SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.15 número2INTRODUCCIÓN. ARQUEOLOGÍA DE LA CUENCA DEL TITICACA Y VALLES INTERANDINOS: NUEVAS INVESTIGACIONES¿DOMESTICADO O SILVESTRE? RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN DE SEMILLAS DE CHENOPODIUM CHIRIPA, BOLIVIA (1500-100 A.C.) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Articulo

Indicadores

    Links relacionados

    • No hay articulos citadosCitado por SciELO
    • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

    Bookmark

    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.15 n.2 La Paz  2005

     

    SIMPOSIO

     

     

    COMUNIDADES Y ESPACIO PÚBLICO RITUAL EN EL FORMATIVO:

    EXCAVACIONES ENALTO PUKARA, 2000-2001

     

    COMMUNITIES AND PUBLIC RITUAL SPACE IN THE FORMATIVE: EXCAVATIONS IN ALTO PUKARA, 2000-2001

     

     

    Robin A. Beck Jr. & Victor Plaza Martínez

     

     


    Las excavaciones realizadas en Alto Pukara -un sitio del Formativo Medio (800-200 a. C.) ubicado en la cuenca del lago Titicaca- expusieron 72 m2 de una plataforma central, incluyendo dos cámaras rituales que se encuentran entre las primeras estructuras de este tipo descubiertas en los Andes del Sur. Estas cámaras de piedra -cuyas medidas aproximadas son 5,5mX4,5m- estuvieron orientadas cardinalmente y probablemente fueron usadas en pequeña escala para actividades rituales de familias extendidas. Aunque cámaras similares se registraron en el sitio de Chiripa en 1955, éstas fueron enterradas por el complejo de Casas Superiores; curiosamente, no existe analogía de este gran complejo en la construcción de Alto Pukara. Dicho patrón sugiere que una transformación social importante tuvo lugar en el período Formativo Medio; a través de ésta el ritualismo comunal fue reemplazado por un ceremonialismo regional enfocado en las Casas Superiores de Chiripa.


    The excavations completed in Alto Pukara - a Middle Formative period (800-200 B. C.) site located in the Lake Titicaca Basin - exposed a 72m2 centralplatform, including two ritual rooms that are among the earliest of such structures discovered in the southern Andes. These stone rooms - measuring approximately 5.5m x 4.5m - were cardinally oriented and probably were used on a small scalefor ritual activities of extendedfami lies. Although similar rooms werefound at the site of Chiripa in 1955, these were buriedby the Upper House complex; curiously, no such analogy exists for this great complex in Alto Pukara construction. Such a pattern suggests that an important social transformation tookplace in the Middle Formative; through time communal ritualism was replaced by regional ceremonialism focused on the Upper Houses at Chiripa.


     

    En la cuenca del lago Titicaca, durante el período Formativo Medio (800-200 a.C.), los habitantes del sitio arqueológico de Chiripa construyeron una gran plataforma de tierra que les permitía dominar la visual de su comunidad. En lo alto de esta plataforma se erigieron una serie de instalaciones rituales que culminaron en la construcción de una gran estructura de piedra y adobe, la cual estaba dispuesta en forma de octágono alrededor de un patio hundido. La construcción de esta plataforma en Chiripa ha sido ampliamente reconocida como un significativo desarrollo de complejidad sociopolítica. Ahora, luego de realizar una prospección de cobertura total en la península de Taraco, se tiene información de plataformas similares en varios sitios cercanos. En función de las excavaciones intensivas realizadas en uno de estos sitios recientemente registrados, Alto Pukara, este documento brinda información comparativa sobre la naturaleza de la arquitectura ceremonial temprana en la cuenca del Titicaca, así como en toda la región andina.

    La construcción de arquitectura pública de gran escala es a menudo considerada como un distintivo de sociedades complejas. La arquitectura monumental representa una considerable inversión de trabajo que agrupó a varias unidades domésticas (Arnold 1993; Kolb 1994; Moore 1996; Peebles & Kus 1977; Price 1984; Renfrew 1973; Trigger 1990; Wilson 1988), así como la permanente materialización de instituciones complejas y sus ideologías (DeMarrais et al. 1996; Earle 1997). Las demandas de arquitectura corporativa, junto con la negociación social requerida para construir tales estructuras sobre espacios comunales, reflejan el éxito de líderes individuales o grupos para forzar lazos sociales transversales a líneas partidistas. El tamaño y escala de tales construcciones también actúan como símbolos permanentes de poder, y por consiguiente pueden formar y reflejar el tejido social. Los monumentos y otros trabajos corporativos legitiman o refuerzan el status de los individuos asociados con su construcción o uso. Pese a la profanación, la modificación de monumentos públicos es parte de la interacción social, ya que legitima el rechazo de un orden social y la aceptación o imposición de otro.

    Los arqueólogos andinistas han dedicado considerables investigaciones a la emergencia de la arquitectura pública, particularmenteenelnorteycentrodelPerú. Muchas de las tradiciones de arquitectura temprana han sido identificadas a lo largo de esta región, incluyendo la "Tradición Religiosa Kotosh" (Burger & Salazar-Burger 1980) representada en sitios como Kotosh (Izumi & Terada 1972), Huaricoto (Burger & Salazar-Burger 1980,1985), La Galgada (Grieder & Bueno 1985, 1988) y Shillacoto (Izumi & Terada 1972); los macizos templos en forma de U de la costa central, en el Cardal (Burger & Salazar-Burger 1991) y Garagay (Ravines et al. 1982); y los complejos de montículo/ plataforma/plaza circular hundida en sitios como Las Aldas y Sechín Alto en el valle de Casma (Pozorski & Pozorski 1987). Mientras los arqueólogos debaten el grado de complejidad social que indican varios de estos grandes complejos (e.g. Burger & Salazar-Burger 1991; Pozorski & Pozorski 1992), es ampliamente sostenido que la arquitectura pública está asociada a los orígenes de las sociedades complejas.

