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    Revista Textos Antropológicos

    versión impresa ISSN 1025-3181

    Textos Antropológicos v.14 n.1 La Paz  2003

     

    ARTÍCULO

     

    EL AQSU: SU PERMANENCIA DESPUÉS DE 500 AÑOS

     

    THE AQSU: ITS PERMANENCE AFTER 500 YEARS

     

     

    Waldo Jordán Zelaya
    Waldo Jordán Zelaya: Antropólogo, Docente de la Universidad Católica Boliviana y de las Carreras de Antropología y Arqueología de la Universidad Mayor de San Andrés, La Paz. Director del Museo de Textiles Andinos Bolivianos. E-mail: mardajos@entelnet.bo

     

     


    El presente artículo realiza una aproximación general a los rasgos del aqsu y las transformaciones en sus formas de uso, desde la época prehispánica hasta nuestros días. Esta prenda tejida con lana de camélido, fue la principal prenda femenina de varias de las poblaciones y grupos étnicos en los Andes bolivianos, en cada uno de los cuáles mostraba características particulares. En este sentido, las mismas permitían apreciar la procedencia étnica y geográfica, la adscripción cultural y social e inclusive la situación económica de quién las utilizaba. A pesar de la serie de transformaciones operadas por la colonia española, su forma de uso ha permanecido incluso a lo largo del siglo XIXy gran parte del XX. Sin embargo, hoy en día su uso está cada vez más disminuido. Los recientes movimientos migratorios de las zonas rurales hacia los principales centros urbanos del país en busca de mejores condiciones de vida han hecho que gran cantidad de mujeres deje de usar el aqsu.


    The present article makes a general approximation to the fe atures ofthe aqsu and the transformations in itsforms ofuse, from the prehispanic epoch until the present times. This cloth, weavedwith cameliafibers, was the principalfeminine clothing ofmany places and ethnical groups ofthe Bolivian Andes, show ing particular characteristics in each one ofthem. In thisform, these characteristics, allowed to appreciate the geographic and ethnic origin, the social and cultural adscription, and even the economic situation of whom usedit. Despite the series of transformations operated by the Spanish Colony, its form ofuse has prevailed even through the XIX and great parí ofthe XX centuries. However, at the present time its use is more and more diminished. The recent migratory movements ofthe rural áreas to the principal urban centers ofthe country in search ofbetter Ufe conditions, have made that a great number of wornen stopped using the aqsu.


     

     

    La producción de textiles en la zona andina de lo que hoy es la República de Bolivia ha sido al igual que la metalurgia, la lítica y la arquitectura, un medio que permitía -y permite- expresar la cosmovisión de los pueblos originarios de ésta región (Bollinger 1996). Sin embargo, los textiles tuvieron un carácter de mayor relevancia, pues ninguna ceremonia social, política, económica, festiva o ritual se llevaba a cabo sin el uso de tejidos (Bollinger 1996; Jordán 1994; Murra 1987; Ramos Gómez y Blasco Bosqued 1980).

    A decir de Murra (1987:107; cursivas del autor), "...en la vida sociopolítica andina los textiles desempeñaban un papel especial, que iba mucho más allá de sus usos meramente utilitario y ornamental. Ofrenda común en los sacrificios, servía también en diferentes momentos y ocasiones como símbolo de elevada posición social o como señal de una ciudadanía forzosa; se lo empleaba además como equipo funerario, como ajuar de la novia o para sellar un armisticio. Ningún acontecimiento político, militar, social ni religiosos estaba completo sin el ofrecimiento o la cesión de tejidos, quemados, sacrificados o intercambiados..''.

    La importancia de los textiles y la indumentaria, radicaba y radica en que son considerados elementos culturales que al ser utilizados, tanto en ceremonias o celebraciones especiales como en el cotidiano permitían y permiten emblematizar las identidades étnicas y geográfico culturales, y de ésta manera mostrar al mundo quienes son y de donde vienen los usuarios y las usuarias.

    Todavía hoy, mediante la disposición de los colores y la representación de diversos diseños iconográficos, los pueblos de los Andes expresan su sentir y su pensar plasmando su historia y cosmovisión. En la indumentaria tradicional de las mujeres, todavía el aqsu es una prenda que tiene plena vigencia de uso. A pesar de que cada vez más el atuendo tradicional se deja de lado, y especialmente esta prenda, muchos pueblos la mantienen cotidianamente y otros la recuperan en ocasiones festivas y rituales.

