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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.15 n.2 La Paz  2005

     

    SIMPOSIO

     

    CONSUMIENDO EL ESTADO: POLITICA COMENSALISTA EN UNA ANTIGUA ENTIDAD POLÍTICA ANDINA

     

    CONSUMING THE STATE: COMMENSAL POLITICS IN ANANCIENT ANDEAN ETHNIC POLITY

     

     

    John W. Janusek

    John Wayne Janusek, Departamento de Antropología, University of Vanderbilt, Vanderbilt - USA. E-mail: jwjanusek@vanderbilt.edu

     

     


    La presencia de Tiwanaku significó el primer desarrollo de urbanismo en el Altiplano andino. Sólo recientemente losprincipalessitiosTiwanakuubicadosalsurestedellagoTiticacafueronconsiderados ciudades pobladas, y aún ahora, se los considera evidentemente religiosos o de carácter patrimonial. En base a una década de investigaciones, este trabajo intenta explorar algunas características claves del urbanismo de Tiwanaku y el rol de la fiesta dentro del ámbito de relacionamiento político. Se encontraron evidencias de variación estilística en las vasijas de cerámica. Estas vasijas fueron particularmente concebidas como una especializada tecnología de festejo y vehículos de expresión iconográfica. Por ello se concluye que Tiwanaku, si bien reflejó una profunda experiencia religiosa, también fue un centro de convergencia social y ceremonial compuesto de grupos sociales diferenciados en diversas escalas sociales.


    Tiwanaku signifies the first development of urbanism in the Andean altiplano. The principle Tiwanaku sites, located to the southeast ofLake Titicaca, only recently have been considered populatedcities, and still today, are considered to have been primarily ofreligious orpatrimonial character. Based on a decade ofresearch, this article intends to explore some key characteristics of Tiwanaku urbanism and the role of the fiesta within the context of political negotiations. Stylistic variation isfoundin ceramic drinking vessels. These vessels wereparticularly conceivedof asaspecializedtechnologyforfeastingandvehiclesforiconographicexpression.Becauseofthis, it is concluded that Tiwanaku indeed reflected aprofound religious experience, but also was a center ofsocial andceremonial convergence comprisedofdifferent social groups indifferent social scales.


     

     

    En el pasado como hoy en día, las relaciones de poder a menudo se centraban en rituales que involucraban grandes cantidades de comida y bebida. Las fiestas son rituales de consumo políticamente cargados. En parte están cargados porque presentan -en primer plano- comida y bebida en ceremonias enraizadas dentro del idioma del compartir. Extienden relaciones y actividades conducidas típicamente dentro de la esfera doméstica hacia esferas más públicas, caracterizadas por lo que Emile Durkheim (1902) llamaba “efervescencia colectiva”. La intimidad de las relaciones colectivas para adquirir, compartir y consumir alimentos impregna las fiestas públicas a gran escala. Pero la fiesta es una forma de toma y daca, y como tal, es una vía para hacer circular relaciones de obligación y de establecer relaciones de desigualdad. Patrocinar una fiesta es una estrategia usada por los ambiciosos "grandes hombres" para crear un séquito y construir un poder o prestigio informal. Más recientemente, la fiesta ha quedado implicada dentro del proceso de la formación del Estado. La investigación en los importantes centros inkaicos de los Andes (ej. Huánuco Pampa, Oroncota) demuestra que los Inkas gobernantespatrocinabanlasfiestaspúblicas importantes como una forma de mantener un ideal de reciprocidad con las poblaciones locales. Ésta era una estrategia clave para crear y reproducir al Estado inkaico.

    Así, en ciertas sociedades, losrituales de consumo forman una estrategia para construir el poder, y tal vez indirectamente, para promover la integración socio-política. Pero todo esto plantea la interrogante acerca de los papeles que la sociedad juega dentro de la formación del Estado; la de los así llamados "seguidores" y "facciones". En la mayoría de los modelos, el papel agente o cinético es del dominio de los ambiciosos jefes y gobernantes, mientras que los participantes -aquellos que "hacen que el Estado exista"- permanecen como conductores pasivos frente a la desigualdad emergente. En ese sentido, podríamos detenernos y volcar nuestra atención hacia esos contextos locales, hacia la gente que "hace que las fiestas existan".

    En muchos casos, la gente no está obligada a participar dentro de un sistema hegemónico, más allá de pagar tributo, imposicioneslaboralesyreverencia. Poreso, sostengo que ellos generalmente participan por otras razones: 1) porque es la acción adecuada dentro de un orden jerárquico naturalizado y concretizado, y 2) porque es estratégico, ya sea en términos económicos, en el prestigio ritual o en el status, en vías a adquirir una posición más próxima al status de la elite y tal vez al poder sagrado. Este hecho, simultáneamente, permite estar más "distante" de aquellos que están marginados dentro del orden social. Participar de una jerarquía emergente tiene un valor redentor.

