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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.14 n.1 La Paz  2003

     

    ARTÍCULO

     

    AÑORANZAS FOTOGRÁFICAS: REDES SOCIALES Y RELIGIOSAS DE LAS DAMAS POTOSINAS

     

    PHOTOGRAPHICAL RECALLS: SOCIAL AND RELIGIOUS NETS OF THE LADIES OF POTOSÍ

     

     

    Maya Benavides del Carpio
    Maya Benavides del Carpio. Carrera de Antropología, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz. E-mail: mayabenavides@hotmail.com

     

     


    La fotografía como elemento informativo es rescatado en este artículo como documento de análisis que se complementa con el relato oral de mujeres ancianas de la clase media potosina, quienes guían sus relatos a través de los recuerdos que estas imágenes traen a ellas.

    A partir de las fotografías surgen entonces, historias que muestran elementos de la cotidianidad de este grupo social. Esta cotidianidad refleja parte de la realidad urbana de Potosí, a través de un análisis material del pasado reflejado en imágenes que se ofrecen como testimonio documental de una realidad social añorada como un tiempo mítico por las personas que vivieron en él.


    The picture like informative element is rescuedin this article like analyzed document that it is supplemented with the oral story ofoldwomen ofthe middle class ofthe Potosí city, this women guide their stories through the memories that these images bring to them.

    Starting from the picture s they arise then, histories that show elements ofthe cotidianity ofthis social group. This cotidianity reflective parí ofthe urban reality of Potosí, through a material analysis ofthe past reflected in images that offer like documental testimony of a social reality missed as a mythical time by people that lived in him.


     

     

    Compartir las experiencias de personas ancianas o pertenecientes a la tercera edad muchas veces constituye el anhelo de muchos antropólogos pues encuentran en estas personas una especie de archivo de información relacionada con su comunidad, su familia, sus redes sociales y aspectos históricos vividos y presenciados únicamente por ellos debido a su edad.

    Sin embargo pocas veces estas personas son parte de una realidad urbana y de clase media. Spedding ya llama la atención a los investigadores sociales cuando ninguno de ellos toma en cuenta la población urbana de clase media. Aunque la llamada de atención va más enfocada a los estudios de género (Spedding 1997: 56 y 61) de igual manera el resto de las investigaciones sociales busca como lugar de investigación, pequeños poblados rurales o poblaciones inmigrantes de la ciudad, dejando en el descuido la visión antropológica interesada en lo urbano como fenómeno que atrapa tradiciones y costumbres propias.

    Dentro del marco de esta llamada de atención, las personas con las cuales trabajé para esta temática pertenecen a la clase media potosina, son personas, en su gran mayoría mayores a los 75 años y son mujeres.

    Debo mencionar, antes de ingresar en la temática, que la ciudad de Potosí (espacio en el cual se desarrolla este trabajo), se caracteriza entre otras cosas por ser un foco de migraciones, por un lado la importación de migrantes de las provincias o áreas rurales próximas, y por otro lado como exportador de la población urbana de tercera y cuarta generación1. En este contexto muchas de las mujeres con las cuales conversé no tenían a sus familiares viviendo con ellas. El aspecto migracional de las provincias hacia Potosí, provoca además ciertos elementos propios del sentimiento de alteridad por parte de estas mujeres quienes encuentran en este contacto motivos para autoidentificarse como diferentes a estos nuevos pobladores de la ciudad.

    En la ciudad de Potosí, donde la mayor parte de los hijos de estos ancianos han migrado a otras ciudades, se contempla que incluso el rol de abuelos se ha visto restringido a la época de vacaciones. En esta situación, muchos ancianos se valen de comercios pequeños, la venta de sus muebles y tesoros heredados para sobrevivir, y mantenerse con alguna ocupación. Las mujeres, han encontrado una fuente de ingresos ocasional en la preparación de alimentos para alguna ocasión especial (y dependiendo de la fama que sus platos obtengan estos ocasionales servicios se vuelven más frecuentes), algunos otros reciben rentas de jubilación laboral o por su participación en la guerra del chaco2.