     

    El aqsu

    El atuendo tradicional femenino, entre las mujeres quechuas básicamente consta de la llixlla, el aqsu consideradas como piezas mayores, junto a istallas, wayaqas y chumpis o fajas consideradas menores, esta clasificación se debe simplemente a sus dimensiones. Entre las aimaras persiste el uso tradicional en ocasiones rituales y ceremoniales del urku -siendo ésta la prenda originada a partir del aqsu prehispánico- y la llixlla, en muy pocas regiones el iskayo como prendas mayores, entre las menores están las wakas o (fajas), las wayaqas junto a las istallas y los taris.

    El aqsu se puede considerar como una de las prendas mayores tanto por sus dimensiones como por su función; es una prenda de forma rectangular, formado por dos piezas -khallus-cosidas por el centro. En la época prehispánica, con el aqsu se envolvía el cuerpo desnudo de la mujer, se lo sujetaba en los hombros con prendedores de plata, y se lo ceñía en la cintura mediante un chumpi o faja. Este modo de usarlo después de 500 años permanece, tan sólo que las mujeres han adoptado -obligadas en un principio- el uso de almilla a manera de saya o vestido y sobre éste, se dispone el aqsu.

    La estructura del aqsu

    El aqsu es una prenda que está formada por dos piezas llamadas khallus (q) entendidas como "mitades", se conoce como khallu qhipura al que corresponde a la parte superior de la prenda, muestra diseños iconográficos y listas de colores, la mitad que corresponde a la parte inferior es conocida como khallu chupa, muestra también diseños iconográficos, más abundantes, mejor logrados y dispuestos simétricamente (Figura 1).


    Figura 1. Gráfico y esquema del aqsu y su uso tradicional.

    Cada una de éstas mitades o khallus, muestra en su estructura dos espacios : Uno, destinado a la representación de los diseños iconográficos o pallayes, también llamados saltas y otro a la pampa, que carece de diseño alguno y generalmente es monocrozma.

    La unión de ambas mitades se realiza mediante el siray o costura de tal manera que coincidan las pampas en la parte central dejando a los extremos los espacios con la representación de los diseños iconográficos.

    El aqsu es la prenda que las mujeres actualmente llevan por encima de la almilla o aymilla. Se dispone por debajo del brazo izquierdo, de tal manera que los dos extremos superiores correspondientes al lado conocido como kahllu qhipura se sujetan mediante un prendedor por sobre el hombro derecho ; luego, una vez que la prenda cuelga sobre el cuerpo se la dispone de tal manera que llega a cubrir la espalda y las caderas de la mujer, su altura debe ser similar a la de la almilla; a la altura de la cintura es acomodado en pliegues dispuestos armónicamente mediante un chumpi o faja. De ésta manera, la mitad conocida como khallu chupa que muestra mayor riqueza de diseños iconográficos queda en la parte inferior donde puede ser lucida ampliamente.

     

    Historia del aqsu

    La época prehispánica

    La indumentaria de los Qollas. Fray Diego de Ocaña en su crónica del siglo XVI presenta dos iconografías que muestran a una pareja de indios Qollas vistiendo su atuendo tradicional de la

    época, que sin embargo puede también corresponder a épocas anteriores y con algunas variantes a distintos pueblos de la región.

    Los gráficos de Ocaña permiten apreciar el atuendo de los varones: unku, chuspa y el tocado cefálico y el de las mujeres, ellas envolvían su cuerpo con el aqsu, denominado también anaqo (Figuras 2-3). Obviamente el color y el diseño iconográfico han debido ser importantes como emblematizadotes de las identidades de varones y mujeres.


    Figura 2. Gráfico y esquema del aqsu de una mujer Qolla, siglo XVI, según Fray Diego de Ocaña.


    Figura 3. Gráfico y esquema del aqsu de una mujer Inka, siglo XVI, según Fray Diego de Ocaña.

    La indumentaria de los Inkas. El cronista Felipe Guarnan Poma de Ayala (1613) en su obra "¿a Nueva Coránica y el Buen Gobierno'", escrita en el siglo XVII, se ocupa también de las representaciones iconográficas mostrando la indumentaria tanto de los varones como de las mujeres, que poblaban la región que correspondía al antiguo Tawantinsuyu. Estas representaciones permiten apreciar los vestidos que utilizaban no solamente los Inkas sino los habitantes de otras regiones, como los Chinchasuyos, los Qollasuyos y los atuendos de los pobladores del Antisuyu. El autor también permite con sus representaciones apreciar el vestido de los habitantes no originarios: españoles, criollos y mestizos.