     

    La fiesta en tres ámbitos

    Aquí se explora el papel de la fiesta en Tiwanaku. Al tratar de los Andes es útil distinguir entre dos ámbitos diferentes (o contextos) de la fiesta, cada uno con sus dimensiones sociales y políticas particulares. Para el efecto, me apoyo en las observaciones de Michael Dietler (1996) sobre los diferentes "modelos de fiesta".

    Las primeras son fiestas empresariales o son "fiestas de comunidad", que tienden a involucrar a los hogares o a otros grupos sociales y que están dirigidos hacia la adquisición de prestigio. En los Andes, estos modelos son notables en pequeñas fiestas de grupos de trabajo, tales como las ceremonias de techado de una casa y las ceremonias comunitarias (como las festividades de un santo-patrón), en las que el patrocinio involucra cargos rotativos. Las relaciones entre los grupos involucrados son fundamentalmente horizontales, de modo que estas fiestas son consideradas típicas de las sociedades de pequeña escala.

    Las "fiestas patrocinadas" fomentan y reproducen relaciones de desigualdad. Aquí, la relación entre el patrocinador y el huésped se basa en diferencias de clase muy marcadas, y en algunos casos ontológicamente separadas. Al mismo tiempo, quedan involucradas la reciprocidad y la "hospitalidad comensalista", pero en este ámbito hay una "etiqueta" o discurso que acompaña las relaciones verticales intensificadoras. En los Andes, éstas comprendían fiestas públicas patrocinadas por las autoridades inkaicas para aquellos que trabajaban (temporalmente) para el Estado. De acuerdo a la investigación de Craig Morris, la instalación inkaica de Huanuco Pampa en Perú se concentra sobre una gran plaza central y está regada con recipientes rotos de servicio y almacenamiento, evidencia de que asentamientos tales como éste estaban dedicadosafiestasyritualespúblicosdegran escala. El estatismo inkaico era -en parte-el resultado de una etiqueta de hospitalidad promovida por las elites gobernantes. Se considera que las fiestas comunitarias caracterizan a sociedades periféricas o de pequeña escala, tales como las existentes en los Andes actualmente; mientras que las fiestas patrocinadas caracterizan a sociedades y Estados emergentes complejos ¿Cuál es la relación entre estos ámbitos festivos? ¿Están asociados con diferentes tipos de sociedades o pueden coexistir? En este artículo pretendo examinarlas relaciones sociales e históricas entre estos diferentes modelos de fiesta.

     

    Fiesta e identidad en los Andes

    La comida y el alcohol son elementos centrales en los principales rituales en los Andes. En ellos, los individuos y los grupos -periódicamente- forjan y redefinen relaciones de poder e identidad comunitaria. Cualquier ritual importante involucra fiesta y bebida. Los festivales más importantes tienen lugar en las poblaciones también importantes (marka), y atraen multitudes de aldeas circundantes, villorrios y regiones alejadas. Las fiestas importantes son eventos atractivos, que periódicamente renuevan y fortalecen las identidades regionales, étnicas y políticas más grandes. El concepto de ayllu es fundamental para comprender la fiesta, la identidad y las relaciones de poder en las tierras altas andinas. El ayllu era el principio básico del orden social; refiriéndose en su sentido más específico al parentesco íntimo que compartían los ancestros, los recursos y los lugares sagrados comunes. Pero éste era un concepto maleable, ya que podía referirse a múltiples identidades anidadas o superpuestas. Antes de la colonización española, el ayllu también se refería a una entidad política inclusiva. Las relaciones entre micro-ayllus se describían como relaciones íntimas dentro de la familia, con líderes políticos tan metafóricos como "hermanos mayores" o "padres". Así, el ayllu invocaba a un intrincado y maleable sentido de comunidad, lugar, e identidad. Desde otra perspectiva, el ayllu definía relaciones complej as dentro de un paisaj e socio-político jerárquico. Para cualquier persona, el ayllu proporcionaba coherencia personal y social, pero también significaba ideología política.