     

    La fotografía como registro

    Observar el archivo fotográfico de cualquier persona puede ofrecernos visiones instantáneas de la vida de esa persona: sus momentos felices, su familia, sus celebraciones, sus ritos de paso (bautizo, matrimonio, etc.) esta información pictórica resulta de amplia utilidad a los casos de estudio microhistóricos y de antropología visual suponiendo que es mediante la imagen que recuperamos la información, los mensajes y la comunicación de hechos o realidades sociales. Con relación a la imagen, Costa indica que: "Por analogía o por convención toda imagen y sobre todo la fotografía, es portadora de información"(Costa 1991, citado enAbreu 1998) esta información es aquella que permitirá descubrir elementos con los cuales entretejer historias, observar sus características y contextualizarlas en un momento determinado. Barthes ya nos presenta esta aproximación cuando menciona que la "foto afirma ante nuestros ojos la existencia de aquello que representa" (Barthes 1986; ver también Silva 1998:27). Esta afirmación queda como una imagen que enuncia algo, pero que lo enuncia a destiempo, un destiempo caracterizado por dos momentos en los cuales la fotografía actúa como elemento comunicativo: El momento en que es tomada y el momento en que es observada.

    En este sentido "gracias a su código de connotación, la lectura de la fotografía siempre es histórica; depende del "saber" del lector, igual que si fuera una verdadera lengua, que solo es inteligible para el que aprende sus signos" (Barthes 1986:24). Este "saber" del lector estaría conformado por una capacidad de lectura de la iconografía de la época en la cual la fotografía fue tomada: Una identificación de los aspectos históricos de la etapa temporal reflejada en la imagen fotográfica, lo cual significa relacionarnos visualmente con elementos tales como la moda, la apariencia personal, el espacio medioambiental y arquitectónico que enmarcan la foto, los elementos propios de esa época (automóviles, muebles, enseres domésticos, de oficina o industriales, etc.). El lector de la fotografía puede, también, observar en ella y dependiendo de la espontaneidad con que haya sido tomada, elementos tales como la proxémica y la kinésica entre las personas que están retratadas. Entendiéndose por proxémica al sentido que manifiestan las distancias entre personas y objetos y por kinésica al sentido de los gestos y movimientos corporales.

    Cuando la fotografía no es espontánea, es decir, no "atrapa" un momento dado de la realidad podemos hablar de la fotografía como un arte escénico. La fotografía en este caso, es antecedida por un momento en el cual se elabora la pose, se acomodan los personajes (se sitúan unos con otros) y se establece un cuidado en la imagen que va a ser retratada (arreglarse los cabellos, la ropa, retocar el maquillaje, acomodar la corbata, etc.). Esta elaboración de la imagen que se va a plasmar en la fotografía supone entender, en palabras de Silva (1998:29) que "la foto es un acto teatral". Para Silva resulta fundamental, al tomar la fotografía como un arte escénico, el momento en que los actores reflexionan sobre cómo saldrán en la foto, quiénes podrán observarlos a través de ella y qué imagen transmitirán desde el momento en que la foto es tomada en adelante. Y evidentemente estas reflexiones influirán en la imagen que más tarde observo de las señoras potosinas, imágenes en las cuales las poses y elementos preactuados representan una realidad que cuidadosamente es reforzada es sus relatos orales.

    Ahora bien, y hablando de la oralidad que acompaña a las fotografías que aquí presento, Silva propone emplear el término relator para referirnos a las personas que hablan sobre la fotografía y narrador para quien narra desde dentro de la fotografía. Adoptando esta terminología las relatoras y narradoras de este trabajo, al observar las fotografías, complementaban una comunicación visual con una lingüística , esta complementación, según Barthes, quien se inclina más por lo escrito, va en una relación inversa a la tradicional ilustración de un texto. Él considera que es el texto quien complementa la imagen (cita como caso la fotografía de prensa) y le otorga "uno o varios significados segundos" (Barthes 1986:21). Al respecto, si bien la fotografía nos muestra una realidad determinada dispuesta a ser leída por un observador, puede resultar que esta realidad sea más bien un acto teatral (en el sentido en el que habla Silva) que necesite de sus participantes para la lectura de los mensajes que encierra. De una u otra forma, el aspecto lingüístico (sea para complementar o para añadir significados segundos) aún permanece ligado a la lectura visual de una imagen. En el caso de la damas potosinas, el aspecto lingüístico, la oralidad, fue empleada para complementar las historias que las fotografías ofrecían, en un intento por descubrir sucesos pasados concernientes a la realidad de las propias retratadas.