    La amplia y variada iconografía presentada por el autor permite reconocer determinadas diferencias en los vestidos y atuendos, de esta manera, el estudio y análisis del aqsu dan lugar a: (1) identificar la procedencia geográfica de las usuarias, (2) su pertenencia a cierto estrato social, (3) su estado civil, (4) su adscripción a determinados segmentos político-sociales como ayllus o parcialidades, y (5) finalmente, su posición económica y capacidad de gasto. Las diferencias de la indumentaria entre las regiones y pueblos, se hacen evidentes mediante los distintos elementos que Guarnan Poma (1613) utiliza al granearlas, comprobándose el carácter emblemático de la ropa y el textil, en este caso del aqsu (Figuras 4-8).

    Guarnan Poma (1613) al representar a la Curaca Varmi Maiva mujer de uaranga y pisca pachaca anota: "...deferenciará de las yndias comunes en el áuito y trage, Tray ga faldilín, botines, mangas y un paño en la cauesa...", luego indica: "...Y las yndias que trayga una camisa llana, ucunchana, un faldilín llana, mangas llana y su nanaca". La representación iconográfica de esta curaca permite apreciar el uso tanto de prendas españolas como el faldillín y las mangas, así mismo la permanencia del aqsu sobrepuesto junto a la llixlla que cubre sus espaldas y la ñañaqa a manera de tocado cubriendo la cabeza.

    De igual manera al referirse a los indios/criollos y criollas/indios el autor muestra el uso de prendas de origen español e inka tanto por las mujeres como por los varones. Años después, entre 1780 y 1781, tanto en a región del Cuzco en el Virreinato del Perú como en el territorio de la Audiencia de Charcas se habían dado las rebeliones indígenas en las cuales la indumentaria de origen prehispánico era utilizada como medio de identificación y reivindicación de las huestes rebeldes; más tarde, una vez aplacados y controlados estos movimientos y habiendo sido ejecutados sus líderes (Tupaq Amaru y Micaela Bastidas, en el Cuzco; Tupaq Katari, Bartolina Sisa y otros en Charcas), y de acuerdo a la orden reservada del 21 de abril de 1782 y ratificada el 19 de noviembre de 1795, Josep Antonio de Areche, Visitador general del Perú y comisionado para entender en las causas de la conmoción del Cuzco ve: "...la utilidad de prohibir a los indios el uso del traje de sus ingas en varios actos públicos, el tener pinturas de estos o usar de armas de nobleza...".

    La iconografía realizada por Guarnan Poma (1613) permite constatar, que todas las mujeres -por lo menos las que el autor parece conocer o "identificar"- envolvían su cuerpo con el aqsu y cubrían su espalda con la llixlla. Por supuesto, cada pueblo o grupo social con piezas caracterizadas por el diseño y el color; sin embargo es necesario aclarar que los aqsus de una región o grupo son similares, pero no iguales. Parece ser que dentro de cierto margen establecido para el uso de color y el diseño iconográfico se permitía a cada mujer -y si su situación se lo permitía- la realización de variaciones cromáticas y de diseños en sus tejidos; así los aqsus Inkas representados en la Nueva Corónica, muestran diferencias que pueden deberse al origen de las usuarias -¿Serían acaso de sus panakas?-, o también al status alcanzado, se aprecian especialmente en el espacio inferior que parece ser el destinado a la representación de diseños, siendo estos:

    -Una cenefa formada por tres espacios de igual ancho que están separados entre sí y del resto del tejido mediante listas dobles, como en el caso de la segunda qoya. Chinbo Urma Coya de cuya indumentaria el autor anota: "...y el acxo (falda) de encarnado de Maras...".

    -Una cenefa con tres listas de tocapus como en el caso de la cuarta qoya, Chinbo Mama Iachi Urma, de cuya indumentaria el autor anota: "...Y tenía su lliclla (manta) de naranjado y del medio en campo de colorado de tocapo (vestido de lauores preciosos) y su acxo (falda) de azul oscuro".

    -Conjunto de cenefas con cinco listas que pueden ser de diferentes colores como en el caso de la sexta qoya Cuci Chinbo Mama Micai, de cuya indumentaria el autor anota: "...Tenía su lliclla (manta) de Parauay Suyo y su acxo (falda) de Cuzco, chimbe (faja de cintura) y la beta de auajo blanco y su chunbe uerde" Al indicar la beta mayor de abajo parece referirse a la cenefa del borde del aqsu.

    Una cenefa formada por cuatro espacios de igual ancho, como en el caso de la séptima qoya de cuya indumentaria el autor anota: "... y su acxo (falda) de uerde...", estos cuatro espacios de la cenefa pueden ser de colores diferentes al color predominante del aqsu o también ser iguales y estar separados por listas de un color distinto.