    El período Formativo Medio en la cuenca del Titicaca conllevó el desarrollo de complejas instituciones rituales y políticas. Aunque el florecimiento de estos desarrollos en Tiwanaku, y en menor grado en Pukara, atrajo la atención de peregrinos, exploradores y arqueólogos, la raíz del Formativo Medio de la civilización sur andina se ha vuelto un reciente enfoque de la investigación arqueológica (Albarracín- Jordán 1992; Albarracín-Jordán & Matthews 1990; Bandy et al. 1996; Bermann 1994; Browman 1978, 1991; Chávez 1988; Chávez & Chávez 1975; Erickson 1988; Hastorf 1999; Hastorf et al. 1992, 1997; Kolata 1993, 1996; Matthews 1993; Portugal O. 1992; Stanish 1994; Stanish & Steadman 1994; Stanish et al. 1997; Steadman 1995). Las excavaciones realizadas en Chiripa (Bennett 1936; Browman 1978, 1991; Chávez 1988; Hastorf et al. 1992, 1997; Kidder 1956), sitio ubicado en la península de Taraco (Fig.1.1), han revelado una secuencia de arquitectura pública que abarcó el período Formativo. La secuencia

    arquitectónica de Chiripa, probablemente mejor conocida por su enigmático nivel de Casas Superiores, es caracterizada por un incremento de escala, durabilidad y restricciones de accesibilidad. De la misma forma, con sus 7.5 has., Chiripa estaba entre los más grandes asentamientos del Formativo Medio en la cuenca del Titicaca.

    Dada la naturaleza de su tamaño y sus complejas construcciones, Chiripa ha sido sugerido como el probable centro de jerarquía, gobierno multicomunitario o jefatura (Browman 1991; Stanish 1997). Una reciente prospección de la península de Taraco permitió localizar al menos otros cinco grandes asentamientos del Formativo Medio, cuyos rangos en tamaño oscilan entre 3.25-7.75 has., y donde se registró evidencia superficial de arquitectura pública de gran envergadura, similar a la de Chiripa (Matthew Bandy comunicación personal 1999). A la luz de esta nueva información, la escala y el potencial de integración de las organizaciones tempranas en la Península de Taraco, y más específicamente el rol integrativo de la arquitectura corporativa deben ser reconsiderados. Estareevaluaciónescruci al para entender la complejidad organizativa durante el período Formativo Medio. Las excavaciones en Alto Pukara brindan una de las primeras oportunidades en los Andes del Sur para estudiar las transformaciones regionales, a la escala de las organizaciones políticas del Formativo Medio.

     

    Investigaciones arqueológicas en la Península de Taraco

    La Península de Taraco (Fig.1.2) se extiende en el lago Wiñaymarka, la parte más pequeña del Titicaca hacia el sur. Se encuentra limitada al norte, sur y oeste por el lago; al noreste por la Pampa Koani, y por el Valle Bajo de Tiwanaku al sudeste. La península está formada por la serranía baja

     

    de Taraco y cubre alrededor de 100 km2. Esta región es parte del altiplano boliviano, una alta plataforma -casi sin árboles- que rodea el lago Titicaca con elevaciones de más de 3800 m.s.n.m. Hasta hace poco, la arqueología de la península fue concentrada casi exclusivamente en el sitio de Chiripa.

    Chiripa se encuentra en la parte norte de la península a 3830 m.s.n.m.; actualmente consiste en un montículo central de 0.36 has. y un área circundante de ocupación del Formativo que cubre 7.5 has. En tiempos de Tiwanaku IV-V (400-1100 d.C.) el sitio se extendió a 9 has. aproximadamente (Bandy 1999b). Las primeras excavaciones sistemáticas en Chiripa fueron realizadas por Wendell Bennett (1936) en 1934; Macs Portugal Zamora excavó el sitio en 1937 (Bandy 1999a; Portugal O. 1992; Portugal Z. 1940); Alfred Kidder dirigió los trabajos de campo en 1955 (Bandy 1999a; Chávez 1988; Kidder 1956), y David Browman (1978) condujo las excavaciones del montículo en 1974 y 1975.

    El Proyecto Arqueológico Taraco (PAT), dirigido por Christine Hastorf (Hastorf 1999; Hastorf et al. 1992, 1997), ha realizado trabajos en Chiripa en el curso de cuatro temporadas de campo 1992, 1996, 1998 y 1999. La meta principal del PAT fue la de investigar el desarrollo político al sur de la cuenca circunlacustre (Hastorf 1997:12). Como resultado de este proyecto, Chiripa es ahora el sitio del Formativo Medio mejor comprendido en toda la región del lago Titicaca. Además, para aclarar la estratigrafía del montículo (Bandy 1999c), las excavaciones realizadas por el PAT han documentado dos estructuras rituales desconocidas previamente, el cercado hundido de Llusco ubicado al sur del montículo (Paz 1999) y el área Choquehuanca al norte del montículo (Dean & Kojan 1999). Colecciones sistemáticas de superficie (Bandy 1999b) han revelado cómo la historia ocupacional de Chiripa cambió a través del tiempo, confirmando las interpretaciones de Karen Chávez (1988) sobre el montículo como una zona ritual asociada con un sitio mucho más grande. El análisis de atributos de cerámica que efectuó Lee Steadman (1999) tiene como resultado la identificación de tres fases de ocupación del Formativo: Chiripa Temprano (1500-1000 a.C.), Chiripa Medio (1000-800 a.C.) y Chiripa Tardío (800-200 a.C.). Los rangos de año calendario para estas tres fases fueron determinados por la calibración de 28 fechas radiocarbónicas obtenidas por proyectos previos, y de 14 fechados AMS dispuestos por el PAT (Whitehead 1999a).