    Lo más importante del uso fotográfico, según Silva consiste en una predisposición al archivo por parte de quienes conservan las fotografías, pero este archivo tampoco sería tal sin "contar o pretender contra una historia" (Silva 1998:20). Concuerdo plenamente. El hecho fundamental de la predisposición a contar o manifestar una historia motiva la conservación del archivo3, sin esta motivación el archivo quedaría a medias. Las fotografías expresan, pero para quien no tiene ni una pequeña pauta de lo que es observado en la fotografía el archivo puede resultar incoherente, o multisémico y en esta situación la información contenida en la imagen puede llegar a conformar muchas historias diferentes de la que motivó el registro fotográfico originalmente. Partiendo de esta concordancia pretendo contar la historia de las damas potosinas a partir de sus fotografías y los recuerdos que estas imágenes provocan en ellas.

     

    Cajitas de recuerdos

    Cuando las señoras potosinas se disponen a contarme algunas de sus experiencias, anécdotas y recuerdos acumulados en tantos años, buscan, dentro de sus baúles o cómodas, cajas metálicas de bombones o galletas que fueron guardadas por el bonito decorado exterior o por cariño a la persona que se las dio como regalo.

    Dentro de estas cajitas de metal se acomodan las amistades, los novios pasados, los familiares y toda persona conocida con la que tuvieron oportunidad de tomarse una foto. Estas fotos, que muchas de ellas ya ni pueden ver, son un tesoro gráfico para las señoras potosinas y a partir de la descripción que hacía yo de las fotos o por cómo ellas veían y reconocían a las personas, comenzaban largos relatos de las relaciones que tenían con los retratados.

    La gran mayoría de las fotografías consistían en reuniones de grupos femeninos y grupos religiosos, con algún sacerdote a un costado o al centro del grupo, generalmente, compuesto de mujeres.

    Foto 1

    Los grupos religiosos principalmente católicos abundan en la ciudad de Potosí y son de conocimiento de las señoras quiénes asisten a unos u otros. La vinculación con lo religioso, las misas de los santos o vírgenes constituyen parte importante de la vida social de las mujeres potosinas. Largas charlas se suceden comentando las misas otorgadas por tal o cual familia. Estas misas se dividen fundamentalmente en: las misas fúnebre o de aniversario de fallecimiento, las misas para un santo o virgen, la misa del gallo en nochebuena y la misa de niño el día de reyes (6 de enero).

    Resultaba inquietante para mí al atender las puertas de las casas de algunas señoras potosinas recibir invitaciones a la misa de fallecimiento de una amistad o un pariente. Las invitaciones en sobre cerrado y con adornos oscuros ya indicaban de lo que se trataba y sentadas en una mesa dispuestas a abrirlo, comentaban en voz baja: ¿Quién se habrá muerto ahora?.

    Asistir a estas misas consiste también un evento social en el cual las señoras se encuentran, a nombre del fallecido, unas con otras. Así pues, antes de salir para la misa he visto cómo muchas de ellas desempolvan un abrigo viejo pero elegante, alistan una cartera en combinación y se esfuerzan por arreglar sus cabellos.

    En la misa, sentadas, escuchan las palabras del sacerdote y tras el pésame de rigor, se reúnen en las afueras de la iglesia para conversar sobre temas diversos, aunque por lo general las charlas giran en torno a los parientes del difunto: quiénes asistieron y quiénes no, las relaciones buenas o malas con el o la fallecida (muchas veces acomodado en algún lugar de los almacenes fotográficos de la señoras) y sobre la hipocresía de algunos parientes al simular un dolor por la partida de un ser con el que jamás tuvieron buenas relaciones. Se trata de un control social que asegura mediante la crítica y el chisme el cumplimiento de los compromisos religiosos y sociales que cada una de las señoras "debe" a sus familiares o amistades.

