado de otra.

    Las excavaciones arqueológicas

    La investigación contempló la excavación de tres pozos de sondeo y la limpieza de dos perfiles (Fig. 10.2). Los primeros dos pozos fueron excavados en el sector A; el primero (Pozo 001) en el patio de una estructura situada en el punto más alto de este sector. El segundo pozo (002) fue ubicadoal interior delosrestosunaestructura situada hacia el noroeste de la anterior.

    La tercera unidad (Pozo 003) fue excavada en el sector situado al otro lado de la banda del río Rosillas. Éste se ubica -aproximadamente- a 50 m. de altura en relación al lecho del mencionado río; en el mismo se observan restos de conjuntos de estructuras, al igual que estructuras aisladas. En este caso se excavó un basural situado en la parte media del sector, a los pies de un montículo.

    Finalmente, los dos perfiles se encontraban en el área del cementerio actual, hacia el sudeste del sector A. Ambos perfiles se situaban aun costado del camino carretero que va del Saire a Rincón Grande, en lo que fue un relleno artificial de la época de las construcciones prehispánicas superiores.

     

    Resultados preliminares de las excavaciones

    Pozo 001. Las excavaciones en el patio de la estructura no arrojaron buenos resultados, ya que éste -prácticamente-no presentaba materiales en su superficie; pero si una muy pequeña cantidad en su relleno, la que consistía en pequeños tiestos cerámicos. Fuera de ello no se observaron contextos sobresalientes o relevantes. Lo importante de esta experiencia fue el hecho de aprender que, dadas las características de los suelos y de la forma de acumulación de tierra, la compactación de rellenos y pisos suele ser similar. Por esa razón, los pisos de ocupación son difícilmente identificables por compactación, siendo -por el contrario- el color de la tierra el que determina o identifica un piso.

    Pozo 002. Excavado dentro de los vestigios de una estructura rectangular pequeña; fue uno de los más interesantes, dadas las unidades estratigráficas que lo componían. La mayor de ellas presentó una gran cantidad de materiales arqueológicos. Por debajo de ésta se identificaron -según el orden de los hallazgos- un pequeño basural caracterizado por tierra negra, el cual presentaba una concentración de huesos de camélido bastante alta, tiestos cerámicos y un batán fragmentado.

    Así mismo se registró una ofrenda consistente en un ceramio entero, similar aun keru, situado a una profundidad aproximada de 0.50 m. Gracias a la excavación de esta ofrenda se pudo determinar exactamente la profundidad a la que se hallaba el piso de ocupación. Debido a los saqueos observados en muchos lugares del sitio, se ha llegado a la conclusión de que este tipo de ofrendas fue muy común en el mismo.

    Finalmente se debe mencionar el piso de ocupación, el cual no presentó ningún tipo de materiales en su superficie. Cabe destacar que, mientras la excavación del pozo se acercaba al piso, la densidad de materiales fue en descenso, a excepción de la ofrenda y del pequeño basural. No se observaron mayores rasgos o material relevante.

    Pozo 003. Con el fin de obtener una muestra más grande de cerámica del sitio se procedió a la excavación del tercer pozo. Éste fue ubicado al otro lado de la banda del río Rosillas, en un montículo sin vestigios de estructuras que -por lo observado- es un basural. Dadas las condiciones del tiempo que primaron durante esta fase, se excavó sólo la mitad del pozo de 2 X 2 m.

    Esta unidad presentó la más alta concentración de materiales arqueológicos. Entre ellos se destacan figurillas de animales, lascas de materiales foráneos, una punta de proyectil elaborada en obsidiana, restos de cobre y huesos de diversos animales (camélidos y cuis).

    Perfiles 1 y 2. Los perfiles se ubican en lo que hoy es el cementerio actual, hacia el sudeste del sector A. Se sitúan en una quebrada rellenada artificialmente en diferentes oportunidades (Fig. 10.3). En la parte más elevada se observan las construcciones que fueron edificadas, luego de rellenada la quebrada.

    En ambos perfiles se pudo apreciar la continuidad de ocupación del sitio, la cual se dio en un largo período de tiempo. Se observan claramente dos momentos diferenciados de ocupación, los rellenos que se encuentran entre ellos indican activa presencia humana en el sitio. Así mismo, estos perfiles nos permitieron observar la magnitud de los recursos humanos que debieron ser empleados para la construcción del poblado, en los diferentes momentos de su historia.

     

    La prospección Arqueológica

    Con el fin de optimizar el tiempo de trabajo se optó por recorridos pedestres cortos en los alrededores del sitio Saire, además de la visita a otros sitios distantes a éste. En el último caso, se utilizó una motocicleta como medio de transporte.

    De este trabajo se obtuvieron resultados muy interesantes; el primero fue la identificación de un patrón de asentamiento en los ríos Rosillas y Orozas.

    En ambos casos, los poblados de mediano y pequeño tamaño se hallan siempre en áreas elevadas, adyacentes a fuentes de agua fresca. De esa forma, los ríos se convierten en medios de comunicación natural. Sin embargo, estas rutas fueron -en muchos casos- complementadas con caminos paral elosquefacilitabanlosdesplazamientos de un lugar a otro, entre ríos y sitios.