    El montículo de Chiripa tuvo una larga historia de elaboración y uso, culminando con la construcción de un templo del Formativo Tardío fechado aproximadamente el 200 a.C. El montículo es más conocido, sin embargo, por las estructuras del Nivel de Casas Superiores del Formativo Medio (400-200 a.C.), instalación ritual de 14 a 15 casas rectangulares, alguna vez cubiertas con techo de paja y construidas de paredes dobles de adobe y pequeños guijarros ordenadas en un octágono alrededor de un patio hundido; este gran complejo fue construido en una plataforma de tierra preparada (Bandy 1998; Chávez 1988). Las estructuras se caracterizan por presentar pintura decorativa en las paredes, pisos de arcilla preparada, y reservorios que Karen Chávez (1988:19) interpretó como cámaras rituales de almacenaje.

    Los accesos dentro de las instalaciones fueron administrados en tres niveles: el pasaje interno del complejo fue limitado por dos aberturas, cada una a lo largo de las paredes norte y sur del recinto; el acceso a cada estructura fue restringido a través de pequeños portales, y el acceso a cada reservorio fue controlado por una pequeña ventana ornamental (Chávez 1988:20). Una estrecha ranura en el portal de cada estructura indica el uso de puertas corredizas para controlar las entradas y salidas. Entierros ubicados debajo del piso de la Casa 2 de Bennett (Bennett 1936) y la Casa C de Kidder (Bandy 1999a; Kidder 1956; Portugal Z. 1940) presentaban elaborados bienes de oro y cobre, tales como placas, bandas y plumas. El uso de las instalaciones del Nivel de Casas Superiores terminó con su destrucción a raíz de un incendio alrededor del 250 a.C.

    El sitio de Alto Pukara, mide 3.25 has. y está ubicado a 4 km. al este de Chiripa, éste ofrece una importante oportunidad para estudiar transformaciones a la escala de las instituciones políticas y rituales del Formativo Medio. Aunque Chiripa es el asentamiento Formativo mejor entendido en la cuenca del Titicaca, investigaciones arqueológicas previas a lo largo de la península de Taraco se han concentrado casi exclusivamente en este sitio; el resultado es que poco se conoce del contexto regional en el cual Chiripa emergió. Después de los trabajos de prospección realizados por Matthew Bandy y las recientes excavaciones en Alto Pukara, realizadas por los autores, podemos empezar a ver Chiripa y las comunidades vecinas dentro de un contexto regional amplio.

     

    Excavaciones en Alto Pukara, 2000-2001h

    Las excavaciones realizadas en Alto Pukara entre julio y noviembre del año 2000 y durante mayo del 2001, expusieron 72m2 de una plataforma de tierra. Esta plataforma es más pequeña que la del montículo de Chiripa, mide 33m. de este a oeste y 30m. de norte a sur, y se eleva hasta un máximo de 3m. de altura sobre las plataformas circundantes. Basados tanto en la apariencia hundida de la superficie del montículo y en un mapa topográfico del sitio (Fig.1.3), se esperaba encontrar un patio hundido al centro de la plataforma, similar a los templos Yaya-Mama descubiertos en Chiripa, Tiwanaku, Titimani y Ch'isi. Asimismo, se creía que las elevaciones visibles o puntos altos alrededor del centro de la plataforma hundida de Alto Pukara eran las ruinas de construcciones similares alas estructuras de las Casas Superiores excavadas en Chiripa. Sorprendentemente, descubrimos que no había un templo hundido en Alto Pukara y que las elevaciones que lo rodean no eran estructuras de ruinas; por el contrario, una gruesa capa de guijarros, basados en información preliminar de análisis cerámico, databa de tiempos post-Tiwanaku. Probablemente, esa capa se formó cuando los Pacajes y agricultores posteriores limpiaron los guijarros de sus campos y los amontonaron en la cima del montículo, al igual que los modernos agricultores del lugar.

    Lo que mostraron las excavaciones (Fig.1.4) fue una modesta instalación ritual consistente en dos estructuras pequeñas localizadas a los lados opuestos de la plataforma, a lo largo de los ejes norte-sur. Una plaza asociada, consistente en por lo menos seis pisos sobrepuestos de arcilla roja, fue localizada entre las dos estructuras. Esta compleja plataforma estaba relativamente conservada por los depósitos culturales posteriores; la cerámica recuperada no pertenecía ni a Tiwanaku ni a Pacajes por debajo de la capa de arado y de la capa de guijarros

     

     

    recientemente descrita. Toda la cerámica asociada con las estructuras, la plaza y con el evento que se encuentra inmediatamente sobre la arquitectura parece ser Chiripa, artefactos con temperante vegetal. Las estructuras asociadas con este complejo están muy cerca de la superficie, ya que muchas veces ubicamos la parte superior de las paredes a menos de 20cm. de profundidad. Debido a la ausencia de alteraciones posteriores, las estructuras se encuentran más o menos bien preservadas.