    Cuando se celebran las misas en honor a algún santo o a algún miembro de la comunidad santa de la religión católica, las señoras asisten considerando entre otras cosas la familia que otorga la misa, la cercanía que tiene con ésta, la calidad de las misas que suele dar esa familia y su devoción por el santo en cuestión. Son conocidas las sesiones grupales que organizan algunos cofrades en devoción a una virgen: Los novenarios y rosarios, las veladas y las misas son las más conocidas sesiones y constituyen periodos de tiempo en los cuales las señoras potosinas se reúnen y salen de sus hogares inclusos en horarios en los que comúnmente se encontrarían combatiendo el frío potosino desde sus camas.

    Estas misas son celebradas por algunas familias que han migrado de la ciudad de Potosí y cuando se acerca la fecha de su celebración, los miembros de la familia ofreciente vuelven, acompañados muchas veces por familiares desconocidos para las señoras potosinas. Este suceso provee de nuevos temas de conversación y prolongación de sus encuentros: Las características de los familiares, sus apariencias, sus modales y su devoción demostrada al acompañar al pariente que ofrece la misa o al seguir las etapas de la ceremonia, son fuertemente observadas y evaluadas por las señoras que aseguran de esta manera una permanencia de este control social hacia todas las familias potosinas y sus sucesivas generaciones.

    La inasistencia a una misa, generalmente debido a algún malestar producto de la edad, no solo provoca la "preocupación" de las señoras asistentes, sino que además impone en la ausente la falta de información actualizada que podría haber recibido de haber asistido, este aspecto es solucionado, rápidamente con alguna visita oportuna que decide informarla o con llamadas telefónicas. En estos casos la enfermedad o malestar de la ausente se constituye en la excusa perfecta para imponer una visita necesaria.

    Estas redes sociales femeninas que giran en torno a lo religioso se manifiestas de manera más constante y cohesionadora a través de la constitución de cofradías y grupos religiosos de reuniones frecuentes. Las más conocidas asociaciones religiosas en Potosí son la Legión de María, las cofradías de la Virgen del Rosario y de la Virgen de la Merced, la Curia y Las devotas de Santa Rita.

    Para las señoras con las que tuve la oportunidad de conversar la Legión de María era la organización que más satisfacía sus ansias de devoción y sacrificio católico por el prójimo, aunque ya no era como antes cuando asistían señoras y no todo tipo de gente (cuando me mostraban las fotos de estas agrupaciones, seleccionaban solo aquellas en las cuales se hacía presente el tiempo pasado "añorado", señalando aquellas damas a las que se referían.) La condición de legionarias les otorga una calidad activa que despierta sus creatividades e imaginaciones a la hora de crear formas de recolección de fondos para la caridad. Las pocas fundadoras que quedan recuerdan que las primeras actividades se iniciaron con donaciones económicas de ellas mismas. Posteriormente se presentó una época en la que la actividad y los méritos por los aportes conseguidos se constituyeron en el principal motivo del control social, los méritos y fracasos de las señoras eran minuciosa y estrictamente evaluados en las reuniones.

    Foto 2

    Esta evaluación y la motivación que impulsaba en las señoras provocó que la búsqueda de aportes se dirigiera hacia los lugares menos pensados por ellas mismas. Cuentan entre sonrisas escondidas en sus manos y reflexiones en voz baja que dos de ellas se dirigieron a los lenocinios de la ciudad a buscar ayuda económica para sus pobres, entre risas recuerdan haber sido recibidas en los mismos salones de baile de las mujeres, haber esperado en las mesas donde se sentaban los clientes de las vedettes. Y que ellas, de manera muy amable aunque vestidas con sus extravagantes y llamativos atuendos, les dieron los mayores aportes de aquel año.