    Las ciudades y pueblos andinos nativos jugaban un papel dinámico al integrar el orden social y cósmico. Los centros claves de unidad política e ideológica eran denominados marka, ellos daban coherencia periódica a identidades inclusivas en los rituales públicos de convergencia social. Las markas servían como nodos de poder estatal, y la unidad política quedaba confirmada en los principales rituales. Pero la integración política era promovida no sólo por los líderes ambiciosos. Era también una "consecuencia involuntaria" de la participación ambiciosa de la sociedad dentro de las facciones del orden hegemónico y de sus seguidores, debido a su consumo de poder y de sus beneficios ideológicos y materiales.

     

    Política comensalista en Tiwanaku

    El Tiwanaku prehispánico se centraba en la cuenca sudoriental del lago Titicaca. Las excavaciones en el recinto de Kalasasaya, dirigidas por Carlos Ponce Sanjinés durante los años 50's, indican que alrededor del 200 a.C. esta área era el centro de la actividad ceremonial. Los enterramientos y los pozos de ofrendas que datan de la -así llamada- fase Tiawanaku 1   (Formativo Tardío I) proporcionaron numerosos recipientes elaboradamente decorados. Durante la fase Tiwanaku III (Formativo Tardío II), en algún momento después del 3 00 d. C., se construyó la extensa plataforma de Kalasasaya y posiblemente también el templete semi subterráneo adyacente, o lo que es todavía más probable, éstos fueron ampliados. Después del 500 d.C., Tiwanaku fungía como el centro ritual y político de una entidad política que por más de 600 años (500 - 1100 d.C.) influenció a gran parte de la región andina. La extensión de la hegemonía de Tiwanaku durante este largo período puede dividirse en dos fases, Tiwanaku IV y V. Alrededor del 600 d.C., en el centro de esta orbe existía un núcleo de edificios monumentales (aunque no acabados), los más importantes era el Pumapunku al sudoeste y el Akapana al noreste. Con el tiempo, estos edificios quedaron rodeados por patios abiertos y residencias de elite. Es así como formaron -en conjunto- el corazón de la elite política y de la actividad ritual.

    Un sector de residencia de elite que ha sido razonablemente bien estudiado es Putuni, ubicado al lado oeste de Kalasasaya. De acuerdo a recientes excavaciones dirigidas por Nicole Couture, esta área fue ocupada por primera vez a finales de la fase III, en algún momento del siglo V. Durante la fase siguiente, fase IV (500 - 800 d.C.), se construyó un complejo residencial que constaba de edificios sobre cimientos de piedra tallada con proporciones sustanciales de cerámica elaborada y otros bienes suntuarios (Fig. 3.1). Lo que ahí se registró era una gran sala que contenía numerosos rasgos domésticos (incluyendo varios fogones y pozos), asociada a una plaza abierta al oeste. La sala denotó la existencia de cientos de ollas rotas (recipientes para cocinar), mientras que la plaza abierta proporcionó una gran cantidad de tinajas para almacenar líquidos, tales como agua y bebidas fermentadas. Esta área parece haber estado dedicada a la preparación y consumo de alimentos.

    Personalmente me encontraba muy interesado en excavar áreas residenciales fuera del núcleo monumental. Lo que encontré sugiere que Tiwanaku era mucho más complejo e interesante de lo que habíamos imaginado. El asentamiento se expandía a través de toda la fase IV, por un periodo de más o menos 200 a 300 años, y por el año 800 era una extensa ciudad. Ocupaba un área de más o menos 6.5 km2, gran parte de la cual consistía en sectores residenciales y lugares de actividad ritual local. Conforme Tiwanaku se expandía, grupos residenciales se asentaron dentro de sectores amurallados. Cada uno estaba separado de los otros sectores y consistía en cierto número de unidades domésticas, y patios abiertos y cerrados. Cada grupo amurallado empleaba objetos del estilo Tiwanaku y compartía prácticas domésticas comunes, pero los patrones espaciales y de artefactos diferían de un grupo a otro. Por ejemplo, cada uno practicaba diferentes rituales domésticos; en base a restos arqueobotánicos se puede afirmar que cada uno difería en la naturaleza y variabilidad de su dieta, algunos realizaban un comercio especializado. Cada grupo amurallado incluía enterramientos de adultos, indicando que conservaban a sus ancestros muertos cerca del hogar. La actividad mortuoria estaba estrechamente ligada a la vida doméstica, y las ofrendas periódicas habrían reafirmado la identidad de grupo.

    Así, los grupos amurallados probablemente eran grupos basados en el parentesco, tal vez muy parecidos a los posteriores ayllus, cuya base es el parentesco.