    La estructura 1 (Fig.1.5), ubicada al sur de la plataforma, tenía 5.3m. de norte a sur y 4.2m. de este a oeste. Estaba orientada a 10° al sur del norte magnético, la misma orientación de las terrazas que circundan la plataforma. Las paredes de esta estructura seguían una sola dirección, además de que faltaban la pared doble y los reservorios para almacenamiento, por las cuales el complejo de Casas Superiores de Chiripa es muy bien conocido (Bennett 1936; Chávez 1988). Di chas paredes fueron recubiertas con guijarros tanto al lado interno como al externo, el espacio entre ambas caras estaba relleno de barro, grava y guijarros. Al mismo tiempo, se trataba de paredes un poco gruesas -promediando 80cm.- que estaban preservadas hasta un alto de 85cm. Una entrada que medía 90cm. de ancho fue ubicada al centro de la pared este y, como en las Casas Superiores de Chiripa, presentaba una estructura bien elaborada con pavimento de guijarros entre las fachadas de la puerta y un umbral en relieve. Pese a la ausencia de paredes internas de reservorios de almacenamiento, la estructura 1 presentaba dos nichos, uno en cada esquina del lado oeste de la pared, opuestos a la entrada. Al menos uno y probablemente ambos, estaban extendidos por debajo del piso de la estructura.

    La estructura 2 (Fig.1.6), ubicada al norte de la plataforma, tenía 5.6m. de norte a sur y 4.5m. de este a oeste. Aun cuando definimos las cuatro paredes de la estructura 1, solamente dos paredes y tres esquinas de la estructura 2 fueron expuestas. Éstas eran suficientes, sin

    embargo, para estimar las dimensiones totales de la construcción. Las paredes de la estructura 2 estaban precisamente orientadas en direcciones cardinales, pero -por otra parte- mostraban un estilo arquitectónico idéntico al de la estructura 1. Se trataba de una construcción de paredes simples con nichos en las esquinas, pero carentes de paredes internas de reservorios de almacenamiento; presentaba las fachadas de guijarros al interior y exterior y un promedio de espesor de 80cm. Las paredes de la estructura 2 estaban preservadas hasta un alto de 1.10m.

    Aunque el estilo de la estructura 2 era idéntico al de la estructura 1, existen algunas diferencias en la organización del espacio arquitectónico. A diferencia de la estructura 1, con su puerta al este, la estructura 2 presentaba una entrada al centro de la pared oeste que también medía 90cm. de ancho y estaba bien elaborada.

    De esta forma, ambas estructuras son invertidas; la estructura 1 abierta hacia el este y la estructura 2 abierta al oeste. La estructura 2 también presentaba dos nichos adyacentes ubicados al mismo lado de la entrada. Recordemos que la estructura 1 presentaba nichos simples en las esquinas de la pared opuesta a la de la puerta. Es así que las estructuras 1 y 2 parecen ser cámaras contemporáneas edificadas en el mismo estilo y de acuerdo a las mismas técnicas de construcción, pero cuya variabilidad se observa tanto en la ubicación de los nichos como en el lugar de ubicación de las entradas.

    Las excavaciones dentro y en la parte externa de la entrada de la estructura 1 mostraron una secuencia de cuatro pisos superpuestos de arcilla o pisos pulidos. Los pisos eran delgados y estaban compuestos por una fina arcilla de color café. Al lado externo de la entrada éstos se inclinaban nítidamente hacia el este, donde había evidencia tanto de senderos de grava superpuestos, como de preservados trozos de un lavado amarillo sobre el piso. El piso más antiguo asociado con esta estructura fue el más complejo y mejor elaborado, con la -anteriormente mencionada- plataforma de guijarros entre las dos fachadas de la puerta, el umbral de piedra de aproximadamente 15cm. de alto y una densa gravilla próxima a la entrada. La estructura 2 también presentaba esa plataforma de guijarros ubicada entre las dos fachadas, así como gravilla próxima a la estructura; pero a diferencia de la estructura 1, esta original superficie de piso -asociada con el exterior de la estructura 2- nunca fue pulida. Superficies de pisos interiores y exteriores asociados con la estructura 1 fueron cubiertas por depósitos orgánicos, probablemente relacionados con uso. Los depósitos dentro de la estructura, sobre los pisos más elevados, eran un poco delgados; fuera de la entrada, sin embargo, eran más gruesos y aumentaban más mientras uno se alejaba de la puerta.

    Este patrón de deposición sugiere que los pisos interiores fueron regularmente barridos o limpiados y que esa basura se acumulaba al exterior. Con la superficie más baja del piso, sin embargo, la presencia de un umbral dificultaba el barrido de los depósitos hacia fuera de la estructura; entonces, los depósitos orgánicos asociados con este acceso eran más gruesos dentro de la estructura. Pocos artefactos fueron recuperados tanto del interior de la superficie, como de los depósitos relacionados con el acceso.

    Esto sugiere que un rango limitado de actividades tuvo lugar dentro de la estructura, y que estas actividades no producían desechos domésticos típicos.

    Las excavaciones del interior de la esquina noreste de la estructura 1 permitieron registrar una gran fosa para quemar u hoyo de ceniza, la cual medía 130cm. de norte a sur y 80cm. de este a oeste (Fig. 1.5, A-32). Aunque no tuvimos suficiente tiempo para excavar completamente este rasgo antes de cerrar la temporada 2001, habían pocos artefactos -fragmentos de vasijas de cocina y huesos quemados- asociados a los lentes de ceniza superiores, sugiriendo que este rasgo no representaba las funciones características de un contexto doméstico típico. Los depósitos de ceniza no se restringían a la fosa, ya que fueron encontrados también en las superficies de los pisos circundantes. Si la fosa fue usada para quemar ofrendas, entonces es posible que las superficies de los pisos fueran utilizadas para similares tipos de actividades rituales. Elizabeth Bonnier sugiere tal interpretación para los depósitos de ceniza descubiertos sobre los pisos de las construcciones del estilo Mito en las tierras altas del Perú Central (Bonnier 1995).