    Estas reuniones mantienen activas a las señoras que muchas veces se encuentran ya sin mayores obligaciones que las labores domésticas. Las recaudaciones y las respuestas a algunos pedidos de hogares de niños o asilos, las visitas a los enfermos y el consuelos a los dolientes de algún muerto, hacen crecer un sentimiento de utilidad a la sociedad que muchas veces es negado a los ancianos. Sin embargo las señoras potosinas se resisten a perder esta utilidad social, establecen sus obligaciones en las reuniones iniciales de cada año y no permiten que entre ellas se rechacen estos deberes. Cada reunión es un constante control de las buenas acciones de las señoras. Claro queda que por no ser parte del chisme y la crítica de las señoras todas "cumplen" sus obligaciones. Sin embargo acabada la reunión algunas señoras me han comentado que las visitas al hospital relatada por tal o cual señora no son ciertas.

    Si bien muchas de estas reuniones religiosas son inicialmente presididas por un sacerdote4, posteriormente son llevadas a cabo en alguna casa de las participantes donde se celebran tecitos en los cuales se degustan las habilidades como repostera de la anfitriona, este tecito, cuando cae la noche se vuelve un baile en el cual es aplaudido el cassette con los éxitos bailables más modernos y a la moda. Las señoras bailan entre ellas, ríen y aprovechan para celebrar los cumpleaños cercanos. La reunión religiosa se convierte en esta etapa en reunión social en u encuentro para la diversión, el ocio y las relaciones sociales menos formales y entre el grupo social de señoras, damas y no así, de todas las asistentes a las cofradía o grupos religiosos.

    Foto 3

    Estas asociaciones religiosas (sean las de la Legión o las de alguna Cofradía) tienen una estructura que requiere de una presidenta, lo cual motiva en las señoras una serie de competencias internas y formas de congraciarse con su electorado, asimismo la evaluación a quienes ocupen los cargos jerárquicos será tan rigurosa que se han sucedido casos de protestas populares que buscaban la renuncia de las presidentas. Las obligaciones con las que tiene que cumplir estas señoras giran entorno a las obras de caridad, y servicio al prójimo. Sin embargo otra actividad muy controlada en la directiva de estas organizaciones es la organización de rifas internas, las cuales suponen el sorteo de algún utensilio doméstico, una pieza de porcelana o cristalería o algún adorno, entre las miembros de la agrupación. La calidad de los premios, la frecuencia de los sorteos y su organización son estrictamente evaluados por las bases para que en la siguiente elección procuren una reelección o un cambio en la directiva.

    Foto 4

    Los relatos a cerca grupos femeninos como el congreso internacional femenino CONIF, están mayormente relacionados con una aspecto identitario de las señoras potosinas, quienes en alusión a los buenos tiempos manifiestan que Conif era una reunión de damas y que hoy en día asisten a esta organización gente de todo tipo y nivel. Al igual que en el caso de los grupos religiosos el aspecto identitario relacionado con tiempos pasados manifiesta una inconformidad con su actual realidad de interrelacionamiento con migrantes rurales que constituyen actualmente la población potosina. Cuando se habla de los grupos religiosos no se hace tanta alusión a la condición de damas o señoras de las integrantes como cuando se habla de CONIF. Esta asociación femenina, al parecer fundada por un pequeño y "selecto" grupo de señoras potosinas, pretendía constituirse como un centro de élite femenina, pero con el pasar del tiempo se ha visto socializado a toda la población lo cual molesta a estas señoras y hace que asistan con menos frecuencia o directamente dejen de asistir. En este contexto las fotografías que me fueron prestadas solo reflejaban la realidad anterior de estas asociaciones y no así las imágenes con las participantes actuales.

    En los relatos que acompañan las fotografías de CONIF son de preferencia aquellos que mencionan los nombres y apellidos de las retratadas, las casas y muebles antiguos bellísimos que tenían, la elegancia de sus vestidos o la buena familia de la cual provenían, asimismo se pone énfasis en las "personalidades" retratadas en compañía del grupo femenino, (en el caso de la fotografía anterior se encuentra al medio del grupo el entonces prefecto potosino Gonzáles Ríos).

