INTRODUCCION

 

 

La revista Temas Sociales No. 26, que tenemos el grato honor de presentar al público lector, está dividida en dos partes: la primera y fundamental, que por su importancia ocupa mayor espacio, se refiere a los Movimientos Sociales y Autonomías Regionales; y la segunda sección, que hemos denominado Misceláneas, ocupa por su características menor espacio.

El tema de los Movimientos Sociales y Autonomías Regionales y/o Departamentales, sin duda no podía haber estado al margen del análisis de la disciplina sociológica, mucho más cuando Bolivia a partir de 2000 sufre una crisis no sólo del Estado, sino sobre todo una crisis de paradigma societal; es decir, que el movimiento social -dirigido fundamentalmente por los indígenas- pone en el tapete de la cuestión el tipo de sociedad estructurada sobre los elementos raciales y étnicos como base central de la dominación.

Los artículos presentados por cada uno de los autores parten del análisis de la revuelta de los indígenas-urbanos de la ciudad de El Alto en Octubre de 2003, un hecho que dio fin al imaginario dogmático de la política neoliberal. Pero también fue un hecho que a p artir d e e ntonces d ividió a 1 p aís e ntre a quellos que a puestan por la búsqueda de equidad social y los que pugnan por preservar intactos los beneficios personales que, en años de neoliberalismo, habían logrado acumular mayor cantidad de capital en complicidad con las transnacionales.

En Octubre, el movimiento social había elaborado una propuesta de interés nacional basada en dos puntos centrales: la Nacionalización del gas y la Asamblea Constituyente. La Nacionalización, conforme al movimiento social, significaría la internalización del excedente y, por ende, mayor beneficio econom1co para la población boliviana en su conjunto; y la Asamblea Constituyente se erige como la esperanza del fin de la colonialidad. Por eso, las dos consignas se convirtieron en la bandera de lucha del movimiento indígena.

En respuesta al programa del movimiento social, la clase dominante, concentrada esta vez en Santa Cruz, elaborará su propio programa en torno a la Autonomía Regional como una estrategia de defensa del capital y el gamonalismo existente desde la Colonia.

Esta polémica es la que está expresada por los diferentes autores que escriben en este número de Temas Sociales. Lo importante de todas las reflexiones es que nadie descuida ni pone en discusión el tema de unidad nacional, hasta el movimiento social que en ciertos momentos expresa su radicalidad no reivindica la fragmentación del país. Por eso cuando la élite dominante de Santa Cruz planteó la creación de "nación camba" se unieron todos los sectores, desde los indígenas trabajadores del occidente hasta los propios indígenas de tierras bajas, con la consigna de la unidad nacional.

Por lo tanto, podríamos concluir que la población trabajadora, constituida desde el año 2000 en movimiento social, lucha no por la fragmentación nacional, sino lo hace en búsqueda de ser parte de la decisión sobre el destino del país del que por siglos ha sido excluida y marginada a los espacios de oportunidades de inferioridad.

En este sentido, es natural que las propuestas de solución a estos problemas estructurales vengan desde la retoma de conceptos y prácticas de las sociedades indígenas y deben ser pensadas como proyectos societales alternativos a la actual estructura de sociedad.

Por último, evidentemente no son reflexiones terminadas, ya que el proceso social sólo abrió un paréntesis en el tiempo y aún se verá de aquí a meses o años el curso de este conflicto social.

 

Félix Patzi Paco
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS
DIRECTOR