    La evidencia estratigráfica sugiere que el uso ritual de la estructura 1 terminó con una secuencia de eventos terminales intencionales. Siguiendo un evento de quema final que produjo una gran cantidad de ceniza y tierra quemada en la esquina noreste de la estructura, se ve que la fosa fue deliberadamente cubierta con pequeñas piezas de guijarros. Luego, una capa de tierra fue expandida a lo largo de la superficie del piso interno probablemente para protegerlo, después de lo cual la estructura fue rellenada con una gruesa capa de guijarros. La mayor parte de estos guijarros parecen haber sido sacados de las partes altas de las paredes, siendo intencionalmente empujados hacia adentro. El ripio resultante fue entonces esparcido sobre la capa de protección del suelo. Significativamente, no hay evidencia del techo caído o material de techo quemado en esta secuencia de eventos terminales, sugiriendo que el techo fue intencionalmente desmantelado antes del recubrimiento del piso.

    Finalmente, una delgada capa de tierra fue depositada sobre el relleno de guijarros. Es por esa razón que se sugiere que esta secuencia de eventos representa un enterramiento ritual de la superficie terminal del piso de la estructura 1.

    La superficie final fuera de la estructura 1 parece haber sido cubierta con una capa gruesa de arcilla en este mismo tiempo. Anteriormente a la puesta de este relleno, un hueso pulido y acanalado fue depositado en la superficie inmediata de suelo fuera de la entrada, entre las fachadas de la puerta. Piedras labradas y una banda de cobre están entre los artefactos especiales depositados dentro de los subsecuentes rellenos. Mientras no tengamos suficiente información para describir la secuencia completa de los eventos terminales asociados con la estructura 2, se puede decir que esta construcción estaba también rellenada con guijarros que probablemente derivaron del desmantelamiento intencional de las cimas de las paredes de la estructura. De la misma forma, los depósitos de relleno fuera de la puerta de la estructura 2 incluían piedras labradas, así como trece láminas perforadas de oro y fragmentos de huesos humanos.

    Las excavaciones en el área entre las dos estructuras revelaron una serie de pisos superpuestos de arcilla roja, fuera de la estructura 1. Al igual que los pisos asociados con el área de entrada de esta estructura, esos pisos estaban también cubiertos por lentes orgánicos oscuros que contenían pocos artefactos. Uno de los rasgos más importantes en esta área fue un entierro cubierto con una losa -entierro 1-situado justo fuera de la esquina noroeste de la estructura 1. Significativamente, el bloque de arenisca roja puesto sobre el entierro 1 estaba también orientado aproximadamente a 10o sur en dirección este y muy próximo a dicha estructura (1.3m.), sugiriendo fuertemente que el entierro 1 estaba asociado con la estructura 1.

    Dicho entierro correspondíaaun adulto de sexo indeterminado, colocado en un hoyo poco profundo y envuelto o cubierto en un material orgánico, posiblemente una estera de caña. Los huesos del cráneo, incluyendo

     

    la mandíbula, fueron empolvados con un pigmento rojo brillante. El único artefacto en el entierro era un guijarro pintado de rojo dispuesto sobre el cráneo. Otro rasgo excavado en el espacio entre las dos estructuras, rasgo 4, fue un profundo hoyo cubierto por guijarros cerca del centro de la plataforma. El rasgo 4 contenía una lámina de un brazalete de plata con dos orificios para la sujeción. Posiblemente, éstos son los artefactos de plata más antiguos reportados en la cuenca del Titicaca.

    Semillas quemadas de Chenopodium sp. provenientes de depositos orgánicos más tempranos en la parte externa de la entrada de la estructura 1 proveyeron un fechado con una media calibrada de 789 B.C., con un rango sigma1 de 798-672 B.C. (Tabla 1.1). Semillas provenientes del area de fogón en la esquina noreste de la estructura 1 proveyeron una fecha con una media calibrada de 447B.C., asi comolas semillas del estrato del suelo cobertor que cubría el piso final. Mientras que ambos ejemplos están dentro de los niveles comparativos de carbón en el nivel sigma1 (Whitehead 1999), alrededor de 760-405 B.C., es claro que el edificio fue cerrado antes del 400 B.C. Un cuarto fechado es provisto poruna porción de carbón de madera obtenida del segundo de tres pisos de arcilla roja en el área norte de la estructura 1; éste proveyó una media calibrada de 613 B.C., pero su rango sigma está dentro del rango estable del carbón. Semillas de Chenopod del relleno afuera de la entrada de la estructura 2 proveyó una media calibrada de 637 B.C. Por tanto, la plataforma arquitectónica de Alto Pukara fue construida a principios de la fase Chiripa Tardía, ca. 800 B.C., y fue probablemente cerrada entreel450-400B.C.