    Una cenefa amplia que presenta bordados que parecen representar pilpintos (q.) mariposas como en el caso de la novena qoya, Mama Ana Varque, de cuya indumentaria el autor anota: "... y su acxo (falda) de uerde y lo de auajo billpinto...".

    El aqsu en la época prehispánica parece ser entre las mujeres lo que el unku es entre los varones : la prenda que los viste y abriga y también la que les permite mostrar a la sociedad en pleno , su procedencia étnica y geográfica, su adscripción cultural y social e inclusive su situación económica.

    La época colonial

    Durante la época colonial temprana, las mujeres adscritas a la nueva situación socio-política implantada por la conquista española, como esposas de los caciques y como miembros femeninos de las familias allegadas al nuevo orden -al igual que los varones- adoptan prendas de vestir al estilo europeo como un privilegio otorgado por la corona española, que les reconocía de esta manera su situación de mando y su posición de clase privilegiada.

    Las mujeres que gozaban de esta situación empezaron a utilizar sayas y vestidos al estilo de las europeas. Sin embargo, por encima de estas prendas mantuvieron el uso del aqsu, junto a otras prendas de origen prehispánico como las llixllas y las ñañaqas.

    De esta manera, el uso de prendas al estilo de las provincias españolas se hace corriente. Se había prohibido el uso de atuendos tradicionales de origen prehispánico. La indumentaria de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, obedece a estas nuevas normas: los varones adoptan el uso de chaquetas, chalecos, camisas y pantalones a la manera europea, en tanto que las mujeres se ven en la situación de utilizar en la región circunlacustre: faldas de amplio vuelo y plizadas en la cintura, similares a las actuales polleras aunque por supuesto más largas, llegando a cubrir los tobillos, conocidas todavía hoy como urkus, perdiendo el uso y la costumbre del aqsu al estilo de la época prehispánica (Figuras 9-10).

    Entre las mujeres de las zonas ubicadas más al sur del territorio de la Audiencia, vale decir los actuales departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, Oruro y Potosí, se impone el uso de las almillas o aymillas , que son vestidos confeccionados en bayeta de la tierra generalmente en color negro -existen pueblos donde se prefieren tonos de verde y azul añil-estos vestidos muchas veces muy amplios presentan en el ruedo de la falda y en las mangas diseños bordados que permiten diferenciarlos unos de otros, en su procedencia; de esta manera la proveniencia de la mujer es fácil de determinar; sobre ellos la mujer utilizaba el aqsu de la misma manera que lo había hecho anteriormente antes que le impusieran el uso de éstos vestidos.


    Figura 9. Gráfico y esquema del aqsu de una india de Potosí, siglo XVIII, tomado de la Colección Crombie.


    Figura 10. Gráfico y esquema del aqsu de una india de Tinquipaya, siglo XVIII, tomado de la Colección Crombie.

    La época republicana

    Durante el primer cuarto del siglo XIX, la indumentaria tanto masculina como femenina sufre muy pocos cambios, los varones utilizan los pantalones tanto a la altura de la rodilla como a la de los tobillos, el uso de los ponchos se hace mucho más corriente. Las mujeres continúan utilizando los trajes impuestos a fines del siglo pasado, las criollas y mestizas de acuerdo a la moda imperante usan chaquetas o jubones y amplias faldas -polleras- que son un poco más cortas que las del siglo pasado y dejan ver los tobillos, las mujeres de los pueblos originarios mantienen el uso de almillas por sobre las cuales llevan el aqsu; al igual que en las mujeres de otras clases sociales, los vestidos y aqsus se hacen más cortos. Sin embargo, parecen conservar sus características en cuanto a distribución espacial de los diseños iconográficos (Figuras 11-12).


    Figura 11. Gráfico y esquema del aqsu de un india de Macha, Departamento de Potosí, según su uso actual.


    Figura 12. Gráfico y esquema del aqsu de una india de Candelaria, Departamento de Chuquisaca, según su uso actual.

    Un documento gráfico que nos permite apreciar estas diferencias en el vestuario se da a inicios de la época republicana. Edmond Temple en su cuadro "Habitantes de Potosí frente a la catedral" fechado en 1830, representa diferentes personajes de la época, mostrando una mujer indígena con su indumentaria tradicional.

    Esta representación del uso del aqsu nos permite ver que esta pieza ha disminuido su tamaño en relación a siglos anteriores, sin embargo la manera de llevarla ha permanecido a lo largo del XIX y gran parte del XX. Sin embargo, su uso está cada vez más disminuido, los recientes movimientos migratorios de las zonas rurales de los departamentos de Cochabamba, Potosí y Oruro a los principales centros urbanos del país en busca de mejores condiciones de vida han hecho que un gran porcentaje de mujeres deje de usar el aqsu, especialmente las pertenecientes a las generaciones jóvenes. Las "sipas" mujeres jóvenes en lengua quechua, decía una vieja informante "ja no quieren ponerse aqsu, pollera nomás gustan".