     

    Conclusiones

    La fotografía como archivo muestra realidades detenidas, los archivos fotográficos de las damas potosinas y sus agrupaciones femeninas, muestran además, un grupo social que al ser abierto a otras personas se convirtió en un recuerdo de tiempos mejores para las señoras relatoras. Aunque este anhelo por el tiempo anterior es una constante en sus comentarios, es sobre todo en cuanto al contacto con otras realidades que esta añoranza se hace más presente. La añoranza de un tiempo pasado a decir de Flores (1996) consiste en un ejercicio que deja ver la "memoria urbana" de una ciudad Con las señoras con las que conversé lo anterior siempre fue mejor, y se deleitan en explicar cómo era antes, y cómo vivían ellas antes. Sin embargo, este hecho fue cambiado a partir del contacto con otros grupos sociales, (lo cual es considerado como un tiempo actual y/o pasado muy cercano), este contacto reforzó un aspecto de su identidad que comienza en negar a las otras personas como iguales a ellas5.

    A partir de esta negación, el control social que ellas establecen comienza en una identificación de redes sociales con las cuales se relacionan y con las cuales no se relacionan ni ellas ni sus parientes, de ahí la importancia de asistir a las misas y otros eventos de esas índole en los cuales pueden ponerse al tanto de la estructura familiar de sus amistades a partir de lo cual hacen un riguroso seguimiento de las personas con las cuales pueden establecer algún tipo de contacto social.

    Por otra parte, considero además, que es importante mencionar conclusiones que muestren los elementos históricos observables en las fotografías. En este afán, rescato elementos como la moda en el vestir de las señoras, cuidadosamente adecuada y manifestada en las poses y las formas de escenificar un acto social o religioso para permanecer en el archivo visual. En las fotos 2, 3 y 4 se pueden observar detalles a partir de los cuales se establece un contexto temporal (década délos 70's), tales como la forma abultada y elaborada de llevar el cabello, los sacos y sacones de tela o mezcla de esta última con pieles, los lentes de marcos gruesos, etc.. La forma del arreglo personal, la ropa elegante y la presencia de joyas en estas fotografías reflejan además la imagen que estas señoras pretender perpetuar en este archivo (foto 3)

    En la misma foto 3 se observa un "atrapamiento" de la realidad que muestra un ambiente festivo diferente al ambiente conservador propicio para cuando el padre asiste con ellas. En esta fotografía elementos como la proxémica con el análisis de las distancia entre las personas son identificables: el baile nos muestra la proximidad de unas con otras, el contacto corporal y el orden de la danza (unas detrás de otras). La kinésica es también de ayuda cuando propone analizar el lenguaje corporal de las retratadas: las sonrisas muestran una confianza entre las participantes, a través del análisis gestual que refleja músculos relajados en las mejillas, ojos semi-cerrados en señal de agrado y pequeños pliegues a los costados de la nariz propios de cuando una persona se encuentra tranquila y anímicamente bien6.

    La edad más avanzada y las formas de arreglo propia de las mujeres en esta situación, son apreciables en la fotografía 1, donde el cabello corto, inflado y ondulado es casi una constante en las señoras. Las ropas han cambiado junto con los años, los estampados y rayas suplen los colores enteros de hace 20 años. Por otra parte el contexto nos muestra una situación de reunión organizada planificada y normada donde el sacerdote se muestra como elemento resaltante dentro de la reunión, así como la cruz al costado izquierdo en la parte trasera del lugar donde se encuentra la reunión, elementos que resaltan el carácter religioso de la reunión fotografiada.

    Se ha pretendido en este artículo, rescatar la fotografía como elemento informativo e histórico que refleja sucesos, hechos y situaciones determinadas que son aprendibles desde este registro material. Considero desde este punto, que las historias rescatables a partir de los archivos visuales conservados por las familias, personas o sociedades constituyen una fuente inagotable de información que puede ser contrastada a través de lo que el observador ve en la fotografía y lo que el relator y narrador le dicen sobre la fotografía, (en caso de trabajar con relatores). A pesar de ello debe considerarse también que, como en este caso, la fotografía posada refleja (muchas veces) lo que el retratado quiere mostrar de sí mismo; su atuendo, su arreglo personal, que constituyen en parte del capital simbólico que le da una imagen ante el resto de la sociedad. De hecho, la misma selección de qué fotos serán mostradas al observador, cuáles no serán expuestas y cuáles son dignas de acompañarse de una historia dicen mucho de cómo quiere ser visto un informante.