     

    Comparaciones regionales

    Haciendo una interpretación más amplia, a nivel regional de la península de Taraco, la estructura 1 y la estructura 2 en Alto Pukara parecen haber sido construidas bajo las mismas convenciones arquitectónicas que las dos Casas Inferiores -Casa Sub 1 y Casa Sub 2-definidas por Alfred Kidder y Willam Coe en Chiripa en 1955. Estas estructuras estaban situadas inmediatamente debajo de las famosas Casas Superiores en la estratigrafía del montículo. Las muestras de carbón tomadas de los estratos sobre y debajo de la superficie del piso original de la Casa Sub -2 datan el tiempo de su construcción y uso entre el 800 y 400 a.C. Karen Mohr Chávez identificó estas dos estructuras Chiripa como antecedentes de la tradición Yaya-Mama y proporcionó un resumen de las notas de campo de Coe. Al igual que las estructuras de Alto Pukara, la Casas Sub-1 y Sub-2 presentaban paredes simples, sin reservorios para almacenamiento y estaban separadas una de otra, a diferencia de la interconexión del complejo de Casas Superiores. Ambas estructuras fueron construidas enteramente de guijarros en el lado interno y externo, sin adobe. Sus paredes eran gruesas y el espacio entre las fachadas estaba rellenado con barro, guijarros y grava. En estas técnicas de construcción, las Casas Inferiores de Coe son casi idénticas a las estructuras 1 y 2 en Alto Pukara, pero representan un estilo muy diferente al del complejo de Casas Superiores.

    Más sorprendentemente aún, Coe descubrió un estrecho nicho en la esquina noroeste de la Casa Sub-2, la base del mismo coincide con el piso de la estructura. Este nicho medía 53cm. de largo y 35cm. de ancho. Las esquinas del nicho de la estructura 1 en Alto Pukara eran de este mismo tamaño, teniendo como promedio 50cm. de largo y 30cm. de ancho y también se extendía bajo la superficie del piso. Nichos adicionales pueden existir dentro de esta Casa Inferior, pero Coe sólo excavó un cuarto de la estructura. No hay información accesible sobre la presencia o ausencia de nichos en la Casa Sub1, ya que para el tiempo de las excavaciones de Coe esta estructura había sido altamente destruida -salvada por una pared- por la construcción de la cancha de tenis de la hacienda. Finalmente, una superficie de arcilla roja se extendía al menos 4m. al este de las estructuras de Coe. No hay evidencias para sugerir que este piso fuera parte de un templo hundido. Más bien, era probablemente un área abierta, como aquella que se encuentra entre la estructura 1   y la estructura 2 en Alto Pukara.

    A partir de estos datos se sugiere que las Casas Inferiores excavadas por Coe en Chiripa tienen la misma tradición arquitectónica de las estructuras 1 y 2 de Alto Pukara. Dados, tanto los tempranos fechados radiocarbónicos de las estructuras de Chiripa y la posición de estas estructuras debajo de las Casa Superiores, es claro que esta arquitectura precede la ampliamente difundida tradición Yaya-Mama.

    Con la cual el complejo de Casas Superiores es usualmente asociado. Como se mencionó, Karen Mohr consideraba el nivel de Casas Inferiores de Coe como antecedente de la arquitectura Yaya-Mama. Con las excavaciones de Alto Pukara ahora se cuenta con evidencias de estructuras en sitios cercanos similares con fechas radiocarbónicas también similares, sugiriendo que éste es el estilo regional inicial de la arquitectura pública ritual en el área del lago Titicaca, pese a que su distribución pudo haber sido restringida a la península de Taraco en Bolivia. Los fechados radiocarbónicos de Alto Pukara clarifican el tiempo en que éste estilo arquitectónico fue utilizado y, lo que es más importante, que la población de Alto Pukara cerró ritualmente su plataforma cuando las Casas Superiores de Chiripa fueron construidas.

    Esto sugiere que una importante transformación social tuvo lugar durante el período Formativo Medio. Previamente a la construcción del complejo de Casas Superiores, cámaras de piedra construidas en la parte superior de la plataforma de tierra -como las estructuras 1 y 2 en Alto Pukara y la Casa Inferior de Coe en Chiripa- probablemente sirvieron como centro de la vida ritual en cada pueblo a lo largo de la península de Taraco; donde cada uno de ellos fue ritual y políticamente autónomo. Después del 400 a.C., sin embargo, se sugiere que los líderes de Chiripa formalizaron las relaciones rituales y políticas entre las comunidades a lo largo de esta parte de la península. El ordenamiento y cuidadoso enterramiento de la estructura 1 en Alto Pukara denota que los eventos asociados con estas transformaciones sociales fueron persuasivos, más que coercitivos.

    En resumen, los pobladores del Formativo Medio parecen haber abandonado su ritualidad comunal de cámaras orientadas, en favor de un ceremonialismo regional enfocado sobre el monumental complejo de Casas Superiores en Chiripa.

     

    Agradecimientos

    Las excavaciones de Pukara del alto fueron posibles gracias a la generosidad del proyecto arqueológico de Taraco. Estamos muy agradecidos a Christine Hastorf y a Matthew Bandy por su ayuda, consejos y estímulo en todas las fases del trabajo; a William Whitehead, a Maria Bruno, y a Andrew Roddick por su colaboración en el trabajo de campo; agradecemos a Lee Steadman y Katherine Moore por su apoyo en los análisis de cerámica y de fauna respectivamente. Gracias a Elizabeth Klarich por toda su ayuda, paciencia, y perspectiva. Gracias también a nuestros maestros a cargo de la excavación y flotación: Facundo Llusco, Felipe "Papi" Choque, Franz Choque, Alejandro Quispe, Alfredo Quispe, Victor Tarqui, Faustino Quispe, Felipe Quispe, Timoteo Lacoñia, y Genero Calisaya; Osvaldo Plaza y Jesús Williams Ibáñez Torres, estudiantes en el Universidad de San Andrés en La Paz que también participaron en las excavaciones. Gracias a los pobladores de Chiripa, y especialmente de Cala Cala, a quienes dedicamos este artículo. Finalmente, gracias a Pilar Lima y Dante Angelo para invitarnos a participar en este volumen. Las excavaciones en el alto Pukara y los análisis subsecuentes fueron financiados por la National Science Foundation NSF, la fundación de Wenner-Gren para investigaciones antropológicas, la Northwestern University y la fundación Amigos de la Antropología de ésta universidad.