    Lo más importante -sin embargo-es que cada grupo amurallado mantenía una gama particular de recipientes de servicio. En todos los grupos seregistraron cantidades sustanciales de vasijas elaboradas, asociadas directamente con el consumo de comida y bebida; éstas oscilaban generalmente entre 20 y 25% de todos los recipientes. En todos los casos, por lo menos 80% de dichos recipientes estaban modelados y decorados elaboradamente, y la mayoría exhibía elementos que definían un "estilo Tiwanaku" relativamente estándar. El grado de elaboración sugiere que fueron usados, tanto a diario como en ceremonias locales, en rituales cíclicos y en otros eventos que incluían fiestas.

    Apoyando este aspecto, debemos indicar que cada grupo amurallado -y las áreas entre grupos (calles)- incorporaba cierto número de grandes pozos de residuos, "pozos de ceniza". La mayoría de ellos estaban llenos de ceniza y de residuos, en uno o dos eventos, además de que siempre incluían grandes cantidades de vasijas rotas deservi cioy dealmacenamiento. Estospozos incluían los residuos de la vida cotidiana, pero también los de ocasiones especiales, de las ceremonias periódicas locales.

    Entre estos grupos diferían los juegos de servicio en gamas de propiedades estilísticas, incluyendo elementos de forma, decoración y tecnología. Algunos grupos incluían motivos que eran raros o que estaban ausentes en cualquier otro lado. Por ejemplo, en Akapana Este 2, los tazones con un motivo de "voluta continua" eran comunes (Fig. 3.2a). Este motivo era común en otros sitios, tales como Lukurmata en la vecina cuenca Katari, pero no en los grupos amurallados vecinos. Otros incluían altas proporciones de recipientes de una variante particular del estilo Tiwanaku (20%) a la que llamo "estilo Cochabamba"; debido a una región donde es muy común, en los valles más bajos más o menos a 250 km. de Tiwanaku (Fig. 3.2b).

    Aunque el estilo Tiwanaku prevalecía, cada grupo amurallado empleaba una gama particular de recipientes, incluyendo sutiles manipulaciones del estilo Tiwanaku. Los grupos mantenían diferentes redes e identidades sociales, en algunos casos ligadas a otras regiones. En las fiestas periódicas, elaborados contenedores de alimentos -como ítems de exhibición- se habrían vueltoactivosparamarcar, promover, o redefinir el status y la identidad del grupo. Los cambios principales empezaron a ocurrir después del 800 d.C., al comienzo de la fase V. En parte, esto involucraba la intensificación de la autoridad y producción de Tiwanaku en las regiones estratégicas. Justo al norte del valle de Tiwanaku, todo el valle Katari estaba convertido en un centro de producción en campos elevados, había una masiva producción. El valle de Moquegua, a 200 km. al oeste del Altiplano, cambió de una pequeña a una importante colonia provincial.

    Allí había por lo menos un sitio extenso, Chen Chen, dedicado a la producción y procesamiento de maíz. El maíz procesado era importado a las tierras altas como alimento, pero tal vez era más importante para actividades ceremoniales, para fabricar una bebida alcohólica fermentada, la chicha. Mientras tanto, Tiwanaku experimentaba cambios significativos. La proporción de grandes tinajas se incrementaba en todas las áreas excavadas, desde un promedio de 20% hasta uno de 35% de cada conjunto cerámico (Fig. 3.3). Éstos eran recipientes grandes con cuellos estrechos y generalmente decorados con volutas continuas. Más recientemente, recipientes similares servían para la fermentación y almacenamiento de bebidas alcohólicas fermentadas, es el caso de la chicha y la chua.

    Al mismo tiempo, gran parte del área dentro y alrededor del gran núcleo monumental de Tiwanaku experimentó una renovación importante. Putuni fue demolido y reconstruido como un complejo de palacio y templo importante, presentaba un patio grande y otro pequeño con grandes cantidades de tinajas rotas. Más o menos a 250 m. hacia el este se encuentra Akapana Este, que en la fase IV estaba ocupada por varios complejos residenciales. Tres áreas excavadas revelaron nuevos complejos que encerraban una serie de áreas grandes abiertas, de edificios especializados, y en uno de los casos, una gran sala con 14 fogones cubierta por miles de recipientes de cocina (Fig. 3.4a). Al parecer, ésta era una gran cocina e incluía un único tipo de tazón para tostar, j amás encontrado en ningún otro lugar (Fig. 3.4b). Los recipientes de servicio y los ítems asociados con la preparación de alimentos eran comunes en el patio abierto. Las muestras arqueobotánicas revelaron altas proporciones de quinua y maíz. La proporción de granos de maíz era alta con respecto a las mazorcas; esto sugiere que el maíz entró al área ya desgranado y que su almacenamiento fue posiblementecentralizado. Al parecer, la gente realizaba importantes fiestas en esta área, las cuales involucraban grandes cantidades de comida y de bebidas fermentadas.