    Desde esta aproximación rescato pues la imagen como texto informativo, el archivo fotográfico personal o familiar como archivo histórico y la lectura de estas imágenes como elemento analítico a partir de elementos materiales, con los cuales trabajar resulta muy grato e implica una intimidad con los informantes que acceden a mostrar el elemento visual que nos guía a través de sus historias personales.

     

    Notas

    1 Al referirme a tercera o cuarta generación, hago referencia a que las familias establecidas en la ciudad potosina, y provenientes de otro lugar, tienen como población susceptible de migrar a otras ciudades (por trabajo o estudios) a su tercera o cuarta generación.

    2 Contienda bélica entre Bolivia y Paraguay librada entre 1932 y 1935.

    3 No es casual que muchas de las historias familiares sean relatadas cuando es observado un álbum familiar. Lo mismo sucede en los hechos coyunturales, la imagen representable muchas veces llega a simbolizar el hecho en sí mismo la foto se convierte en estandarte de una noticia y es puesta en escena siempre que se habla del suceso. Por ejemplo la fotografía del jefe del grupo versa de los bomberos cargando una señora en la espalda con los pies en medio del agua y granizo se convirtió en la imagen que representaba la riada del 11/02/02 y que representaba además la solidaridad de los habitantes de la ciudad donde se produjo este fenómeno natural.

    4 El sacerdote más recordado por las legionarias es el Padre Sergio, Sacerdote Franciscano que constituía un ejemplo católico para las señoras, era el confesor de muchas de ellas, y gozaba de una confianza con las señoras que le permitía aconsejarlas, reflexionarlas y hasta bromear con ellas. Su muerte el año 2001 constituyó un suceso de tristeza colectiva y sincera en las señoras. Su multitudinario entierro demostró, a decir de ellas, la gratitud que el pueblo potosino demostraba a su mayor servidor y que este servicio era reconocido al ser enterrado con todos los honores de un santo.

    5 Este fenómeno de contacto entre grupos disímiles como el factor que enfatiza las diferencias al interior de estos grupos ya es mencionado por Barth cuando habla de las relaciones interétnicas y la existencia y permanencia de grupos sociales en contacto, aspecto que para él "no solo criterios y señales de identificación, sino también estructuras de interacción que permita la persistencia de diferencias culturales"(Barth 1976:18).

    6 Al respecto véanse los gráficos gestuales propuestos para la lectura corporal elaborados por Fast (1992).

     

    Referencias Citadas

    Abreu, S. C,
    1998 La fotografía como texto informativo. Revista Latina de Comunicación Social No. 4.

    Barth F.
    1976 Introducción. En Los grupos étnicos y sus fronteras, editado por F. Barth, pp. 9-50. Fondo de Cultura Económica,México, D.F.

    Barthes, R.
    1986 Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos y voces. Paidos, Buenos Aires.

    Fast, J.
    1992 El lenguaje del cuerpo. Kairo/Troqvel, Industria Gráfica del Libro, Buenos Aires.

    Flores Martes, J. A.
    1996 Una mitología urbana: las historias de "locos" y "personajes" en Veracruz. En La Palabra y el Hombre, Revista de la Universidad Veracruzana, Julio-Septiembre, pp. 133-148. Ixalapa.

    Silva, A.,
    1998 Álbum de familia. La imagen de nosotros mismos. Grupo Editorial Norma, SantaFé de Bogotá.

    Spedding, A.
    1997 Investigaciones sobre género en Bolivia: un comentario crítico. En Más allá del silencio. Las fronteras de género en los Andes, editado por D. Arnold. Hisbol, La Paz.