     

    NOTAS

    Robin A. Beck Jr: Departamento de Antropología, Northwestern University, USA.

    Victor Plaza Martínez: Dirección Nacional de Arqueología, La Paz - Bolivia.

    1. El fechado Lab No. AA48008 está claramente fuera de la secuencia; interpretamos esta muestra como poco precisa para datar este contexto.

    Referencias Citadas

    Albarracín-Jordan, J.
    1992 Prehispanic and Early Settlement Patterns in the Lower Tiwanaku Valley, Bolivia. Tesis Doctoral inédita. Southern Methodist University, Dallas.

    Albarracín-Jordan J. & J. Matthews
    1990 Assentamientos Prehispanicos del Valle de Tiwanaku, Vol. 1. Producciones Cima, La Paz.

    Arnold, J.
    1993 Labor and the Rise of Complex Hunter-Gatherers. Journal of Anthropological Archaeology 12:75-119.

    Bandy, M.
    1998 Excavations on the Chiripa Mound. Ponencia presentada en la 63th Annual Meeting of the Society for American Archaeology, Seattle.
    1999a History of Investigations atthe Site of Chiripa. En Early Settlement at Chiripa: Research ofthe Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 9-16. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.         [ Links ]
    1999b The Systematic Surface Collection. En Early Settlement at Chiripa: Research of the Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 23-28. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.         [ Links ]
    1999c The Monticulo Excavations. En Early Settlement at Chiripa: Research of the Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 43-50. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.        [ Links ]

    Bandy, M., C. Hastorf, L. Steadman, W. Whitehead, E. Dean, D. Kojan & J. L. Paz
    1996 Chiripa: Settlement, History, and Ritual in the Titicaca Basin Formative. Ponencia presentada en la 38° Reunión Anual del Instituto de Estudios Andinos. Berkeley.

    Bennett, W.
    1936 Excavations in Bolivia. Anthropological Papers of the American Museum of Natural History Vol. 35. American Museum of Natural History, New York.

    Bermann, M.
    1994    Lukurmata: Household Archaeology in Prehispanic Bolivia. Princeton University Press, Princeton.

    Bonnier, E.
    1995    Earth, Fire, Stones and Ullush: Ritual Perfomances at the Early Site of Piruru, Alto Marañon, Peru. Ponencia presentada en la 14° Conferencia del Noreste de Arqueología y Etnohistoria Andina, Providence.

    Browman, D.
    1978 The Development of the Tiahuanaco (Tiwanaku) State. Advances in Andean Archaeology, editado por D. Browman, pp. 327-349. Mouton Press, The Hague.
    1991 The Dynamics of the Chiripa Polity. Ponencia presentada en el 47° Congreso Internacional de Americanistas, New Orleans.         [ Links ]

    Burger, R. & L. Salazar-Burger
    1980    Ritual and Religion at Huaricoto. Archaeology 33:26-32.
    1985 The Early Ceremonial Center of Huaricoto. En Early Ceremonial Architecture in the Andes, editado por C.Donnan, pp. 111-138. Dumbarton Oaks, Washington, D.C. 1991 The Second Season of Investigations at the Initial Period Center of Cardal, Peru. Journal ofField Archaeology 18:275-296.        [ Links ]         [ Links ]

    Chavez, K.
    1981    The Significance of Chiripa in Lake Titicaca Basin Developments. Expedition 3 0(3 ): 17-26.

    Chavez, S. & K. Chavez
    1985 A Carved Stela from Taraco, Puno and the Definition of an Early
    Style of Stone Sculpture from the Altiplano of Peru and Bolivia. Ñawpa Pacha 13:45-83.

    Dean, E. & D. Kojan
    1999 Santiago. En Early Settlement at Chiripa: Research of the Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 37-42. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.

    DeMarrais, E., J. Castillo & T. Earle
    1996 Ideology, Materialization, and Power Strategies. Current Anthropology 37:15-31.

    Earle, T.
    1997 How Chiefs Come to Power: The Political Economy in Prehistory. Stanford University Press, Stanford.

    Erickson, C.
    1988 Raised Field Agriculture in the Lake Titicaca Basin. Expedition 30(3):8-16.

    Grieder, T. & A. Bueno
    1985 Ceremonial Architecture at La Galgada. En Early Ceremonial Architecture in the Andes, editado por C. Donnan, pp. 93-110. Dumbarton Oaks, Washington, D.C.

    1988 The History of La Galgada Architecture. EnLa Galgada, Peru: A Preceramic Culture in Transition, editado por T. Grieder, pp. 19-67. University of Texas Press, Austin.        [ Links ]

    Hastorf, C.
    1997 Introduction. En C. A. Hastorf, M. Bandy, D. Blom, E. Dean, M. Goodman, D. Kojan, M. Montaño Aragon, J. L. Paz, D. Steadman, L. H. Steadman, and W. Whitehead, Taraco Archaeological Proj ect: 1996 Excavations at Chiripa, Bolivia, pp. 1-3. Informe presentado al Instituto Nacional de Arqueología, La Paz.