    En las regiones conocidas como Aymarás, actualmente los departamentos de La Paz y Oruro, las mujeres mestizas al igual que las demás del país, mantienen la indumentaria al estilo español: son las cholas, que visten pollera, manta y sombrero con características propias en cada región. De esta manera, se pueden identificar a las cholas de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Tarijay Potosí.

    En cambio las mujeres pertenecientes a los pueblos originarios de éstas regiones (provincias del Departamento de La Paz y algunas del Departamento de Oruro), dejan de lado el aqsu prehispánico y utilizan el urku, una especie de pollera muy amplia y fruncida en la cintura que se elabora en base a una tela tejida en el telar femenino tradicional.

    Este urku, propio de éstas regiones, generalmente es negro y es utilizado como prenda propia de las esposas de los jilaqatas -jefes- de la comunidad, sin embargo en algunas regiones como Calamarca y Patacamaya en la provincia Aroma, (Departamento de La Paz), estas prendas presentan diferentes colores combinados con el negro, generalmente este queda reducido a cenefas en los dos extremos, más ancha la del ruedo en tanto que la que queda en la cintura es más angosta, de tal manera que la parte central se halla decorada con listas de colores, blanco, rojo y en algunos casos azul y verde que se disponen junto a bandas con diseños iconográficos que varían de acuerdo a la región de donde provienen las prendas.

    Es necesario indicar que el uso de ésta prenda está bastante reducido, no obstante en afán de rescatar los valores propios, muchas comunidades altiplánicas están recuperando su uso tradicional.

    En la región de los Kallawayas -Provincia Bautista Saavedra ubicada al norte del Departamento de La Paz- donde se hablan las lenguas aymara, quechua y probablemente el idioma propio de este pueblo; el urku es conocido como aqso y en su versión de uso cotidiano es totalmente negro, se distingue de los urkus de las aymarás porque presenta una pechera que permite sujetarlo a la altura de los hombros mediante dos prendedores de plata. La versión ceremonial del aqso Kallawaya es la que presenta listas angostas de variados colores : amarillo, verde, blanco y azul, entre otros; junto a listas más anchas de color rojo y negro, las de este último color se acomodan en ambos extremos de la pieza en tanto que en el centro se disponen bandas de diseños propios de la cultura Kallawaya. Esta prenda estaba destinada hasta hace poco, a ser utilizada como parte del atuendo de las novias de la región, al igual que en Amarete -en la misma provincia- su uso ha sido dejado de lado.

     

    Conclusiones

    A manera de conclusiones se puede anotar que el uso del aqsu está disminuido en la región andina boliviana a causa principalmente de las migraciones a centros urbanos o polos de desarrollo en regiones cálidas. La situación del aymara y el quechua originarios todavía no está plenamente aceptada, sus valores tradicionales no son plenamente reconocidos; razón por la que expresiones culturales como la indumentaria son dejadas de lado. Sin embargo, en algunos pueblos como los Yampara, Jalq'a y otros de la región sur del departamento de Potosí, tienen todavía vigente el uso de esta prenda, como elemento que permite emblematizar una identidad étnica de la cual se sienten orgullosos y orgullosas. En distintas regiones existe un afán, nuevo por cierto, de revalorizar los trajes tradicionales. En ocasiones festivas o ceremoniales, se recuperan prendas como el aqsu. Finalmente, se hacen necesarias políticas que coadyuven a recuperar valores culturales como el tejido y el uso de éste.

     

    Referencias Citadas

    Bollinger, A.
    1996 Así se vestían los Inkas. Los Amigos del Libro, La Paz.

    Guarnan Poma de Ayala, F.
    1613 [1988] El Primer Nueva Coránica y Buen Gobierno. Edición crítica de J. V. Murra y R. Adorno. Siglo XXI, México, D.F.

    Jordán Zelaya, W.
    1994 Tejido e identidad: estilo textil de la Provincia Bautista Saavedra o estilo textil Kallawaya. Tesis de Licenciatura inédita. Carrera de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.

    Murra, J. V.
    1987 La Organización Económica del Estado Inka. 4ta Edición. Siglo XXI, México. D.F.

    Ramos Gómez, L. J. y M. C. Blasco Bosqued
    1980 Los tejidos prehispánicos del área
    central andina en el museo de América. Imprenta del Ministerio de Cultura, Madrid.