    Directamente adyacente al complej o principal había otro complejo, el mismo que comprendía un gran patio abierto rodeado por cimientos de piedra cortada. Es posible que muchas de las ceremonias tuvieran lugar en este patio. Debido al gran espacio dedicado a esta maniobra y a la proximidad del área al núcleo monumental, sostengo que estas fiestas involucraban la mano de las elites tiwanakotas. Por otro lado, pienso que en la fase Tiwanaku V el poder del Estado se basaba -en gran medida-en el patrocinio de fiestas ceremoniales a gran escala por parte de las elites.

     

    Conclusiones

    Tiwanaku, como una marka importante, era una ciudad cosmopolita compuesta por grupos diferenciados en status, actividad e identidad. Al parecer, era unlugardeconvergenciaceremonialy social. Las fiestas proporcionaban el contexto, la hospitalidad, el idioma de las relaciones sociales y el poder del Estado. Las fiestas comunitarias y las patrocinadas coexistían.

    El papel de las fiestas patrocinadas se incrementó fuertemente después del año 800, precisamente cuando las estrategias de producción y colonización del Estado se estaban intensificando. La intensificación de la producción en los campos elevados de Katari y el procesamiento del maíz en Moquegua iban ligados al creciente papel de la ceremonia en Tiwanaku. Esta poder intensificador unía a la producción de fiestas patrocinadas en casa, despliegues de generosidad y reciprocidad por parte de la elite. Parece, entonces, que los líderes del Estado, en parte a través de las fiestas, promovían la coherencia de la entidad política como un grupo de parentesco circundante, donde los gobernantes eran sus generosos proveedores. Cualesquiera que fueran las metáforas de las prácticas familiares íntimas y de las relaciones de comunidad traspuestas a la entidad política, las fiestas les daban expresión práctica. Una comunidad ideal periódicamente se hacía real.

    Sin embargo, es importante no llevar la analogía etnohistórica demasiado lejos. Tiwanaku no era simplemente una versión más grande de las comunidades andinas posteriores. En primer lugar, Tiwanaku y muchos de sus principales asentamientos regionales eran centros urbanos extensos. En segundo lugar, Tiwanaku -desde por lo menos la fase Tiwanaku III (300 d.C.)-era un centro ceremonial de prestigio, un centro religioso que durante la fase IV estaba anclado alrededor de los monumentales edificios de Pumapunku y Akapana. En tercer término, Tiwanaku era el centro de un Estado expansionista que mantenía un mosaico diverso de regiones y colonias incorporadas. El poder político de Tiwanaku y su prestigio religioso presentaba una escala muy diferente al de aquellas entidades políticas posteriores, las que fueron encontradas por los aventureros españoles. Sin embargo, ciertas características del centro, incluyendo las que giran alrededor de las ceremonias y fiestas periódicas, demuestran paralelismos con las sociedades andinas posteriores.

    Muchos modelos de desarrollo estatal dejan de lado a las no-elites, como si no tuvieran un papel en la realización de la historia y del poder centralizado. En Tiwanaku, los grupos diferenciados formaban la verdadera matriz social de la cual se fabricaban las instituciones estatales, y dentro de este contexto la fiesta ocupaba un papel central en el creciente poder del Estado. Lasfiestas eran eventos estratégicos para los grupos y para los líderes locales, quienes negociaban el status y la identidad local dentro del orden hegemónico y cobertor. La participación dentro de este orden y la vida en la creciente ciudad tenían un valor redentor: oportunidades económicas, experiencia sobre lo sagrado y atractivas fiestas, a cambio de otros servicios. Cada grupo mantenía una gama particular de redes económicas y de afiliaciones sociales, pero cada uno también internalizaba elementos de la circundante "ideología estatal" de Tiwanaku. La autoridad del Estado se fortalecía mediante la participación e incorporación de grupos locales. Por otro lado, la participación local dentro de este orden era estratégica. Tanto para el comunario como para el peregrino, Tiwanaku estaba ahí para ser experimentado, para proveer y (más que todo) para ser consumido.

     

    Referencias Citadas

    Dietler, M.
    1996 Feasts and Commensal Politics in the Political Economy: Food, Power, and Status in Prehistoric Europe. En Food and the Status
    Quest: An Interdisciplinary Perspective, editado por P. Wiessner & W. Schiefenhovel, pp. 87-125. Berghahn Books, Oxford.

    Durkheim, E.
    1902 [1893] The Division of Labor in Society. Macmillan, Nueva York.