    Así mismo, durante los trabajos de prospección se identificó otro patrón de asentamiento. En este caso los sitios están vinculados a caminos transversales a los ríos, de esta forma se conectaban zonas y cuencas distantes (Fig. 10.4). Debido a ello, las distancias entre uno y otro poblado fueron mucho mayores que las detectadas en las riberas de los ríos.

    Otro de los aspectos que cabe destacar es el referido a la relación existente entre sitios de arte rupestre y sitios habitacionales.

    De esta forma se pudo determinar que siempre existía una distancia de un máximo de 500 m. entre un sitio arqueológico de mediano tamaño y restos de arte rupestre. No había diferencia en que se tratara de una pictografía o una petrografía. Este hecho deja ver la importancia de las áreas rituales vinculadas a los poblados. Lo que queda por desentrañar es el rol que jugaron éstos en el ámbito religioso e ideológico de los pobladores prehispánicos de la zona. Así también, se pudo determinar que el estilo rupestre presente en los tres sitios prospectados es similar, aunque en uno de los casos se trata de una pictografía, siendo los demás petroglifos. Esto implicaría que existió una estrecha relación entre los pobladores de los asentamientos prehispánicos, aspecto que fue claramente detectado durante las prospecciones realizadas.

     

    A manera de Conclusiones

    Por todo lo observado, se puede argüir que la zona fue mucho más densamente poblada en el pasado, en comparación a la actualidad. Así mismo, probablemente la produccióndemaízfueunafuenteimportante de sustento - como lo es hoy - más aún tomando en cuenta que en todos los sitios prospectados se observó una alta densidad de batanes. Al parecer, la presencia de ganado camélido fue de mucha importancia en el área, esto debido a la cantidad de huesos pertenecientes a estos animales, hallados en los trabajos de excavación.

    Por lo que se observa en la iconografía de la cerámica y del monolito Saire, se hace patente la relación directa entre los pobladores de aquellos sitiosy el arte rupestre identificado en la temporada de campo 2001.

    Durante los trabajos realizados no se identificó una clara y/o marcada influencia, a través de restos materiales (principalmente cerámica incisa), de las culturas de tierras bajas en el Saire y los sitios prospectados. Más por el contrario, en el caso particular de tierras bajas -durante la visita realizada al museo de Padcaya- se evidenció que esta influencia se halla sólo en algunos sitios hacia el sur del Saire. De esta forma se confirma nuestra apreciación de la probable existencia de un límite de contacto.

    Finalmente, dadas las características arquitectónicas observadasy las extensiones de los sitios, se puede hablar de la presencia de rasgos particulares en la zona. A ello podemos añadir las características de la cerámica de excavación, prospección y de colecciones, la cual presenta una probable relación estilística con la cerámica Chicha (ver Angelo 1999). Sin embargo, ello no implica que todos estos materiales correspondan a una misma cultura.

     

    Agradecimientos

    El presente proyecto que se viene realizando desde 1997 a la fecha, contó con el apoyo incondicional de mucha gente. Entre ellos debo citar y agradecer -en primer- lugar a mi esposa Angela, por su apoyo incondicional y sus consejos; a mis eternos amigos Marco y Vero; a Wildo Farfán, responsable del Centro de Investigaciones de Padcaya; al Honorable Alcalde de Padcaya Sr. Eloy Moreno; al padre Anannías Barreto, por permitirme trabajar con los objetos del Museo de Chaguaya; al Dr. John Janusek, por el apoyo logístico; a Osvaldo Cáceres, por su valiosa cooperación durante los trabajos de excavación; a Javier Escalante, por los permisosy autorizaciones; aEduardoParej a, por los consejos para los análisis; a Freddy Michel, por su confianza; a Dante, Pilar y los colegas del Laboratorio de Conservación; al Sr. Cesar Callisaya y a todos cuantos colaboraron para que este trabajo se realice.

     

    Referencias Citadas

    Angelo, D.
    1999 Tráfico de bienes, minería y aprovechamiento de recursos en la región de los valles del sur boliviano (Una aproximación arqueológica a la región de los chichas, Provincia Sur Chichas - Potosí). Tesis de Licenciatura inédita. Carrera de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.

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    1977    Reconocimiento Arqueológico de la zona de Tari ja, Proy. 29/77. INAR (miniografiado)/ La Paz, Bolivia.

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    1978    Investigaciones arqueológicas preliminares en Tarija. Informe presentado al Instituto Nacional de Arqueología, La Paz.

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    1996 Trabajo de investigación en el sur de Bolivia. Manuscrito inédito en posesión del autor.

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    1942b Las chichas de Tarija (sic). Aquí
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    Nota

    1. La destrucción del sitio fue denunciada por mi persona a la entonces Dirección Nacional de Arqueología y Antropología de Bolivia (DINAAR) mediante informe interno del 26 de febrero de 1997. Asi mismo, este hecho fue de conocimiento público a través de diversos medios de comunicación y principalmente periódicos de circulación nacional como en El Diario en su publicación del 29 de enero de 1998 y La Razón de la misma fecha.