    Hastorf, C. (Editora)
    1999 Early Settlement at Chiripa, Bolivia: Research of the Taraco Archaeological Project.Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.

    Hastorf, C., S. Alconini, S. Arnott, M. Bandy, R. Burke, L. Butler, N. Jackson, C. Nordstrum, C. Rivera & L. Steadman
    1992   Reporte Preliminar de las Excavaciones de 1992 en Chiripa, Bolivia por el Proyecto Arqueologico Taraco. Informe presentado al Instituto Nacional de Arqueología, La Paz.

    Hastorf, C., M. Bandy, D. Blom, E. Dean, M. Goodman, D. Kojan, M. Montaño, J. L. Paz, D. Steadman, L. Steadman & W.Whitehead
    1997 Taraco Archaeological Project: 1996 Excavations at Chiripa, Bolivia. Informe presentado al Instituto Nacional de Arqueología, La Paz.

    Izumi, S. & K. Terada
    1972 Andes 4: Excavations at Kotosh, Peru, 1963 and 1966. University of Tokyo Press, Tokyo.

    Kidder, A.
    1956 Digging in the Titicaca Basin. University ofPennsylvaniaMuseum Bulletin 20(3): 116-129.

    Kolata, A.
    1993    The Tiwanaku. Basil Blackwell Press, Oxford.
    1996 Tiwanaku and its Hinterland: Archaeology andPaleoecology ofan Andean Civilization. Smithsonian Institution Press, Washington, D.C.         [ Links ]

    Kolb, M.
    1994    Monumentality and the Rise of Religious Authority in Precontact Hawai'i. Current Anthropology 34:521-547.

    Matthews, J.
    1993 Prehispanic Settlement and Agriculture in the Middle Tiwanaku Valley, Bolivia. Tesis Doctoral inédita. Department of Anthropology, University of Chicago, Chicago.

    Moore, J.
    1996 Architecture and Power in the Ancient Andes: The Archaeology of Public Buildings. Cambridge University Press, Cambridge.

    Paz, J. L.
    1999 Excavations in the Llusco Area. En Early Settlement at Chiripa: Research of the Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 31-36. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.

    Peebles, C. & S. Kus
    1977 Some Archaeological Correlates of Ranked Societies. American Antiquity 42:421-48.

    Portugal Ortiz, M.
    1992 Aspectos de la Cultura Chiripa. Textos Antropológicos 3:9-26.

    Portugal Zamora, M.
    1940 Los Hallazgos de la Hacienda Chiripa. Manuscrito no publicado.

    Pozorski, S. & T. Pozorski
    1987 Early Settlement and Subsistence in Casma Valley, Peru. University of Iowa Press, Iowa City.
    1992 Early Civilization in the Casma Valley, Peru. Antiquity 66:845-870.        [ Links ]

    Price, B.
    1984 Competition, Productive Intensification, and Ranked Society: Speculations from Evolutionary Theory. En Warfare, Culture, and Environment, editado por R. Ferguson, pp. 209-240. Academic Press, Orlando.

    Ravines, R., H. Engelstad, V. Palomino & D. Sandweiss
    1982 Materiales Arqueológicos de Garagay. Revista del Museo Nacional 46:135-233.

    Renfrew, C.
    1973 Monuments, Mobilization, and Social Organization in Neolithic Wessex. En The Explanation of Culture Change, editado por C. Renfrew, pp. 539-558. Duckworth, Londres.

    Stanish, C.
    1994 The Hydraulic Hypothesis Revisited: Lake Titicaca Basin Raised Fields in Theoretical Perspective. Latin American Antiquity 5(4):312-332

    1996    The Settlement History of the Southwestern Titicaca Basin. Archaeological Survey in the Juli-Desaguadero Region of Lake Titicaca Basin, Southern Peru. Fieldiana Anthropology No. 29. Field Museum of Natural History, Chicago.         [ Links ]

    Stanish, C. & L. Steadman
    1994 Archaeological Research at Tumatumani, Juli, Peru. Fieldiana AnthropologyVol. 23. FieldMuseum of Natural History, Chicago.

    Stanish, C., E. de la Vega, L. Steadman, C. Chavez Justo, K. Frye, L. Onofre, M. Seddon & P. Callisaya
    1997    Archaeological Survey in the Juli-Desaguadero Region of Lake Titicaca Basin, Southern Peru. Fieldiana Anthropology New Series No. 29. Field Museum of Natural History, Chicago.

    Steadman, L.
    1994 Ceramic Artifacts. En Archaeological Research at Tumatumani, Juli, Peru, editado por C. Stanish & L. Steadman, pp. 19-64. Fieldiana Anthropology No. 23. Field Museum of Natural History, Chicago.
    1995 Excavations at Camata: An Early Ceramic Chronology for the Western Lake Titicaca Basin, Peru. Tesis Doctoral inédita. Department of Anthropology, University of California, Berkeley.         [ Links ]
    1999 The Ceramics. En Early Settlement at Chiripa: Research ofthe Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 61-72.Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.        [ Links ]

    Trigger, B.
    1990 Monumental Architecture: A Thermodynamic Explanation of Symbolic Behavior. World Archaeology 22(2): 119-132.

    Whitehead, W.
    1999 Radiocarbon Dating. En Early Settlement at Chiripa: Research of the Taraco Archaeological Project, editado por C. Hastorf, pp. 17-22. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility No. 57, Berkeley.

    Wilson, P.
    1988 The Domestication of the Human Species. Yale University Press, New Haven.